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política, i del segundo por la accion que ejerce sobre los derechos i los intereses privados.

El derecho penal espone los principios a que se ajusta el procedimiento de correccion i enmienda a que están sujetos los delincuentes en la sociedad.

IV.

Fundamento del derecho constitucional.

El derecho público constitucional filosófico no podrá determinar con precision i verdad los principios que deben reglar la organizacion del Estado i sus diversas funciones, sino analiza i fija previamente el gran fin que el cuerpo social tiende a realizar en su desarrollo. De consiguiente, debemos buscar la base de esta parte del derecho en la filosofía social, para tomar de ella las nociones fundamentales acerca de la verdadera naturaleza de la sociedad, de sus condiciones i de las diferentes esferas de accion que tiene, i para llegar por este medio a fijar i definir de un modo justo ese gran fin racional. Solo así se pueden establecer de un modo luminoso e incuestionable sus principios, para resolver segun ellos los problemas importantes a que den lugar las nuevas necesidades que siente la sociedad.

V.

Division de este curso.

El derecho constitucional va a ser ahora el objeto de nuestros estudios, i para la esposicion de sus doctrinas dividiremos este curso en dos partes: en la primera espondremos los principios fundamentales de la filo

sofía del derecho en lo tocante a la vida social i consiguientemente a la organizacion política i sus diferentes funciones; i en la segunda haremos una esposicion del derecho positivo constitucional de Chile, segun las dis-` posiciones de la lei fundamental vijente, agregando las observaciones políticas que nos sujiera la lei misma i los antecedentes históricos i hechos existentes, examinados i juzgados segun los principios de la ciencia.

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No podremos establecer de un modo fijo los verdaderos principios de la organizacion política de la sociedad, sin hacer ántes algunas investigaciones jenerales sobre la naturaleza de esta i acerca del fin que debe realizar.

La idea de la naturaleza de la sociedad comprende la de su orijen i la de las leyes eternas que mantienen su existencia i dirijen su desarrollo, por lo cual es necesario que refiramos a estos dos puntos nuestra observacion, separándonos en cuanto sea posible de las discusiones i teorías erróneas a que ha dado lugar su estudio.

Sobre lo primero es de notar que no debe buscarse le oríjen de la sociedad en los hechos mas o ménos

diversos que han dado existencia a la institucion social que llamamos Estado, sino en la naturaleza misma de la humanidad. La sociedad está en el hombre i no puede concebirse un estado anterior a ella, porque el ser intelijente nace, se conserva i se desarrolla en la sociedad, como no podemos ponerlo en duda si atendemos a que la incapacidad física i moral que señala el primer período de su vida, sus afectos e inclinaciones, su intelijencia i el instinto de su propia conservacion, le hacen tan eminentemente sociable, que no puede existir sin la ayuda i concurso constante de los demas seres de su especie.

se

Pero nacida la sociedad con el hombre mismo, conserva, organiza i perfecciona en virtud de las leyes que gobiernan el universo moral, o mas concretamente hablando, en virtud de las facultades que el hombre ha recibido del omnipotente para su conservacion i perfeccion. Estas leyes no son fatales como aquellas a que está sujeto el universo físico i los seres que no están dotados de razon; al contrario llevan en sí el carácter de libertad que se halla esencialmente comprendido en las facultades del hombre. La sucesion de causas i de efectos que constituye la existencia de tales leyes no se opera sin la participacion del hombre, porque teniendo este una parte efectiva en su destino, la accion de aquellas causas se desarrolla en virtud de los actos espontáneos de la voluntad i es enteramente el resultado de la actividad humana.

Con todo, las leyes del universo moral tienen diversa aplicacion o se desenvuelven de distinto modo segun el impulso que recibe la voluntad del sentimiento i de la intelijencia, que son las dos facultades fundamentales del hombre. El sentimiento, no hai duda, es libre,

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