La fundacion de colonias penales i el mantenimiento i ejercicio de la soberanía nacional en esas apartadas zonas de la República.

Examinemos con el ausilio de los esploradores de esas tierras, lo que ellas representan para la riqueza nacional i cuál es el valor actual i efectivo que tienen para una especulacion mercantil.

El célebre i afortunado corsario holandes Drake fué el primero que visitó los archipiélagos fueguinos en 1578.

Lemaire i Schousten conocieron la estremidad austral del continente en 1616.

L'Hermite visitó esos mares en 1624.

Estos fueron los primeros esploradores, pero sus memorias no ilustran al que desee conocer las tierras australes, apénas reconocieron los contornos de algunas islas i no disponian de elementos de estudios, pues eran comerciantes o corsarios emprendedores i atrevidos.

En 1826 Inglaterra envió la primera espedicion científica que debia estudiar estas antárticas rejiones i los marinos ilustres King i Fitz Roy completaron i rectificaron los antiguos mapas, haciendo descubrimientos importantísimos estudiando no solo la hidrografía del estremo austral de América sino tambien el clima, la orografía, la flora i la fauna de estas apartadas tierras.

En comision tan interesante los acompañó el jóven Carlos Darwn, que debia ser despues el sabio narrador de los importantes i desconocidos mundos que por primera vez se estudiaban.

La espedicion inglesa duró próximamente diez años, de 1826 a 1836.

King i Fitz Roy, estudiaron no solo la zona a que nos venimos refiriendo, sino tambien la situada

al norte del estrecho de Magallanes, que habia sido bien esplorada por los intrépidos navegantes españoles.

El Ventura i el Beagle, buques de vela en que los navegantes ingleses recorrieron i esploraron las peligrosas costas australes, no eran, por cierto, las embarcaciones a propósito para espediciones hidrográficas en estas rejiones.

En 1882 una espedicion científica organizada por el Gobierno frances recorrió i estudió de nuevo parte de la estensa zona que habia descubierto Fitz Roy. Comandaba la espedicion el intelijente marino Martial, lo acompañaban cuatro sábios especialistas en los ramos que debia estudiar, i tripulaban un barco a vapor provisto de toda clase de instrumentos científicos. El principal objeto de la espedicion era observar el paisaje de Vénus por el disco del sol.

La espedicion de La Romanche, que así se llamaba el barco frances, fué fecunda en observaciones i estudios casi completos de las islas situadas al sur de la Tierra del Fuego; talvez ninguna porcion de nuestros numerosos archipiélagos ha sido tan bien estudiada. Nos referimos al trabajo de Martial i a sus acompañantes en la descripcion de estas tierras, i Darwin nos servirá de ausiliar poderoso.

En 1892 nuestro malogrado almirante Señoret hizo tambien un viaje de rápida esploracion por esas islas i canales; iba a fundar el puerto Toro, en la isla Navarino, para que sirviera de refujio a los muchos mineros que entonces esplotaban los lavaderos de oro de esa isla i las vecinas del oriente. Sus observaciones, aunque someras, son de gran valor científico por la precision e importancia de los datos que consigna.

Posteriormente se han hecho muchas escursiones por el canal Beagle, ya de estudio; ya comerciales; la República vecina ha fundado i sostenido con trabajo i sacrificios el puerto de Ushuai, que es en la actualidad, aunque una colonia penal, el único centro de comercio i vida que existe en esas despobladas rejiones.

Para describir la zona que se encuentra comprendida entre la cordillera Darwin i el canal Beagle que la limita por el sur, permitiremos la palabra al mas célebre jeógrafo contemporáneo, Eliseo Reclus. Hablando de la espedicion de Fitz Roy, dice: «En el sur de Tierra del Fuego descubrieron el notable fjörd del canal Beagle, el cual, semejante a un ancho rio encajonado entre ventisqueros, se prolonga entre la Tierra del Fuego i los archipiélagos que siguen al sur .....»

Mas adelante agrega: «Por la orilla norte del canal Beagle corre una sierra bautizada con el nombre de otro famoso esplorador de estos paisajes: el ingles Darwin, la cual, junto a la frontera arjentina se levanta en los montes Frances. Ires Hermanos»>, etc. Tenemos, pues, que la zona comprendida entre la cordillera de Darwin i el canal Beagle es una angosta faja o sea falda de esta cordillera que vacia sus nieves en el canal en forma de numerosos ventisqueros. Mas adelante acumularemos mas datos i nuevas autoridades para deducir el valor real de esta zona, que constituye la parte principal de la concesion.

Hemos visto que el canal Beagle se divide en dos brazos, uno de los cuales, el del noreste, limita la Tierra del Fuego. Darwin describe detalladamente el curso de este canal i los peligrosos accidentes que ofrecen los ventisqueros de que están cubiertas sus

riberas. Las nieves perpétuas llegan solamente hasta mil cincuenta metros de elevacion en la montaña Darwin i desde esta altura caminan los ventisqueros hácia los canales. Enormes trozos de hielo i rocas que están adheridas a sus morainas, suelen desprenderse inopinadamente de su frente i caer al mar formando gran estrépito i, lo que es peor, una ola que arrastra con todo lo que existe en los paisajes vecinos al sitio de la caida.

Para un barco esta ola seria fatal i no habria modo de evitarla, pues su velocidad excede con mu cho a la de un buque a vapor de mediano andar.

Este desprendimiento de grandes bloques de los ventisqueros que caen de la cordillera Darwin, es uno de los mas sérios peligros de la navegacion de esos canales en ciertas épocas del año,

Hé aquí como el almirante Señoret describe la Bahía Desolada, Golfo de los Ladrones i canal Ballenera, que limitan el terreno de la concesion de la Tierra del Fuego por el oeste i suroeste. «Las tierras que atraviesan estos canales ofrecen triste aspecto. Altas masas de rocas coronadas de nieves, con flancos desnudos, redondeados, pulidos por el hielo i el huracan, i bases amarillentas del musgo que las viste tachonadas de verde oscuro, casi negro, fúnebre, por bosquesillos raquíticos, donde la orientacion o los accidentes topográficos ofrecen abrigo al desarrollo de alguna vejetacion. Rara vez se divisa una playa: muros de granito i riberas inhospitalarias a uno i otro lado».

Describe despues el canal Beagle propiamente dicho, con colores mas vivos, i termina así: «del lado de Tierra del Fuego, al norte, se descuelgan desde la cima hasta el mar, inmensos ventisqueros de grandioso efecto. El buque cruza cuidadoso entre

los témpanos de caprichosas formas, desprendidosde los ventisqueros por la accion de las aguas i que las corrientes llevan a medio canal».

El capitan Martial describe en parecida forma la cordillera Darwin i el canal Beagle, i espresa que la falda sur de esta cordillera, por encontrarse espuesta a los vientos casi constantes i huracanados del sur-oeste, no puede ser ni siquiera fácil de esplorar. La pinta con faldas boscosas i de árboles achaparrados en las alturas i mas altos en las partes abrigadas del viento, pero coincide en el enorme número de ventisqueros que descienden por sus faldas.

Dice Martial, i las cartas jeográficas construidas por él i por la marina inglesa lo desmuestran, que casi todas las bahías o ensenadas del norte del canal están cerradas por ventisqueros que a veces tienen una morraina central de cincuenta metros de altura.

De los datos apuntados se desprende:

1.° Que la cordillera Darwin, que comienza por el monte Sarmiento de dos mil doscientos veintiun metros de elevacion, i que tiene picos como el Darwin de dos mil doscientos veintiun metros i el Frances de dos mil ciento treinta i cinco, es una cordillera nevada i abrupta que corre paralela al canal i a corta distancia. Esta no se ha medido, pero es de suponer que no pase, por término medio, de quince kilómetros, siendo mayor en su estremo oeste;

2.° Que los ventisqueros que se forman con las nieves de estas cordillerras, si llegan hasta el canal, es porque en su curso no encuentran sino una ladera suave en que deslizarse i, por consiguiente, no hai terreno estraño utilizable para la ganadería, pues lo que no está cubierto por la nieve lo está por la tupida selva que es de escaso o ningun valor.