Copiamos uno de los capítulos de su libro mas reciente i el que pinta un tipo de las costumbres arauca nas. La Machi (Del libro «Psicolojía del Pueblo Araucano») «La machi es la persona que en el dia figura en primer término en el personal de operadores májicos. Revestida de la dignidad de curandera i encantadora, goza entre los de su raza de una consideracion cercana al temor supersticioso. Es un miembro del grupo que posee el privilejio de comunicarse con los espíritus, curar las enfermedades por sortilejios i prevenir los desastres de la comunidad. Tiene todos los caractéres del mago i para su iniciacion requiere un aprendizaje largo, de tres años por lo menos, en las fórmulas del ritual, en las manipulaciones diversas, lenguaje cabalístico, danza i música sagradas i arte de insinuarse a los espíritus para alcanzar su benevolencia. Aunque de ordinario casada, su existencia aparece envuelta en cierto misterio: vive mas retraida que el comun de la jente; frente a su habitacion se halla plantada la tosca figura de madera que suele usarse en algunas ceremonias i que simboliza sus ocupaciones májicas; una bandera blanca en la puerta de su hogar indica al viajero que allí reside quien tiene en su poder la salud de los hombres i el secreto de los jénios irresistibles. La posesion de amuletos i talismanes que preservan de influencias maleficiarias i cambian la naturaleza de las cosas, le da mayor ascendiente entre los que benefician sus conocimientos. ANTOLOJIA CHILENA 14 Cuida en el bosque un canelo predilecto, i cuyas ramas i hojas emplea en la curacion de los enfermos i a veces en las ceremonias a que concurre. Si alguien descubre i corta esta planta, la machi languidece i seguramente muere. Se cuenta de algunas que tienen un carnero i un caballo, a los que besan i respiran el aliento; de otros que han visto hechos sobrenaturales (perimontu), como piedras que saltan, animales místicos que cruzan el espacio. Como er muchos pueblos inferiores, estrae por absorcion el cuerpo venenoso o el animal que corroe las entrañas de la víctima. En las fiestas relijiosas i en las operaciones curativas, sirve de intermediaria entre los hombres i los espíritus bienhechores. Cae, en estos actos, en un éxtasis voluntario, durante el cual su alma se comunica con los jénios que vienen a su llamado i le revelan los pormenores de la enfermedad o le anuncian la próxima lluvia. Obra de buena fé, por auto-sujestion e imitando lo que se ha hecho tantas centurias ántes de ella: sus alucinaciones son las mismas de la sociedad beneficiada con suma majia. Sus manipulaciones ejercen en el público una accion considerable: muchos de los que han estado bajo la influencia de sus encantos, créense sanos i libres de hechizos mortales. El alma individual de la machi, trasparenta el alma colectiva de la raza. 1 RAFAEL EGAÑA Escritor de la mas elegante orijinalidad, es un artista de injenio brillante, de pensamiento propio, que le da personalidad sobresaliente en nuestra literatura. Posée todos los recursos del arte de la palabra escrita i ha sido el forjador de una forma literaria de la mas bella factura, siendo único en la prensa nacional por la rara manera de presentar sus descripciones o fantasías. Su estilo es individual, como es suyo solo el corte de la frase de sus escritos, ya sean estos de polémica o de simple narracion, predominando en ellos el sentimiento del arte i la belleza. De nadie se puede decir mejor que de él, que es un artista de la forma, de la frase, del estilo en nuestra literatura. Aun sus artículos de mayor prosaismo, como son los de política militante, llevan el sello de la delicadeza de su buen gusto literario. Talla el estilo así como el escultor cincela el mármol, modelando bellas concepciones con su pluma. Sus crónicas son de la más característica forma literaria, habiendo hecho época en nuestro mundo intelectual i periodístico las Revistas de Santiago i las Semanas de Valparaiso que escribiera para El Estandarte Católico i La Union, como así mismo para La Lectura i El Nuevo Ferrocarril. Su pseudónimo, de Jacobo Eden, es histórico en nuestros anales de la prensa diaria, porque refleja la índole de un escritor del mas cautivador injenio. Se inició en El Mercurio, La Patria i El Independiente, publicando folletos i opúsculos de todo jénero, como el Desde mi Balcon, sobre política, i Vidă Ardiente, coleccion de romances sociales. Sus poesías, como sus prosas de poeta, son de la misma idealidad de artista, resaltando las que cantan impresiones íntimas cuales las intituladas Euterpia, Perlas i Lágrimas, Cenizas i En el Silencio. Sus cuentos son como cantos de una alma que vive bajo la emocion de un ideal jamas realizado, de los cuales nos es grato recordar Las Cuerdas Rotas, Flor Azul, Leonă la Cantinera, La Encañada, La Arrepentida, La Mancha de Sangre, El Romance de un Cadáver, Vaquero i Rei, Brumas de Mar, El vidrio social, El príncipe Gildo, Miamigo Raimundo, La Feria del corazon, Un drama en una jaula, Noche Buena, La primer Duda, Suprema Au rora. Sus retratos del natural, como los de Domingo Arteaga Alemparte, Dr. Benito García, Manuel Montt, Rómulo Mandiola, son obras de pincel maestro, de una soberana orijinalidad en la pintura del carácter i la faz histórica de cada uno de ellos. En 1906 desempeñó en Europa la comision de propaganda que le encomendó el Gobierno del Presidente Riesco, habiendo permanecido durante algun tiempo en Paris escribiendo en la prensa con relacion a Chile. A su regreso, publicó su libro La Cuestion de Tacna i Arica, que se circuló en Europa traducido a varios idiomas. Desde 1907 tiene a su cargo la redaccion de sesiones del Senado. Desearíamos reproducir un cuentó en prosa suyo, como el de Las Cuerdas Rotas, que es delicadamente bello, sin embargo vamos a copiar dos de sus poesías, las que definen de un modo gráfico su índole de artista i de poeta del ideal. Cenizas Oh! mes lettres d'amour, de vertu, de jeunesse, V. HUGO. Cartas de juventud i de ilusiones, Sois vosotras! al leeros aun me embriago; Dejad que tome ahora vuestros años! Con mi pasado Pueda hoi, hombre, llorar al recorreros, Tenia diez i ocho años; la esperanza Para ella, a quien no nombran ya mis labios! Yo era ese niño Puro, confiado, En presencia del cual el hombre ahora, Oh mis tiempos de ensueños i de luces! I apasionado, I creer en el amor, en la fortuna, En la amistad, la gloria, en cuanto hai santo! Mas ya he sentido, he visto, ya conozco! Hoi que a otra época mi alma transportando, Con dulces rayos Las sombras de mi frente adolorida, ¿Qué os he hecho? decidme, qué os he hecho, ¡Oh bellísimos años del pasado! Para que así tan rápidos huyéseis, Para mostraros, Si no podeis llevarme en vuestras alas, Cuando vuelve a ajitar nuestra memoria |