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CAPÍTULO VI

RUPTURA ENTRE NACIONALES Y LIBERALES.

I. Programa del Ministerio Cuadra.

II. Sesiones ordinarias de

1888. — III. Ruptura entre Liberales y Nacionales. - IV. Fiestas patrióticas. La cuestión de exámenes y caída del Gabinete Cuadra.

I

El nuevo Gabinete fué bien recibido en general. En el seno de la unión mereció aplausos de los Radicales, de los Disidentes y de aquella parte de la antigua mayoría Liberal que resistía la preponderancia de los Nacionales. Estos quedaron heridos en el corazón; pero fueron bastante diplomáticos para mostrar en los labios la sonrisa de la conformidad y del laisser faire, laisser passer.

No podian romper por simple cuestión de carteras, porque habrían caído en el más absoluto desprestigio. Ello habría además importado el triunfo moral de sus antagonistas que no perseguían otra cosa que arrancarlos del poder, minarlos á los ojos del Jefe del Estado, y precipitarlos á la oposición. Tuvieron, pues, que presentar al público la alegría aparente de Tribulet, no obstante que ocultaban en las entrañas la vibora de tremendos celos y de implacables represalias.

El programa del nuevo Gabinete, tal como se expresó en la prensa y en los partidos, se podía condensar en dos tópicos dominantes : mantener la unión de los grupos del Liberalismo, y hacer obra de administración y de tolerancia.

Así lo comprendió la opinión pública.

El órgano oficial del Gobierno en aquel entonces y de los Nacionales, La Época, dijo entre otras cosas :

>> Su composición (la del Gabinete) es, desde luego, una garantía de estabilidad. Se comprende á primera vista que el Presidente de la República ha querido formar un Ministerio de trabajo y de administración, porque es esa la cualidad más resaltante en el conjunto del personal que desde ayer ha quedado asociado á las tareas de su gobierno.

>> Como lo decíamos ayer, el Presidente de la República, que ni por un solo instante ha sentido alguna flaqueza ó algún desaliento en la realización de la obra más noble de su Gobierno, cual es la unificación del partido Liberal, declaró, con motivo de la reciente crisis, que para él han desaparecido los circulos politicos y las consiguientes líneas divisorias que existían entre diversas agrupaciones de la familia Liberal. Consecuente con esta declaración y con la de que todos los liberales, cualesquiera que hayan sido sus denominaciones antiguas, tienen igual derecho á ejercer influencia en el Gobierno del país, ha buscado para colaboradores á los que ha creído aptos entre los que han aceptado su política. No ha habido en su ánimo la idea de excluír ó de preferir, y bien lo prueba el hecho de haber logrado compaginar un Ministerio que es Liberal y en cuya fisonomía política el carácter más acentuado es el de la tendencia á la conciliación. Es un Ministerio del cual puede decirse que representa al partido en las aspiraciones que son comunes á todos sus miembros.

» Hay entre los hombres públicos que estaban naturalmente designados para formar parte de un gabinete de unificación, algunos que no figuran en él, y éste es un

hecho que debemos explicar. Entre los primeros á quienes se pidió su concurso figura el señor don Miguel A. Varas que ocupa en el partido una gran posición bien merecida. por las raras cualidades de inteligencia y de carácter que de él han hecho una robusta personalidad. Habiéndose excusado el señor Varas, le fué ofrecida una cartera al señor Tomás Echavarría que tiene, como aquél, méritos y servicios que lo hacían especialmente digno de esa manifestación de confianza. El señor Echavarría también declinó el honor de ocupar un puesto á que lo llamaban sus conocidos antecedentes. Es bien sensible que las excusas de estos caballeros fueran de tal naturaleza que, no habiendo podido ser vencidas, hayan privado á la administración de un concurso que se reputaba utilísimo. »

Estas frases del editorial resumen con verdad lo sucedido y el programa del Ministerio.

Los órganos Conservadores, El Independiente y La Unión, estimaron el nuevo Gabinete como simple hechura presidencial, y como un desconocimiento práctico del parlamentarismo. El Heraldo, órgano Radical de Valparaíso, acompañó en el fondo á los Conservadores en su manera de apreciar el significado del Gabinete. El Estandarte Católico, se abstuvo de dar opinión política y condensó sus ideales en exigir á los recién llegados que no movieran la ratificación de la reforma pendiente.

La Patria de Valparaíso, otro órgano próximo del Gobierno, expresó así el programa del nuevo Gabinete:

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¿Qué significación política tiene el nuevo Gabinete? » Es un hecho que el Presidente de la República, al escoger hombres de trabajo, enemigos de la política ardiente y conciliadores, persigue un doble propósito: unificar el partido Liberal y entregarse á activa labor administrativa.

» Si son estos los únicos propósitos que han inspirado al Presidente de la República, merece con justicia la aprobación de todos. >>

:

II

La actitud de los partidos quedó netamente fijada desde las rencillas que originaron la crisis total del Gabinete Zañartu los Disidentes, los Radicales y los Liberales de Gobierno que resistían á los Nacionales, apoyaron franca mente al Ministerio; los Nacionales, acompañados de los demás Liberales de la mayoría, se propusieron echarlo por tierra; y los Conservadores se pusieron al balcón.

Los Disidentes con su actitud decisiva en favor de Cuadra buscaban la ruptura á fondo entre Presidente y Liberales de Gobierno por una parte, y los Nacionales por la otra. Así échaban á un lado á los enemigos más poderosos y se facilitaba su plan de predominio para la próxima campaña presidencial. Sin duda alguna que los Nacionales eran enemigos que no podían dejarse de tomar en cuenta. Su personal compacto, sus influencias en la Banca, la fortuna cuantiosa de algunos de sus prohombres, su prensa y la destreza para la intriga de varios de sus caudillos, los convertian en formidable ariete parlamentario, sobre todo en unión con la mayoría Liberal de Gobierno.

Los Conservadores, convencidos de que la unión de Liberales con Nacionales afirmaba la influencia del Jefe del Estado, á la vez que solidificaba al Gobierno, lo que era una amenaza para ellos y un peligro evidente para el caso de una reacción antirreligiosa, optaron por diestra neutralidad, para facilitar la guerra civil entre sus antagonistas, para estimularla y para contemplar desde la orilla los vaivenes de la corriente.

Los Nacionales, á la vez que tenían por objetivo clavar banderillas al Ministerio, trataban de adueñarse del mayor número de miembros de la antigua mayoría, para dislocarla, para acrecentar sus elementos propios, para presentarse ante el Presidente de la República como fuerza sin la cual era imposible el Gobierno y para no ir tan solitarios á la oposición en la emergencia de que à esos

zarzales los arrojaran las maniobras de la política con sus súbitas oscilaciones, alzas y bajas.

Balmaceda, en su Mensaje de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, volvió á llamar á la concordia, á la labor patriótica, á la tolerancia y al esfuerzo combinado de todos en bien del progreso de la República. Así se expresó en la parte política de su Mensaje :

Elegidos representantes del pueblo por el voto de vuestros conciudadados, podréis iniciar vuestras tareas legislativas con la satisfacción de haber recibido vuestro mandato en elecciones excepcionalmente legales y co

rrectas.

> Estimo un alto deber público y de actualidad política mantener la concordia patriótica que á todos nos permita medir la obra de cada año legislativo por las leyes útiles que se dictaren, por el bien realizado, y por el perfeccionamiento incesante de las instituciones y del régimen parlamentario. No es esta hora de contiendas, porque la quietud pública y la prosperidad económica nos imponen la obligación de hacer, antes que todo, gobierno de reorganización administrativa y de trabajo.

> Juzgo que aprovechar las épocas de prosperidad para difundir y ensanchar la enseñanza, fomentar la industria y la riqueza particular, elevar el nivel moral y mejorar por el trabajo perfeccionado el bienestar de la población obrera, y administrar con mayor severidad y energía á medida que crece y se aumenta el tesoro nacional, es acopiar medios de vida para los instantes de crisis, no siempre previstos y á veces involuntarios, que sobrevienen á las naciones, aun á las más fuertes y mejor regidas. » Deseo el concurso de todos vosotros para cumplir el programa de reforma y de trabajos públicos á que venimos consagrados. No obstante la seguridad de nuestra situación exterior y la solidez de nuestro estado económico, querría que el esfuerzo fuese común y tan vigoroso, como si la prosperidad de hoy fuera un bien transitorio, que debiéramos recoger con solicitud y guardar con patriótica cautela.

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TOMO I.

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