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se deba el que las aguas del mar sean tan saladas i amargas. No han de faltar sabios que opinen que los océanos se formaron, porque varias muchedumbres de mujeres se pusieron a llorar desconsoladamente, a orillas de un abismo, a causa de que sendos pajarillos (uno por cada mujer, no uno por muchedumbre) se escaparon de sus respectivas jaulas... i no volvieron.

¿I a que vienen todos estos preámbulos?-pregutarán los lectores.

Pues vienen a que acabo tener noticias de un jénero de lágrimas que no se parecen ni a las de Lope de Vega ni a las de Becquer: se esplica que un hombre ebrio derrame lágrimas, porque hai monas llorosas, pero que un hombre se embriague con lágrimas, eso sí que es completamente art nouveau. I me ha dado estas noticias la misma víctima, un mecánico norteamericano que es tan buena persona como buen mecánico. Siento no poder trasladar su relato fielmente, con la sintaxi-anglo-castellana que él usa, pero hai algo que no se puede reproducir: es su acento anglo-hispano-chileno.

«Iba yo a caballo en viaje para un fundo cerca de Temuco-me decia el narrador, Mr. King-a hacer un trabajo de mi profesion; en el camino me detuve ante un despaeho para tomar un refresco, i allí encontré un trabajador chileno que pidió al dependiente:

-¡Déme una lágrima!

Me llamó la atencion el hombre, porque yo no podia imajinar que un hombre pudiera comprar i beber lágrimas; le sirvieron en una copa un líquido de color rojo violeta, i el trabajador se lo bebió de un sorbo con muestra de un gran placer.

Entonces yo pedí tambien ¡una lágrima!-me sir

vieron del mismo licor i me lo bebí: era dulce, pegajoso, mui agradable i mui suavecito. Seguí mi camino, mui contento con aquel descubrimiento; llegué al fundo, despaché mi trabajo i tomé para el regreso un caballo de alquiler, para tomar en Temuco el tren que debia traerme al norte.

I de paso quise darme el placer de tomar bastantes lágrimas, pues habian quedado gustándome mucho.

Llegué, pues, al mismo despacho; me bajé del caballo, me acerqué al mostrador i pedí:

-¡Un litro de lágrimas!

El dependiente abrió tanto los ojos que me pareció que se le iba a salir por ellos toda la cabeza; me miró espantado i me preguntó:

-¿Cuanto quiere?

-Un litro de lágrimas!

¿Un litro?...

Como yo

hablo mal castellano, creo que no me entiende i entónces muestro al dependiente una medida de un litro i le digo:

-Déme esto lleno de lágrimas.

El dependiente me sirve, entre palabras de asombro; yo tomo el litro i una copa i me siento ante una mesa i allí fumando pipa me bebo todas las lágrimas: eran mui agradables i mui suavecitas! Pero yo observo que por todas las puertas i las ventanas vienen mujeres, niños, hombres, chiquitines, mucha jente, me miran, se afirman la cabeza a dos manos i corren como si tuvieran mucho susto.

Cuando termino de beber el litro de lágrimas, pago, subo a caballo i sigo mi camino. Pero, cuando llevaba diez minutos de andar, comienzo a darme cuenta de que el caballo se hallaba mal ensillado, la montura está vuelta para la cola i yo tambien;

que

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arreglo la silla, monto nuevamente i siempre estoi vuelto para atras; vuelvo a arreglar i entónces me convenzo que el caballo anda mal, pues galopa retrocediendo; otra vez cambio la silla, i entónces observo que mientras las manos del caballo galopan para atras, las patas trotan para adelante.

Yo no sé quién diablos echa á perder así mi caballo; pero, aunque soi un buen mecánico, yo no puedo arreglar esas descomposturas tan raras. Yo estoi convencido de que aquello es bastante terrible, pero me resuelvo a dejar que el caballo haga lo que quiera; i sigo galopando, pero a veces noto que voi montado en la cabeza i otras veces estoi de rodillas encima de las costillas.

¡Poco importa dónde esté montado, con tal de que monte en el tren!

Pero miro que es la montura la que está enojada conmigo, pues primero sale un pelero, se cae i arranca por el camino; despues otro i despues la silla i entónces encuentro que el caballo estaba mui mal hecho, pues le sobran muchos huesos duros en el lomo.

Despues ya no supe mas, i seguramente el caballo quedó contento de esta nueva situacion, pues se volvió a la casa de alquiler conmigo; allí me recojieron i me echaron en una cama: desperté a las veinticuatro horas i mi primera impresion fué que el caballo por error me habia dejado su cabeza en lugar de la mia, pues la sentí demasiado grande para mi cuerpo.

Cuando me preguntaron qué me habia ocurrido i les conté que me habia bebido un litro de lágrimas, toda aquella jente se sujetaba la cabeza a dos manos, para que no se les arrancara con el espanto que esa noticia les producia.

Nunca pude recobrar la montura ni las herramientas que habia llevado para mi trabajo i que deben haber quedado sembradas en el camino. I I ahora pregunto: ¿que clase de ojos serán esos que lloran unas lágrimas tan terribles?

Tal fué el relato de Mr. King i por mi parte traslado su pregunta a la liga antialcohólica para que resuelva el problema.

¿Las lágrimas que se lloran en el sur son diversas de las del norte? A ser esto verdad, las lágrimas de Iquique deben ser salitrosas i por consiguiente, mui útiles para abonar los ojos i las tierras estériles.

TITO V. LISONI

Escritor de ilustracion estensa i dotado de espíritu amplio, de criterio humano, ha hecho, no obstante su juventud, una labor fecunda i hermosa en la literatura nacional i americana.

Desde sus mas cortos años ha cultivado la poesía, esa poesía del corazon i del sentimiento que se modela en el arte de la mas delicada imajinacion. Una de sus primeras obras de este jénero fue su poema El Anjel Caido, en el que canta un amor infortunado, el cual le dió reputacion continental por la galanura de sus versos i la honda sentimentalidad del argumento.

Mas tarde se dedicó a la crítica de bellas artes i escribió una notable serie de estudios de nuestros Jóvenes Pintores, describiendo su modalidad i su índole impresionista.

Siguió a esta labor intelectual, en la que predomina un ideal de cultura superior, su libro Cuestiones Sociales, en el que comenta el problema de la condicion del proletariado.

Su Libro Ariel, crítica de otro de la misma tésis americana, de espansion sociolójica en el hemisferio, de proclamacion del bien humano, refundió sus ideas i principios en un doctrinarismo de perfeccionamiento de la juventud.

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