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intruso, sin dejarse seducir por las tendencias liberales que este emperador imprimia a la direccion de los negocios públicos. Tomó sí una parte principal en la preparacion del código civil que fué sancionado el 6 de julio de 1866, i cuyo liberalismo en materia de matrimonio civil, produjo una grande oposicion de parte de los clericales.

Despues de la caida del imperio, Lafragua permaneció en Méjico ocupado en sus estudios literarios i jurídicos. El 13 de junio de 1872 fué llamado por el presidente Juárez a ocupar el puesto de ministro de relaciones esteriores, que siguió desempeñando bajo la presidencia de don Sebastian Lerdo de Tejada, i que ocupaba todavia hasta la época de su muerte, ocurrida, como hemos dicho, en los últimos meses de 1875. En el desempeño de este cargo ha prestado útiles servicios a la reorganizacion de su país. La prensa de Méjico, al anunciar la muerte de don José María Lafragua, le tributa los mas sentidos elojios. Por nuestra parte, nos limitamos a hacer esta rápida reseña biográfica, sintiendo no poseer datos mas completos que los que hemos podido tomar en los libros que tenemos a la mano, i que desgraciadamente solo alcanzan hasta la caida del imperio de Maximiliano.

D. B. A.

DON JOSÉ GREGORIO PAZ-SOLDAN.

Traducido del tomo 4.° de L'Histoire Générale Biographique de toutes les nations. Partie qui comprend les Hommes de Etat.-Geneve, 1868.

PAZ-SOLDAN (don José Gregorio) nació en Arequipa, una de las principales ciudades del Perú, el 9 de mayo de 1808. Fueron sus padres lejítimos el señor don Manuel Paz-Soldan, tesorero de las cajas reales, i doña Gregoria Ureta Aranibar, perteneciente a una de las mas antiguas e ilustres familias de dicha ciudad. -Desde mui jóven fué destinado al estudio de los primeros rudimentos de la gramática latina, frances i retórica, en cuyos estudios progresó bastante. En 1822 ingresó de alumno interno al colejio seminario de Arequipa, en el que estudió la filosofía, las matemáticas, la física, la teolojía i el derecho en sus varias ramificaciones.-Concluida su carrera de estudios, fué nombrado profesor en el mismo seminario i enseñó por cinco años las mismas facultades que habia estudiado.

Despues de haber obtenido el doctorado en teolojía i jurisprudencia, fué recibido de abogado en agosto de 1831; sucesivamente fué nombrado relator i juez de 1. instancia, i en 1839 fiscal de la corte superior de Arequipa. En este último año fué elejido para representar a su pais en el congreso constituyente, que se reunió en Huancayo.

En 1841 fué nombrado por el gobierno, con acuerdo del consejo de estadó, ministro plenipotenciario del Perú cerca del gobierno de Bolivia, adonde se di

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rijió en compañía del jeneral Gamarra i del ejército que penetraron en el territorio de esta república, llamados i de acuerdo con el jeneral Ballivian. No pudiendo resistir éste la censura e indignacion que su conducta exitó en Bolivia, que se consideraba traicionada, declaró la guerra al jeneral i ejército que él mismo llevó a su patria. En 18 de noviembre fué vencido en Ingavi el ejército del Perú, quedando muerto en el campo de batalla el jeneral Gamarra.

Habiendo regresado Paz-Soldan a su patria, se consagró esclusivamente al servicio del ministerio fiscal, hasta 1845, en que fué elejido senador por el departamento de Arequipa, i para servir este cargo, marchó a la capital, i el senado le nombró su secretario.

Inaugurado en aquel año (1845) el gobierno del gran mariscal Castilla, fué llamado a servir el ministerio de relaciones esteriores, justicia, i negocios eclesiásticos, en cuyas materias habia mostrado Paz-Soldan grandes conocimientos. En 1848 renunció la cartera, i fué nombrado director jeneral de hacienda. En 1849 el congreso le elejió consejero de estado, cuyo cargo debia durar cuatro años. En 1851 fué presentado por el mismo consejo para ocupar la plaza de fiscal de la corte suprema, por promocion del respetable señor Mariátegui a una vocalía de la misma. En 1852 fué nombrado Paz-Soldan enviado estraordinario i ministro plenipotenciario del Perú cerca del gobierno de la Nueva Granada, para arreglar las cuestiones desagradables sobre deudas i otras, que se suscitaron con motivo de haberse formado en Lima la espedicion del jeneral Flores para invadir el Ecuador, aliado de Colombia.

En 25 de junio de 1853, celebró Paz-Soldan en Bogotá un convenio que puso término a las cuestiones pendientes, i al arreglo de la deuda del Perú a Colombia, objetos de disputas desagradables durante veinticinco años. Ese convenio, aprobado por el congreso, se encuentra publicado en la coleccion diplomática del Perú.

1 Paz-Soldan regresó a Lima en agosto de 1853. En noviembre fué nombrado ministro de relaciones esteriores por el presidente don Rufino Echeñique, cuyo cargo renunció en abril de 1854 por haber diferido de opinion con motivo de unas temerarias reclamaciones que interpuso el encargado de negocios de Francia Mr. Rati Menton. Paz-Soldan volvió entónces a servir el empleo de fiscal de la corte suprema.

Derribado el gobierno del jeneral Echenique el 5 de enero de 1855, en los campos de la Palma, por el triunfo que alcanzó el ejército de la revolucion capitaneado por el jeneral Castilla, persiguió éste a cuantos habian servido a aquél, i Paz-Soldan fué destituido de su plaza de fiscal. Entónces dió a luz un interesante libro, que tituló Mi defensa, en que se encuentra la historia de algunos hechos contemporáneos, i se hacen apreciaciones políticas de oportunidad, bastante útiles.

Desde 1855 permaneció separado de la vida pública i ocupado en el arreglo de sus negocios hasta 1861, en que, por leyes del congreso volvió a servir su plaza de fiscal. Ese mismo año le nombró el jeneral Castilla rector de la universidad, a la que dió fuerte impulso; edificó parte de su local i publicó la inte. resante obra titulada Anales universitarios del Perú, que servirá para escribir su historia literaria. Publicó dos volúmenes i el tercero quedó casi concluido cuando dejó el rectorado.

En octubre de 1862, se instaló el gobierno constitucional del gran mariscal San Roman, quien nombró a Paz-Soldan presidente del consejo i ministro de relaciones esteriores. Habiendo fallecido San Roman en 3 de abril de 1863, sucediéndole como vice-presidente el jeneral Pezet, se retiró Paz-Soldan, i continuó sirviendo la fiscalía que tenia en propiedad. Durante su ministerio se presentó en el Rio de la Plata el almirante español Pinzon, con una escuadrilla, anunciando su marcha al Pacifico, simulando un viaje científico i protestando intenciones amistosas. Sin embargo, Paz-Soldan no se engañó, i descubriendo sus temores al congreso, pidió autorizacion para preparar el país a una defensai pero Paz-Soldan no fué creido i se calificó de miedo su prevision. La escuadra española se presentó en los puertos del Perú, i por un atentado injustificable i desleal, se apoderó de las islas de Chincha el 14 de abril de 1863. Mazarredo, comisario español, publicó un manifiesto, que Paz-Soldan contestó de una manera victoriosa, revelando hechos i publicando documentos que patentizaban la conducta indigna de los españoles.

En agosto del mismo año, fué nombrado Paz-Soldan ministro plenipotenciario del Perú al congreso americano, que se instaló en Lima en noviembre de 1864, i mereció el honor de ser nombrado presidente del congreso, al que concurrieron los señores Montt, Herran, i Guzman, que habian sido los primeros presidentes de Chile i Nueva Granada, i el tercero vice-presidente de Venezuela. Concluidas las sesiones del congreso americano en marzo de 1865, volvió PazSoldan a ocuparse en el servicio de la fiscalía suprema, cuyo cargo sirve actual

mente.

Paz-Soldan es de una complexion sana i robusta: de un carácter firme i resuelto: de una incansable laboriosidad: tiene una memoria admirable i una instruccion poco comun, como lo manifiestan sus escritos. Sus opiniones son resueltamente liberales: nunca se ha comprometido en las revoluciones del Perú. A principios de 1867 publicó otro libro interesante titulado Los derechos adquiridos i los actos de la dictadura del Perú, en el que combatió el poder absoluto i los decretos dictatoriales con sobrada libertad i abundancia de doctrina; libro que hizo profunda sensacion en la república, i cuyas doctrinas han sido despues seguidas i proclamadas par todo el Perú.

Completaremos las noticias anteriores anunciando que el doctor don José Gregorio Paz-Soldan falleció en Lima el 17 de diciembre de 1875. Los elojios de la prensa i los honores fúnebres que se le tributaron revelan el respeto i la estimacion de que gozaba en el Perú.

LAS LEYES DE LA HISTORIA (1).

ARTÍCULO II.

Vamos ahora a estudiar la obra de Condorcet titulada Bosquejo de un cuadro histórico de los progresos del espíritu humano. I, desde luego, conviene parar la atencion en un hecho singular: Condorcet redactó su obra en prision i con la perspectiva de la guillotina. De todos los trabajos los que mas exijen el sosiego i la serenidad del espíritu, son los intelectuales. ¿Cómo es posible, entónces, que Condorcet haya podido entregarse a una elucubracion tan profunda i tan desinteresada desde el fondo de un calabozo i con peligro inminente de su vida? ¿Cómo pudo conseguir la serenidad de espíritu suficiente para semejante trabajo en medio de las incomodidades i de las inquietudes de su situacion? Es que su intelijencia era vasta i profunda, susceptible, por lo tanto, de miras comprensivas i remotas, i que su carácter moral tenia el temple de las grandes almas que saben olvidarse de sus miserias i de sus sinsabores personales en beneficio de la humanidad. Pero, las condiciones individuales que acabamos de aducir para esplicar la conducta de Condorcet no son suficientes, i para comprenderla de una manera completa, es necesario penetrar en la sociedad que lo rodea i conocer su espiritu, abarcando para ello con el pensamiento sus ideas, i con el sentimiento sus aspiraciones. Pues, para conocer al individuo es indispensable conocer la sociedad i la época (1) Véase el tomo III de esta Revista, páj. 491.

B. 0.

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en que vive. Pretender comprenderlo independientemente del medio que lo rodea, es no llegar a conocerlo jamas. El jénio mas eminente no es mas que un miembro de la sociedad a que pertenece, i, cualquiera que sea su poder, se halla estrechamente ligado con sus semejantess de tal suerte que jamas podrá romper las trabas que por todas partes lo encadenan. Sus ideas, sus concepciones mas atrevidas, sus mas elevados sentimientos no son mas que el reflejo acentuado de lo que ya muchos piensan i sienten.

No se crea que con esto pretendo menospreciar al jénio, pero sí darle su verdadero rango. Estudiadlo en las diversas épocas i os convencereis de la verdad de mi aserto. Segun es el tiempo en que aparece, lo vereis revestir tal o cual carácter. En épocas de reacciones morales, es decir, cuando el exceso de la miseria i del vicio subleva los sentimientos de la dignidad humana, i provoca la indignacion de la conciencia, vemos aparecer a los grandes reformadores morales. Éste se llama Boudha, aquél Confucio, uno Sócrates, otro Jesucristo. Conoceis a toda la série de los profetas hebraicos. ¿Qué otra cosa son que reformadores morales? Pero, es en vano seguir enumerando. Cualquiera que sea el pais, cualquiera que sea el tiempo, siempre que la reaccion moral estalla, la humanidad sabe producir esos seres abnegados, llenos de virtud, porque ellos son una de las fuerzas mas fecundas que encierra en su seno, i su salvaguardia mas segura en las invasiones del vicio i de la inmoralidad. En épocas de escepticismo, o mejor dicho, de renovacion intelectual vereis revestir a ese mismo jénio un carácter filosófico que todo lo investiga i lo cuestiona. Las nociones mas jeneralizadas i mas aceptadas que cuentan con el apoyo de una larga tradicion son debatidas con mas o ménos fuerza, i las mas veces son destruidas para ser reemplazadas por nociones nuevas. Estudiad a Platon i a Aristóteles en la antigüedad, a Bacon i a Descartes en los tiempos modernos, a Comte i a Herbert Spencer entre nuestros contemporáneos, i en todos ellos observareis el mismo carácter, la misma tendencia, la crítica de cosas viejas i el elojio de cosas nuevas. Pero esta semejanza, tanto entre los reformadores morales como entre los reformadores intelectuales, solo se estiende al móvil que hace obrar a los unos i a los otros. A los primeros arrastra el amor de lo bueno, a los segundos el amor de lo verdadero. Mas, los sentimientos que aquellos predican, i las ideas que estos preconizan, varían segun el tiempo en que apare cen, i se hallan rigurosamente determinadas por la esfera moral e

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