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fondo del golfo de México, la mas cercada de mares americanos, ý bastante retirada de la costa para no esperimentar su calor incómodo ni sus enfermedades, y poseyendo en los llanos que se hallan á sus pies un enrejado de aguas navegables que atraviesan el estado de Tabasco en todos sus senos, el rio de Chacamas, que para decirlo así, baña los pies de estas murallas, es navegable y cae en el de Usumacinta; los rios de Tatasaja, que comunica tam- C bien el de Usumacinta, están á pocas leguas de distancia: en fin, los canales y los rios ofrecen todas las facilidades para el comercio.

Yo no puedo, dice todavia, sino proclamar con entusiasmo el héroe americano, fundador de esta metrópoli, que debería ver su nombre colocado á la par de los de Alejandro, Constantino y Pedro el grande. Bolet. de la soc. oct. de 1832.

Una comision de la sociedad geográfica de Paris, discurriendo el año de 1836 sobre las antigüedades centro-americanas, habla de la cruz que contiene uno de los monumentos de Palenque, y estima que no podrá ser estudiada con fruto, sino cuando haya datos sobre los símbolos y caractéres con que está adornado su contorno, si es permitido, dice, llamar caractéres los grupos complicados y bizarros que contiene dispuestos en columnas, así este bajo relieve como los otros; y aunque un escritor portugués no dude interpretarlos como un tema astronómico muy sábio, ella suspende su juicio, pensando no ser llegado el tiempo de semejantes explicaciones; por lo demas conviene con M. Dupaix, en que todos estos signos son peculiares á los monumentos del pais, y no tienen semejanza alguna con los otros geroglíficos conocidos, ni aun con los signos mexicanos.

Medallones circulares, dice, en estuco ó en granito, desnudos ó adornados y ajustados en las murallas, son una particularidad en estos monumentos digna de notarse: se puede afirmar en todos conceptos, que los edificios de Palenque llevan un carácter especial: se encuentran en el resto del pais de Guatemala y en Yucatan: ellos anuncian un pueblo idéntico, aparte de México y de la América del sur; lo mismo que toda la comarca entre el istmo de Panamá y el de Tehuantepec forma una region bien distinta, igualmente separada por límites naturales de la América septentrional y de la meridional. Dupaix, añade, da tambien su opinion sobre el origen de la antigua poblacion del pais; y admite muchas fuentes, y muchas épocas, pero sin explicarse.

límites naturales, que la política española ha con guas no son ménos distintas; las razas diferentes; gráfica es tambien toda especial, sea que se div mar de las Antillas, sea que se considere el lado y del océano. Para quien ha estudiado los fragm ras viniendo de Palenque mismo, es fácil recono nómico propio, en armonía con las esculturas d tos. Los hombres del suelo han dejado su retrato lieves, los han esculpido sobre piedra dura: ellos en tierra cocida, y este retrato no parece ni á mex vianos, aun mas á los americanos del sur que á l ro todas estas consideraciones no pueden ser sin pueblo que ha fabricado los antiguos monument es completamente ignorado; aun su nombre mis do. Ciertamente no se podrían comparar las inst artes de este pueblo todavia obscuro á las del ant no ha dejado literatura: sus monumentos escritos llos que le suponen tener caractéres de escritura, da sino pinturas simbólicas, mal á propósito com geroglíficos egípcios. No dejamos de creer que los la América central no han sido hasta aquí copia titud, y que es mas bien por defecto de aptitud por falta de habilidad de los autores de estos m mismos viajeros aseguran, que ellos son superio xico, por el estilo de la escultura y la grandeza El Redactor de estas Memorias, habiendo visto c mo trece diseños tomados por M. Catherwood, qu mucha parte de los de Copan á fines del año de verifiquen esta importante asercion.

El mismo Sr. Catherwood acaba de visitar las riguá, terreno de los Sres. Payeses no muy distan de ellas se da noticia en el núm. 94 del Tiempo 7 de mayo de 1840, especificándose las piezas sig

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Una estatua de tres varas y un tercio de alto, caida en el suelo. Otra de igual dimension con la cara viendo al cielo. Otra de ocho varas y media, inclinada mas que la torre de Pisa. Otro monumento de siete varas dos tercios, perpendicular y como en forma de obelisco, lleno de geroglíficos, y con una estatua humana esculpida en el anverso, que tiene algunos atributos en la mano. Otra estátua de tres varas, que representa una muger. Otra de seis y dos tercios, de un lado muger y del otro figura de hombre, mejor conservada. Una cabeza de gigante, de dos varas de diámetro. Dos altares bien labrados. Un obelisco de cuatro varas de alto.

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Cuatro otros monumentos, en distintos lugares, siendo uno de ellos en forma circular, sobre una pequeña eminencia, formada de piedras de rio. En el centro del circo, al cual se baja por gradas muy angostas, hay una grande piedra redonda, cuyo contorno presenta muchos geroglíficos é inscripciones: dos cabezas de hombre de un tamaño mayor que el natural, parecen sostener aquella mesa, cubierta de vegetacion en su mayor parte.

Los expresados monumentos, añade el periódico, se hallan sobre la ribera izquierda del Motagua, rio que desemboca en el golfo de Honduras, entre los puertos de Omoa y Santo Tomas, y existen á distancia de mil varas del mismo rio; de suerte que siendo éste navegable, y plano el terreno desde aquel lugar, no será estraño que un dia salga alguno de ellos á atestiguar en el mundo viejo, que el llamado nuevo encierra soberbias esculturas de los siglos mas remotos.

§ 3.-Monarquías.

Entre los tulteques que se diseminaron en estas regiones, los caudillos que, en concepto de Ordoñez cap. 4 not. 1 n. 3, y Juarros tr. 4 cap. 1, ocuparon las tierras altas que hallaron mas pobladas, fundaron la monarquia quiché, llamada así segun la derivacion que en la traduccion de la mitologia de este pueblo da Ximenez de la voz quitz-té, que significa muchos árboles ò muchas gentes. El mismo Juarros ofrece la cronologia de sus reyes en número de veintiuno, tomada de Fuentes, en el lib. 7; pero el autor del Isagoge lib. 2 cap. 4 indica que faltan cinco ó seis

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nombres que traen los manuscritos de indígenas, y duda si son o tros mas, ó los mismos con distinta denominacion: todos los cuales llenaron el espacio de cuatro siglos y medio desde su establecimiento hasta la venida de los españoles.

Este reyno se estendia, segun este último escritor cap. 1, por muchas provincias que ahora estan divididas en varios corre◄ gimientos de Casaltenango, Totonicapa, Atitlan, Tepanatitlan, toda la provincia de San Antonio, parte de la Verapaz, todo lo de Goathemala, Sacatepeques, Pocoman: llegáronse à este reyno los señoríos de los mames y cuchumatanes, y gran parte de las Chiapas y Soconusco. Uniéronse tambien á esta potencia los reyes ó caciques de Copan que eran muy poderosos: en fin, dominaban los reyes de Quiché en la mayor y mejor parte de este reino de Goathemala, en mas de doscientas leguas por las costas del mar del sur y en todas las tierras altas, que les corresponden; pero no habian estendido sus dominios por las costas del mar del norte, ni á las montañas vecinas como Zoques, Chiapas, Tesulutlan, que ahora se dice Verapaz: ni se estendia á las provincias de Comayagua, Nicaragua y Costa Rica, que tenian sus régulos ó caciques independientes de los reyes del Quiché, y de todo otro monarca.

En el reynado del emperador Ahuitsotl el año de 1498, Hiltototl, general suyo, dice Clavígero lib. 4 S final, que concluida una de las empresas de sus conquistas, llevó sus armas victoriosas hasta Qualthemalan, á mas de 900 millas al sudeste de México, en cuya expedicion, segun los historiadores, hizo prodijios de valor; pero ninguno, continúa, da pormenores de sus hazañas, ni sabemos tampoco que aquel territorio quedase sujeto al imperio de México. Fuentes lib. 3 cap. 3 no hace mencion, sino de relaciones y mensajes entre el mismo emperador y los príncipes de este territorio, sin que por eso aparezca en ellas tampoco comuni→ cacion importante.

Bernal Dias, citado por Clavígero, disert. 7, hablando de las guarniciones y gente de guerra que habia colocado Montezuma en las fronteras del imperio hácia esta parte, refiere que tenia una en Soconusco, para defenderse de Guatemala y de Chiapa. El autor del Isagoge cap. 2 hace mencion de las que los reyes del Quiché tenian en la parte que poseian de Soconusco, y refiere la derrota que comenzaron á sufrir sus huestes en la de Tonalá, en la aproximacion de Alvarado, donde Remesal lib. 1 cap. 2 to

davia en su tiempo halló los rastros.

La estension de esta monarquia debe entenderse, uniendo unos tiempos con otros, puesto que Juarros tr. 4 cap. 2, refiriéndose á Fuentes, escribe que desprendido el señorío de los mames, *todavia Acxopil, el sexto de sus monarcas, la dividió en tres, separando los señoríos de Guatemala y Atitlan, que confirió á dos hijos suyos; y que, segun el mismo autor del Isagoge cap. 4, no fué sino hasta Balam Quiché, el noveno de ellos, que se agregó el principado de Payaquí ó Chiquimula, cuya capital era Copan, y comprendía parte del distrito de Comayagua. Mas parece no haber conservado largo tiempo sus sucesores este señorío, con las guerras que les suscitaron los príncipes comarcanos de Guatemala y Atitlan. M. Galindo da mas importancia y estension al señorío de Copantl, en exposicion que acompaña á los diseños del reconocimiento de su capital el año de 1836.

$ 4.-Ciudades.

No se encuentran vestijios de córtes de príncipes, sino solo en Utatlan, que lo era del rey del Quiché, y en Isinché, que lo era del de Guatemala; pues las que se han admirado en Copan, lo mismo que en Ococingo y el Palenque, pertenecen á mas remota antigüedad y bien antigua civilizacion, como la llama Humboldt, ens. lib. 3 cap. 8. De Utatlan hace Juarros tr. 1 cap. 4 una descripcion sucinta, tomada de Fuentes que la reconoció á fines del siglo 17; añadiendo que la opulencia de este monarca, en concepto de Torquemada, competia con la de Montezuma en México y de los íncas en el Cuzco. Igualmente la hace de Isinché tr. 6 cap. 1, llamada tambien Patinamit y Tepan Guatemalâ, que por su planta y edificios ha debido estimarse la segunda ciudad despues de Utatlan.

El gobierno supremo del estado ha hecho reconocer últimamente las ruinas de una y otra ciudad. Los planos y vistas tomadas por el comisionado y el informe con que las acompaña, muestran vestijios de adoratorios, fortificaciones y trazas de edificios, calles y plazas ajustadas á dimensiones y con eleccion de materias en su estructura. Humboldt lib. 2 cap. 5 ha notado que en el Perú, en Guatemala y en México algunas ruinas de edificios,

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