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--os, entre una y otra operación, es into que el empréstito de 1899 está nación directa de 62% de los promientras que la nueva deuda no cho, de garantía alguna especial, to y buena fe de la Nación. demostrarse la economía que se ob -tulos de subvención del 6, con que trucción de las líneas del Ferrocarril a del Ferrocarril de Veracruz y el s son los últimos que devengan un Sue forman parte de la Deuda Nacional cualquier tiempo, sin más requisito que

so previo.-La diferencia entre el réer los nuevos bonos y el 6% que causan los Sando, justifica, por sí sola, el pensamiento peración los mencionados bonos de 6 o 。.

a expresa, el contrato de empréstito que to tendrá fuerza obligatoria si, antes del zore próximo, el Congreso no ha elevado al avanta iniciativa.-No obstante esta reser

han vendido ya, con mucho éxito, los cuprestito, con sujeción, se entiende, á la expreda; y el precio que se está pagando en estos días s de 4% es el de 94, tipo que pone el crédito

epublica arriba del que disfrutan naciones de primer

Nación mexicana debe congratularse de un resultado Josiactorio y que premia de manera brillante sus unos esfuerzos por conservar el orden público, des

arrollar los intereses materiales del país y levantar el nivel intelectual y moral de sus hijos.

>>El Presidente de la República, al solicitar de la Répresentación Nacional la facultad de ampliar el monto del empréstito en la cantidad indispensable para redimir los bonos del 6 % con que se pagó la subvención de los Ferrocarriles Mexicano del Sur y de Veracruz y Pacífico, estima también que, no obstante las repetidas autorizaciones que le ha conferido el Congreso para contratar el empréstito, conviene recabar de ese H. Cuerpo que, en vista de las bases fundamentales del contrato concertado y en la forma de una nueva autorización, tenga á bien afirmar su confianza en la política hacendaria seguida por el Ejecutivo, para llevar á cabo las grandes obras de utilidad pública.»

Los comentarios huelgan después de una exposición de esta naturaleza; y sólo añadiremos que la iniciativa del Secretario de Hacienda consultó, y así fué aprobado, que al llevarse á efecto el empréstito de 40.000,000 de dólares, se entendieran fenecidas las autorizaciones que, en materia de operaciones de crédito, otorgaron al Ejecutivo las leyes de 9 de Junio de 1902, y las posteriores relativas, y que de los productos del empréstito y de la parte de él invertida durante cada ejercicio fiscal se lleve cuenta especial, que se presentará por separado con la general del Tesoro que la Cámara de Diputados examina cada año.

III

La Reforma monetaria.

Á raíz de la iniciativa que acabamos de insertar, y que demuestra el alto grado á que se hallan el crédito de México y de su Gobierno, el señor Limantour sorprendió á la República y á los centros financieros del mundo abordando el 16 de Noviembre de 1904 la reforma radical de nuestro sistema

monetario, para lograr la estabilidad de nuestros cambios internacionales.

Á este fin, dirigió á la Cámara de Diputados un proyecto de ley que no podemos menos de recoger en estas páginas con su parte expositiva, modelo de sobria claridad y de elevada concisión, porque de otra suerte fuera imposible que nuestros lectores se formaran juicio de tan complexa y grave cuestión.- Dice así el notabilísimo documento:

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

DEL

PROYECTO DE LEY SOBRE REFORMA MONETARIA

«Objeto de la iniciativa.—Al dar con la presente iniciativa el primer paso encaminado á resolver en la práctica algunas de las más serias dificultades que entraña el problema de los cambios internacionales, no se propone el Ejecutivo exponer todas las consideraciones que le haya inspirado el estudio de los numerosos aspectos que presenta ese problema, ni menos pretende haber encontrado una panacea para males de índole tan diversa como son los que se derivan de la situación monetaria de la República. Lo primero sería muy dilatado, sin que la utilidad del trabajo correspondiese á su extensión. Habría que reproducir mucho de lo que se ha dicho en los innumerables documentos publicados sobre la materia, y carecería de objeto entrar en consideraciones que no se relacionaran directamente con los puntos que el Ejecutivo ha resuelto someter á la ilustrada deliberación de las Cámaras. Y por lo que hace á remediar todos los males que aquejan á esta sociedad con motivo de las deficiencias de nuestro sistema monetario, sería presuntuoso y absurdo, porque ese remedio está fuera del alcance del Poder Público, en un país cuyas costumbres y condiciones económicas no

permiten una solución radical, única susceptible de producir resultados completamente satisfactorios.

>>El objeto del Ejecutivo es menos ambicioso pero más práctico. En lugar de exponer ampliamente las ideas que abriga sobre los numerosos puntos abiertos á la discusión pública, y de proponer un plan completo de reorganización de nuestro sistema monetario, prefiere limitarse á consultar cierto número de medidas concretas, cuya adopción baste para dar suficiente fijeza al valor en oro de nuestra moneda, y á tocar sólo aquelias cuestiones que tienen estrecha conexión con las medidas propuestas.

»

Disyuntiva que se presentaba para la resolución del Gobierno. Á nada conduciría hacer la historia de los metales preciosos, ni siquiera de las vicisitudes que ha sufrido la moneda nacional desde que comenzó y fué acentuándose la desproporción entre el valor del oro y el de la plata. Tampoco tendría objeto práctico hablar aquí de las causas múltiples que han abatido el precio del metal blanco, ni de otras muchas cuestiones discutidas por los publicistas con motivo de tal depreciación. Esos estudios (cuya utilidad es innegable tratándose de aclarar el problema fundamental y de refutar muchas preocupaciones), han arrojado ya, en numerosos trabajos oficiales y particulares, la luz necesaria para que las opiniones puedan tomar forma definitiva.

>> Pero no era fácil tarea despertar el interés público sin exponerse á inquietar seriamente los ánimos y á lastimar, sin compensación alguna, intereses cuantiosos y sagrados. Habría bastado que de improviso conociera el público no ya la probabilidad de un cambio de legislación en materia monetaria, sino el simple propósito de hacer un estudio concienzudo del asunto, para que se produjese un pánico en el mercado. de la plata y se perturbaran, en mayor escala que antes, los tipos del cambio exterior. Las gestiones iniciadas por esta Secretaría cerca del Gobierno Norteamericano á principios del año pasado, y con posterioridad los notables trabajos llevados á cabo por la Comisión Mexicana de Cambios Inter

nacionales, y por la Monetaria reunida en esta Ciudad, prepararon la opinión pública, contribuyendo poderosamente á que se despertara, sin desconfianza alguna, en el interior del país, el afán de investigar las cuestiones relativas á los cambios y á la moneda, y á que se familiarizaran los nacionales y los extranjeros con el problema capital que hay que resolver, esto es: si conviene introducir algunas modificaciones en las leyes y prácticas observadas hasta la fecha en materia monetaria; ó si, por el contrario, debe mantenerse el statu quo, no obstante los perjuicios notorios que, considerada en conjunto nuestra riqueza pública, le han ocasionado la depreciación de la plata y, sobre todo, las fluctuaciones de su valor en oro.

>>Esta disyuntiva es la que, como cuestión previa, reclamaba la resolución gubernamental, y para aceptar uno de los dos extremos, era indispensable hacer el balance de las ventajas y de los inconvenientes que se derivan y pueden derivarse, en lo futuro, de la actual situación monetaria de la República, y aquilatar las probabilidades de que, por medio de reformas bien estudiadas y cuidadosamente hechas en nuestro sistema monetario, se acrecentase el bienestar general.

>> Ventajas é inconvenientes de la actual situación monetaria. Las ventajas y los perjuicios de que se trata, reconocen como causa la suerte común que durante siglos han corrido en México el valor de la plata en barras y el poder de adquisición de la moneda nacional, identificación que se debe á que en raras ocasiones llegó á alterarse en los mercados del mundo la antiquísima relación de 1 á 15 6 16, entre el valor de los dos metales preciosos, y también á que acuñándose, conforme á la ley, cuanta plata desean introducir los interesados á las casas de moneda de la República, el saldo de nuestra balanza comercial ha podido pagarse en barras de plata ó en pesos acuñados. Es inconcuso, por tanto, que el juicio sobre la influencia de nuestro sistema monetario en el desarrollo de la riqueza pública alcanzado

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