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no pueden gozar de alguna mina de oro, ó de plata, ni de algun otro objeto sin el permiso de los señores del pais; y todo lo que ellos poseen, la ley de Dios les hace un deber de restituirlo, sin retener la menor parte.

En Guatemala los indígenas tenian minas de oro. Se ha visto que á Cortés hicieron presentes de esta clase en el Peten y en la Verapaz, en Utatlan, Atitan y Copantl, y no podia ser șino de sus minas. Ximenez en su hist. nat. tít. 13, hace mencion de las que tenian en estas provincias, y en los distritos de Nebah, Joyabah, San Juan y San Pedro Sacatepeques. Los conquistadores se apoderaron de ellas y de la industria de sus dueños, para su beneficio, y aprovechamiento, subministrándoles mejor herramienta. Herrera 1, 7, 7 expone que de la isla de Santo Domingo se llevaron á Tierra firme cuarenta indígenas maestros de sacar oro, que enseñasen á otros; y á los que tenian este oficio en Nicaragua llama este escritor cuadrillas de sacar oro. Los naturales que le tenian en las minas de Alvarado, son llamados en su testamento esclavos de sacar oro. En queja que da este ayuntamiento á Montejo, gobernador de Honduras, en ausencia de Alvarado, firmada por tres regidores y los dos alcaldes Dovalle y Dardon, que lo fueron el año de 37, sobre que los vecinos de San Pedro Zula impedian á los mineros y cuadrillas de esta ciudad el sacar oro en minas comarcanas á aquella ciudad, hacen cuenta y cargo de perjuicios, refiriendo que eran veinte cuadrillas de cada cien esclavos é mas, cada una de las cuales, dice, es notorio é 'se tiene por cierto cogerá en cada año cinco é seis mill pesos de oro, de que pertenece a las rentas de su magestad mill pesos é mas, que suman cada un año veinte mill pesos. Veinte mil pesos venian siendo quinto de cien mil. Agia, en su tratado del servicio personal, hablando de varias provincias de Quito y el Perú y de estas de Guatemala, Honduras y Nicaragua, entre otras cosas, dice al § 8: y de esta manera per-, petúan los índios en las minas, por hacerles de mal á los encomenderos sacar de las minas á los que son diestros en sacar oro ó plata, y meter índios visoños y que no saben de aquel menester. En cabildo de 27 de febrero de 38 se concedió á Alonso Zamora un sitio cerca de la laguna para poner á sus esclavos, donde tenia, dice Juarros tr. 6 cap. 15, su labadero de oro.

Los españoles tambien descubrieron otras. En acta de 24 de julio de 1829, se refiere que Diego Sanchez fué el primero que

déscubrió una, y se le permite ir á sacar el oro en polvo con sus cuadrillas, sin embargo de la prohibicion puesta en el cabildo anterior de acudir á las minas, pena de la vida, por estar la tierra de guerra en algunas partes. Bernal Dias, cap. 181, cuenta que por este tiempo se descubrieron unas minas junto al pueblo de Quinistan. Herrera 6, 1, 8 expone que á cuatro y cinco leguas de la eiudad de Gracias se encontraron muchas y buenas. Llorente, en el suplemento á la segunda memoria de Casas, refiere que este prelado, entre otras medidas útiles, obtuvo la de que se permitiese a los índios explotar de su propia cuenta, como los españoles, las minas de su pais. Pero si en la costa de Michiatoya, segun relacion de Herrera 4, 8, 8, se dejó á los naturales el beneficio de la sal, que sacaban, dice, cociendo la tierra en ollas con fuego; las salinas que se descubrieron en Nicaragua, segun el mismo escritor lib. 5 cap. 4, fueron concedidas al comendador Francisco de los Cobos.

En fin, las tierras todas, aguas, montes, pastos, todo, dice Solórzano lib. 6 cap. 12, fué considerado perteneciente á la regalía. Remesal lib. 11 cap. 4 expone que el presidente Cerrato hizo donacion de la laguna de Amatitan á los padres domínicos, y asímismo que el padre fray Diego Martinez la pobló de mojarras, trayéndolas en botijas del mar del sur, porque antes no se criaban allí sino unos pescadillos muy pequeños. El cabildo la quitó y aplicó á los propios de la ciudad, redundándose á los índios algunas pesadumbres, que toleraban por el interes que tenian en la pesca. Las actas de 2 de agosto en adelante, denotan que sobrevino pleito, hasta proponer el cabildo transacion; pero el rey, en cédula de 18 de enero de 1575, la mandó restituir y dar el dominio al pueblo de Amatitan, y por consiguiente tambien al de Petapa y demas de su comarca. En acta de 10 de octubre de 86 se hace mencion de albarrada, echada segun parece á la laguna de Dueñas para cria de pescado, como perteneciente á ejidos.

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CAPÍTULO 25.

Frutos de la tierra.

¡Ojalá, exclama Humboldt ens. lib. 4 cap. 9, que en todas partes se hubiese conservado el nombre de los que en vez de asolar la tierra, la han enriquecido con plantas útiles al hombre! Garcilazo de la Vega, prosigue, se queja de la ingratitud de sus compatriotas, que apénas conocian el nombre de Maria de Escobar, la primera que llevó algunos granos de trigo á la ciudad de Lima, con que se propagó su sementera. En Quito el padre José Rixi, natural de Gante, sembró el primer trigo européo cerca del convento de San Francisco. Todavia los frailes enseñan como una curiosidad el tiesto en que fué de Europa el primer trigo, y lo conservan como una reliquia preciosa. En Guatemala, Vazquez lib. 1 cap. 32 confiere esta primacía á Antonio Paredes, ascendiente suyo, á quien se dió vecindad en esta ciudad el año de 36. Juarros tr. 3 cap. 5 la dá á Francisco de Castellanos, tesorero, que vino con Alvarado, segun Remesal, el año de 29; y parece lo cierto.

El propio Juarros tr. 6 cap. 16 anuncia, que la propagacion del ganado vacuno se debe á Hector de Barreda, que trajo á su costa de la isla de Cuba cantidad de vacas, con que formó un hato en el sitio que le cupo en repartimiento, en los ejidos de la ciudad, y por esta razon fué conocido con el nombre de valle de las vacas. El propio Vazquez refiere la venida de ganado ovejuno al contador Francisco de Zorrilla, y que lo aposentó en sitio que le fué señalado á la boca y principio del valle en 3 de junio de 30. Del caballar, añade este escritor, solo se sabe que, multiplicadas las yeguas y potros en el valle, fué necesario señalarles sitio mas distante el año de 31, en las tierras intermedias entre Escuintepeque y Masagua, que la ciudad miraba tambien como término de sus ejidos. El ganado de cerda estaba ya propagado. En acta de 6 de mayo de 25 se prohibe vender un puerco en mas de veinte pesos.

Con respecto á Honduras, Bernal Dias cap. 183 refiere que Cortés, llegado á Trujillo por el año de 25, dió á los guanajos puercos y barracos, que trajo de México, con que se hizo casta en aquella isla. Herrera 3, 8, 4 expone, que el propio Cortés, á quien Humboldt llama grande hombre en esta parte, envió un navío con

la plata de su servicio y joyas que tenia, á Cuba y Jamayca por bas-
timentos y ganados de todas suertes, y diversas plantas por aco-
modar y ennoblecer á Trujillo. Refiere así mismo este escritor, que
por el año de 29 llegaron á Trujillo cuatro navíos cargados de ye-
guas, becerras, puercos, y otros animales y cosas de provecho; en-
tre ellas seguramente simientes de plantas de Castilla y cañas de ?
azúcar; y como ya era conocido el camino para Guatemala, mu-
cho de esto debe haber pasado á esta ciudad.

En cabildo de 14 de julio de 36, ya pide Antonio Diosdado ciertas tierras para cañaverales de azúcar que son media legua, al parecer en los sitios llamados Talcomunta y Macuil, junto á Amatitan, con dos rios que por ella pasan, y le son otorgados con calidad que las pueble y edifique é labre dentro de seis meses. Puede haberse construido ingenio, como lo habia ya el año de 45 en Chiapa, segun testifica Remesal lib. 6 cap. 5. En 4 de junio de 29 se habia concedido un salto de agua del rio de la ciudad al adelantado Alvarado para un molino; en igual mes de 32 se repite la concesion con índios de Tasulteque: en enero de 38 ya se pone precio á sus taréas; y en abril no se permite vender la harina si no en casas de cabildo. En febrero de 39 aparecen á real el arrelde, esto es cuatro libras, de puerco y el de vaca, y á real y medio el de carnero; y en agosto de 41, escaseado el trigo con el perjuicio de los ganados, se paga á peso y medio una fanega. En enero de 32 se tasa á peso la arroba de pescado, y á peso la fanega de sal.

Remesal lib.cap.expresa que el ganado multiplicó á la maravilla; y lamenta, que el ganado mayor de bueyes y vacas, cabaHos é yeguas, y el menor de lana y cerda, escaseando la yerba del campo, entró en los trigos y maizales, y en los árboles de España, que habia costado mucho trabajo traer, plantar, y conservar. Primero se mandó alejar media legua de la ciudad, y despues sacar del valle á los estremos de los ejidos. En la falda del volcan le hicieron mucho daño los leones, y en particular uno de que se hace mencion en acta de enero de 32, y la hace tambien este escritor, añadiendo, que el propio adelantado salió en montería á cogerlo, y no dando con él, se ofrecieron á quien lo matase 25 pesos de oro ó cien fanegas de maiz: lo que denota que la fanega de este grano, valia entónces dos ó tres reales. No obstante, Alonso García que le mató, escogió y se le mandaron pagar los 25 pesos, segun se refiere en la acta de julio que menciona. Herrera 4, 8, 8 expone,

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que el ganado vacuno multiplicó en la costa de Michatoya, desaguadero del rio de Amatitan desde el salto hasta la playa del mar: que el caballar mas desmerecido engordaba en unos pastos que riegan unos lagos procedentes de mineros de azufre; y que habia poblaciones de castellanos é índios con mucha fruta de la tierra y de Castilla, principalmente naranjas, higos y melones. En las propias actas suenan veinte y ocho libras de carne de vaca por el real el año de 76, y veinte y seis en el de 77.

De Honduras, dice este escritor 3, 8, 7, han multiplicado bien todo género de ganados, y el vacuno es mayor que el de Castilla: y las parras dan dos veces al año, y lo mismo el trigo, aunque la segunda vez no tan bien como la primera; y dende á ocho dias que se vendimia la uba, se podan las viñas, y vuelven á echar, de manera que á Navidad se comen ubas maduras: los limones, naranjas y otras frutas han producido tanto, que los castellanos no echan ménos ningun regalo de Castilla; pues hasta el azúcar y otras cosas semejantes han dado muy bien. Hablando de Trujillo dec. 5 lib. 9 cap. 9, transcribe un memorial en que se expresa, que no habia vecino que no tuviese en su casa un huerto con todas las frutas de Castilla, que se habian podido haber, las cuales se daban muy bien, como naranjas, cidras, limones ágrios y dulces, granados y higueras de las cuales á siete meses que se plantan, se cogia fruta: de melones y ubas y otras tenian abundancia.

Avivado el laboréo de las minas, abundaron tambien el oro y la plata, que entonces se guardaba en barras, ó aplicaba al ajuar y moneda. En la mortual de Francisco Fernandez de Medina el año de 1538, aparecen recaudados de Domingo de Salazar 134 pesos, que importaban una media barra, una planchuela y un vasillo de oro todo de 12 quilates: una basinete con su asa y cuatro platos de plata; y en dinero, de Juan Godinez veinte pesos, y de la almoneda sacados gastos diez pesos. Por el año de 1540, cuenta Remesal lib. 4 cap. 5, entraron en la ciudad grandes oficiales de oro y plata, y con la abundancia de estos metales que entonces habia, cada vecino á porfia queria hacer vagillas para servirse, joyas para engalanarse á sí, á su muger, y sus hijos: y sin escasez entregaba la plata por arrobas, el oro por libras, á puños las esmeraldas, que se habian de repartir por cadenas, cintos, joyeles y apretadores. En apunte tomado del primer libro de actas del cabildo eclesiástico á f. 44, aparece razon de 200 marcos de plata entregados en 1o de

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