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cique de los Machados, los demas eran Mohanes y Yaros los mas valientes y alentados de estas dos naciones, como dije arriba, y que todos ellos estaban muy aflijidos. Esto es en suma y por mayor lo sucedido en esta entrada ó campaña, referido con legalidad y verdad, dejando otras circunstancias de menos monta.-San Joseph y Febrero 9 de 1716-Polycarpo Dufo.

SANTA FE DE LA VERA CRUZ.

Los documentos que damos en seguida, son la continuacion de los que insertamos en las páginas 421 á 448 del tomo primero de esta Revista. En los siguientes continuaremos la publicacion de la serie prometida, segun el espacio de que podamos disponer en cada tomo.

Nota del comandante don Cristobal de Oña, sobre reconocimiento y guarnicion de un fuerte, á cinco leguas de la ciudad de Santa Fé-24 de Noviembre de 1717.

Señor-Doy cuenta á V. S. como el dia 22 del corriente salimos de esta ciudad el lugarteniente de V. S. y yo, á reconocer el fuerte en que ha de existir por ahora alguna guarnicion; y habiéndolo visto dejé alli al alferez, un sargento, tres reformados, tres cabos de escuadra y veinte y un soldados, que todos componen el número de 29, á fin de que tengan tres cuartos para el trabajo; le dí al alferez por escrito la instruccion porque se ha de gobernar, que aunque esta es como de mi cortedad, la arreglé al modo con que regularmente nos gobernamos donde hay tropas, y aunque en tal formalidad se dispensara, le aseguro á V. S. no fuera mui disforme, porque aqui es menester servir

enteramente sin política de guerra, pues llaman fuerte á un corral, que es donde queda la referida gente, respecto de que toda su fortificacion se reduce á cuatro frentes, los dos de á 25 pasos y los otros dos de á 40: estos cubiertos con maderos que hasta ahora mantienen la misma tosquedad con que se criaron, mui desiguales, y todos corcobados; pero en este defecto se consigue naturales troneras para defenderse, y unos cueros que sirven de parapeto. El terraplen es el natural de la pampa, pues no hay ni una pulgada de tierra levantada: tienen tambien dos que llaman cubos, que cada uno flanquea dos cortinas, y sobre todo uno que llaman mangrullo, que sirve de atalaya.

Quedó la gente proveida de biscocho, carne yerba y tabaco para un mes, y algunas herramientas para los reparos que necesitaren; y por lo que mira á municiones, se reemplazó la polvora que se habia mojado, que fueron seis libras, y le quedó de reserva al alferez otras seis, cincuenta balas y veinte y cinco piedras, con el cargo de que por su recibo lo ha de entregar cabal cuando le muden, que me parece será en cumpliendo el mes; porque los excesivos calores y incomodidad grande que allí tiene la gente, me parece razon que la sostengan todos, escepto que V. S. no me mande otra cosa; y en consideracion de que el que llevare los caballos saldrá de aquí el dia 28, y en este intermedio puedo tener mas tiempo de espresar por menor cuanto he reconocido, no me dilato mas, ni puedo, aunque debia, porque, como es gracioso el portador, quien le despacha me da bastante priesa.

Repito á V.S. mi rendimiento con especialísimo anhelo de complacer en todo á V. S., y con las mismas veras deseo guarde Dios á V. S. los muchos años que puede y he menester.

Santa Fé y Noviembre 24 de 1717-Señor-B. L. M. de V. S. su mui reconocido servidor-Don Cristobal de Oña y Quiros.

Señor D. Bruno Mauricio de Zabala, mui señor mio. Nota-El parage del fuerte dista de aqui cinco leguas, que es en el pago del Rincon.

Nota de don Cristobal de Oña, sobre devolucion de caballos á Buenos Aires y otros particulares relativos al destacamento de su comando-2 de Diciembre de

1717.

Señor-Doy á V. S. las repetidas gracias que debo por las honras que me hace en la conmiseracion con que ha mirado este destacamento; pues logrando el alivio que V. S. me permite se les dé, los considero contentos, y yo mas proporcionado á mostrar mi ovediencia en lo que V. S. se dignare mandarme.

Me ha parecido, en los dos puntos, de pan ó dos pesos á los reformados y soldados viejos, poner en práctica el segundo; pues con el dinero, dado el caso de que efectivamente gasten todos los dias medio real en pau, siquiera avanzan uno con que lavar la ropa al fin del mes, y para otras precisiones, como afeitarse, remendar un zapato &., podran mejor hacerlo teniendo algun dinero y no el pan, que tambien muchos dias dejarán de comprar por el conocimiento que en este pais tienen, y suelen ingeniarse por algunos patrones, y asi ahorrarán algo.

No he visto todavia al tesorero, y por este motivo no noticio á V. S. lo que pueda decir, y suponiendo que no podrá haber duda en lo que V. S. manda.

El mismo cabo escuadra de la caballeria que salió de esa plaza á hacer la diligencia de juntar los caballos con

que estuvo en Lujan, sale con esta y los vuelve á llevar, y prevenido de que tome recibos de sus dueños y los entregue en la secretaría de V. S.; porque no siendo este, el conductor será incapaz se logre lo que V. S. me manda que ejecute sobre esto. Van con él dos reformados y un esclavo de uno de ellos, porque ha sido imposible conseguir de este pueblo quien pueda conducirlos, y por este defecto se han retardado tanto en su retorno: asegurando á V. S. que no hay trabajo igual como el que aqui se pasa para hacerlos guardar: lleva 84, y los restantes hasta 107, que entre esa plaza y los pagos e juntaron, el mismo cabo escuadra satisfará á los dueños, que ya tienen algunos, pues la noche que hicimos alto en las cercanias de Pesqueria, muchos caballos se volvieron á sus querencias, y algunos que en el discurso del camino faltaron, ya por quedar cansados y ya porque asombrados se disparaban, me aseguran todos los prácticos que estos tambien inmediatamente vuelven á su querencia; no dudo habrá algun defecto, pero no he podido remediarlo, y omito infinitas circunstancias que sobre esto se han ofrecido así por relevar á V. S. del enfado de mucha impertinencia, como porque la conclusion de todas cosas en este pais es, que así no mas ha sido siempre.

La gente del fuerte me parece preciso mudarla cada mes, porque la incomodidad y calor que alli pasan los enferma á poco tiempo, como he esperimentado, pues han caido seis, y asi espero deber á V. S. se digne mandar se restituyan luego los que ahora van, y así mismo el reemplazo de tres que en mi primera carta avisé á V. S. faltan ya para el número de los sesenta ; y como los reformados son tantos, los soldados hacen especialísima falta.

Luego que reciba del tesorero algun dinero, haré una relacion en que por menor conste de su distribucion, y la

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