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¿Cuántos escritores distinguidos que honran las letras europeas no se han impuesto, ántes de ahora, la tarea de revelarnos los tesoros de Roma, analizando sus monumentos, catalogando sus riquezas artísticas o repitiendo los interesantes recuerdos de su historia i sus tradiciones?

Poetas, artistas, sacerdotes, arqueólogos i preceptistas, pensadores ilustres dentro de los mas variados órdenes de conocimientos, han llenado largos volúmenes con el inagotable caudal de esos tesoros, i parecería que en pos de tan numerosos comentadores del paganismo i del cristianismo, del Papado i de las artes en todas las épocas, de las ruinas i de los palacios, ya nada resta por agregar a esos estudios, que no sea otra cosa que simple repeticion de lo escrito o.descripciones ménos elocuentes i eruditas talvez que las ya dadas a la luz pública.

Todo esto, sin duda alguna, es perfectamente

exacto.

Pero, entre tanto, por lo que toca a Chile, en este querido rincon del mundo a que pertenezco, con ser numerosísimos los viajeros que recorren los interesantes países de Europa, i entre ellos, con particular predileccion, la bellísima Italia i la ciudad Eterna, con abundar todavia los espíritus artistas o los fervorosos cristianos, en realidad de verdad no existe hasta hoi libro alguno que comente i vulgarice los monumentos romanos.

Aliéntame entonces la idea de llenar en parte este vacío de las letras nacionales.

Aliéntame asi mismo la esperanza de contribuir siquiera con un grano de arena a la divulgacion de algunas de tantas maravillas del arte i de la fé.

Puesto que me ha cabido la suerte de admirarlas i amarlas, no quedaria ahora satisfecho reservando

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para mí solo ese amor i esa admiracion, sino esforzándome en hacer partícipes de tales sentimientos a todas aquellas personas susceptibles a su vez de adquirirlos i cuyo espíritu marcha de acuerdo con el mío.

DON LEONARDO ELIZ

Labrado por su propio esfuerzo en la horfandad, haciendo la vida intensa del estudio i del trabajo, por el i el libro, ha alcanzado la altura del intelectual selecto que se conquistara admiracion del talento ameri

pan

cano.

Mui contados son en nuestro pais i en el hemisferio latino los prosistas i los poetas que hayan hecho jornada mas hermosa i esforzada que Leonardo Eliz, colocándose al nivel de los clásicos por su atildamiento literario i sobrepasando a los mas notables injenios de nuestra historia contemporánea por la inspiracion i novedad de sus producciones líricas.

Discípulo del maestro Eduardo de la Barra, a quien el eminente crítico cubano Manuel Sanguily estima superior a Andres Bello, disfrutó de su acendrado afecto i fué el legatario de sus confidencias i de sus manuscri

tos.

Jóven, mui jóven, se dió a conocer como prosista i poeta, en las revistas i en las obras que forjó su númen su perseverancia, iniciando con sus Musas Chilenas su triunfal carrera literaria que ha coronado con sus Poesias Líricas i sus estudios, de poeta i de filósofo, Vida i Obras de Eduardo de la Barra.

Catedrático i vice-rector del Liceo de Valparaiso, su nombre fué aclamado con vibraciones armoniosas de victoria i fraternidad en el Brasil i en América, mereciendo títulos académicos de altas corporaciones científicas i literarias.

Nacido en Santiago en 1861, se formó en constante lidia con la adversidad, hasta vencerla, rodeado de abrojos i de espinas, sembrando de flores del alma su senda i haciendo surjir ilusiones en su carrera hasta llegar a ser el cantor de Las Rosas, su poema del sol i de la esperanza.

Su labor ha sido fecunda. En el poema como en las

pájinas de análisis literario i filosófico, ha brillado con luz propia su intelijencia radiosa, inspirándose siempre en nobles temas de belleza artística i de naturaleza seductora.

Su idilio Viñamarina, puesto en música por eximio artista americano, ha sido copiado, cual los poemas de Núñez de Arce, en la América tropical, por su espíritu delicado i el encanto de las fascinaciones de amor que reproduce én sus gloriosas estrofas de melodia tiernísima.

Leonardo Eliz, es un poeta de inspiracion espontánea, que deja fluir la poesia como sonidos delicados de las cuerdas de un instrumento musical.

Es el cantor de las bellezas de la vida i la naturaleza, sin rebuscamientos de escuelas, sin modelos ni maestros, canta como el pájaro del bosque la melodia no aprendida, sino el trino con que vino a la vida en su garganta, dado como don del cielo.

Su poesia es golondrina que vaga por las playas, sobre las olas, mojando su pico en la onda amarga i chispeante i asciende al cielo, con sus alas humedecidas por la espuma que estalla en la roca i esparce gotas de rocio, como brillantes, al sacudirlas para volar por los espacios.

Su caudal literario es copioso. Båste indicar algunas de sus obras para dar idea de su laboriosidad i de su cultura, bagaje adquirido por su constancia en el estudio apartado i silencioso, sin emulaciones ni petulancias, envuelto en su modestia injénita i retirado en el bello rincon de su hogar de esteta consumado de la belleza de la naturaleza.

Gramática Histórica de la Lengua Castellana; Parnaso Chileno; Métrica Castellana, Contemporáneos Ilustres de Chile; Tántalo, poema; Cuentos Infantiles; Misceláneas, son las mas salientes de sus producciones.

Ha vertido al verso castellano los Cantos del Sabiá de Gonzalvez Diaz, el bardo ilustre del Brasil, comunicando a las poesias del inspirado poeta fluminense la ternura de su alma delicada e impresionable.

Reproducimos como muestra de su estro vigoroso una solemne composicion poética suya, dedicada a la memoria del sabio historiador i humanista chileno don Diego Barros Arana, digna del maestro i del apóstol de libertad i de cultura cuya gloria consagra.

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