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socorro del lente de aumento llevar a buen término la empresa.

El manuscrito fué puesto en limpio con letra grande i clara. Bello iba ya a enviarlo a Rivadeneira cuando el gobierno de Chile lo supo, i le suplicó que no lo hiciera, proponiéndole hacer una edicion en nuestro pais.

La reina Isabel II habia obsequiado al presidente de la república chilena el retrato del conquistador don Pedro de Valdivia, que se halla colocado en la capilla de la Vera Cruz; i se consideró propio i delicado corresponder el obsequio enviando a aquella soberana una edicion del primer monumento de la literatura española restaurado i comentado por un americano que se habia naturalizado chileno.

Bello acojió favorablemente esta indicacion; pero por desgracia, la malhadada espedicion de la marina española contra las repúblicas del Pacífico en 1865 impidió la realizacion de este oportuno proyecto.

De todos modos, la obra de Bello quedó desde entónces preparada para ser dada a la prensa.

Los estudios mencionados permitieron a Bello acumular un injente caudal de ciencia; pero estuvieron mui léjos de proporcionarle los recursos pecuniarios de que habia menester para proveer a la manutencion de su familia.

A la fecha en que los desaires del presidente Bolívar le obligaron a renunciar el consulado jeneral de Paris, su primera mujer habia fallecido dejándole dos hijos, i Bello se habia casado en segundas nupcias con otra jóven inglesa, doña Isabel Dum, de quien tenia ya entonces un hijo.

Así, viéndose repentinamente privado de todo recurso, su situacion llegó a ser en estremo angustiosa.

Don Andres habia cultivado siempre buenas relaciones con su antiguo jefe el plenipotenciario de Chile en Londres don Mariano de Egaña, quien tenia especial encargo pera enviar a nuestro pais a algunos hombres distinguidos que pudieran servir con provecho público, sea en la enseñanza, sea en la administracion.

Egaña que habia esperimentado en un largo trato el mérito de

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Bello, propuso inmediatamente al gobierno chileno que no desperdiciara la oportunidad de encomendar la oficialía mayor del ministerio de relaciones esteriores a un individuo tan idoneo como el ilustre venezolano.

El jeneral don Francisco Antonio Pinto, a lo sazon presidente de Chile, que habia conocido a Bello en Europa, i que habia podido apreciar su elevada intelijencia i su vasta instruccion, aceptó gustosísimo la proposicion de Egaña.

Don Andres Bello llegó con su familia a Chile en julio de 1829.

Inmediatamente se hizo cargo de la oficialía mayor del ministerio de relaciones esteriores, que habia de servir por largos años con el mayor tino i la mas laudable asiduidad.

Por aquel tiempo, sostenian en este pais una lucha tremenda dos grandes partidos políticos, el de los conservadores i el de los liberales, los cuales, mientras llegaba el momento de despedazarse en los campos de batalla, se hacian encarnizada guerra en el gobierno, en el congreso, en la prensa, i hasta en el hogar doméstico.

Los sectarios de uno i otro bando habian fundado colejio contra colejio.`

Los liberales fomentaban el Liceo de Chile, cuyo director i principal profesor era el célebre literato español don José Joaquin de Mora.

Los conservadores habian levantado en contra de este establecimiento el Colejio de Santiago.

A los pocos meses de su llegada, Bello fué nombrado rector de esta segunda casa de educacion.

El Liceo de Chile i el Colejio de Santiago eran rivales bajo el aspecto político, pero no bajo el pedagójico.

Mora i Bello desplegaron igual celo a fin de reemplazar por una instruccion jeneral propia para formar hombres ilustrados la instruccion especial destinada esclusivamente al ejercicio mas rutinario de la abogacía i de la agrimensura que se habia acostumbrado dar bajo el rejimen colonial.

La única i sustancial diferencia que puede notarse entre los sis

temas del uno i del otro consiste en que Mora se contentaba con nociones demasiado elementales, i que Bello las exijia mas estensas i profundas.

Fué ciertamente lamentable el que las circustancias impidieran que dos hombres de su mérito lográran ponerse de acuerdo para trabajar unidos en favor del cultivo intelectual de la juventud chilena.

Mora, cuyo caracter era agresivo i algo lijero, habia principiado por atacar acremente a los fundadores i profesores del Colejio de Santiago.

No faltaron quienes estimularan a Bello para que recojiendo el guante en la primera oportunidad, saliera a la defensa de sus colegas.

Dou Andres Bello, contrariando sts inclinaciones benévolas i circunspectas, se dejó arrastrar por los consejos apasionados de sus nuevos amigos.

El pretesto de la polémica fué una oracion inaugural que Mora leyó en la apertura de una clase de oratoria.

Bello censuró con virulencia, no solo esta pieza, sino en jeneral otras producciones literarias de su émulo.

no,

Mora, que estaba lejos de ser manso, contestó en el mismo toi talvez en otro peor.

Ello fuê que habria sido preferible para el uno i para el otro que no hubieran entablado semejante controversia.

La polémica mencionada constituye una escepcion mui marcada en la vida de Bello, que sobresalió en sus conversacione, i en sus escritos, por la mas esquisita cortesía.

El partido conservador triunfante obligó a Mora a salir del país a principios de 1831.

La partida forzada de su director fué un golpe de muerte para el Liceo de Chile, que solo pudo subsistir brevísimo tiempo mas. Pero a pesar de esto, i de haber el gobierno cedido los claustros de la Universidad de San Felipe al Colejio de Santiago, este establecimiento mismo, falto de recursos, no tuvo larga existencia.

Sin embargo, Bello continuó ejerciendo benéfica influencia en la direccion de los estudios, porque ya sea como miembro de la jun

ta de educacion, ya sea como consejero privado del gobierno, hizo útiles indicaciones para la mejora del Instituto Nacional.

Aunque por motivos que no acierto a esplicarme, no fué nunca nombrado para rejentar una clase pública, dirijió en su propia casa cursos privados de distintos ramos, en los cuales se formaron algunos de nuestros estadistas i literatos mas sobresalientes.

Bello dirijió clases de esta especie hasta 1843.

Pero su participacion en la difusion de las luces no se concretó a la iniciacion de los jóvenes en los rudimentos de las letras i de

las ciencias.

Habiendo el gobierno creado un periódico oficial denominado El Araucano, que subsiste hasta ahora, donde Andres Bello tuvo a su cargo en ocacionès la parte política, pero siempre la literaria i científica, desde setiembre de 1830, fecha de su aparicion. hasta agosto de 1853, fecha en que se separó de la redaccion.

Durante este período de veinte i tantos años, insertó en el periódico mencionado un gran número de estractos i traducciones de artículos ingleses i frauceses escojidos e ilustrativos de las cuestiones que se ventilaban a la sazon, los cuales contribuyeron sobre manera a formar el buen criterio público.

Publicó tambien frecuentemente producciones orijinales.

Desde el principio hasta el fin, dedicó particular atencion a enmendar los resabíos de pronunciacion i de gramática que afeaban el lenguaje hablado i escrito de los chilenos, haciéndoles notar los numerosos defectos en que incurrian, i demostrándoles que aunque el aprendiz je de las reglas era un buen medio de correjirlos, el mas eficaz consistia en la lectura, demasiado desdeñada, de las obras españolas.

Quien se tome la molestia de comparar el lenguaje que antes empleában los hombres colocados mas alto, i el que ahora usa el mayor número de las personas de buena sociedad se convencerà de que los esfuerzos de Bello estuvieron mui distantes de ser infructuosos.

El ilustre redactor de El Araucano fué el verdadero introductor de la crítica teatral entre nosotros.

Era mui aficionado a este jénero de espectáculos, que reputaba provechosos por mas de un motivo.

Se leen todavía con interes las apreciaciones que hizo de varias de las piezas dramáticas que entonces se representaron en el teatro de Santiago.

Se complacia en alentar a los escritores nacionales, haciendo, observaciones benévolas acerca de las producciones que daban a luz.

De cuando en cuando enriquecia las columnas de El Araucano con memorias o ensayos orijinales, que habrian, honrado a cualquiera de las revistas mas afamadas.

Puedo citar, entre otros, como comprobantes de esta asercion los artículos siguientes: La Araucana de Ercilla, Apuntes sobre la teoría de los Sentimientos Morales de Jonfroy, El Jil Blas, El Juicio crítico de Hermosilla, Modo de escribir i de estudiar la Historia, Filosofía Fundamental de Balmes.

Bello consolidó sobre fundamentos mui firmes sn reputacion de estadista i de literato con la publicacion de los Principios de Derecho Internacional en 1832 i de las Lecciones de Ortolojia i Métrica Castellanas en 1835.

A pesar de su mérito incontestable, de sus esclarecidos servicios i de su conducta harto reservada, don Andres Bello esperimentó amargos desengaños en el primer período de su permanencia en Chile.

Era un oficial mayor que se asemejaba mucho a ministro en la direccion de las relaciones esteriores.

Ademas, habia sido elejido miembro del Senado desde la organizacion de este cuerpo por la constitucion de 1833; i en su calidad de tal, tomaba parte activa i mui intelijente en la formacion de las leyes.

No obstante esta posicion oficial, evitaba cuanto podia injerirse en la política militante i en las discusiones ardientes de los partidos.

Pero, en medio de aquella época tempestuosa, esta precindencia deliberada no le sirvió de escudo contra el enojo de los baudos. opositores que no podian perdonarle el que tuviera ciertas condecendencias con un gobierno detestado, i el que le prestara una

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