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que poseemos algunos conocimiento en este idioma, ni tenia-mos los suficientes, ni era bastante el tiempo de que por entónces podiamos disponer, para empeñarnos en su lectura. Despues de muchas súplicas y promesas espresivas, pudimos lograr, que el padre Zuñiga nos prestase aquel precioso documento, en que creiamos hallar el objeto de nuestra diligencia.

Como tiempo de vacaciones tuvimos lugar para emplearlo en la lectura del legajo, como debe suponerse que lo hicimos. Al efecto nos asociamos con un inteligente en el idioma, y desde luego entramos en aquel caos. El manuscrito que espresaba ser cópia de otro, estaba fechado en Mani á 27 de febrero de 1697, que indudablemente fué cuando se fraguó, pues las multiplicadas testaduras, adiciones marginales, frases enteras entrerenglonadas y enmendaturas frecuentes, prueban nos parece, no solo que no fué cópia, sino que seria el borrador ó machote del primer escrito de su especie. Al fin se leia una nota en lengua castellana que decia "Eyo Fray Julian Mayen y Pantoja, vicario de esta de Maní, asi lo hice escribir, hoy que contamos 27 de febrero del Año del Señor de MDCICVII."

La primera parte del manuscrito era una especie de sermon exortativo á la penitencia, y en él se aludia á una epidemia de vómito prieto, (ekzee) que si no nos equivocamos debió de haber ocurrido por uno de aquellos años. He aquí otra prueba de lo reciente del escrito. Luego el santo profeta (Ahbobat) empieza á hablar con un lenguage estravagantísimo, y lleno de figuras no ya violentas, sino monstruosas, acerca del dia del juicio, y hace un pronóstico casi en los mismos términos que el de Jesucristo, si se esceptua la deformidad y mal estilo. del lenguage. El profeta (Ahbobat) dirije en seguida un apos-. trofe á los de su raza, exitándolos á venerar á los frailes (ti noh petzuzoob), á pagar los tributos al Rey (Nohahau) y áobedecer los mandatos del cacique (Batab). Ofrece el reino de los cielos á los que asistan con sus personas á los blancos (ti uloob) y enseña á mirarlos con acatamiento. Pero lo que nos hizo mucha gracia y acabó de convencernos de lo apócrifo del escrito, fué una especie de treno ó lamentacion final de la profecia, en que pinta con los mas odiosos coloridos á los individuos de su raza, y los maldice en nombre de Dios vivo si llegan á concebir la funesta idea de hacerse independientes, esto es, si volviesen á la idolatria de sus mayores, se fuesen á los bosques abandonando sus poblaciones, y si se marchasen á vivir á las orillas del lago de Petenitzá. Para cuando tal caso. ocurriese, el profeta vaticina una plaga de garrapatas (pech) que devorará á los prófugos: lluvias de sangre, sequedad en los posos, langostas, pérdidas de las cementeras, hundimiento de los caminos y otras cosas de este jaez, que nos divertieron mucho, pero que nos dejaron el sentimiento de no haber podido adelantar un paso de ninguna importancia en nuestro exámen, tanto

menos cuanto que hasta allí habiamos entendido que el tal Chilam Balam en caso de haber existido, debió de ser antes de la conquista.

Así lo hicimos presente al padre Zuñiga cuando le devolvimos el manuscrito, y el santo varon no pudo menos que admirarse de nuestra ignorancia acerca de un personage tan importante como el Chilam Balam de los indios yucatecos. "Pues como, nos dijo indignado, ¿se ha podido dudar de la autenticidad de este escrito, que de manos muy respetables ha llegado hasta las mias? ¡qué poca crítica! con mas conocimientos en el idioma, cualquiera, al leerlo se hubiera convencido de que solo un varon inspirado ha podido usar de un lenguage tan sublime y misterioso, y cuyos anuncios ademas, hemos visto desgraciadamente realizados." Nos despedimos muy desconsolados, y con la esperanza casi perdida de poder adelantar algo mas en nuestras investigaciones.-Al tiempo de cerrarse las casas de los franciscanos en el año de 1820, los gobernantes de aquel tiempo no cuidaron con eficacia de asegurar los archivos y bibliotecas de aquellos regulares, y sabemos que multitud de memorias y preciosos manuscritos sufrieron un lamentable estravio. Asi nos lo aseguró D. Buenaventura Garcia, ex-fraile bastante ilustrado, que en su órden habia obtenido empleos graves y honoríficos.

D. Pablo Moreno, que era un verdadero sábio y tenia una versacion prodigiosa en casi todas materias, hizo varias inves→ tigaciones curiosas sobre la historia de nuestro pais, y llegó á reunir datos muy preciosos para formarla, purgándola porsupuesto, de la inmensa multitud de consejas tradicionales de que bulle. Pero ignoramos que mano fanática hizo desaparecer aquel tesoro, con otros muchos manuscritos del autor. Ocurrimos pues al Sr. Moreno, cuya noble filantropia y saber profundo, no le permitian desdeñar la conversacion de "un muchacho" y presentándole los apuntes que habiamos formado sobre el manuscrito del padre Zuñiga, le suplicamos nos ilustrase en aquella materia. Con una sonrisa irónica que caracterizaba de una manera marcada su fisonomia, y le daba aquel aire de pirronismo que tan mal sentaba á algunas personas, y que no obstante le atraia el respeto y admiracion de las demas, nos dijo que el manuscrito del padre Zuñiga, cuyos pormenores conocia á fondo por haberlo tenido dos años en su poder, no era otra cosa que un tejido de patrañas adrede inventadas, para impedir la emigracion de los indígenas, que atraido por la abundancia y feracidad de las tierras del Peten y los Lacandones, dejaban las poblaciones y rancherias de Yucatan con esperanza de mejorar de condicion en un pais que no estaba aun sojuzgado por españoles; sobre lo cual habian ocurrido muy sérias desavenencias entre el gobernador D. Roque Soberanis y Zenteno y el obispo Dr. D. Juan Cano y Sandoval, famoso en los anales de la provincia por su celo y ardiente caridad

apostólica. Que con motivo de cierto sermon formado sobre aquellas fingidas profecias y predicado el 8 de setiembre de 1705 en la santa iglesia parroquial de Izamal, por un religioso franciscano, el conde de Lizarraga gobernador entónces de la provincia (*) habia evitado el celo del Ilmo. Sr. D. Fr. Pedro de los Reyes Rios de la Madrid, á efecto de impedir aquel abuso que podria retarda conclusion de la conquista del Peten, como en efecto lo hizo quel prelado en un edicto fechado en S. Francisco de Campeche á 22 de octubre del mismo año, y que original nos manifestó el referido Sr. Moréno; y que asi el manuscrito en cuestion, como unos malísimos versos populares en lengua maya, que se recitaban en os pueblos y rancherias de los indios, y aun en las villas y ciudades, asi eran del Chilam Balan, como del Califa de Bagdad; pues todo habia sido inventado con miras interesadas.

En efecto: por todo lo que hemos podido averiguar, en cada peste, en cada hambre o desolacion que sufria la provincia, salia á danzar Chilam Balam y adquirian sus profecias nuevos ribetes. Cuando la insurreccion de Jacinto Can Ek (serpiente negra) en el pueblo de Quisteil (Cisteil) del partido de Sotuta, iniciada en el mes de noviembre de 1761, siendo capitan general el brigadier D. José Crespo y Honorato, las profecias de Chilam Balam se hicieron terribles y alarmantes; pues desde aquella fecha y no antes, comenzó á hablarse de esos formidables castigos del cielo que han intimidado á las gentes. Es muy fácil conocer el motivo y penetrar las razones porque no se contradijeron oportunamente estas chocantes especies, con que en otra época se pretendió alucinar á los nécios y á los incautos; pero hoy que las luces se han difundido, y los yucatecos han dejado de creer en patrañas, nos causa ciertamente pena y compasion el oir la grave plática de algunas gentes honradas sobre el contenido de las profecias de que tratamos.

En conclusion, podemos asegurar, que cuanto se refiere en el dia acerca de CHILAM BALAM, es una conseja mal fraguada y peor esplicada: que el profeta mal podia designar específicamente la alameda de Mérida como el teatro del cumplimiento de sus vaticinios, supuesto que aquel paseo fué formado á fines del siglo pasado, siendo capitan general D. Lúcas de Galvez; y que por último, se necesita un candor á toda prueba para dar crédito á esos romances y leyendas populares

(*) En esto debió de equivocarse D. Pablo, porque en ese año, D. Martin de Urzúa, aun no era conde de Lizarraga, ni se hallaba en la provincia, sino en España, á donde fué llamado por los asuntos de la conquista del Peten y el asesinato que cometieron los alcaldes de Valladolid; y quien gobernaba entonces la provincia, era el maestre de campo D. Alvaro de Rivaguda.

que corren por el interior del Estado. Y para acabar de convencerse plenamente de lo que llevamos sentado, permítasenos insertar aquí la única profecia de Chilam Balam, conforme la encontraron diz que por tradicion, los españoles conquistadores de Yucatan.

(Aquí la profecia de Chilam Balam.)

Cualquiera puede creer de toda esta relacion lo que mejor le parezca. Por lo que hace á nosotros, nos parece inventada en todas sus partes; pues que una profecia tan espresiva, solo podia hacerse á vista de la realidad; el Chilam Balam está mas minucioso que los verdaderos profetas del antiguo y nuevo testamento. Isaias no vaticinó en términos tan positivos la pasion de Jesucristo, como el profeta gentil la venida de los españoles, por mas que se diga que aquel es un don ó una gracia gratis data, que Dios otorga á quien quiere. Sobre el fin de la "décima tércia edad" á que se alude en el vaticinio, nada podemos observar por la simple y sencillísima razon, de que no conocemos el cómputo de nuestros indios yucatecos ó itzalanos.

No es la del Chilam Balam la única profecia que se lee en Cogolludo, y creyendo que nuestros lectores tendrian curiosidad de conocer las restantes, las insertamos á continuacion.

(Aquí las otras profecias que hemos insertado.)

Basta la simple lectura de estos vaticinios, para conocer el espíritu de los pseudo-profetas que se mencionan, y no necesita comentarios. Duerman pues tranquilos los niños y las viejas, que no perturbarán su reposo ias palabras ominosas de Chilam Balam y demas profetas yucatecos.

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LIBRO TERCERO

DE LA HISTORIA DE YUCATAN.

CAPITULO PRIMERO.

Vienen segunda vez los españoles á Yucatan, y resistenlos los indios como la primera.

Ya que el no haber asignado los conquistadores el tiempo determinado, y año en que sucedió cada cosa de las que voy refiriendo, sino hecho las probanzas con indeterminacion de poco mas o menos; ha ocasionado no poder yo tampoco afirmarlo para la claridad y gusto, que diera saberse, y aun integridad á estos escritos: por lo menos la verdad de el hecho me consta de muchísimas que he leido auténticas y legales, á que se debe todo crédito. Queda dicho al fin del libro antecedente como la mucha guerra que los indios hacian á los españoles, la falta de bastimentos, armas y otras provisiones que ya sentian, y sobre todo irse los que hallaban ocasion con la fama de el descubrimiento de las riquezas del Pirú, y poco provecho que en Yucatan esperaban de sus trabajos, donde (como en una relacion que ya he citado se dice) habia calamidades muchas; oro y plata poca, sobra de desventuras y hambres continuadas: todo esto ocasionó despoblar esta tierra. No pudo conservarla el Adelantado, aunque habia gastado toda su hacienda. Fué á la Nueva España á rehacerse de lo necesario, dejando acá algunos amigos, que no le desampararon, y habiendo comprado navios y prevencion sin duda cuantiosos, pues los escritos que he leido le dan nombre de armada, queriendo volver, se le encomendó la pacificacion de Tabasco. Para concluirla hubo de venir Gonzalo Nieto, como se dijo, á Yucatan por la gente que en él estaba. Había quedado el capitan Alonso Dávila mientras volvia el Adelantado, y con la nueva ocasion de Tabasco, hubo de ir allá á ayudar al Adelantado.

Dió principio á la pacificacion de Tabasco, y no queriendo venir los indios en lo que era razon, ni poner en ejecucion la obediencia, que á nuestros reyes habian dado; fué necesario sujetasen las armas los ánimos, que no podia pacificar la benevolencia. Con la llegada de los capitanes Alonso Dávila y Gonzalo Nieto, y soldados, que estaban en Yucatan, se mejoró el partido del Adelantado, que viendo en su compañia aquellos amigos conocidos á fuerza de trabajos é infortunios, se alegró mucho. Fué mas dificultosa la pacificacion de lo que presumieron, porque los indios con la comunicacion de

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