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XL

¡Canta a Barros Arana!
¡Consigna en tu clepsidra su memoria
I en tierra americana,

Al clangor de la Gloria,

Inmortaliza al jenio de la Historia!

XLI

La juventud chilena.

A rendirle homenaje irá cantando
I con su voz serena

Los triunfos pregonando

Del Maestro, i su vida recordando.

XLII

¡Hasta allí, gran Maestro,

Iré a pulsar las cuerdas de mi lira

Con blando i flébil estro,

Pues tu vida me inspira,

Que el mundo aplaude i que mi Patria admira!

Valparaiso.-1908.

DON JOSÉ TORIBIO MEDINA

Historiador i bibliografo, ha dado ámplio vuelo a la publicacion de documentos coloniales relativos a la imprenta, a las letras i a los viajes de los conquistadores i primeros colonizadores de América i de Chile.

«La abeja intelectual» lo denominaba por su admirable i fecunda laboriosidad el cronista chileno Justo Abel

Rosales, escritor perseverante que no alcanzó a vivir lo suficiente para ver la obra completa del señor Medina.

La bibliografia de las obras escritas i las editadas por el señor Medina, confeccionada por el estudioso bibliografo don Víctor M. Chiappa, forma un interesante volúmen de notas i observaciones ilustrativas i de las mas variadas materias históricas relativas a todos los períodos de la éra colonial.

La biografia de Medina se bosqueja en el catálogo de sus obras, en las que ha puesto de relieve la vida de los conquistadores, los primeros esfuerzos de los fundadores de la sociabilidad colonial chilena i sud-americana, las nobles i admirables manifestaciones de la literatura de aquella época embrionaria i azarosa ilas primeras instituciones impulsadoras del progreso moral de estos paises.

Sus estudios etnográficos como los de historia i recopilacion documental, son de la mayor novedad e importancia para la literatura i la bibliografia ameri

canas.

La Historia de la Literatura Colonial de Chile, Los Aborijenes de Chile, La Imprenta en Santiago, Historia de la Inquisicion de Lima, Mapoteca Chilena, Biblioteca Americana, La Imprenta en el Virreinato del Rio de la Plata, Historia i Bibliografia de la Imprenta en el Plata, El Veneciano Sebastian Caboto, Cosas de la Colonia, Diccionario Biográfico Colonial, Bibliografia del Jeneral Don José Miguel Carrera, Biblioteca Chilena, Biblioteca Hispano Americana, Las Medallas i las Monedas Chilenas, La Imprenta en Méjico, en Manila, en Filipinas; Coleccion de Documentos Inéditos para la Historia de Chile, Coleccion de Historiadores Chilenos i numerosas otras publicaciones que representan un caudal invalorizable de investigacion, de estudio, de compulsa, de ordenacion i de revisacion, la consagracion de toda una vida al trabajo de los archivos i la publicidad.

Ha necesitado recorrer las bibliotecas i los archivos de América i de Europa, soterrándose en sus colecciones de notas i manuscritos para llegar a dar forma a sus hermosas obras.

Al par que un caudal de paciencia i laboriosidad, ha debido invertir en sus investigaciones otro caudal no menor de dinero para adquirir copias i libros útiles para sus estudios i sus obras.

La biblioteca americana i la coleccion de documentos que ha formado, en tantos años de labor, representan un capital enorme, una fortuna bien adquirida, que acaso

sean las de mayor precio que existan en nuestro continente.

Ahora por lo que a su vida se refiere, su historia es sobradamente interesante.

No fué adicto a los estudios históricos en su primera juventud.

Educado para la carrera del foro, viajó por el Perú i en Lima tuvo su primera inclinacion a las investigaciones que debian darle tan alta autoridad en la literatura americana. En la capital peruana publicó su primera obra de esta índole, las Memorias de Frai Juan de Jesús Maria (1875).

Nació en Santiago el 21 de octubre de 1852, siendo sus padres el majistrado judicial don José del Pilar Medina i la señora Maria Ana Zavala. Hizo sus estudios de humanidades en el Instituto Nacional i cursó leyes en la Universidad. Titulado abogado en 1873 (26 de Marzo), su memoria de prueba versó sobre si La donacion es un acto o un contrato.

Ejerció la abogacia en Santiago, por los años de 1873 y 74 y publicó una hermosa traduccion castellana del poema Evanjelina de Longfellow.

En 1874 fué nombrado secretario de la Legacion de Chile en Lima i en 1876 emprendió un viaje de estudio a Estados Unidos i Europa. A su regreso en 1878, obtuvo el premio Universitario con su obra Historia de la Literatura Colonial de Chile, en el certámen de la Facultad de Humanidades.

En 1880 se le nombró auditor de guerra en campaña, sirviendo al pais en la contienda del Pacifico.

Nombrado juez de letras de la Provincia de Tarapacá, hizo una visita judicial al territorio ocupado por el ejército chileno.

Mas tarde recorrió la antigua Araucania i escribió su obra, por mil títulos afamada, Los Aboríjenes de Chile, que Vicuña Mackenna calificó de «un monumento de historia nacional».

En 1884 fué nombrado secretario de la Legacion de Chile en España i a partir de ese año, el señor Medina se consagró por entero a las investigaciones de los archivos i a los estudios de documentos para la Historia de Chile, en cuyos trabajos es hoi uno de los primeros historiadores i bibliógrafos de América.

La literatura colonial

¿Qué debe entenderse por literatura colonial de Chile? Tal es la pregunta a que debemos responder ántes de entrar al análisis detallado de cada una de las obras que la componen.

Es natural i corriente en todos los que han encaminado sus labores al estudio del desarrollo del pensamiento en un pais determinado, comenzar por investigar la formacion del idioma i aun los oríjenes del pueblo de cuyos monumentos literarios se trata. La Harpe, Villemain en Francia, Sismondi, Guinguené respecto de Italia, don Amador de los Rios en España, en una palabra, cuantos han escrito dela historia literaria de las naciones europeas han debido siempre tomar este hecho capital como punto de partida de sus tareas.

Mas, estas investigaciones quedan manifiestamente fuera de la órbita de nuestros estudios. El idioma castellano, empleado por los escritores chilenos, estaba ya formado cuando los primeros conquistadores pisaron los valles del sur del desierto. Cervantes aun no habia nacido, pero el instrumento de que hiciera tan brillante alarde en el Quijote iba a llegar con él a la plenitud de su desarrollo.

Las palabras literatura chilena no se refieren, pues, como fácilmente se deja entender, sino al cultivo que el pensamiento en todas sus formas alcanzó en Chile durante el tiempo de la dominacion española. Aquella literatura puede decirse que fué una planta exótica trasplantada a un suelo virjen, nada. mas que el arroyuelo que va a derramarse en la corriente madre. Trátase simplemente en nuestro caso de averiguar i constatar la marcha seguida en

tre nosotros por los que se dedicaron a las letras, estudiando el alcance de las producciones del espíritu bajo las influencias inmediatas que obraron en nuestro suelo, bien sea a consecuencia de los hombres que la sufrieron, bien sea a causa de las tendencias impresas a su carácter por el pueblo en medio del cual vivieron, o de la naturaleza propia de un pais desconocido i como perdido en un rincon del mundo, estrechado por el océano i los Andes.

¿Qué fué lo que los compañeros de Valdivia encontraron en el territorio que Almagro acababa de esplorar hacia poco tiempo? ¿Cuál era el estado intelectual de los pueblos en cuyo centro venian a establecerse?

Desde luego, cuantos han tenido ocasion de examinar la lengua araucana, unánimes testifican su admirable regularidad, lo sonoro de sus frases, i una sorprendente riqueza de espresiones. «Es cortada al talle de su jénio arrogante, dice, Olivares; es de mas armonía que copia, porque cada cosa tiene regularmente un solo nombre, i cada accion un solo verbo con que significarse: con todo eso, por usar de voces de muchas sílabas sale el lenguaje sonoro i armonioso». Los araucanos no conocian el uso de la escritura; sus mas importantes mensajes apénas si sabian trasmitirlos por groseras representaciones materiales, inferiores aun a los quipos que los súbditos del Inca acostumbraban. Su atraso era notablemente superior a los indios peruanos, ya se examine con relacion a su industria, de la cual dan espléndido testimonio las grandes calzadas labradas en una estension de centenares de leguas, ya con relacion a las concepciones del espíritu que habia sabido elevarse hasta la produccion e intelijencia del drama.

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