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tido de Sutiaba en la misma provincia de Nicaragua, dándole por órden expresa en su título estuviese á la del dicho maese de campo Salinas.

De aquí se debieron originar algunas emulaciones y encuentros entre los dos, con que el dicho don Francisco de Valdez procuró por cartas y relaciones y otras diligencias afectadas desacreditar en todo las acciones del modo de obrar de el dicho maese de campo, y en este medio tiempo acabó su gobierno el general don Martin Cárlos de Mencos, y se ausentó y entró á gobernar el presidente que hoy tenemos, el cual es cuñado de el dicho don Francisco de Valdez, con que así que tuvo noticia de la venida de su cuñado el presidente, se partió de la ciudad de Granada donde estaba para esta, procurando lograr el intento que habia comenzado de desacreditar las acciones del dicho maese de campo.

Halló acojida en el presidente, y de la vista resultó que el presidente por scripto hizo un como manifiesto en el acuerdo contra el dicho maese de campo don Juan de Salinas, diciendo, no haber guardado la orden y hecho la fuerza en distinto sitio, gastando en ella grandes cantidades:

Con esto el fiscal se querelló ante el presidente, quien luego despachó juez amigo y parcial, conocido del dicho don Francisco de Valdez, y enemigo del dicho don Juan de Salinas, y al mesmo tiempo nombró por gobernador de la provincia de Nicaragua á don Francisco de Valdez su cuñado, despojando y desposeyendo de hecho al maese de campo que estaba gobernando, de tal forma que á un mesmo tiempo salieron de esta ciudad y fueron juntos y en compañia el pesquisidor y el gobernador intruso.

Vino don Juan de Salinas á valerse de el recurso de esta real` audiencia, donde se presentó en grado de apelacion del despojo, y recusó al juez como enemigo suyo, pidiendo desembargo de los bienes que le habian embargado exediendo de su comision.

Mandó la audiencia fuese restituido á su oficio: dió al juez por recusado, y que fuese á hacer esta pesquisa el doctor don Benito de Noboa Salgado, oidor de esta real audiencia, y hacer vista de ojos de la fuerza el sargento mayor Juan Marquez Cabrera gobernador y capitan general de la provincia de Comayagua, que á la sazon se hallaba en esta ciudad, y ámbos á dos sujetos se habian ofrecido voluntariamente á ir.

El presidente se exasperó sumamente de este decreto de tal for

ma que recojió los despachos, sin permitir se entregasen á la par te, y advocó en sí la causa sin parecer de asesor, y en virtud de autos que remitió el juez recusado, empezó el presidente sin parecer de asesor alguno á proceder contra el dicho don Juan de Salinas, prendiéndole, tomándole la confesion, y recibiendo la causa á prueba.

Proveyó otros autos tocantes á la misma causa, y hizo empeño y propaló que porque el dicho don Juan de Salinas se habia venido á valer de la audiencia habia de tomar por su cuenta esta causa, y para poderlo hacer no quiso fiar esta diligencia de nadie. Y en esta consecuencia, dice otra carta de 20 de marzo, se rosolvió á hacer viage á la provincia de Nicaragua con pretesto de reconocer la fuerza, que el maestre de campo don Juan de Salinas habia hecho en el rio de San Juan.

En carta de 10 de abril tambien de 668 los oidores Novóa y Garate y fiscal Miranda dicen al rey, hablando del presidente: habiendo resuelto por sí mesmo el ir á la provincia de Nicaragua y á las bocas del rio de San Juan que dista de esta ciudad mas de 260 leguas, y habiéndole requerido esta audiencia no saliese de esta ciudad por los graves daños que atrae á las provincias el movimiento de un presidente con la mucha gente que le acompaña, no habiendo asentido á ello, hizo notificar á dicho doctor don Juan de Garate auto en que le mandó se dispusiese para ir con él á esta jornada. Habiendo suplicado de él con toda atencion le hizo notificar otro, que le obligó á refugiarse en la Compañia, y en este estado se trató de paces y se avino á ir asistiendo al presidente.

El cabildo igualmente por acuerdo de 4 de noviembre, corriendo el año de 667, dispuso disuadirle por escrito, manifestándole los inconvenientes de su ausencia, los de un dilatado viage por malos caminos, con variedad de temples y riesgo de su salud: lo que calificado por el presidente de motejarle y darle forma de gobierno, ordenó el dia 5 se celebrase cabildo extraordinario, y seguidamente en él se notificase tambien á don Juan de Roa alcalde ordinario mas antiguo y á Luis Lopez de Andravide regidor, que le llevaron el pliego, se aliñen y apresten dentro de 24 horas para salir con su señoría en su compañia el dia 7 inmediato: y aunque lo cumplieron y salieron de la ciudad, se les mandó revolver en Petapa.

Despues de practicado el reconocimiento, dice otra carta de los

propios oidores de 20 de mayo de 68: al cabo se quedaron las cosas de peor calidad que antes, reducido á opiniones y á confusas y vagas determinaciones el sitio donde se dice conviene hacer la fuerza para la defensa de la provincia de Nicaragua, sin que dicha jornada se enderezase á mas que á ratificar los testigos de la informacion hecha contra el maese de campo don Juan de Salinas.

El oidor Garate en su carta de la propia fecha dice: el segundo motivo que hubo para esta jornada consistió en yr hacer personalmente vista de ojos de el castillo ó fuerza que el dicho don Juan de Salinas fabricó en el rio de San Juan, y aunque es así que por las personas que le reconocieron, y se dice entienden de la materia, se le hallaron algunos defectos considerables, pocas fuerzas, ay que dejen de tenerlos, si se empiezan á escudriñar, mayormente cuando el que obró no era ingeniero, ni de la profesion y hizo lo que pudo, y alcanzó.

Toda esta jornada tan ruidosa y de tanto costo, dice todavía, se ha reducido á ratificar los testigos de una informacion, y á mandar que don Juan de Salinas diese cuenta de el dinero que habia gastado en dicha fuerza, y á ver y reconocer si 40 hombres que han de estar atrincherados en el rio de San Juan para su defensa estarán mejor en otro puesto que en el que hoy estan: esto es solo lo que se ha obrado; y para esto sale un presidente á mas de doscientas leguas, lleva arrastrado un oidor, saca de su provincia á el gobernador Juan Marquez Cabrera, sacó así mesmo al de Costa-Rica, teniendo ya en la provincia de Nicaragua á el gobernador de ella don Martin Temiño Dávila caballero de la órden de Calatraba.

En carta que escribe la audiencia en 20 de junio de 668 y firman el presidente Alvarez, los oidores Medina y Novoa y el fiscal Miranda, dando cuenta al rey de diferentes materias, llegando á la presente, dicen. Por noviembre del año pasado de 67 salió de esta ciudad el presidente don Sebastian Alvarez Alfonso á reconocer el castillo que se habia fabricado por el maestre de campo don Juan de Salinas para la defensa de la provincia de Nicaragua, examinar sus gastos por quejas que le habian venido, advertir el sitio, su disposicion y alcance para la mosquetería y discurrir á las bocas de San Juan y Taure y tocar con las manos á fuerza de muchos inconvenientes, si convenia o no fabricar en cada una de ellas, la fortificacion que se habia mandado hacer y dotar por juntas de

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guerra y hacienda.

Fué de tanta importancia su jornada, que se le hubieran gástado á V. M. muy gruesas cantidades de su real hacienda: por que los efectos destinados y muchos mas que hubiesen no eran bastantes con manifiesto desperdicio y mal logro del intento que era la defensa y resistencia á el enemigo en sus invasiones.

Halló su cuidado un sitio, registrándolos todos, en el Raudal que llaman de Santa Cruz, el mas apropósito, cercano para los socorros y avisos, y el mas libre de los peligros é inclemencias de aquel rio, de que dará cuenta á V. M. con mas claridad y distincion como quien lo vió á costa de su hacienda y en conocidos riesgos de su vida, si bien le ayudó mucho la inteligencia y experiencia del capitan Martin de Andujar, persona de toda satisfaccion, ingeniero y con zelo del servicio de V. M. Todo parecerá de los autos que remite el presidente. Al fin del artículo sigue esta nota. En cuanto á la importancia de esta jornada no se ajustaron á lo referido el doctor don Benito de Noboa, y el fiscal.

Por este tiempo recibió el presidente Alvarez cedula de 24 de enero 668, en que se le ordena mande sacar al oydor Garate 500 pesos de multa por haber desobedecido y apelado la orden del presidente Mencos para que le acompañase en la jornada á Nicaragua; y mas adelante vistas en el consejo las cartas que van referidas, y los autos que en ellas se mencionan, acordó en 23 de febrero de 669 sobre los de Salinas que informase el presidente Alvarez, y sobre los de fortificacion, que con lo que informase el general Mencos se llevasen al consejo de guerra.

Entre tanto la costa no estaba libre de piratas. Alcedo refiere que la isla de Santa Catalina tomada por Juan Morgan, inglés, fué recobrada por el maestre de campo don Juan Perez de Guzman gobernador de Cartagena; pero mas pronto el mismo Juan Morgan invade Portobelo en 668, y en 671 saquea y quema la ciudad de Panamá dia 27 de enero, siendo entónces presidente gobernador y capitan general de ella el propio don Juan Perez de Guzman. Motivo por que lo depuso el virey del Perú conde de Lemos, y la ciudad se trasladó á distancia de una legua, y dió principio á su fortificacion don Alonso Mercado de Villacorta. Ella es, añade Alcedo, irregular y poco defensa. No es mucho pues que lo fuese la de San Carlos de Austria, así llamada la construida por Salinas en el rio de San Juan. Ximenez, en el mismo lib. 5 cap.

21, escribe: por el mes de agosto de aqueste año de 70 entró el enemigo otra vez en Granada, y la saqueó.

Lacayo, en representacion de 759 hace, la misma relacion, añadiendo que dada noticia de ello á la corte, la reyna gobernadora, en cédula de 29 de octubre de 771, dice á la audiencia. Por despacho de la fecha envio á don Fernando Francisco de Escobedo, á quien tengo nombrado para que gobierne en interin esas provincias, vaya en persona á reconocer la boca del rio de San Juan en la de Nicaragua, y disponer la fortificacion que fuese necesario hacer en ella, para impedir y defender su entrada. El acta de 26 de noviembre de 672 refiere haber entrado en cabildo de esta fecha á despedirse para la jornada. Juarros escribe: paso personalmente á Nicaragua el Sr Escobedo, reconoció el puerto, mando construir y fortificar el presidio, é hizo las ordenanzas para su gobierno, que firmó en Granada á 20 de marzo de 73. Poco despues se concluyeron los trabajos, y se hizo fiesta en Granada, en que hubo sermon, que se imprimió en Guatemala: el rótulo dice: por haberse acabado este presente año de 1675 en el rio S. Juan la fábrica del castillo con título de N. S. de Concepcion, á diligencia y cuidado del gobernador de las armas y de lo político teniente de capitan general don Pablo Loyola: en el cuerpo del sermon suena, que fué asentado en frente del Raudal de Sta. Cruz, que ayuda á su defensa, y lleva su plataforma un caballero y cuatro baluartes. Las ordenanzas, añade Juarros, fueron confirmadas por cédula de 5 de junio de 685, sin duda relativas á la guarnicion, su reemplazo y surtimiento. Ximenez lib. 5 cap. 22, despues de repetir la invasion del enemigo y saqueo de Granada, entrando por el rio de San Juan, añade: agora con el castillo que en el rio fundó el señor Escobedo, siendo presidente, se ha remediado aquel daño.

CAPÍTULO 62.

Flibustieres.

Jamás la piratería habia sido doctrina de una secta, ni la profesion de un pueblo tomado colectivamente, hasta mediado el si

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