i el pueblo aquel que al parecer dormia, como, por chispa eléctrica tocado. unísono lanzó grito de guerra i empuñando el fusil, se hizo soldado. Con sangre, en el lidiar, tiñó sus rios; con sangre, en el lidiar, inundó el suelo, bravo luchó sin amenguar sus brios; i de amor patrio en el sublime anhelo, fué aquel pueblo en virtudes tan fecundo, defendiendo a la madre amenazada, que al fin de la titánica jornada, le admiró el invasor i asombró al mundo. Cayó como cae el fuerte: desangrado i tenaz cayó luchando... quien logró dominarle fué la muerte. Hoi en aquellos campos que la guerra cubrió de horror i duelo, con luces de alborada, en suaves lampos, brillante porvenir ofrece el cielo. Como en resurreccion, hoi se levanta aquel pueblo viril a nueva vida i hácia la libertad mueve su planta seguro de una Tierra Prometida. Serena libertad su faro encienda para tí, Paraguai, en tu camino. Tu pasado es una épica leyenda digna del gran poeta florentino. 1902 El Poeta i el Vulgo Al altanero i encumbrado pino I él respondió: «Yo doi al peregrino Así el vulgo al poeta gritó un dia:«¿Por qué mirais indiferente el suelo? ¿Qué haceis? ¿quién sois?» I el bardo respondia: «Soi mas que vos, porque, talvez, recelo Que solo de mi canto a la armonía Comprendeis que hai un Dios i que hai un cielo». Soneto Fugaces brisas de la fresca tarde Que dais mil besos a la flor naciente Hijas mimadas del verano ardiente, Si de sentir i amar haceis alarde; Ved a ese junco que dobló cobarde Vedlo, i lijeras detened un tanto Con su alba frente la corriente sella, Mi Horóscopo SONETO No estaba el Diablo, al nacer yo, de buenas, Por no sé que doméstico altercado; Vióme, levantó el eco i dijo airado: «<Chico, en mala hora la existencia estrenas.» <«<La pobreza, compendio de las penas, Al fin te casarás; pero presiento Que tu mujer tambien»... aquí ¡oh desgracia! Diole al Diablo una tos i acabó el cuento. Os ruego mi lector, con eficacia Si adivinas del Diablo el pensamiento Deseos Si yo fuera la brisa pasajera, Aliento perfumado de las flores, Enredado en tu suelta cabellera Murmurara a tu oido mis amores. Quisiera ser alguna flor nacida Entre las flores del jardin ameno, ANTOLOJIA CHILENA Verme por tí del tallo desprendida Si fuera un astro de la noche umbría De blanca luz, de límpidos destellos, Amoroso mi luz reflejaria En ese blanco de tus ojos bellos. Si fuera un pensamiento audaz, profundo Que conmoviera al orbe en un instante, Desdeñaria de ocupar el mundo Por ocupar tu corazon amante. Quisiera ser un verso delicado Quisiera ser la fuente cristalina Si ave fuera de májicos encantos, Si fuera un Dios, dichoso te entregara Mi poder, mi existencia i mi albeldrío, I la morada celestial trocara Por un instante de tu amor, bien mio. Mas, ¡ai de mí!, que en mi amoroso empeño, Cuando ardoroso el corazon delira, Solo puede ofrecerte, dulce dueño, Al distinguido poeta americano, Mucho antes de guiar mi planta inquieta Amé tus cantos, varonil poeta, Grande será ese pueblo, me decia, I el vario colorido de tus versos. Pisé mas tarde la grandiosa tierra Ví sus nevados, altaneros montes, I en ese jigantesco panorama Comprendí entónces al viril poeta Que desdeñando fútiles cantares, |