Imágenes de páginas
PDF
EPUB

lijion, las costumbres i lits propiedades de los colonos españoles, volvió a la rejion oriental de la isla, dejando a uno de sus fermanos en el gobierno de la parte recien conquistada.

El jeneral Leclerc tomó un año inas tarde posesion de aquella provincia en nombre del gobierno frances. Los colonos recibieron favorablemente las nuevas autoridades; i toda In parte española de la isla de Santo-Domingo permaneció tranquila durante siete años bajo la dependencia de la Francia. La república de Haiti, aunque libre e independiente despues de la espulsion de los francesos, estaba envuelta en guerras civiles, i no pudo, por tanto, intentar la reduccion de aquella parte de la isla.

Así permaneció aquella colonia hasta 1808. La invasion de los franceses en España, i la guerra a que ella dió lugar, exaltaron el patriotisno de los antiguos colonos i los indujeron a tomar las armas contra sus dominadores. Uno de ellos, don Juan Sánchez Ramírez, encabezó el movimiento, i fácilmenle se hizo dueño de casi todo el pais. El jeneral Ferrand, gobernador de la provincia en nombre de la Francia, se puso a la cabeza de los 500 hombres que guarnecian a Santo-Domingo, i con ellos salió en busca de los rebeldes. El 7 de noviembre (1808) encontró a Sánchez que, con un ejército de 2,000 hombres de tropas colecticias, habia tomado posesion de un lugar conocido con el nombre de Palo-Hincado. Allí se trabó un combate terrible en que los franceses hicieron cuanto podia esperarse, pero en que también fueron derrotados por el mayor núinero. El jeneral Ferrand se disparó un pistoletazo para no sobrevivir a su derrota.

Los rebeldes marcharon sobre Santo Domingo; pero allí los franceses opusieron todavía una obstinada resistencia. Al fin, algunas naves de la Gran Bretaña, aliada entonces de los españoles, llegaron en ausilio de los rebeldes i obligaron a las autoridades francesas a 'eritregar la ciudad. Sánchez tomó el mando de la colonia, i recibió mas tarde de la junta central de Sevilla el nombramiento de capitan jeneral e intentdente de Santo Domingo.

La colonia volvió a gozar de paz i de 'tranquilidad bajo la nueva dominacion española. En la época en que casi todas las provincias do América estaban en abierta insurrec. cion contra la España, Santo Domingo permanecia pacífico j servia de punto de arribada a las naves españolas que venian · a América a combatir a los independientes. Por fin, la chisra revolucionarii prendió tambien en aquella isla. El audi.

[ocr errors]

tor don José Núñez de Castro, tribuno arrogante e impetuoso, encabezó un movimiento proclamando la independencia, depuso al brigadier don Pascual Real, i organizó un gobierno patriota a cuya cabeza se colocó el mismu (30 de noviembre do 1821).

La España, agobiada entonces por la sublevacion de la ma. yor parte de sus colonias i envuelta en una revolucion interior, no pensó siquiera en reconquistar a Santo Domingo; pero en cambio, oiros peligros amenazaban al nuevo estado. Los franceses establecidos en el pais quisieron que la reyolucion consumada favoreciese los intereses de la Francia, i en efecto pidieron al conde Doncelot, gobernador de las Antillas francesas, que tomase posesion de Santo Domingo en nombre de su gobierno. Antes que llegasen las tropas que habia preparado Donselot, Santo-Domingohabia sido sometido por los negros de Haiti. Boyer, presidente de esta república, al saber la revolucion que habia estallado en la parte antes española de la isla, reunió un ejército de 1,200 hombres i marchó con gran rapidez sobre la capital, aprovechándose del rlesconcierto en que se hallaban los rebeldes. Nuñez de Casiro no pudo oponer ninguna resistencia a ejército tan formidable, i se yió forzado a entregar el inando al presidente Boyer. La bandera haitiana tremoló en la ciudad de Santo Domingo el 21 de enero de 1822. Los otros pueblos de la colonia recibieron sin dificultad las nuevas autoridades. Las tropas francesas despachadas de la Martinica, no pudieron hacer nada contra el ejército haitiano, i se volvieron a aquella isla casi sin intentar empresa alguna.

La dominacion del jefe haitiano en la que fué colonia española, no podia dejar de ofender los intereses i los sentimientos de los antiguos colonos de España. Viéronse estos grayados con fuertes contribuciones, menospreciados por los negros i espuestos a frecuentes vejá nenes. El uso de la lengua española fué abolido en los tribunales i en todos los actos gubernativos, reemplazándolo el frances incorrecio i corrompido de los negros de Haiti. Su dominacion se mantuvo, sin embargo, durante veinte i dos años.

Al fin, en 1843 (13 de marzo), una revolucion derribó a Boyer del gobierno de la república de Haiti. Los dominica nos creyeron llegado el momento de sacudir el detestado yugo; pero el nuevo jefe haitiano, Herard Rivière, reprimió todo conato de insurreccion, i convocó a los pueblos a un congreso jeneral. Los antiguos colonos de la España esperaron

.

que ese congresu mejorara su situacion; pero viendo desatendidas sus quejas, pensaroni solo en una revolucion. En la noche del 27 de febrero (1844), algunos patriofas dominicanos se arrojaron sobre los cuarteles, obligando a la tropa a refujiarse en la ciudadela. El dia siguiente, el jeneral Desgrotte, que gobernaba en Santo Domingo en nombre de la república de Haití, capitulo con los sublevados retirándose en seguida con todas sus tropas.

Los revolucionarios se apresuraron a organizar un gobierno provisorio. Uno de ellos, don Pedro Santana, formó un cuerpo de tropas, e imprimió grande actividad a los trabajos de los insurjentes. Los haitianos, por su parte, no se quedaron en la inaccion: el presidente Rivière equipó un ejército de 30,000 negros i dividiéndolos en dos grandes cuerpos, se puso en campaña contra Santo Domingo, marchando él a la

a cabeza de una de las dos divisiones. A pesar de estos grandes aprestos, los negros sufriron dos espantosas derrotas. Santana destrozó en Azúa las fuerzas que mandaba Rivière en persona (19 de mayo); i el coronel dominicano don Ramon Mella batió la otra division en los alrededores de la ciudad de San. tiago (30 de mayo de 1844). Despues de estos dos grandes fracasos, el presidente Rivière perdió todo su prestijio; i una revolucion que estalló en Haití lo depuso del mando de la república.

Esta i otras revoluciones impidieron a los haitianos pensar en nuevas espediciones contra Santo Domingo. Mientras tanto, los habitantes de este pais engrosaron sus fuerzas i se prepararon para resistir otras agresiones. La república dominicana nació entonces; i aunque combatida por los negros, que no querian abandonar su proyecto de reconquista, i envuelta en constantes guerras civiles, ha sabido mantener su independencia en medio de las mas difíciles circunstancias. Desde 1845, algunos de los jefes de partido pensaron en colocar el nuevo estado bajo la dependencia de la España; pero cuando la nueva meirópoli creyó llegado el momento de dominar allí, los dominicanos se alzaron con nuevo ardor, i quitaron a sus antiguos dominadores el deseo de volver a pisar el suelo de la América independiente (4).

(4) La historia de la isla Española ha sido objeto de estudios numero sos i prolijos. Aparte de la estensa obra del P. jesuita frances Charlevoix (Histoire de Saint Domingue, Paris, 1730, 2 vol. en 4.°), en que deja la historia de esa isla hasta mucho despues del cstablecimiento de los franceses en su parte occidental, existen muchas otras obras en que cztán referidas las aventuras de los filibusteros o bucaneros, i la historia del establecimiento de los europeos.

Sobre la historia de la revolucion de Haiti i la formacion de la repú. blica de los negros, existen tambien muchas obras mas o menos jenefales, ademas de las poticias consignadas en las historias de Francia. Citaré solo los libros que he consultado sobre el particular, i que me han sido de grande utilidad para formar este capitulo. Charles Malo, Histoire d'Haïty depuis sa découverte jusqu'en 1824, Paris 1825, 1 vol. en 8.°; Sir James Barskett, Histoire politique et statistique de l'ile d'Ilayti, Paris, 1826, 1 vol. en 8."; ... J. Clausson, Précis historique de la revolution de Saint-Domingue, Paris 1819, 1 vol. 'en 8.°; Viscomte Panphile de Lacroix, Memoire pour servir a l'histoire de la revolution de Saint Domino gue, Paris 1819, 2 vol. on 8.° Esta obra, escrita por uno de los jenerales que hicieron la campaña con Leclere, se contrae especialmente a la his. toria de la espedicion de los franceses i contiene muchos detalles estratéjicos sobre aquellas guerras, pero dá tambien importantes noticias sobre los sucesos anteriores. Las vastas compilaciones biográficas de Michaud i de Hoerer contienen sobre los personajes que figuraron en la revolucion haitiana, interesantes noticias que me han sido de grande. utilidad. Muchas veces he seguido casi al pié de la letra el interesante resúmen de aquella revolucion que ha colocado M. Belloc en un volú men publicado en Paris en 1816, sobre la América, que forma parte de la coleccion de historias titulada Le monde. Ese volúmen, mui imperfecto en la parte relativa a la historia de las colonias españolas, es bastante cuidado al tratarse de las colonias francesas.

La historia de la parte española de Santo Domingo, ha sido mucho ménos estudiada, i es por lo tanto casi desconocida. En 1853, don an. tonio del Monte i Tejada comenzó a publicar en la Habana una Historia de Santo-Domingo desde su descubrimiento hasta nuestros dias; pero el primer tomo, que es el único que conozco, i creo que el único que ha salido a luz, contiene solo los viajes de Colon, i está en gran parte lleno con la reproduccion de documentos relativos a los primeros viajes al nuevo mundo. Para formar la reseña histórica de la revolucion dominicana contenida en este capítulo, no he tenido mas que dos autori. dades que consultar: Las pocas líneas que a ella consagra M. Gustave d'Alaux en unos artículos publicados en la Revue des deux mondes, i reunidos despues en un volumen con el título de Solouque ct son empire, i un libro de don Mariano Torrente, el célebre historiador realista de la revolucion hispano-americana. Este libro se titula Politica ultramarina, que abraza todos los puntos referentes a las relaciones de España con los Estados Unidos, con Inglaterra i las Antillas, i señaladamente con la isla de Santo Domingo, Madrid, 1854, 1 vol. en 8.'. Torrente, despues de examinar la politica española con respecto a aquellas potencias, i de consignar muchas noticias mui interesantes acerca de las Aptillas, recomienda a la España que acepte los ofrecimientos que antes de esa époea le habian hecho algunos caudillos dominicanos, de someter de nuevo aquel pais a la dominacion de su antigua metrópoli. Los capituJos 50 i 51 de dicho libro contienen una reseña rápida, pero mui clara, de la revolucion de ese pais; i de alli he tomado casi todas las noticias que he consignado sobre esos sucesos.

[blocks in formation]
[merged small][merged small][ocr errors][merged small][ocr errors][merged small][merged small][merged small][merged small]

DIVISIONES POLITICAS I ADMINISTRATIVAS DE LAS COLONIAS
ESPAÑOLAS.

Pájs.
Diferencia entre la conquista i la colonia en la historia de las po-

seciones españolas de América, ...
Vireinato de Méjico o Nueva España..
Capitania jeneral de Guatemala..

12
Vireinato de Nueva Granada
Capitania jeneral de Venezuela..
Vireinato del Perú .

19
Vireinato de Buenos-Aires.
Capitanía jeneral de Chile..
Capitania jeneral de Cuba.

[ocr errors]

CAPÍTULO II.

ADMINISTRACION DE LAS COLONIAS ESPAÑOLAS.

Los representantes del Rei..
El Consejo de Indias i la casa de contratacion..
Las audiencias ....

29
31
32

1

« AnteriorContinuar »