La republica literaria: Revista de ciencias, letras y bellas artes, Volumen5

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Tip. de Luis Perez Verdía, 1890
 

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Pasajes populares

Página 32 - II A un traductor de Horacio Ya de Gliceris la mirada ardiente, de las blondas pestañas bajo el manto, hizo latir tu corazón, y en tanto probaste el agua en la Castalia fuente. Viste bañarse en la húmida corriente faunos y ninfas con divino encanto y en el triclinio resonó tu canto, coronada de pámpanos tu frente. Al acre jugo de las vides nuevas en ánfora pagana mezcla ahora sangre de Pan y leche de Afrodita. Verás qué versos en el canto elevas, pues ya en tu flauta rústica y sonora la...
Página 147 - Luz, despechado por la cobardía de su gente, dijo á los oficiales, que eran indignos de que un hombre de honor abrazase su causa, pues si hubieran cumplido con su deber, los soldados hubieran hecho el suyo, y serian dueños de Guanajuato.
Página 631 - Aun parece, Teresa, que te veo, aérea como dorada mariposa; ensueño delicioso del deseo; sobre tallo gentil temprana rosa; del amor venturoso devaneo; angélica, purísima y dichosa, y oigo tu voz dulcísima, y respiro tu aliento perfumado en tu suspiro.
Página 416 - ¿Por qué, Amor, cuando espiro desarmado, De mí te burlas? Llévate esa hermosa Doncella tan ardiente y tan graciosa Que por mi oscuro asilo has asomado. En tiempo más feliz, yo supe osado Extender mi palabra artificiosa Como una red, y en ella, temblorosa, Más de una de tus aves he cazado. Hoy de mí mis rivales hacen juego. .Cobardes atacándome en gavilla, Y libre yo mi presa al aire entrego; Al inerme león el asno humilla.
Página 256 - El día con su manto de vividos colores, inspira cosas dulces: la risa y la ilusión. Entonces la mirada se inclina hacia las flores... ¡Las flores son los versos que el prado canta al sol! La noche con su sombra que deja ardientes rastros, inspira cosas graves: la angustia y la oración... Entonces la mirada se eleva hacia los astros... ¡Los astros son los versos que el cielo canta a Dios! ¡Que pliegue su ala de oro la tarde en el vacío! ¡Que pasen por mi mente las ondas del Cedrón! ¡Que...
Página 135 - Liñán, Negrete y Orrantia. La cosa sería más divertida que una corrida de toros, si tuviésemos víveres; pero gracias á la apatía general que domina tan soberanamente á todos nuestros hermanos, ayunamos sin ser vigilia.. En fin, todo se puede remediar. Reúnan ustedes toda la gente que puedan y pónganse ustedes cerca de Guanajuato camino de Silao, sin arriesgarse á atacar esas plazas á no estar seguro de tomarlas. Al mismo tiempo se debe prohibir toda entrada de víveres en las plazas...
Página 338 - En el confín del horizonte azul.... Pálida cual los nardos que en su frente Ajaba el frenesí de mi pasión, Arrojando el más bello a la corriente, -Mira - me dijo - en vano Resistir quiero a tu poder ufano.... El raudal eres tú, yo soy la flor...
Página 743 - La excusa de lo mal obrado lo empeora Tenazmente porfiado intentas, Silvio, molesto, porque erraste lo compuesto, componer lo que has errado. Yerro cometes doblado : pues cuando mil tretas usas con que confesar rehusas y en no haber culpa te cierras, por excusar lo que yerras, yerras todo lo que excusas.
Página 301 - Mas ¡ay! que es la mujer ángel caído o mujer nada más y lodo inmundo, hermoso ser para llorar nacido, o vivir como autómata en el mundo: sí, que el Demonio en el Edén perdido, abrasara con fuego del profundo la primera mujer, y ¡ay!
Página 95 - Reducíase, dice Robinson en sus memorias, á una altura de quinientos pasos de larga, en dirección de N. á S. y elevada cerca de mil piés sobre la llanura de León. Al Norte había un sendero estrecho, al borde de un precipicio, por cuyo medio se unía la altura á una serie de colinas, una de las cuales dominaba el fuerte á distancia de un tiro de fusil. Esta sola circunstancia bastaba para no poderlo defender contra un serio ataque; pero Moreno se creía muy fuerte, por haber rechazado á...

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