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Nacido en 1876, en Santiago, se educó en la Universidad i se graduó abogado en 1899. A partir de esa época su actividad intelectual no ha reconocido límites i su ideal social i humano no ha mirado fronteras.

Cónsul de Guatemala i de Venezuela; en el carácter de jeneral de esta última, ha sido el organizador i secretario del Cuerpo Consular de Santiago.

Ha colaborado en numerosas revistas i publicaciones del pais, América i Europa, entre las que podemos citar Los Anales Diplomáticos, de Paris.

Por sus obras pertenece a diversas corporaciones americanas i europeas, siendo socio correspondiente de las Sociedades de Lejislacion, Jurisprudencia e Historia de Berlin, Paris, Roma, Brasil, Cuba, Venezuela i Colombia.

Sus obras de mas reciente data se denominan como siguen:

La Política Esterior de Venezuela; La Union Centro Americana; Conflictos de Lejislacion sobre Nacionalidad; La República Dominicana; Nacionalidad, Ciudadanía i Naturalizacion, etc.

Su ilustracion como letrado jurídico i literato, le permite tratar con brillo todos los temas por arduos i complejos que sean.

A la vez, su estilo es elegante i erudito, adornado de las galas del bien decir i de un refinado buen gusto de artista i de escritor selecto.

Copiamos uno de los mas interesantes capítulos de su estudio El Libro Ariel, aquel en el que analiza el estado sociolójico de la juventud chilena.

Del libro Ariel

(De una conferencia dada en el Ateneo de Santiago)

El majisterio de mayor significacion social es aquel que se dirije a formar el corazon de la juventud, presentándole vastos mirajes para el desarrollo de sus facultades i para la consecucion de los frutos de sus ideales futuros. Este es el único medio de evitar el avance de la dejeneracion mórbida, que dia a dia va carcomiendo nuestras sociedades.

Porque hai que confesarlo: hai juventudes que

nacen envejecidas i en plena decrepitud, i que no tienen mas horizontes que la muerte, mas luchas las funciones de la vida animal, ni mas ensueños que la satisfaccion de sus placeres del presente.

que

No es justo acusar de dejeneracion a esos séres nacidos incompletos. Son inculpables: fueron concebidos dejenerados i decadentes, solo para servir de pasto a las tinieblas que los envolvian desde ántes de penetrar a los dinteles de la vida.

La dejeneracion no es la obra del momento, sino de la acumulacion constante de causas diversas, que obran desde largo tiempo, i empieza de oríjenes pequeños, como la gangrena, por una herida apénas visible.

I el virus dejenerador, que va corroyendo paulatinamente el organismo social, tomó cuerpo desde el momento en que el individuo renegó de su calidad de hombre, desde que las sociedades entregaron su albedrio en manos de los mas audaces, i la juventud, perdiendo su enerjía i virilidad, se reconoció cobarde, sintiendo pavor ante el fantasma de lo desconocido.

Desde ese instante fué cuando el ideal de lo bello i de la perfectibilidad dejaron de ser el centro de las acciones humanas, i la vida de funcion psíquica, pasó a ser una funcion orgánica.

No me refiero en esto a los parásitos sociales, que cuentan temerosos los minutos que se les escapan, que solo ambicionan detener la marcha del tiempo, para prolongar la existencia: éstos solamente sirven de espectadores en la evolucion social. Son mui pocos los indijentes del cerebro que podrian acompañar las avanzadas del ideal moderno, porque no tienen luz en el alma ni fé en el porvenir, ya que el porvenir para ellos no existe.

El principal problema de nuestros tiempos consistia, en consecuencia, en detener el envejecimiento del espíritu i en que el egoismo no sea la pendiente amanazante del derrumbe.

Por esto, el papel de la juventud es de salvacion, para que la vida tenga todos sus fines ideales i sus aspiraciones prácticas i se aprovechen cada una de las enerjias del alma, que constituyen el verdadero estímulo de los actos individuales.

No se debe olvidar que los jóvenes de hoi, dejarán de serlo mañana; i que la educacion que ellos reciban será norma para el porvenir.

Debemos, por lo tanto, inculcar en los jóvenes de hoi los sentimientos de la Justicia i de la Libertad, inspirándolos en las grandes ideas que son antecedentes i consiguientes de la Igualdad.

No formemos una juventud de esclavos. Hagamos de cada hombre un individuo libre; de cada espíritu un sér independiente, que busque, para el desarrollo de sus enerjías, la ayuda de sus fuerzas, de su voluntad, de su propio cerebro, ántes que el apoyo de fuerzas ajenas, que les exijirán sumision i que les impondrán por divisa la hipocresia i el engaño. Así evitaremos la existencia de miserables instrumentos de imposiciones vulgares i de la autoridad sin límites de los mas fuertes i ménos meritorios.

Es preciso buscar la fórmula social que borre de los anales de la sociedad moderna los presajios de de Hobbes i de Darwin.

El sumun de nuestros ensueños de altruismo consiste en que cada hombre tenga la integridad incontrastable de su personalidad, i que la juventud no sea quien, con inconsciencia, eleve la imájen del despotismo moral a la altura de la dominacion, porque así ahogaria todos los deseos de independencia i de

ANTOLOJIA CHILENA

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repulsa hacia los feudalismos que enervan i que hunden ..

Las obras sociales no deben, tampoco, quedar al ludibrio de la casualidad. «El que se liberta por obra de las cosas casuales,-ha dicho Pelletan,— permanece esclavo por sentimientos i vuelve a caer otra vez, de una manera infalible, en la servidumbre, por la misma pendiente de su ignorancia.»

Alimentemos el sacro fuego de la reforma, buscando el convencimiento de nuestros actos i la filosofia serena de cada una de las emanaciones de nuestra voluntad, i, entónces, los obstáculos del camino se despejarán, las montañas de la duda se retirarán para darnos paso, precipitándose en las entrañas negras de sus profundidades insondables, para borrarlas i darnos facilidades en nuestro tránsito, en busca de la perfeccion que buscamos.

ALFREDO IRARRAZAVAL ZAÑARTU

Poeta festivo, periodista i orador, se ha distinguido, en la prensa i en la tribuna, por su espiritualidad i su índole de ruiseño de las letras.

Se hizo conocer como poeta publicando un pequeño poema A los Héroes de Iquique, en el que pecando contra la gloria del héroe de la «Esmeralda» la crítica le dió una leccion que él no quiso acatar como fallo inapelable de la opinion i se reveló contra ella pretendiendo hacerse justicia propia contra el director de El Imparcial de Santiago, en 1885.

Discípulo del Mundo Riendo, escribió en La Epoca sus Guitarrazos i Renglones Cortos, que le conquistaron celebridad en Chile i otros paises de América por su musa jocosa i picaresca.

En 1891 se afilió en el ejército de la revolucion del Congreso, contra la administracion Balmaceda, majistrado al cual ha justificado mas tarde en la Cámara de Diputados i en la prensa.

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