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hacia el occidente con el fin de emprender nuevas campañas (8)

CAPÍTULO XII.

Completa independencia de Colombia; espulsion

definitiva de los españoles.

Jnfluencia de la revolucion de Cádiz en la guerra de Colombia.--Armis

ticio de Trujillo.-Ruptura del armisticio; batalla de Carabobo.-Campañas en el sur de Nueva-Granada.- Batalla de Pichincha; incorporacion de la presidencia de Quito a la República de Colombia.-Ultimas operaciones militares de los españoles en Venezuela i NuevaGarnada.-Constitucion de Colombia.

(1820–1824.)

INFLUENCIA DE LA REVOLUCION DE CÁDIZ EN LA GUERRA DE COLOMBIA.- Al proclamar la República de Colombia, Bolívar preparaba una vigorosa campaña contra los poderosos cuerpos del ejército español que quedaban aun en aquella vasta rejion. De Angostura partieron emisarios para los Estados Unidos i las Antillas, encargados de comprar armas i muhaber meditado un vasto plan de campaña, dió a sus subalLernos las instrucciones necesarias para llegarlo a cabo.

i niciones para los independientes. El Libertador, despues de

'(8) Las autoridades que he consultado para la formacion de este ca. pitulo son los libros ya citados de Baralt, Restrepo, Montenevro Colon i Larrazabal; pero he tenido constantemente a la vista el interesante capitulo que ha destinado Gervinus a las campañas de Bolivar que dieron por resultado la formacion de la Republica de Colonbia. Esta parte de la obra del ilustre historiador aleman, aunque escrita sin conocimiento de la prolija historia de Restrepo, cuya segunda edicion forma la obra mas minuciosa i completa sobre la historia de la revolucion de Colombia, tiene en la relacion de los hechos i on las apreciaciones un fondo de verdad que es mui raro hallar en las obras escritas en Europa en que se trata de algo relativo a la América española.--No seria dificil agrupar aqui algunos de los numerosos errores que se encuentran en los libros ingleses i franceses en que se liabla de estos su. cesos. Asi por ejemplo, en una biografia francesa de Bolívar, que sin embargo, no contiene muchos errores, se dice que el Libertador, despues de su campaña en la costa de Venezuela en 1816, se retiró a Buenos-Aires, confundiendo esta ciudad con la isla de Bonaire, en las Antillas.

La Histoire de la Colombie, escrita por M. de Lallemant, sin ser com. pletamente defectuos, no merece ser consultada.

Para la mejor inte!ijencia de las numerosas i complicadas campañas de Bolivar i de los otros militares que pelearon en la guerra de la independencia de Venezuela, couviene tener a la vista los mapas del excelente Atlas jeográfico de aquella República, compuesto por el inje. niero italiano dou Agustin Codazzi, en los cuales están trazadas con wucha claridad las operaciones de los ejércitos belijerantes.

Desde Bogotá, Santander habia enviado tropas contra una division realista, que a las órdenes del brigadier Calzada, se habia retirado hácia el sur por Popayan i Pasto. Los patriotas ocuparon felizmente aquella ciudad (21 de octubre de 1819); i durante algunos meses, sostuvieron la guerra en esas provincias con resultados favorables. Al fin, el presidente de Quito, mariscal de campo don Melchor Aymerich, reforzó las tropas de Calzada con dinero, armas i soldados, poniéndolas en estado de tomar la ofensiva. En efecto, el jefe renlieta reconquistó a Popayan por sorpresa (24 de enero de 1820); pero fué rechazado en las nuevas operaciones que emprendió contra los patriotas.

En el norte de la Nueva-Granada la guerra se sostenia • tambien por los españoles. El virei Sámano, establecido en

Cartajena, habia enviado diversas espediciones al interior por el rio Magdalena, contra Antioquia i los valles del Cauca i del Atrato; pero todas fueron rechazadas por los patriotas despues de numerosos combates.

En la misma costa de la Nueva-Granada la guerra se hacia con ventaja para los independientes. El jeneral don Mariano Montilla, a la cabeza de 200 venezolanos i de un cuerpo de 400 ausiliares irlandeses, recien llegados de Euro

habia emprendido por mar otras operaciones. Trasportado por la escuadra del almirante Brion, Montilla tomó el puerto de Rio Hacho (13 de marzo) i estendió en breve las operaciones militares por los valles del sur derrotando las fuerzas realistas que intentaron atacarlo. Los patriotas habrian alcan. zado mayores ventajas por aquella parte; pero a poco de haber desembarcado, los ausiliares irlandeses se pronunciaron en abierta rebelion a la vista del enemigo, reclamando los sueldos que se les habian ofrecido, i que en esos momentos

i no se les podian pagar. Montilla se vió obligado a enviarlos a Jamaica, como ellos lo pedian, i a sostener las operaciones militares con las pocas tropas venezolanas que le quedabau.

Por todas partes, los independientes alcanzaban ventajas sobre los realistas. El altanero Morillo, apesar de tener a sus órdenes fuerzas mui considerables, estaba reducido a mantenerse a la defensiva, imposibilitado para acometer empresa alguna. Sabia que Fernando VII habia mandado reunir en las inmediaciones de Cádiz un cuerpo considerable de tro. pas con el objeto de enviar una espedicion contra BuonosAires i de reforzar el ejército realista de Venezuela i de

Nueva-Granada; i esperaba el arribo de esos ausilios para dar mayor impulso a la guerra.

En lugar de los ausilios que esperaba, Morillo recibió la noticia de que las tropas españolas próximas a partir para América, se habian sublevado bajo la instigacion del coronel Riego, apresado a los principales jefes i proclainado el restablecimiento de la consiilucion de Cádiz de 1812 (1.9 de enero de 1820). La chispa revolucionaria prendió fácilmente en toda España, de tal modo que el mismo rei se vió en la necesidad de decretar el restablecimiento de la constitucion i la convocacion de las cortes lejislativas.

Estos sucesos ejercierun, como debe suponerse, una grande influencia en los pueblos hispano-americanos. La revolucion de Cádiz habia desvaratado los grandes apresios que el rei de España hacia contra los rebeldes de América, i ponia a la

a metrópoli en un estado de desorganizacion i de pobreza estremas. En América, los revolucionarios cobraron mayor entusiasmo, no solo porque creyeron mas próximo su triunfo, sino porque vieron al pueblo español sublevarse contra el réjimen administrativo contra el cual ellos mismos luchaban desde 1810. En los paises americanos en que la independen. cia era entonces un hecho consuinado, como sucedia en Chile i las Provincias Arjentinas, la revolucion de Cádiz afianzó las nuevas instituciones. En Niéjico, en donde la dominacion española parecia definitivamente restablecida, aquel suceso estimuló i precipitó el levantamiento de Iturbide, que produjo la total independencia de aquel vireinato. En Colombia, el desconcierto de España favoreció a los patriotas para consumar su independencia.

Cuando Morillo recibió las primeras noticias de la revolución de España (marzo de 1820), perdió toda confianza en sí mismo i desesperó de llevar a cabo la pacificacion de Coplombia. Si eniónces hubiera encontrado un medio ajroso de alejarse de este pais, lo habría hecho sin duda; pero los liberales epañoles, instalados en el gobierno despues de la revolucion, continuaron dispensando a Morillo la misma cou. fianza que el rei absoluio, i le encomendaron el estableci. miento del rejimen constitucional en Venezuela i en NuevaGranada, esperanzados de conseguir así el sometimiento de estos pueblos. En cumplimiento de estas órdenes, i ceidiendo tambien a las instancias de los olros jefes españoles, i de los mas ardientes partidarios de la causa del rei, Morillo se resolvió a proclamar i a jurar solemnemente en Caracas la constitucion española (7 de junio). El virei Sámano, mas

a

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obstinado todavía, resistió en Cartajena a lis representaciones de todos los funcionarios; i cuando la tropa se sublevó recla.' mando el reconocimiento de la constitucion, (lejó el mando a cargo de un gobierno provisorio, i se embarcó para Jamaica con algunos jefes tan absolutistas como él (junio 1820).

ARMISTICIO 'De TRUJILLO.-Morillo recibió tambien instrucciones de otro jénero. El nuevo gobierno de España, convencido de que ya no podria mandar otros ejércitos a América, ofreció un indulto a todos los comprometidos en la revolucion del nuevo mundo i puso en libertad a los presos que eritonces jemian en las cárceles i presidios de la penín. sula (1), con la esperanza de ganarse la voluntad de los americanos i de facilitar un arreglo pacífico. Con el mismo objeto encargó a Murillo que abriese negociaciones con los revolucionarios (a quienes se daba en los documentos el apodo de di. sidentes, en vez de los de rebeldes, facciosos, malvados, etc., con que los nombraban antes los españoles), autorizándolo at efecto a proponerles las condiciones mas favorables, hasta la de reconocerlos en el gobierno de las provincias que ocupa. ban, con tal que prestasen juramento de fidelidad al rei de España. Cuéntase que Morillo, al leer aquellas instrucciones, esclamó:-“Es una locura el creer que los insurjentes vayani: a aceptar estas proposiciones: las haré solo porque debo cumplir las órdenes superiores."

Estableció en Caracas una junta denominada de pacificacion, con encargo de entender en estas negociaciones; i en seguida dirijió Morillo una nota circnlar a todos los jefes dedivisiones patriotas que recorrian el territorio de Venezuela (17 de junio), en que les daba cuenta de los cambios ocarci. dos en Españí, i proponia una suspension de hostilidades durante un mes para entrar en negociaciones. Las contestaciones de los jefes insurjentes no se hicieron esperar: muchos de ellos se manifestaron inclinados en favor de la paz, pero todos declararon que no era posible tratar bajo otra base que

(1) Uno de los patriotas americanos que alcanzaron entonces su libertad fue el jenerul neo-granadino don Antonio Nariño, antiguo presidente i dictador de Cundinainarca, hecho prisionero en Pasto en 1813. Des. pues de seis años de prision en la cárcel de Cádiz, fué puesto en libertad en 1820. Habiendo hecho algunas publicaciones contra Morillo, fué perseguido i tuvo que huir a Londres, de dónde volvió al fin a su patria-Obtuvo tambien entónces su libertad el indio Juan Tupac-Amaru, à presado en el Perú en 1781, sin otro inotivo que el haberse sublevado su hermano. Retenido primero en Cádiz i despues en el presidio afri

de Ceuta, este pobre indio sufrió treinta i nueve años de prision sin haber cometido dclito alguno.

car

paz,

Al reconocimiento prévio de la independencia de Colombia. Las contestaciones de Bolívar i del congreso de Angostura fueron mas esplícitas todavía: como Morillo les anunciase el pronto envío de plenipotenciarios encargados de ajustar la

el presidente del congreso i el presidente de la República le contestaron espontáneamente que no oirian a aquellos plenipotenciarios sino comeuzaban por reconocer la independencia.

Morillo soportó con profundo dolor esta amarga humillacion. Los patriotas, por el contrario, cobraron bríos al ver que los mismos españoles reconocian su superioridad, i que en vez del allanero desprecio con que ánies los miraban, se di. rijian ahora a ellos de igual a igual, de potencia a potencia, dándoles los tratamientos de screnísimo al congreso i de cacelencia a Bolivar. Muchos americanos, partidarios decididos hasta entonces de la causa real, la consideraron perdida i se pronunciaron en favor de la independencia. En el ejército realisia, no solo los criollos, que formaban una parte considerable de las fuerzas, sino tambien muchos españoles se pu. sieron de parte de los soldados de la independencia.

La revolucion ganaba, pues, mucho terreno mientras los realistas esperaban el resultado de las negociaciones manteniendose casi a la defensiva. La provincia de Barcelona fue ocupada por Bermúdez i Monagas; i sus habitantes se apresu. raron a declararse en favor de los patriolas. En el sur, Paez tomó posesion de casi toda la provincia de Barinas. Bolívar inismo se apoderó de las provincias de Mérida i de Trujillo, i adelantó las operaciones en los valles regados por el rio Mag. dalena. Por la costa del norte, el jeneral Montilla, abandonando sus posiciones de Rio Hacha i ausiliado por la escuadra de Brion i por algunas 'embarcaciones sútiles mandadas por el teniente coronel don José Padilla, abrió las comunicaciones militares i comerciales del Magdalena, se apoderá de Santa Marta i fué a bloquear la importante plaza de Cartajena.

Tal era el estado de la guerra en la segunda mitad de noviembre de 1820. Morillo, aunque contaba todavía con un ejército respetable, propuso a Bolívar una tregua, ya que éste se negaba a aceptar las proposiciones de paz. El Libertador de Colombia, por su parte, recibió bien esta última proposicion, porque, apesar de sus ventajas, no se hallaba en sicuacion de aceptar una batalla campal contra el grueso del ejército eņeinigo. Los plenipotenciarios de ámbos ejércitos se reunieron en la ciudad de Trujillo, i allí firmaron el 27 de

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