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nuestras posesiones: dice así. Ademas, se estipula, que el serenísimo rey de la Gran Bretaña, sus herederos y sucesores, tendrán, mantendrán, retendrán y gozarán por siempre, con pleno derecho de soberanía, dominacion, posesion y propiedad, todas aquellas tierras, regiones, colonias y lugares cualesquiera que sean, que hayan, ó esten situadas en las Indias occidentales, ó en alguna otra parte de América, que el dicho rey de la Gran Bretaña y sus súbditos tengan y posean al presente, así que con respecto á esto, por algun color, ó pretesto cualquiera, nada pueda ó deba excitarse, ni jamas se mueva en adelante cuestion, ó controversia alguna.

El comercio entónces comenzó á tomar un aspecto mas lisongero: la extension á que fué llevado, y el número de embarcaciones empleadas, mientras se dejó ver la energía de la Bretaña, excitó los celos del monarca español, y comenzó otra vez á disputar los derechos de la Inglaterra. Se suscitarón investigaciones y discusiones entre las dos coronas, cuando una falta de energía y decision de parte de los ministros de Carlos II, los obligó á pensar que el territorio de palo cámpeche ingles no se poseia con título suficiente. Los magistrados del consejo comenzaron entónces á investigar la causa, por qué estos establecimientos se habian formado y mantenido. La primera investigacion fué dirigida al gobernador de Jamayca, sir Tomas Linch, que habia tomado un gran interes en el cumplimiento y proteccion ú tratado; y nosotros no podemos mejor transmitir las razones dadas por él, que en las palabras de su despacho dado en 10 de marzo de 1671.

Primero: que la Inglaterra lo habia hecho así por muchos años. Segundo: que era aquel un lugar desolado, inhabitable. Tercero: que parecia posesion concedida por el tratado de América de 1670. Cuarto: que se daría un derecho á la Holanda y á la Francia, si se rompiese con la España. Quinto: que los españoles no habian hasta aquel tiempo hecho ningun reclamo. Sexto: que este empleo hace mas fácil la reduccion de los corsarios; y séptimo: que se emplearian cien buques annualmente, que inportaran mas á los derechos de su magestad, y comercio de la nacion, que cualquiera colonia, que el rey posea.

Mientras se consideraban estos argumentos, prosigue, el conde Arlington mostró ante los señores de la junta una carta de sir Tomas Modyford, primer gobernador de Jamayca, datada el 16 de mayo de 1672, donde despues de dar cuenta de la extension

del pais en que se cultiva el palo de campeche, y de los lugares frecuentados por los ingleses, añade: que ellos habian hecho aquel comercio durante tres años; al principio encontrándolo en la orilla del mar: pero que despues, viéndose obligados á internarse cuatro ó cinco millas dentro de el pais, habian hecho provisiones indígenas, y construido casas allí, para preservarse ellos mismos y sus provisiones del mal tiempo: que generalmente le habian asegurado, que nunca habian visto españoles ú otras personas en todo el tiempo de su obra, á pesar de haber ido seis ó siete millas mas lejos á matar venados.

Por este tiempo, refiere el propio almanaque, don Fernando Francisco de Escobedo gobernador de Campeche, que no fué si→ no de Guatemala, capitan general del reyno, presidente de su audiencia, permitió que algunos españoles de guerra, sin duda navíos de Cádiz que venian armados, tomasen dos buques ingleses, desde luego en el cargamento de que se trata. Sobre lo cual el gobernador Linch requirió al señor Escobedo, y siguió informacion, tomando declaracion á los capitanes de los buques, con que dió cuenta á Londres, y dictó providencia razonada segun el contexto siguiente.

Cuando fué informado por los juramentos de muchos testigos creibles, que los súbditos de su magestad habiendo usado de la caza, pesca, y corte de madera en diversas bahias, islas, y partes del continente no frecuentadas ó poseidas por ninguno de los súbditos de su magestad católica, y que lo mismo habian hecho por algunos años sin ninguna molestia, no obstante que varias embarcaciones habian sido tomadas á la ancla y bajo vela por algunos piratas y fugitivos de esta isla, y estando en peligro de ser así sorprendidos otra vez, por tanto mandaba y decretaba que todos los buques se hiciesen á la vela de puerto real, y con el ya dicho empleo legal saliesen juntamente en pequeñas escuadrillas euatro lo menos por compañia obligados á cuidarlos, y obedecer á aquel á quien él hiciera comandante de la expedicion para su mutua defensa y para la preservacion de los súbditos de su magestad, sus buques y bienes.

Esta conducta, dice por último, viva y determinada del gobernador de Jamayca fué aprobada por los miembros de la junta. Mas bien debiera decir el autor, que fué desaprobada por el gobierno de su nacion, y que la piratería sistemada le valió la de

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posicion del empleo. Alcedo, hablando de este gobernador, y de su conducta en órden á esto, escribe: lo cual dió motivo á que las vivas representaciones de la corte de España á la Inglaterra lo separasen del gobierno el año de 1673.

Dice tambien el almanaque. En oposicion al tenor de estos tratados se hacia toda clase de daños á los cortadores de palo de campeche, sacándose expediciones contra ellos por el gobernador de dicha plaza, que aunque uniformemente desgraciadas sirvieron únicamente para exitar la venganza de los cortadores, de palo campeche, cuyas primeras provocaciones los condujeron á considerar á los españoles, como sus naturales enemigos; y los que por dos veces atacaron y tomaron posesion de la ciudad de Campeche, primero en 1659, y despues en 1678, sin la asistencia de una simple pieza de cañon, siendo auxiliados solamente por los marineros empleados entonces en el comercio.

Debiera haber ocurrido á la memoria del autor del almanaque, que tanto insiste en la posesion material del territorio, que para estar dotada de algun título, debiera haberse adquirido por súbditos, agentes del gobierno de su dependencia y responsabilidad, y no por aventureros desprendidos de ella, que obrasen en contravencion á sus órdenes. Puntualmente reinaba una paz inalterable entre Inglaterra y España, y ademas testifica Duchesne, que ligadas ambas potencias con el emperador Leopoldo I, hacian por este tiempo la guerra á la Francia en los Paises Bajos, cuando los aventureros de Jamayca, así llamados por Robertson y por el autor, agenos de estos vínculos, la hacian en América á Guatemala y Yucatan.

El reverendo padre Delgado, religioso domínico, condecorado con delegaciones apostólicas en las costas de Verapaz, pais de su mision, pasagero pacífico que transita á la provincia de su gobierno, autorizado con letras de comision y encargo del gobernador del reyno el exmo. señor Escobedo para negocios del servicio de su rey, acompañado de mercaderes igualmente pacíficos de la misma provincia Alonso Moreno, Luis Gonzalez y Antonio Mendoza, son éstos últimos sorprendidos en tres distintas veces, en una presos, en otra robados, y en la otra presos, robados y apaleados, y el primero tratado bruscamente, insultado, preso, robado, colgado, mofado, y sugeto á pasaporte para no serlo mas; todo esto corriendo le año de 677, segun va referido, y por in

gleses, no súbditos de la Gran Bretaña, que á serlo, les habrian tratado como amigos y aliados, sino por piratas, aventureros, y prófugos, ó infieles á dicha nacion.

Lo mismo sucedió en Yucatan, segun la relacion de Alcedo, quien hablando de Campeche, dice: ha decaido mucho con la desgracia de las invasiones que experimentó: primero por los ingleses, que la tomaron y saquearon el año de 1659, luego el pirata Luis Scott el de 1678.

No fué pues en oposicion de tratado alguno lo que expresa el autor del almanaque, quien, tratando de los ingleses empleados en el comercio de palo campeche, escribe: mas continuando aun en las persecuciones de parte de los españoles, tomándoles sus barcos, bajo pretexto de ser piratas, los llevaron á tal estado de daño, que mientras sus compañeros se establecen en rio hondo, rio nuevo y Waliz en una remota situacion, ellos estaban quietos, y no fueron molestados hasta el año de 1680, en el mes de abril, en que algunos barcos, bajo la comandancia de don Felipe de Veredea Villegas, arribaron á la isla de Triste y laguna de Términos, atacaron á nuestros cortadores de palo campeche, y los desalojaron de aquella parte adyacente á Campeche; despues de lo cual, se situaron ellos mismos en los límites del presente establecimiento. Las bahias del Espíritu Santo de Valladolid, y la de la Ascension de Bacalar fueron tambien evacuadas; porque mas adelante añade. En el año de 1680, los establecimientos sobre el otro lado del cabo Catoche fueron enteramente abandonados.

CAPÍTULO 66.

Mansion de ingleses en Balis.

Si los tratados invocados por el almanaque no prestaban apoyo á la posesion del territorio de Yucatan, mucho menos podian dispensarlo á la ocupacion del de Balis. Lo primero, por llevar consigo idéntico vicio: lo segundo, por ser ella posterior á los tratados. La introduccion formal en el territorio data el año de 680, y los tratados fueron celebrados en 670 y 667. Asi aparece literalmente de la narracion del almanaque: consta de la de

Ximenez, ya referida, que por este tiempo solo menciona entradas y salidas de piratas al interés de palo de tinte: de la de Delgado, cuyo testimonio oficial por el carácter de empleado, y coetáneo al hecho que refiere, muestra que hasta el año de 677 no. poseian los ingleses mas que el cayo Cosina, y el islote del rio Tejach, sin hacer asiento aun en la tierra firme de la costa. Delgado recorrió cuidadosamente, y reconoció todas las bocas de los rios, y vió desierta la de Balis, que se conceptúa de primera fundacion. Robertson mismo denota la posterioridad de ella, cuando describiendo los progresos de este negocio, añade: y en fin, ellos han colocado su principal establecimiento en la bahia de Hon-¬ duras.

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Sucesivamente refiere el propio almanaque, que el tribunal de comercio dirigió un memorial á su magestad Jorge I, en que para informarle de la importancia del tráfico de palo campeche, presenta la cuenta de sus productos despues de la guerra, por este órden: 2189 toneladas el año de 1713: 4878 en el de 714: 5863 en el de 715; y 2032 en el de 716. Este memorial fué dispuesto el año de 717, en que la tonelada, dice estaba de 40 á 16 libras, habiendo estado antes en mejores tiempos á cien di⚫ bras.

Los cortadores, refiere tambien, se establecieron en los rios de Waliz, rio hondo y rio nuevo donde permanecieron sin perjuicio hasta el año de 718, en que enviada del Peten una fuerza espa ñola con órden de desalojar á los ingleses de su asiento y del rio, hicieron alguna pausa de unos meses, y erigieron una fortificacion, que aun permanece, aunque arruinada junto al rio Norvest; pero tan lejos estuvieron ellos de hacer los preparativos necesarios para el ataque, que los colonos tuvieron tiempo de procurar la asistencia del rey mosquito, y esto mismo les dió motivo á levantar un fuerte por esta parte. Por último advierte que en este tiempo comenzaron á trabajar negros de Jamayca y la Bermuda en los cortes del palo, habiéndose empleado antes solo blancos, soportando la fatiga, é insalubridad del clima. En informe hecho al gobierno superior del reyno por el padre comisario de misiones fray Alonso del Castillo, y firmado de su nombre en 16 de agosto de 1724, se dá la relacion siguiente.

Demas de dichos zambos mosquitos hay poblados como trescientos ingleses, segun el informe que me hicieron los prácticos

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