I en este cuarto que humedece el rio desnudo el piso, la pared i el cielo, veo a mis hijos tiritar de frio, i mi alma muere de pesar i duelo! No tengo pan; aunque llorando piden los hijos de mi amor, ¡ánjeles puros!... los beso tiernamente porque olviden mientras las heces del dolor apuro! El anillo nupcial ya fué a la ajencia ¡prenda querida que su amor me dió! como un crímen mirólo la conciencia cuando para llevarlo lo pidió. Nada me queda ya: sillas i mesa han ídose de casa poco a poco; i el autor de este mal tambien empieza con el delirium trémens ¡está loco! Al manicomio irá; dichoso él que todo lo que ha hecho olvidará; yo lo perdono... sí... ¡seria cruel...! pero sus hijos... ¡nó!... talvez... quizá...! Pero mañana, al despertar al mundo, cuando la realidad vea la mente, i comprendan el mal, el mal profundo que los ha de humillar ante la jente; Entóncès ¡ai!... mi corazon de madre tendrá que soportar suplicio cruel: ¡cómo negar la culpa de su padre si la nuestra desgracia es culpa de él! Jóvenes, padres que cruzais el mundo Huid de la cantina, hombre de juicio, porque honrado entrareis, con alma buena, i al salir llevareis marca del vicio que cuerpo i alma, al fin, todo envenena! I como herencia de fatal memoria Chillan, 1963. SAMUEL A. LILLO Poeta de la naturaleza i los caractéres populares, elije sus modelos en las multitudes, retrata los tipos del campoi las faenas industriales, describe las costumbres i los héroes del taller i del trabajo i los ejemplares de la raza nativa i de la selva. Ha sido el cantor de los bosques i los valles de la rejion araucana i de los hijos de aquella gloriosa zona histórica de tan maravillosas montañas. Sus Canciones de Arauco, llevan el sello de aquellas campiñas i el encanto de la esplendente poesia de la naturaleza i de la raza nativa. Se puede decir que es el poeta de la epopeya de nuestros bosques seculares. Ha descrito, en sus poesías de índole pintoresca, los tipos mas salientes i jenuinos de nuestros valles selváticos, como los potros montaraces en su poema Los Paladines, i los cóndores i las águilas de la montaña, en La Epopeya de los Cóndores, con estro vigoroso, entonación épica i realismo admirable. Otros poetas i prosistas americanos han definido temas semejantes, como Gabriel Muñoz, en Venezuela, en su canto Los Paladines, en que pinta la lucha del águila i el leon; i José Maria Vergara i Vergara, en Colombia, en su hermoso artículo Los Buitrès, en el que describe un nido de estas aves bravias en la cumbre de una roca, con arte esquisito i primoroso realismo. Samuel A. Lillo, ha descrito el combate de dos potros salvajes, por el amor de las hembras i el terrible furor del imperio de la manada, i la fiereza del cóndor que disputa su presa al enemigo invasor de sus dominios, en versos sonoros i varoniles, como que canta a reyes señores de las montañas i de las selvas. Asi mismo ha pintado con pincel feliz a los pioneers del trabajo, como El Arponero, gladiador de los mares, i El Palanquero, el ausiliar silencioso i esforzado del inaquinista i del fogonero, todos tres los guias i los conductores de las locomotoras i sus convoyes que cruzan las pampas. Reflejando el temperamento i la modalidad de los caractéres populares, objeto de su estudio i su descripcion, ha dado vida a la poesía de la raza nativa, creando un arte nuevo, de puro realismo, de encantadora copia de la naturaleza. Es el poeta descriptivo de nuestros agrestes campos i de las muchedumbres tumultuosas, cuyos tipos canta con entusiasta rejionalismo. No es el poeta apasionado del placer i del amor, del pesar o del dolor, de las lágrimas i la tristeza, sinó él cantor de la vida i la naturaleza selvática i grandiosa, a la vez que del esfuerzo redentor. Encuentra en la poesía del hombre i la naturaleza, como Watt Witmann en sus Hojas de Yerbas i William Longfelow en su Exelsior, la belleza del arte i de la vida, el encanto de la inspiracion i la armonia de los sentimientos que levantan el carácter i dan alma al progreso humano. La revista Union Ibero-Americana, de Madrid, ha reconocido en el señor Samuel A. Lillo este atributo de su índole como poeta. Sus poemas El Triunfo de la Selva i La Caza del Puma, caracterizan su índole poética, haciendo de él el poeta jenérico de la naturaleza. Abogado i catedrático en la Universidad, cultiva la poesía por espíritu de estudio i por consagracion al arte que una inspiracion delicada le hace amar como relijion de trabajó i como un ideal de su alma. Sus poesías son muestras elocuentes de su honda sen |