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vindo en ausilio del Perú; pero el jefe de estas fuerzas, el jeneral don Juan Paz del Castillo, se escusó de salir a cainpaíña con diferentes pretestos, pero en realidad porque el Libertador de Colombia no queria que sus' soldados estuviesen subordinados a los jenerales peruanos. La division de Paz del Castillo se reembarcó al fin para Guayaquil sin prestar por entonces servicio alguno al Perú (octubre de 1822).

La espedicion confiada al jeneral Alvarado compuesta de 3,500 hombres de buenas tropas, zarpó del Callao el 10 de octubre, i fué a desembarcar cerca de Arica casi dos meses despues. Defendia aquella costa el coronel realista don Jeró. nimo Valdes, con cerca de 3,000 honbres; pero al saber la salida de las fuerzas patriotas de Lima, el jeneral Canterac se habia puesto en marcha con todas sus tropas para el sur con el objeto de salvar a Valdes de una ruina que parecia inevitable. Por desgracin, Alvarado, en lugar de moverse con rapidez, avanzó lentamente hacia el interior, obligando a los realistas a retirarse para evitar una batalla, pero sin perseguirlos con la firmeza conveniente cuando ellos se creian casi perdidos. Tacna i Moquegua cayeron en poder de los patrioias a inediados de enero (1823); i dos dias despues (19 de enero), llegaron éstos hasta las alturas de Torala, de donde fueron desalojadas las tropas de Valdes.

Aquella fue la última ventaja alcanzada por los patriotas en toda la campaña. Alvarado se habia movido con tanta lentitud que dió tiempo a Canterac para reunir sis tropas con las del coronel Valdes i para presentarle batalla. Recitazados los patriotas en las faldas de Torala (20 de enero), se replegaron sobre Moquegua; pero aquí fueron balidos con mayor vigor el dia siguiente (21 de enero) i puestos en la mas espantosa derrota. Los fujitivos escapadlos de este desastre llegaron a la costa en el mayor desórden buscando su salvacion en las naves, que los trasportaron al fin a lima despues de los mas penosos sufrunientos. Canterac, por su parte, con un ejército de cerca de 9,000 hombres i conduciendo un gran número de prisioneros i de armas quitadas al enemigo, volvió a la sierra para inerecer los horrores del vencedor.

Estos desastres causaron en Lima una penosa impresion. El congreso, que habia perdido un tiempo precioso en inúti. les discusiones dando tieinpo a que comenzara a surjir in principio de reaccion en favor de los españoles, conoció entonces la gravedad de la situacion, i creyó que era necesario

i consolidar el poder público confiándolo a un solo hombre, ya que el gobierno del triunvirato habia llevado la revolucion al

a

borile de su ruina. El marques de Torre- Tagle, hombre débil i vicioso, que habia figurado en el gobierno revolucionario solo por la posicion que le daba su fortuna, fué designado para el importante puesto de director supremo. El ejército, influenciado por el jeneral don Andres Santa-Cruz, se opuso resuellamente a la proclamacion de aquel majistrado; i pidió al congreso que fuese nombrado en su lugar el coronel don José de la Riva-Agüero, tribuno impetuoso que se habia hecho notar por la entereza de su carácter, por una actividad incansable i por su liberalismo franco i resuelto. El congreso accedió, it su pesar, a las exijencias del ejército; i Riva Agüero fue proclamado presidente del Perú (28 de febrero de 1823). El jeneral Santi-Cruz fué promovido al mando en jefe del ejército en reemplazo de Arenales, que se retiraba del Perú, i de Alvarado, que habia perdido todo su prestijio despues de sus recientes derrotas.

PRESIDENCIA DE RIVA-AGUERO.- La eleccion de RivaAgüero fué saladada con entusiasmo; i en efecto, sus prime.

i ros actos revelaron enerjia i actividad. Tomó medidas financieras bien concebidas para proveer a las necesidades del tesoro público, aumento considerablemente la fuerza de su ejército, equipó nuevairente la escuadra para hacerla servir en el trasporte de las tropas i en el bloqueo de los puertos del sur, i pidió ausilios a Chile i a Colombia para concluir la guerra contra los españoles.

El plan de campaña de Riva Agüero, sin embargo, no se a partó mucho del que habian puesto en planta sus predecesores. Reunió un ejército de 5,000 honbres i lo puso bajo las órdenes del jeneral Santa-Cruz. A mediados de mayo stió éste del Callao con instrucciones de desembarcar en Arica o en Iquique, donde debia juntársele una division ausiliar de soldados chilerios, para emprender en seguida su marcha al interior i operar sobre el Alio.Perú i sobre el Cuzco, que eran el centro, puede decirse asi, de recursus de los realistas.

El jeneral Canterac permanecia en la sierra; pero por me. dio de los espías que ienia en Lima, estaba al corriente de Todos los movimientos de los patriotas. Al saber que Santa Cruz habia emprendido la campaña en las provincias del sur, levantó su campamento a la cabeza de 9,000 hombres (2 de junio), i se puso rápidamenie en marcha sobre Lima, que creia indefensa, o a lo menos, imposibilitada para resistir i ejército respetable de que él podia disponer. En efecto,

, la capital rio se hallaba en estado de oponer una vigorosa resistencia.

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Desde poco tiempo antes se hallaba en el Perú una division colombiana de 3,000 hombres, enviada por Bolívar a peticion de Riva-Agüero. Mandaba estas fuerzas el jeneral don Anto. nioJosé de Sucre, aquel ilustre militar que despues de los triunfos alcanzados en Quito contra los españoles, gozaba de la reputacion de ser el segundo jeneral de Colombia. Sin embargo, cuando se supo en Lima la noticia de la aproximacion de Canterac, los oficiales patriotas, reunidos en un consejo de guerra presidido por el mismo Riva-Agüero, acordaron eva. cuar la capital, que no podian defender, i encerrarse en las fortalezas del Callao, De los setenta i nueve diputados que formaban el congreso, solo treinta i ocho se retiraron de Lima con Riva-Agüero: los demas se quedaron en la ciudad dispuestos a congraciarse con los españoles. Canterac ocupó la capital sin dificuliad alguna el 19 de junio, i aun pretendió atacar a los defensores del Callao, persuadido de que la revolucion peruana se hallaba próxima a sucumbir.

DEPOSICION DE RIVA-AGUERO - El presidente Riva-Agüero fué entonces el objeto de las mas vivas acusaciones. Reprochábansele todas las desgracias de la patria, la pérdida de el capital i la decadencia de la revolucion. Los diputados la quitaron el mando militar, que pusieron en manos del jeneral Sucre (21 de junio), i en seguida quisieron tambien despojarlo del mando político (23 de junio). Riva-Agüero, sin embargo, resistió con toda enerjin a esta última humillacion; pero en lugar de disponer una empresa cualquiera contra los realistas que ocupaban a Lima, se retiró con los miembros del congreso hacia el norte, al pueblo de Trujillo ( 6 de junio), donde se proponia ponerse al frente de una division patriota que alli se habia organizado.

Se ha acusado á Sucre de haber fomentado estas desavenencias para preparar el terreno al ejército colombiano, i para hacer indispensable la presencia de Bolívar en el Perú. El jeneral colombiano, sin embargo, aparentó guardar la unas escrupulosa circunspeccion, manifestándose al parecer ajeno a esas disensiones, i aun aconsejando a los diputados peruanos que depusieran sus odios en aras de la patria i de la revolucion. Despues de la partida de Riva-Agüero, Sucie quedó defendiendo el Callao a la cabeza de las tropas independientes que se habian retirado de Lima; pero convencido de que los españoles no podrian apoderarse de aquellas foriificaciones, i creyendo dar un golpe decisivo al ejército del virei, organizó una division de 3,000 hombres que embarcó para el sur en ausilio del jeneral Santa-Cruz (4 de julio).

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Los realistas, en efecto, sa convencieron que no podiani reducir a los defensores del Callao. El jeneral Canterac, que por un momento habia soñado la pacificacion completa del Perú, se encontró en Lima rodeado de guerrillas enemigas que le cortaban toda comunicacion, i teinió que en el entretanto los patriotas del sur, reforzados por los ausilios que les enviaba Sucre, pusiesen en gran peligro la dominacion españoles en toda la presidencia de Chárcas i en las provincias de Arequipa i el Cuzco. Para evitar esto último, evacuó la capital (17 de julio), i inarchó resueltamente hacia el sur. Los cuerpos patriotas que picaron su retirada, no consiguieron molestarlo por largo tiempo.

Los independientes ocuparon de nuevo la ciudad de Lima. Sucre, investido accidentalmente del mando supremo, no pensó en otra cosa que en adelantar las operaciones militares. Delegó sus poderes en el marques de Torre-Tagle, que quedó gobernando en Lima, i él se embarcó para el sur con el . propósito de tomar el mando de todo el ejército patriota i de dirijir personalınente la campaña que se sostenia en aquellas rejiones (20 de julio).

Desde entonces, aquella parte del Perú en que dominaban los independientes quedó dividida en dos gobiernos diversos: el de Torre Tagle, establecido en Lima, i el de Riva-Agüero, establecido en Trujillo. Este último, no pudiendo soportar por mas tiempo las resistencias que le oponian los diputados que lo acompañaron en su retirada al norte, disolvió francamente aquel simulacro de congreso (19 de julio), apresó a siete de sus mieinbros i organizó un senado compuesto de los hombres que le eran mas adictos. Este golpe de autoridad fué mirado en el campamento con una indiferencia que casi equivalia a una esplicita aprobacion. Riva-Agüero, sin embargo, no supo aprovecharse de las ventajas de esta situacion; i en vez de marchar resuellamente sobre Lima para reconquistar el gobierno apartando de él al inepto Torre- Tagle, abrió negociaciones con los españoles con la esperanza de alcanzar la paz para volver entonces slis armas contra el gobierno de Lima, que Riva-Agüero consideraba anárquico i revolucionario.

Estas vacilaciones del presidente Riva-Agüero aceleraron su ruina. Los chilenos, los arjentinos, los colonbianos i hasta los peruanos misinos que servian en la guarnicion de Lima, estaban animados por un espíritu belicoso, i consideraron ma traicion a la patria el pensamiento de negociar con los españoles. A la fraccion del congreso que residia en Lima,

se habian unido los diputados perseguidos en Trujillo, que volvian resueltos a vengarse del presidente legal. El congreso entero se dejó influenciar por esos sentimientos nombrando a Torre- Tagle presidente del Perú (16 de agosto). Tres dias despues, el mismo congreso declaró solemnemente que RivaAgüero quedaba destituido de la presidencia, i puesto fuera de la lei como culpable de alla traicion.

ARRIBO DE Bolívar AL PERÚ.- En medio de estas des. avenencias, la guerra se sostenia en el sur del Perú contra el ejército que obedecia al virei La-Serna. El jeneral patriota Santa-Cruz habia desembarcado coio sus tropas en Iquique (15 de junio); i despues de ocupar las ciudades de Arica i Tacna consiguiendo algunas ventajas sobre varios destacamentos enemigos, pasó resueltainenie la cordillera de los Andes i penetró en el Alio-Perú casi sin encontrar resistencia, i recibiendo, por el contrario, el ausilio de los guerrilleros patriotas que en aquella rejion sostenian la lucha contra los españoles. En la ciudad de la Paz, proclamó la independencia en medio de un entusiasmo loco 17 de agosto). Una division patriola, mandada por el coronel don Agustin Gamarra, avanzó basta Chuquisaca i proclamó igualmente la independencia. El triunfo de los patriotas en aquellas rejiones parecia asegurado. El jeneral Sucre, con las tropas que sacó del Callao, habia desembarcado tambien en Chala i ocupado la importante ciudad de Arequipa (30 de agosto). En el sur del Perú, ademas, se esperaba por momentos el arribo de una division que el gobierno de Chile enviaba en ausilio de los independientes.

Los realistas conocieron perfectamente el peligro que corria. su domiuacion en aquellas rejiones; i con una actividad verdaderamente maravillosa, corrieron a deshacer la tempestad que los amenazaba. El jeneral español don Jerónimo Valdes, a la cabeza de una division de 4,000 hombres, se habia separado de Canterac en Lima, en el mes de junio, i ejecutó uno de los mayores prodijios de rapidez que recuerde la historia de las campañas de la revolucion hispano-americana. Durante cincuenta i sjete dias de marcha, teniendo que atravesar montañas escabrosas i áridos desiertos, anduvo siele leguas por din, i se presentó delante de Santa Cruz en los alrededores de la Paz, en Zepira, el 25 de agosto. Allí se trabó un combate en que los realistas fueron rechazados. Los independientes, sin embargo, no pudieron aprovecharse de esta ventaja. El virei La-Serna, abandonando sus cuarteles del Cuzco, habia corriilo a reforzar a Valdes, de manera que

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