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Harvard College Library

Gift of

Archibald Cary Coolidge
and

Clarence Leonard Hay
April 7, 1909.

15-159

ESTUDIO

SOBRE LA VIDA DE STUART-MILL.

CAPITULO IX.

SUCESOS PERSONALES.-LIBROS I TRABAJOS LITERARIOS.MODO DE REDACTARLOS.-SOBRE LA LIBERTAD.-CUADRO DE LAS

OBRAS DE MILL.

I.

No hemos querido interrumpir ni dejar pendiente el interesante i notable episodio de las relaciones de dos almas tan dignas i tan capaces de comprenderse como de ayudarse i engrandecerse, la úna a la ótra, que ha ocupado todo el capítulo anterior, para continuar refiriendo otros sucesos i proyectos personales que influyeron en la vida i en el auje intelectual de Stuart Mill.

Llegado ya, a una altura en el mundo de la intelijencia mui superior a la que alcazaran la mayor parte o la casi totalidad de sus contemporáneos i fortalecido por el restablecimiento del equilibrio entre sus facultades intelectuales i sus sentimientos, así como defendido por la entereza de sus convicciones contra los asaltos de la duda, dentro de sí mismo, de la negacion, de la contradiccion i de las mil formas de la impotencia humana, fuera de él, Stuart Mill no pensaba sino en seguir trabajando por difundir las opiniones que él habia adquirido i que ofrecian campo a su actividad i satisfaccion a sus lejítimas aspiraciones.

Concebia, formaba i llevaba al terreno de la realizacion, planes de redaccion de opúsculos i de edicion de obras que hubieran de ser eco de las doctrinas que le parecian verdaderas, siendo al mismo tiempo, impulso para que otros las aceptasen, las desarrollasen i las prestijiasen.

Aunque discorde, en su modo de pensar acerca de algunas cuestiones, con su padre, él no lo separaba i era natural que no lo separase de todo lo que proyectaba; pero, continúa diciéndonos:

«Toda conjetura, sin embargo, sobre los desarrollos futuros de las » opiniones de mi padre i sobre las probabilidades de una coopera»cion permanente entre él i yo para la promulgacion de nuestros >> pensamientos, estaba condenada a ser desmentida. Durante todo > el año 1835 su salud habia estado declinando: los síntomas llegaron a ser decididamente los de una consuncion pulmonar i des» pues de ir arrastrándose hasta el último grado de debilidad, mu> rió el 23 de junio de 1836. Hasta los últimos pocos dias de su > vida no hubo decaimiento aparente de su vigor intelectual; su afi>>cion a las cosas i personas que le habian interesado en toda su » vida permaneció intacta; ni la aproximacion de la muerte (como » era imposible que sucediese en un espíritu tan firme i tan fuerte > como el de él) causó la menor vacilacion en sus convicciones res» pecto a relijion. Su satisfaccion principal, despues que él conoció » que su fin estaba cercano, parecia ser el pensamiento de lo que » él habia efectuado para hacer al mundo mejor que lo que él lo » habia encontrado, i su principal pesar de que no se prolongase » su vida, él de no haber tenido tiempo para hacer más.» (Pájs. 202 i 203.)

I despues de hablar del lugar que merece Jaime Mill en los términos que ya conocen nuestros lectores i que estan insertos en el capítulo II de este Estudio, i de los proyectos de propaganda junto con él, prosigue:

«Aunque altamente conocedor de mi propia inferioridad en las » cualidades por las cuales él adquiriera su ascendiente personal, > tenia yo ahora que ensayar lo que me era posible efectuar sin él; » i la Revista fué el instrumento sobre el cual basaba mis prin»cipales esperanzas de ejercer una provechosa influencia en la > seccion democrática i liberal del espíritu público. Sin poder > contar ya con la ayuda de mi padre, estaba tambien exento de >> las reservas i restricciones que habian sido el precio de ella. » (Páj. 206.)

II.

En consecuencia, sin separarse de sus reflexiones i sus obligaciones, Stuart Mill se consagró a la direccion de la Revista de Lóndres i Westminster, cuya interesante historia, contenida en las pájinas 206 a 219 de la Autobiografía, suprimimos, con pesar, porque ella dá la medida de las dificultades que en otras partes encontraban, hasta hace poco tiempo, empresas literarias que no se han arraigado i fruetificado todavía entre nosotros, i las cuales solo viven merced a esfuerzos i sacrificios comunes, repetidos sin cesar i convenientemente dirijidos.

Los propósitos filosóficos i políticos de la Revista son elevados i en concordancia con las ideas i doctrinas que Stuart Mill ha espuesto anteriormente i que han pasado, despues, a ser bastante jenerales i ordinarios en las discusiones de la prensa i de la tribuna políticas.

Su empeño en la empresa, fuera de muchas otras pruebas, inclusa la de los riesgos i sacrificios pecuniarios, se demuestra con la multitud de trabajos insertos en aquella, de los cuales, capénas una cuarta parte de los que escribió ha sido reimpresa en las «Disertaciones. >>

Sin desconocer el fracaso de su tentativa, audaz i árdua, para fomentar i sostener un radicalismo filosófico i político, no puede Stuart Mill dejar de recordar con placer el influjo decisivo que, para hacer justicia, dando un triunfo a la verdad i un aplauso a la belleza, tuveron sus artículos sobre la conducta liberal del Lord Durham, en la cuestion del Canadá, i sobre la «Historia de la Revolucion francesa» por su amigo Carlyle.

En la primavera de 1840, se separó de la direccion de la Revista que volvió a tomar el nombre de «Revista de Westminster,» continuando, sin embargo, en darle algunos artículos, aunque no exclusivamente, porque desde entónces contribuyó, con los suyos, a la «Revista de Edimburgo» que tenia mayor circulacion.

Desde esa fecha en adelante, sin dejar de dar a la prensa periódica, el continjente que los sucesos, a veces, o que los libros notables, ótras, le sujerian, Stuart-Mill se consagró a llevar a cabo i a dar remate a las obras, cuyos fundamentos estaban en su intelijencia, desde su niñez, i cuyos perfiles i cuyo trazo, tenia no solo diseñados en su mente, sino casi realizados.

III.

Con los estudios, los libros i los resortes de su educacion que ya conocemos, es fácil, es casi indispensable concebir i asegurar que las principales obras de Stuart-Mill, como expresion de su desarrollo intelectual, llegado a fructificacion, habian de ser de filosofía, de política i de economia política.

Desde el año de 1832 hasta 1841 en qué acabó de redactarlo, se ocupó Stuart-Mill en su Sistema de lójica, la pista i el desarrollo de cuya composicion puede seguirse con claridad i continuidad en la Autobiografía, desde las pájinas 207 a 226, las cuales dan una idea del modo cómo ha procedido i de las fuentes i de los recursos, distintos de sus propias reflexiones, que le han servido para redactarlo.

Sentimos no traducir todo lo que a ella se refiere, pero no podemos resignarnos a suprimir, porque eso seria callar una curiosidad interesante, i lo que es más, un consejo i un ejemplo importantísimo a escritores i a editores, lo que Stuart Mill dice acerca de que habiendo, a fines de 1841, ofrecido al señor Murray, el libro ya listo para la impresion, éste lo retuvo hasta demasiado tarde para ser publicado en esa estacion, i al fin, lo desechó por razones que habrian podido darse desde el principio; pero (Mill) no tuvo motivo para lamentar ese rechazo que lo indujo a llevarlo al señor Parker, por quien fué publicado en la primavera de 1843.

Las circunstancias fueron propicias i el libro tuvo mas lectores o mas compradores que los que podia esperarse, dando quizá, con eso, una prueba de que él venia a satisfacer una necesidad i una aspiracion, mas jenerales que lo que el mismo autor habia creido.

No nos toca ni nos proponemos, ahora, hacer un exámen de ese importantísimo libro que ya hemos caracterizado anteriormente i cuya influencia, cree el autor, ha de ser la mas duradera i provechosa de todos sus libros; queremos, sí, por ahora, decir cómo lo trabajara Stuart Mill, siendo el réjimen i el modo empleados en éste, el mismo que aplicara a la redaccion de todos los demas.

«Siempre fueron escritos, por lo menos, dos veces por comple» to; un primer borrador de la obra entera era redactado hasta la >> conclusion del asunto i entónces se comenzaba de nuevo, pero » incorporando en la segunda redaccion, todas las sentencias i

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