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la plata de su servicio y joyas que tenia, á Cuba y Jamayca por bas-
timentos y ganados de todas suertes, y diversas plantas por aco-
modar y ennoblecer á Trujillo. Refiere así mismo este escritor, que
por el año de 29 llegaron á Trujillo cuatro navíos cargados de ye-
guas, becerras, puercos, y otros animales y cosas de provecho; en-
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tre ellas seguramente simientes de plantas de Castilla y cañas de
azúcar; y como ya era conocido el camino para Guatemala, mu-
cho de esto debe haber pasado á esta ciudad.

En cabildo de 14 de julio de 36, ya pide Antonio Diosdado ciertas tierras para cañaverales de azúcar que son media legua, al parecer en los sitios llamados Talcomunta y Macuil, junto á Amatitan, con dos rios que por ella pasan, y le son otorgados con calidad que las pueble y edifique é labre dentro de seis meses. Puede haberse construido ingenio, como lo habia ya el año de 45 en Chiapa, segun testifica Remesal lib. 6 cap. 5. En 4 de junio de 29 se habia concedido un salto de agua del rio de la ciudad al adelantado Alvarado para un molino; en igual mes de 32 se repite la concesion con índios de Tasulteque: en enero de 38 ya se pone precio á sus taréas; y en abril no se permite vender la harina si no en casas de cabildo. En febrero de 39 aparecen á real el arrelde, esto es cuatro libras, de puerco y el de vaca, y á real y medio el de carnero; y en agosto de 41, escaseado el trigo con el perjuicio de los ganados, se paga á peso y medio una fanega. En enero de 32 se tasa á peso la arroba de pescado, y á peso la fanega de sal.

Remesal lib. cap. 4 expresa que el ganado multiplicó á la maravilla; y lamenta, que el ganado mayor de bueyes y vacas, cabaHos é yeguas, y el menor de lana y cerda, escaseando la yerba del campo, entró en los trigos y maizales, y en los árboles de España, que habia costado mucho trabajo traer, plantar, y conservar. Primero se mandó alejar media legua de la ciudad, y despues sacar del valle á los estremos de los ejidos. En la falda del volcan le hicieron mucho daño los leones, y en particular uno de que se hace mencion en acta de enero de 32, y la hace tambien este escritor, añadiendo, que el propio adelantado salió en montería á cogerlo, y no dando con él, se ofrecieron á quien lo matase 25 pesos de oro ó cien fanegas de maiz: lo que denota que la fanega de este grano, valia entónces dos ó tres reales. No obstante, Alonso García que le mató, escogió y se le mandaron pagar los 25 pesos, segun se refiere en la acta de julio que menciona. Herrera 4, 8, 8 expone,

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que el ganado vacuno multiplicó en la costa de Michatoya, desaguadero del rio de Amatitan desde el salto hasta la playa del mar: que el caballar mas desmerecido engordaba en unos pastos que riegan unos lagos procedentes de mineros de azufre; y que habia poblaciones de castellanos é índios con mucha fruta de la tierra y de Castilla, principalmente naranjas, higos y melones. En las propias actas suenan veinte y ocho libras de carne de vaca por el real el año de 76, y veinte y seis en el de 77.

De Honduras, dice este escritor 3, 8, 7, han multiplicado bien todo género de ganados, y el vacuno es mayor que el de Castilla: y las parras dan dos veces al año, y lo mismo el trigo, aunque la segunda vez no tan bien como la primera; y dende á ocho dias que se vendimia la uba, se podan las viñas, y vuelven á echar, de manera que á Navidad se comen ubas maduras: los limones, naranjas y otras frutas han producido tanto, que los castellanos no echan ménos ningun regalo de Castilla; pues hasta el azúcar y otras cosas semejantes han dado muy bien. Hablando de Trujillo dec. 5 lib. 9 cap. 9, transcribe un memorial en que se expresa, que no habia vecino que no tuviese en su casa un huerto con todas las frutas de Castilla, que se habian podido haber, las cuales se daban muy bien, como naranjas, cidras, limones ágrios y dulces, granados y higueras de las cuales á siete meses que se plantan, se cogia fruta: de melones y ubas y otras tenian abundancia.

Avivado el laboréo de las minas, abundaron tambien el oro y la plata, que entonces se guardaba en barras, ó aplicaba al ajuar y moneda. En la mortual de Francisco Fernandez de Medina el año de 1538, aparecen recaudados de Domingo de Salazar 134 pesos, que importaban una media barra, una planchuela y un vasillo de oro todo de 12 quilates: una basinete con su asa y cuatro platos de plata; y en dinero, de Juan Godinez veinte pesos, y de la almoneda sacados gastos diez pesos. Por el año de 1540, cuenta Remesal lib. 4 cap. 5, entraron en la ciudad grandes oficiales de oro y plata, y con la abundancia de estos metales que entonces habia, cada vecino á porfia queria hacer vagillas para servirse, joyas para engalanarse á sí, á su muger, y sus hijos: y sin escasez entregaba la plata por arrobas, el oro por libras, á puños las esmeraldas, que se habian de repartir por cadenas, cintos, joyeles y apretadores. En apunte tomado del primer libro de actas del cabildo eclesiástico á f. 44, aparece razon de 200 marcos de plata entregados en 1o de

diciembre de 48 á Pedro Fernandez para custodia y otras piezas de la iglesia mayor. El propio Remesal lib. 9 cap. 4 expresa, que al fundarse convento de domínicos en San Salvador el año de 51, acudió la gente con tal liberalidad á todo lo necesario así de alhajas comunes como de ropa para el refitorio y sacristía, que dentro de un año la casa tenia mas plata para el servicio del altar, y mas ornamentos para el culto divino, que Guatemala y Ciudad-Real juntos. Gage p. 3 c. 1o, dando idea de la lámpara principal, de la imágen de la Sma. Vírgen del Rosario, lámparas inferiores y demas, concluye en resúmen, diciendo: este convento es tan rico, que se podrian sacar cien mil ducados de los tesoros que encierra. El propio Remesal, hablando lib. 9 cap. 25 de las iglesias de los pueblos de los indígenas, escribe: unos índios á imitacion de otros, y unos pueblos á emulacion de sus vecinos sé aventajan en estas obras: para dar entera relacion de lo mucho que es esto, cuando salí para Nueva-España, comencé á hacer memoria de la plata y ornamentos que habia en los pueblos por donde pasaba, y llegaba á tanto el número y la cantidad, que era menester un libro muy grande para asentarlo: porque solo en Sumpango, un índio habia dado en plata cinco mil y quinientos y ochenta tostones: osaria afirmar, que en sola la sierra de Zacapula han sido mas liberales los índios en esta parte, que todos los demas de esta provincia de Guatemala, Chiapa y los Zoques; y así no hay comparacion ni tasa.

Los indígenas segun se ve, asegurados algun tanto en sus derechos descubrian los tesoros, que habian ocultadó al tiempo de la devastacion. El propio Remesal lib. 6 cap. 5, hablando del recibimiento que los indígenas hicieron en Chiapa el año de 45 al obispo Casas, dice. Los hijos de los principales, que eran mas de ciento, venian vestidos al uso de España, de una vistosa libréa, aderezados con muchas joyas de oro, con una mudanza de arcos, y una cancion en romance á decorar. Salieron los principales mas vestidos que otras veces con joyas y collares de oro: unos hechos á modos de culebras: otros como animales enlazados, y otros de otras hechuras: y el cacique don Pedro Noti llevaba tres anchos, que le ocupaban de la garganta á la cintura: y los padres se espantaban, como los habian ocultado y defendido de los españoles. El mismo escritor cap. 17, refiriendo las fiestas que hicieron en la publicacion de las nuevas leyes el año de 46 los propios índios, dice. Esta alegría de su corazon, manifestada en el rostro, salió á

los pies y las manos, y el primer dia de fiesta, instigados de sí mismos, hicieron un baile el mas solenne, en que como gallinas, que seguras del milano sacan sus polluelos á la era, y al grano, y calor del sol, sacaron todos sus ricos vestidos, plumages, cadenas, cintos, patenas, y mil diferencias de joyas de oro, esmaltadas con piedras muy finas, y de varias hechuras, que habia años no salian á ver la claridad y hermosura de la luz.

Los conquistadores y nuevos pobladores cultivaron tambien con buen éxito algunas plantas indígenas. Herrera 4, 8, 9, hablando del consumo y abundancia del cacao, escribe: gástase tanto, que lo que sale de Nueva-España y dan y gastan en sus casas y labores, en solo cuatro lugares de los Izalcos seran mas de cincuenta mil cargas, que á su precio comun valen quinientos mil pesos de oro de minas: ocúpanse todos ellos con sus huertas, dos leguas en cuadro, que tales huertas y tal fruto de árboles, en tan poco espacio, no se sabe en el mundo. No expresa cual es el precio comun, pero resulta á diez pesos de oro la carga, que hacian entonces quince de plata compuesta de tres xiquipiles, el xiquipil de 20 contles y el contle de 400 almendras. Expone tambien, que 200 almendras tenian valor de un real entre los índios, y eran la moneda corriente entre ellos y los castellanos para las cosas menudas. Torquemada lib. 19 cap. 32, refiere que los curatos de esta costa son de clérigos, y son los mas ricos de la Nueva-España por causa del mucho cacao que allí se hace, y es la mejor mercadería de toda esta tierra despues de la grana.

Acosta, haciendo mencion de la tuna lib. 4 cap. 23, dice, es otro árbol célebre de la Nueva-España, porque en sus hojas nacen unos gusanillos: déjanlos secar, y así secos los traen á España, que es una rica y gruesa mercadería: vale la arroba de esta cochinilla ó grana muchos ducados. En flota del año de ochenta y siete vinieron cinco mil seiscientos setenta y siete arrobas de grana, que montaron doscientos ochenta y tres mil setecientos cincuenta pesos, y de ordinario viene cada año semejante riqueza. Resulta aquí la arroba á cincuenta pesos ménos cinco maravedís.

Tratando del jiquilite el propio escritor, dice: aunque no es árbol sino yerba de la que se saca el añir, que es para tinte de paños, por ser mercadería que viene con la grana, dice, que tambien se da en quantidad en la Nueva España, y vino en la flota que he dicho, obra de veinte y cinco mil y doscientas y sesenta y tres ar

robas, que montaron otros tantos pesos. El autor habla aquí en general de la Nueva-España, pero Solórzano que reproduce la misma narracion lib. 2 cap. 9, se contrae á Guatemala, y no pone reparo alguno sobre tan bajo precio, como el de un peso por arroba:

Que Acosta tratando de la grana, comprenda á Guatemala en la denominacion general de Nueva-España, es cosa muy óbvia, pues por lo menos era produccion de Chiapa en la provincia de los Zoques en tiempo de Ximenez, de que ya se ha hecho mérito, y ademas, aparece redactada en la ley 21 tít. 18 lib. 4, una cédula de 23 de enero de 601, que apoya este concepto, cuando dice: Entre otras grangerías que tienen los índios de las provincias de Nueva-España y Guatemala es el beneficio y fruto de la grana ó cochinilla; y porque algunos que en esto tratan, se la toman á bajos precios, y venden despues á muy subidos, de que reciben mucho agravio: mandamos, que si los índios quisieren enviarla por su cuenta á estos reynos, no se les prohiba, ni ponga impedimento.

Gage, p. 3 cap. 2, hablando de mulas en el valle Mixco, computa á sus vecinos veinte atajos, expresando que solo Palomeque contaba trescientas, y 600 mil pesos de caudal; y añade: algunos índios ricos han aprendido de los españoles á sembrar el grano, y á traficar en el camino del Golfo con sus mulas. Así era como los indígenas propietarios y los españoles acomodados, formaban entonces la riqueza del pais.

CAPÍTULO 26.

Mandamientos de indígenas.

Adam Smith deriva el alto ó bajo précio de los frutos agrícolas de la altura ó bajeza de la renta de la tierra, de las ganancias del fondo, y del valor de los jornales; y observa, que en las nuevas colonias, en que sobran tierras que romper, poco va á decir el precio de su renta; y que siendo por esto los alimentos abundantes, los jornales deben ser baratos. Por consiguiente, hallándose en Guatemala muchas tierras desmontadas, y acaso cultivadas, y siendo sus alimentos abundantes, como lo era el maiz y otros granos, los jornales han debido ser baratos. Sin embargo, hay motivos para

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