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las acusaciones que se le hacian de haber estimulado i fayo. recido la segregacion de aquel pais.

LA REPÚBLICA FEDERAL de Centro AMÉRICA; SU DISO. LUCION- El congreso constituyente siguió gobernando la República en medio de turbulencias i ajitaciones, de que fueron víctimas algunas provincias. Decretó la absoluta libertad de esclavos (17 de abril de 1924), medida liberal e importante en teoría, pero que en realidad no tenia un grande alcance por cuanto la esclavitud no habia hechado hondas raices en aquella rejion (3). Decretó en seguida que las provincias de Guatemala, Honduras, San Salvador, Nicaragua i CostaRica, elevadas a la condicion de estados federales, tuviesen cada una un congreso independiente (5 de mayo). Por último decretó la constitucion federal de Centro América (22 de pjoviembre de 1824), que fué jurada por todas las corporaciones i practicada durante diez i seis años,

La organizacion de la República quedó establecida de esta manera. Los cinco estados, independientes entre sí para el nombramiento de sus autoridades, elejian de comun acuerdo un presidente de la República i un congreso federal compues10 de dos cámaras. Como se ve, los constituyentes centro. americanos habian imitado la constitucion de los EstadosUnidos sin tomar en cuenta las condiciones especiales del pais para el cual lejisluban. El primer presidente de la República fué el jeneral don Manuel José Arce, hombre honrado i patriota que no pudo, sin embargo, gobernar en paz aquel esiado. La guerra civil se encendió en breve en casi toda la República i se continuó con escasas interrupciones hasta 1840. Los pueblos de la confederacion, cansados de esta larga lucha, i creyendo que el sistema federal era la causa de los disturbios i trastornos, se separaron entre sí i formaron los cinco estados independientes que hoi componen la rejion de la América Central (4).

(3) Se calcula que en toda la América Central no habria mas de mil esclavos, en su mayor parte sirvientes domésticos. El territorio qne hoi forma la República de Costa-Rica, tendria a lo mas cincuenta.

(4) Para la narracion de estos sucesos he tenido a la vista las Memo . rias para la historia de la revolucion de Guatemala por un guatemalteco publicadas en Jalapa (Méjico) en 1832, por un testigo i actor (don Manuel Montúsar), un estenso Manifiesto dado a luz por Filisola en Puebla en 1821. Alainan ha referido tambien con mucha claridad estos mismos sucesus en su importante Historio de la revolucion de Méjico (véase el tomo V. pájs. 316 i siguientes, 474 i siguientes, 757 siguentes. Ile consultado igualmente el libro publicado en Nue-York (1851) por don Felipe Jolina con el título de Bosquejos de Costa-Rica, las dos obras que acerca de Nicaragua i de la América Central ha dado a luz el viajero norte-americano Squier)

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CAPITULO XVIII.

Revolucion del Brasil.

(1807-1825.)

Invasion del Portugal por los franceses; la familia real se traslada al

Brasil.-El rejente del Portugal en el Brasil; sus primeras providen. cias administrativas.- Revolucion de Pernambuco. – Revolucion constitucional. --Vuelta del rei a Portugal.-Grito de Ipiranga; proclamacion de la independencia.- Las tropas portuguesas evacuan el Brasil - Organizacion politica del Brasil. --Segunda insurreccion de Pernambuco.-El Portugal reconoce la independencia del Brasil.

INVASION DEL PORTUGAL POR LOS. FRANCESES; LA FAMILIA REAL SE TRASLADA AL BRASIL. - Las ricas i dilatadas colonias de los pori ugueses en la América meridional no permanecieron tranquilas en inedio del torbellino revolucionario que ajitaba a las colonias españolas. Las causas inmediatas que produjeron la revolucion del Brasil, surjieron tambien de las complicaciones europeas de principios de este siglo.

En 1807, el trono de Portugal estaba nominalmente ocupado por doña María de Braganza. Esta reina habia llegado a un estado de absoluta demencia. Su hijo don Juan, conocido entonces con el título de príncipe del Brasil, i mas tarde con el nombre de don Juan VÍ, gobernaba la monarquía en el carácter de rejente. Dotado de un corazon humano' i bondadoso i de cierta intelijencia para comprender los detalles de la administracion, este principe carecia del talento superior del hombre de estado, i mas que todo, del carácter firme i sereno que siempre requiere el gobierno de los pueblos, i que era indispensable en la época en que le tocó mandar.

'En efecto, don Juan no habia podido mantener la neutra. lidad del Portugal en medio de las guerras que se siguieron a la revolucion francesa. Arrastrado, mas por debilidad que por conviccion política, a una alianza con la Gran Bretaña, se vió envuelto en una guerra contra la república francesa i contra la España, cuyo gobierno obedecia, tambien por de. bilidad i por torpeza, a la voluntad imperiosa de la Francia. Despues de una campaña vergonzosa para el Portugal, don

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Juan firmó el tratado de Madrid (27 de noviembre de 1801), en que, al paso que aceptaba otras condiciones humillante, prometia mantenerse en la mas estricta neutralidad.

El Portugal cumplió puntualmente ese tratado. Esto, sin embargo, no satisfizo a la arrogancia de Napoleon, cuando se vió elevado al rango de emperador de los franceses. Para arruinar a la Gran Bretaña, el poderoso capitan decretó el bloqueo continental (21 de noviembre de 1806), medida política i financiera con que pensaba arruinar el comercio ingles i su preponderancia marítima, cerrándole todos los puertos de Europa. Don Juan habria querido permanecer neutral en aquel conflicto; i en efecto, los ingleses continuaron sus negociaciones con el Portugal. El emperador, sin embargo, exijia mucho mas: hizo entender al embajador portugues en Paris que, si en el tiempo rigorosamente necesario para

escri. bir a Lisboa i recibir una respuesta, no le anunciaba la espulsion completa de los ingleses, la captura de sus bienes i de sus personas i una franca declaracion de guerra, romperia sus relaciones con el Portugal, no para hacer una campaña accidental, sino para ocuparlo definitivamente.

El rejente se encontró entonces en una situacion inui embarazosa. De una parte estaba la Inglaterra, que podia arrebatarle sus colonias, i de la otra el emperador frances, que podia quitarle el Portugal. Incapaz de asumir una posicion resuelta en cualquiera de estos casos, falto de recursos i de elementos para defender sus dominios de uno de esos enemigos, don Juan creyó salvar su trono i sus colonias decretando una aparente esclusion de los ingleses de todos sus dominios, i ganándose a Napoleon por medio de manifestaciones.de adhesion, que solo revelaban su debilidad i su impotencia.

Esta indesicion produjo el resultado que debia esperarse. Napoleon resolvió invadir el Portugal, i equipó al efecto un considerable cuerpo

de tropas, que puso a las órdenes del mariscal Janot, Queriendo tener propicia a la España para emprender estaguerra, i meditando, sin duda, desde entórices el proyecto de arrebatar mas tarde a los Borbones el trono español, firmó el tratado de Fontainebleau (27 de octubre de 1807), por el que quedaba estinguida la monarquía portuguesa, i sus dominios europeos repartidos en tres porciones, que debian tocar a la España, a la Francia i al príncipe de la Paz, el favorito de Cárlos IV.

El ejército frances que mandaba el mariscal Junot penetró en el Portugal casi sin encontrar resistencia. Los esfuer

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zos del rejente don Juan para desarmar la lempestad que se alzaba sobre su cabeza i para ganarse a los invasores fueron completamente infructuosos. La corte no pensó mas que en reunir todas las riquezas trasportables, embarcarse en la escuadra que estaba fondeada en frente de Lisboa i en fugarse al Brasil, dejando la patria sin recursos i sin gobierno, presa de los audaces invasores. El embajador ingles en Portugal, temiendo que los francese se apoderaran de la escuadra portuguesa, como se habian apoderado de una gran parte del territorio, urjia al rejente para que se embarcarse cuanto ántes. En efecto la familia real, el consejo de estado, los ministros i casi todos los grandes señores portugueses, con sus servidumbres i comitivas, componiendo por todo el número de trece mil personas, se embarcaron en medio de la consterna. cion de todo el pueblo, en catorce buques de guerra i en muchas naves mercantes llevando consigo sus tesoros. La corte, demorada en el puerto de Lisboa por vientos contrarios, pasó dos dias de mortal zozobra. Por fin el 29 de noviembre, las naves desplegaron sus velas i salieron del Tajo en los moinentos en que Junot ocupaba a Lisboa i se empeñaba inú. tilmente por embarazar la partida de la escuadra que marchaba al Brasil.

EL REJENTE DEL PORTUGAL EN EL BRASIL; SUS PRIMERAS PROVIDENCIAS ADMINISTRATIVAS.-La escuadra portuguesa fue dispersada por una tempestad, i las naves que la componian llegaron unas en pos de otras a los puertos del Brasil. El 23 de enero (1808) desembarcó en Bahía el rejente don Juan, donde fué recibido por el pueblo en medio de las mas entusiastas aclamaciones. El rejente pareció olvi. dar los intereses de su patria comprometida en una guerra desastrosa, i pensó solo en asegurar su dominacion en el Brasil. Cediendo a las inisinuaciones de algunos brasileros i deseando sobre todo ganarse la voluntad del gobierno ingles, bajo cuya proteccion se colocó decididamente, decretó (28 de enero) la apertura de los puertos del Brasil al comercio direc. to de todas las naciones amigas, lo que en aquellas circunstancias equivalia a abrir los puertos brasileros al comercio británico.

Despues de dictar otras providencias igualmente favorables a los intereses de la colonia, i de recibir las mas ardientes manifestaciones de adhesion, el rejente se hizo a la vela para Rio Janeiro, donde llegó el 7 de marzo. El pueblo lo recibió tambien ahí en medio de grandes regocijos i de ardientes salutaciones. Doo Juan se oyó aclanar por el pueblo empera

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dor del Brasil, i en efecto todo tendia a formar un imperio independiente de la estensa colonia Portuguesa. El rejente comenzó por organizar un ministerio; i queriendo que sus nuevos consejeros estuviesen al cabo de las necesidades del pais, dió el cargo de ministro del interior a don Marcos de Noronha e Brito, Conde dos Arcos, que gobernaba en el Janeiro con el tulo de virei desde dos años atras. Crearonse nuevas autoridades de un órden superior, consejos administrativos, i un tribunal supremo que debia reemplazar a que en Lisboa entendia en las causas de última apelacion. el estable ció una imprenta real, i aparecieron los primeros Siarios que hubiera conocido el Brasil: se abrió un teatro i dse estableció un banco al cual quedó confiada la administracion de todos los monopolios reales. Todas estas medidas daban a la colonia una vida nueva i la preparaban para la independencia que habia de proclamar en breve.

La administracion portuguesa en el Brasil se inauguró por otros actos de política esterior. El lejente, con el pensamiento de hostilizar en América al gobierno frances que le habia arrebatado sus dominios en Europa, envió una pequeña divisioni a la Guayana francesa, cuya conquistil presentaban como mui fácil los numerosos emigrados de aquella nacion en el Brasil. En efecto, el gobernador de aquella colonia, jeneral Víctor Hugues, entregó a los portugueses la plaza de Cayena, por capitulacion i sin combatir (14 de enero de 1809) i se embarcó para Francia con toda la guarnicion. La Guayana francesa quedó en poder de los portagueses hasta la paz jeneral en 1815.

La esposa del rejente, por su parte, emprendió otros trabajos para ensanchar sus dominios en América. La princesa doña Carlota Joaquina de Borbon, éste era su nombre, era hermana de Fernando VII de Españña; i aprovechando el cautiverio de este monarca quiso hacer valer sus derechos a las posesiones españolas en el nuevo mundo. Al efecto, dirijió cartas i proclamas a los mandatarios i a las personas mas caracterizadas de los vireinatos de Méjico i de la Plata i de la capitanja jeneral de Chile. En paises, sin embargo, los trabajos de la princesa sirvieron solo para acelerar la revolucion de la independencia. Debe cbservarse aquí que el rejente don Juan sué estraíso a estas intrigas: ofendido por la conducta lijera de su esposa, vivia separado de ella desde tiempo atrsa, i no tenia participacion en sus ambiciosos proyectos.

Mientras la corte portuguesa emprendia estos trabajos en el Brasil, parecia olvidar los sacrificios que en esa misma

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