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y de lo que se hizo sobre Bancos, aranceles, zona libre y otros asuntos conexos con nuestra evolución mercantil, hemos tratado en su lugar.

Para concluir, mencionaremos diversas reformas hechas á la ley del Timbre, siempre en el sentido de hacer más productiva esta renta, así como la creación, en Marzo de 1885, de la Gendarmería fiscal, que vino á substituir con ventaja á la informe acumulación de cuerpos (9.o de rurales), escuadrones (de colonias militares de Coahuila, Chihuahua, Sonora y Durango), compañías de policía fiscal, contrarresguardos (de la frontera del Norte y de Sonora) y cabos y celadores (de las jefaturas de Hacienda de Chihuahua, Coahuila y Durango), que habían venido instituyéndose sin plan ni concierto durante épocas anteriores, con el fin de impedir y castigar el contrabando.

El paso por la Secretaría de Hacienda del señor don Benito Gómez Farías, sucesor del señor Dublán, no se caracterizó por ningún hecho ó medida de importancia. Puede decirse que las cosas, á virtud del impulso adquirido, continuaron por el camino que traían; y cuando en 29 de Mayo de 1892 se hicieron cargo de ese departamento el señor licenciado don Matías Romero y su oficial mayor ó subsecretario el señor licenciado don José I. Limantour, se creía por las Cámaras legislativas, por los hombres de negocios y aun por la nación entera, que la situación hacendaria, si no definitiva y sólidamente consolidada, era, sin embargo, bastante bonancible.

Con sorpresa, pues, y hasta con cierta incredulidad mezclada de estupor, se oyó al señor Romero declarar al Congreso, en su Memoria de 16 de Septiembre de aquel año, que la Hacienda pública atravesaba una crisis peligrosa que urgía conjurar y que describía así el conspicuo ministro:

«Siempre he creído que la lealtad y la buena fe constituyen la mejor política, y ellas han sido, en todo tiempo y en todo caso, la norma de mi conducta. No me separaré de esa regla en la presente ocasión, y por lo mismo no se encontrará un solo concepto en esta Memoria que no emane de una convicción sincera y profunda. Acaso mis conclusiones no estén de acuerdo con las miras de la Representación nacional, acaso difiera de las que profesa la opinión pública del país; pero me considero en el deber de expresarlas sin ambajes ni reticencias, pues no busco aplausos y tan sólo intento cumplir con un deber.

>>No ha sido posible, hasta ahora, conseguir la completa nivelación de los ingresos con los egresos, ni aun durante la administración del actual Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, en que la nación ha estado disfrutando de los beneficios de la paz y se ha fomentado tan activamente su progreso material. En cada año ha habido un deficiente, más o menos considerable, que se ha saldado con el sobrante de alguno de los préstamos negociados en Europa, ya en forma de empréstitos públicos, como los de 1888 y 1890, que se sacaron al mercado y por los que se emitieron bonos con el rédito del 6 por 100, ya de suplementos hechos por algunas casas bancarias europeas en conexión con el Banco Nacional de México.

»En 1.o de Julio de 1891, en que comenzó el año económico sexagésimo séptimo á que se refiere esta Memoria, quedó saldado el deficiente del año anterior con el producto del préstamo de seis millones de libras esterlinas, emitido en el año 1890 y destinado á pagar las subvenciones de ferrocarriles. Por falta de personalidad bastante en los representantes de la Compañía del Ferrocarril Nacional Méxicano, no se les pudo pagar con el producto de ese empréstito la subvención que se les debía y no se encontró mejor destino para ese fondo que aplicarlo á saldar la deuda con el Banco. Durante ese mismo año se gastaron todos los productos de las rentas federales, que ascendieron á treinta y siete millones de pesos, y algo más de cinco millones, que el 30 de

Junio de 1892 adeudaba el Erario federal al Banco Nacional de México por suplementos que le hizo el mismo año.

>>Cuando el secretario que suscribe tomó á su cargo la Secretaría de Hacienda, encontró esa deuda en favor del Banco Nacional y á la vez se le manifestó, en lo confidencial, por el representante de dicho establecimiento, que excedida en más del doble la cantidad que el Banco estaba obligado á adelantar al Gobierno en cuenta corriente, conforme á su contrato, y yendo ésta en aumento, por ser inferior la recaudación que el Banco hace por cuenta del Gobierno cada mes en las oficinas federales que se le han asignado, á las cantidades ministradas por él á la Tesorería, conforme al convenio de concentración de fondos, deseaba el Banco que, en vista de que no había grandes probabilidades de que esta situación cambiase pronto, el Gobierno tomara las providencias que estimase convenientes para no acudir en lo sucesivo á dichas ministraciones.

>>Esta circunstancia determinó al Presidente de la República á solicitar de las casas bancarias mexicanas y europeas que en otras ocasiones habían hecho empréstitos semejantes al Erario Federal, un anticipo de seiscientas mil libras esterlinas, equivalentes á poco más de cuatro millones de pesos, mientras surten su efecto las economías acordadas para aumentar la recaudación. Como al Banco se le debía mayor cantidad que estaba venciendo interés, no se encontró mejor destino para ese anticipo que aplicarlo á la deuda del Erario. con el Banco. Así se puso en aptitud este establecimiento de continuar sus suplementos al Tesoro público, mientras ellos fueren necesarios y sea posible realizar la nivelación de los ingresos con los egresos.

>Entre los documentos adjuntos á esta Memoria, se comprenden el texto del contrato celebrado con el Banco Nacional de México el 1.o de Agosto último sobre el expresado anticipo y las demás noticias que demuestran el destino que se dió á su producto. No estará por demás hacer presente aquí que en dicho contrato no se otorgó á los prestamistas derecho alguno semejante á los que en otras ocasiones se les

había concedido, y que el tipo del rédito es inferior al que perciben en la actualidad las inversiones de dinero en compra de bonos mexicanos en Londres.

>>El Ejecutivo se propone hacer cuantos esfuerzos estén á su alcance para impedir que siga en aumento la deuda con el Banco, pues comprende los inconvenientes que resultarán de gastar sistemáticamente cantidades superiores á los productos de las rentas federales. Conforme al contrato de concentración de fondos, el Banco está obligado á ministrar á la Tesorería abonos semanarios de $ 310.000 por cuenta de los fondos que recaude. Durante el último año económico ministró por regla general, cuatro abonos en cada mes; pero desde el mes de Junio último se han reducido á tres los cuatro semanarios de trescientos diez mil pesos ministrados por el Banco á la Tesorería, y esa circunstancia contribuirá á impedir que el saldo vaya en aumento. El Ejecutivo se esforzará por conseguir en lo futuro que se nivele lo que ministre el Banco con los fondos que recaude.

>>Es evidente que no conviene seguir con el sistema de cubrir el deficiente anual de los gastos públicos por medio de préstamos pagaderos en oro y con rédito relativamente alto, aun cuando esto fuera posible. Ninguua nación debe abusar de su crédito, porque el abuso trae su pérdida completa y con ella males sin cuento, cuyas consecuencias no se pueden reparar sino con el transcurso de muchos años. Es, pues, indispensable revestirse de la suficiente energía para nivelar nuestros presupuestos, haciendo, por una parte, todas las economías compatibles con la necesidad de conservar el crédito del país y mantener la paz y la eficacia de los servicios públicos, aumentando, por la otra, los impuestos hasta donde lo permita la crisis por que atraviesa la nación.

>>El Presidente está seguro de que en este saludable camino contará con la cooperación, no sólo del Congreso, sino del país entero, de los hombres de todos los partidos y de todas las escuelas, que se agruparán á su derredor para evitar las consecuencias de cualquier otro sistema que no podría traer buenos resultados. Afortunadamente, el país cuenta

con elementos de riqueza suficientes para pagar todas sus deudas, por fuertes que éstas sean, y para cubrir todos sus gastos; y lo único que se necesita es orden y economía en la administración y la recaudación puntual de todas sus rentas. El Presidente está decidido á llevar á cabo ese programa con toda energía.»>

Por lo que hace á las causas que habían determinado tal estado de cosas, el señor Romero las puntualizaba así:

«La necesidad de promover el desarrollo de los elementos materiales de riqueza del país por medio de la construcción de ferrocarriles, por una parte, y la de restablecer el crédito de la República, por la otra, obligaron á las administraciones que han regido á la nación desde el año 1880 á contraer fuertes compromisos pecuniarios cuyo rédito, á lo menos en una parte considerable, se tiene que pagar en oro, que por la grande depreciación que está sufriendo actualmente la plata y el consiguiente recargo en el cambio, viene á aumentar muy fuertemente las obligaciones pecuniarias de pago periódico de la nación. Como las subvenciones concedidas á vías férreas y á otras empresas de mejoras materiales se van venciendo á medida que transcurre el tiempo, esas obligaciones se aumentan gradualmente y en una proporción notable. Conforme al artículo 6.o de la ley de 14 de Junio de 1883, los certificados de alcances que no hubieren sido amortizados en los cinco años fiscales posteriores á su expedición, deben ser canjeados por bonos de la Deuda pública consolidada, y en cumplimiento de tal prescripción se ha empezado ya á hacer el cambio de los expedidos con anterioridad al 1.o de Julio de 1887. Por último, pronto se vencerá el plazo fijado en los contratos respectivos para que empiece á tener efecto la amortización gradual de las deudas pagaderas en Londres, y por lo tanto, aumentará la anualidad destinada. á dicha deuda; todo esto traerá forzosamente consigo un incremento considerable en las obligaciones del Erario federal. >> Por otra parte, á medida que la nación progresa, sita mayores y más costosos servicios, así para la recaudación de sus rentas como para garantizar la vida y la prospe

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