Imágenes de páginas
PDF
EPUB

noviembre de 685, hasta que á los 23 del mismo mes fuistes lla→ mado por el dicho mi presidente.

Despues hayándoos de alcalde hordinario mas antiguo de la dicha ciudad de Goatemala y corregidor de su valle, tuvo noticia mi presidente de aquel reyno de haber entrado por el rio del Golfo-dulce del mar de el norte 21 piraguas de enemigos encami→ nándose á el rio que se comunica con la provincia de la Verapaz, y os nombró por gobernador y cabo principal de las tropas y gente que habia de ir á la oposicion de dichos enemigos, y os mandó que con la mayor brevedad salieseis para la dicha provincia haciendo que marchasen aceleradamente á ella dos compañias, con cuyos soldados y la demas gente de el pais que os pareciese observaseis los movimientos y desinios de los cosaries y les impidieseis las ostilidades que intentasen, como mas largamente lo contiene el despacho de 1o de henero de 686.

Las ciudades de la provincia de Honduras no estuvieron ménos perseguidas en esta época y por rumbos tampoco esperados. Una cédula remitida al presidente Barrios Leal en 31 de diciembre de 689, dice. A las noticias que me participaistes en carta de 29 de setiembre de 1688, añadis, que habiéndose juntado con los piratas del mar del norte los que salieron de la del sur por el rio de la Segovia, entraron en el Valle de Trujillo por el rio Aguan, incógnita hasta entonces su navegacion, y echaron en tierra 400 hombres, que se dividieron en dos trozos, y que los unos se encaminaron á robar á Trujillo, y los otros á saquear á Olancho, que estos últimos se perdieron en el monte, y no pudieron lograr la empresa, pero que los primeros la consiguieron con grandes atrocidades, y se llevaron al teniente de gobernador, veintidos mugeres, y otras.personas, apreciando su rescate en cinco mil pesos.

Tambien tocó la devastacion á la frontera de Costa-Rica: pues sigue diciendo la cédula, con referencia á la carta, que en una embarcacion de Panamá tuvisteis noticia haber entrado en el escudo de Veraguas por un rio incógnito 60 piratas que robaron á Chiriqui, azotando al gobernador, y haciendo otras maldades, llevaron cantidades considerables de plata y otras alajas, y volvieron á salirse al mar del norte, sobre que ponderais el gran cuidado que debe dar, que piratas traginen esta senda; y concluis con que el gobernador de la escuadra de corso de Lima queda

[blocks in formation]

ba despachado para hacer su viaje en busca de los enemigos, y que para su despacho habia suplido mi real hacienda en Guatemala mas de 13 mil pesos con calidad de reintegrarlos en la caja de Panamá al primer despacho de galeones.

Alcedo, continuando la relacion de gobernadores de Jamayca, dice. El duque de Abemarle, enviado con particular comision de exterminar los piratas, lo hizo así, mandando ahorcar á cuantos pudo haber á las manos, cuyo beneficio produjo la tranquilidad en las costas y puertos de los españoles, y grande aplauso á este gobernador, que murió el año de 1689. En cédula de 14 de noviembre de 690, se renuevan otras de 85 y 86, por las cuales se ordena que los cabos de piratas apresados en las Indias, sean ahorcados ó pasados por las armas, y los demás prisioneros remitidos á España, sentenciados á galeras. Pero en las provincias de este reyno no ocurre en este tiempo ejemplo alguno de castigo, ni presa de esta clase. Todavia en cabildo de 2 de marzo de 1721, se anuncia que en la ciudad de San Miguel, estando el enemigo ingles en la mar del sur, en años anteriores, el maestro de campo don Juan José de Molina obligó á don José de Guzman alcalde provincial á que marchase á la costa á defender aquel punto.

El pillage que el obispo Tristan menciona se hacia en la costa del sur, llevando los indíjenas cautivos y reducidos á esclavitud, se practicaba desde mucho antes en la del norte. Ximenez lib. 5 cap. 9, hablando de las entradas de religiosos al Chok y Mopan en la costa de Verapaz, escribe: los piratas son frecuentes en aquellas costas al interes del palo que llaman de campeche, y el ambar que se cria en aquella bahia y costa de bacalar, y coger de aquestos índios para servirse de ellos.

¡Semejante plagio de hombres, ejercido precisamente sobre la clase de habitantes ménos comprometida en las contiendas de nacion á nacion, necesitaba las declamaciones y pintura de un súcesor del ínclito Casas! Con razon Solórzano lib. 1 cap. fin. exclamando acerca de los extrangeros censores de los españoles por las vejaciones inferidas á los índios en la conquista y despues de ella, dice. Quisiera yo mucho que metieran la mano en su pecho los que en esta parte nos calumnian y muerden, y digan si no hubieran hecho mayores daños y exesos, si les hubieran cabido en suerte nuestras conquistas, como se lo dice y advierte un au

tor de ellos mismos, Theodoro de Bry por estas palabras. No seamos tan ligeros en vituperar á los españoles, sin que antes háyamos examinado seriamente, si habríamos sido nosotros mejores que ellos.

Los ingleses del norte, segun relacion del compendio histórico de sus colonias, hablando de la extension de siembras de tabaco en la Virginia, dice: la necesidad de procurarse víveres, fué causa de que se renovasen las vejaciones contra los índios. Mas adelante, tratando de un asalto con que los indígenas rompieron la paz, escribe. Una guerra sangrienta se siguió á esta ruptura, y los ingleses desarrollaron los mismos medios y el mismo furor contra los índios que los que con horror de la humanidad los españoles desplegaron en sus colonias. Los cazaban en los bosques como bestias salvages: hicieron con ellos tratados de paz para asesinarlos luego por sorpresa. En fin, no hay clase de perfidia ni de atrocidad de que no usasen los ingleses para con aquellos desgraciados habitantes. De este modo despoblaron una vasta extension de pais. La invencion inhumana de cazar en los bosques salvages como bestias, duraba despues de un siglo, y la ejercia en 1724 una compañia de hombres feroces, organizada por John Lovewel, pagando el gobierno las cabelleras.

No obstante, segun se refiere en cédula de 18 de noviembre de 682, por este tiempo se publicó por los holandeses en Amsterdan La piedad del monte, papel declamatorio sobre la introduccion y operaciones de los españoles en América por sus crueldades y destruccion de los índios, como si las inferidas por unos europeos hubiesen dado derecho al turno de otros para las suyas en lo sucesivo.

Los pardos, que á la sazon soportaban solos el servicio militar en todas las provincias, apurando en esta época las hostilidades de enemigos, entraron á ser auxiliados de españoles, formándose compañias de milicias suyas indistintamente y alguna de españoles europeos. Se ha hecho ya mencion el año de 685 de compañias de gente española así de la capital como de su valle y distrito de Escuinta reunidas en esta plaza. En cabildo de 18 de setiembre de 697, dando su voto el capitan don Domingo de Ayarza sobre el establecimiento de dos compañias para guarda de la caja, presidente, audiencia y tribunales, dice: convendrá el que se crien dichas compañias por las referidas noticias de estar infestados ambos mares del pirata frances y otros, para cuya resistencia se valen los goberna

dores de la gente miliciana que es muy pobre y mísera, y en ellos es queja generalmente, como se ha experimentado en las ocasiones que con noticias de piratas en la mar del sur ha ido á la costa de Escuinta la compañia de vizcainos, montañeses y forasteros.

No es mucho pertenezca á Guatemala en particular lo qué Alcedo, acabando de hablar de los flibustieres, expresa en general de la América, cuando dice: este cuerpo numeroso ya, de hombres desalmados, sin religion, ni ley, causó los mayores daños á los espa→ ñoles, y el gobierno frances se sirvió de ellos para hacerles la guerra, y permanecieron siendo el azote de la América hasta el año de 1714, en que el conde de Blenac, gobernador de Santo Domingo, los obligó á avecindarse, y dejar la piratería. Tal fué la terminacion de esta plaga, azote de Guatemala, y las principales ciudades de sus provincias.

CAPÍTULO 63.

Entradas de corsarios á la costa
de Verapaz.

Destituidos los corsarios ingleses de todo socorro en las islas Guanajas mediado el siglo 17 con haber sacado á sus naturales, incendiado sus ranchos y talado sus sementeras, donde se surtian de bastimentos y hacian mansion, hubieron de buscar lo uno y lo o+ tro en la tierra adentro de la costa, en que hubiesen sementeras, ranchos y naturales moradores de la tierra, para no carecer de su provision. Todo esto hallaron en las provincias del Chol, Manché, Mopan y Typú situados en lo largo de la costa de la Verapaz y el Lacandon, desde el Golfo-dulce hasta Yucatan. El p. Delgado, misionero domínico, en una entrada que hizo pasando adelante del Manché de tránsito para Yucatan con el objeto de hallar camino para aquella provincia y abrir comunicacion con ella, da el derrotero de su viage y mucha razon de la poblacion que descubrió al paso, en relacion de que se ha hecho mérito y trascribe Ximenez lib. 5 cap. 33.

Defiriendo al testimonio de Remesal que se ha citado, de que caminando de Cahabon al nordeste á 38 leguas estaba el pueblo del

Manché, se sigue ver la relacion de Delgado, que comienza, diciendo. Del Manché á una ranchería de un índio llamado Bol, ay 4 leguas. De aquí á la de Marcos Zibat 4 leguas. De aquí á la de Juan Petz 5 leguas; y para llegar á esta ranchería se pasa dos veces el Yaxal, que baja á la mar, rio peligroso y grande: mas arriba se llama este rio Puzilha de un pueblo antiguo de este nombre.

De casa de Juan Petz, prosigue el autor, salí y fuí á dormir á la montaña, junto á un riachuelo llamado Conconha á 7 leguas. De aquí salí y llegué á comer á otro rio llamado Lateṭum, á 4 leguas. De aquí salí y llegué á otra ranchería de unos indios llamados Paches, su cacique Vicente Pach, á 4 leguas. De aquí salí y fuí á comer á la otra orilla del rio Yaxal, pasándolo otra vez por una puente de madera, ay 5 leguas. De aquí salí y llegué á la ranchería de un índio llamado Martin Petz, ay 5 leguas. En esta ranchería hallé tres españoles de la provincia de Yucatan, llamados Alonso Moreno, Luis Gonzalez y Antonio Mendoza, á quienes los ingleses avian robado, y vinieron á dar á estas montañas.

Todo este camino desde el Manché anduve en cuatro dias á pié, y en todas estas rancherías avrá en cada casa veinte ó treinta almas, y en otras muchas casas que ay mui cerca como de una legua ó dos ay mucha gente, de la cual se puede hacer un famoso y grande pueblo, porque la casa que tiene ménos gente tendrá veinte, treinta ó cuarenta almas: otras casas ay mas cerca unas de otras como un cuarto de legua, otras como media legua, otras como tres cuadras, otras mémos, de manera que ay mucha gente: Dios las traiga á su conocimiento..

Como hice parada en casa de Martin Petz, los españoles que son pláticos en la tierra, me dijeron las rancherías siguientes que las han andado. Hácia el norte los índios Batenas á una legua, tendrán en tres casas 30 almas. Otra ay á media legua llamada Tzunun Chan, que tendrá diez ó doce almas. A tres leguas otra llamada Yahcab, avrá cuarenta ó sincuenta almas repartidas en seis ú ocho casas. Síguese otra á una legua, su cacique Quisquin, tiene 5 casas, en que abrá treinta ó cuarenta almas. De aquí á dos leguas los Potes, en tres casas avrá 20 almas. De aquí á una legua otra casa llamada Tzac, tendrá diez almas. De aquí á una legua la casa de Joseph Tzac, tiene 6 casas, y en ellas avrán cuarenta ó sincuenta almas. De aquí á otra ranchería llamada Tehax á dos leguas, dos casas, avrá diez almas. De aquí á otra ranchería llamada Chati

« AnteriorContinuar »