Imágenes de páginas
PDF
EPUB

296

y estimacion.

CAP. LXXXX.-OTROS IMPRESOS.

Mas era llegada la época de su adelantamiento. Juarros refiere del señor Pardo, que fué natural de Lima, de esclarecido linage, y religioso del órden de los mínimos, que habiendo seguido lucida carrera en las letras, hizo viage á España con amplísimos poderes de su convento para las cortes de Madrid y Roma; y en fin, que nombrado secretario del general, á quien desempeñó felizmente, fué presentado por el rey para la mitra de Guatemala el año de 1735, en que aun era este obispado sufragáneo de México. Una tradicion local ha conservado memoria de que el nuevo obispo que era afecto á la música, tocando en Sonsonate de tránsito por la mar del sur para aquella metrópoli, habia sabido el atraso que en esta parte sufría la ciudad episcopal que despues le perteneció, y dispuso en su venida, traer y trajo en efecto un profesor de la facultad, de apellido Palomino, cuyo instrumento principal en la ejecucion fué violon, y vivia en el palacio. Esto y mucho mas es de creer de un prelado, de quien el mismo Juarros escribe. Apénas llegó á su Iglesia, cuando comenzó á hermosearla con magnificencia: adornola con famosas pinturas, elegantes estátuas y suntuosos altares. Sobre todo, emprendió y consiguió la exaltacion de esta Iglesia en metropolitana, llegando á ser su último obispo y primer arzobis po: construyó un magnífico templo en Esquipulas, cuya sola arquitectura mereciera aqui un elogio distinguido; y en fin, fabricó un palacio de campo en Dueñas.

El licenciado don Antonio de Paz y Salgado, abogado de esta real audiencia, escribió una relacion, así del estado de esta iglesia, siendo sufragánea, como de las diligencias practicadas para su exaltacion en metropolitana: de la venida é imposicion del pálio: de las solemnidades que hubo en ello y fiestas que se hicieron: la cual imprimió en México en 1747; y hablando de la llegada y recibimiento de la insignia en la Iglesia Catedral, refiere haberse cantado un solemne Te Deum, que entonó, dice, la armoniosa capilla del choro, gobernada por su famoso maestro Kiros, en cuya diestra pericia, y suaves modulaciones parece se ha pasado todo el aire, y estilos de la Italia. Era natural del pais, su nombre Manuel, acaso hijo del capitan don Antonio Ernandes de Quiros, y sin duda para el estreno del templo le llevó consigo el señor Pardo á Esquipulas. Fué sobrino y discípulo suyo, y sucesor en la capilla el maestro Rafael Castellanos, y contemporáneos de este último, Mateo y Manuel Pellecer:

discípulos del primero los maestros Miguel Pontaza, Pedro Aristondo, Francisco Aragon, de quien fué hijo y discípulo José Antonio Aragon; y del segundo, José Tomas Guzman, Narciso Trujillo, y Vicente Zaens, de quien lo fué Benedicto Zaens: todos sujetos que adquiriendo comodidades en su oficio, hicieron casa en lugares principales, y dejaron familias de lucimiento. El propio Salgado es autor de otra obra impresa en Guatemala con 80 páginas en cuarto, en que se dan muy cuerdas advertencias á los litigantes en la primera parte, y en la segunda á los oficiales del foro, con una instruccion de los formularios de escritos, autos y diligencias de varios juicios, y en el criminal se menciona menudamente la práctica del tormento.

CAPÍTULO 91.

Contrabando.

Habiéndose escaseado al fin del siglo 17 las embarcaciones de la flota, que venia anualmente al comercio de las Indias, y disminuídose tambien las toneladas del cargamento que traian, para surtirlas desde 27500 hasta 12000 y aun 6000, segun va expuesto; y por otra parte, comenzando, despues de la guerra de sucesion, à florecer las artes en España, fué consiguiente que las diez y nueve partes de efectos y frutos extrangeros, que venian en ellas, menoscabasen, y que esto fuese tanto mas reparable, á los estrangeros interesados en ellas, cuanto la demanda de las colonias iba en aumento. De aquí fué que los ingleses, dice Robertson lib. 8 S 51, acostumbrados á tener parte en su comercio, solicitaron, y les concedió Felipe V por asiento el permiso de que enviasen un navío suyo con 500 toneladas, en union de los de la flota que venia á la féria de Portobelo.

En consecuencia, continúa Robertson, comisionados ingleses se establecieron en las ciudades de Cartagena, Panamá, Veracruz, Buenos-Ayres (asi el autor), y otros lugares de comercio. El velo, con que España habia cubierto hasta entonces el estado y los negoeios de las colonias, fué alzado. Los agentes de una nacion rival, admitidos en los principales lugares de comercio, no faltaron en medios de instruirse de la posicion interior de sus provincias, de

[blocks in formation]

sus necesidades constantes ó accidentales, y de conocer la especie de mercaderías, cuya importacion era mas ventajosa. Bien pronto, por estas informaciones, auténticas y prontas, los negociantes de Jamayca y las otras colonias inglesas, puestos en ligacion de comercio con el continente español, estuvieron en aptitud de surtir y proporcionar exactamente sus cargamentos á las necesidades del mercado, de manera que el comercio de contrabando llegó á ser mas fácil y mas estenso.

No era ya el navío del asiento lo mas pernicioso al comercio de España. Los agentes de la compañia inglesa de la mar del sur, al abrigo de la importacion que estaba autorizada para hacer por el navío que enviaba todos los años á Portobelo, esparcian sus mercaderías en el continente español sin límites y sin obstáculos. En lugar de un navío de 500 toneladas, como era estipulado por un tratado, ellos empleaban uno de mas de 900, y éste era acompañado de dos o tres embarcaciones, que amarradas en alguna caleta vecina, ofrecian clandestinamente nuevas mercaderías, para reemplazar las que habian sido vendidas. Los inspectores de la féria, y los oficiales de la aduana, ganados por presentes considerables, facilitaban el fraude. Despues de fundar el autor estas noticias en informe del presidente de la audiencia de Quito, dado ántes de la declaratoria de guerra de 1739, las estima exageradas y disculpa á la compañia, atribuyendo estas operaciones á sus dependientes, y confesando, que el comercio de contrabando de la Jamayca y las otras colonias inglesas habia llegado á ser muy considerable.

Aunque en ningun puerto del reyno de Guatemala se puso entónces comisionado, sin embargo, fué frecuentado lo bastante el contrabando en sus provincias. En acuerdos de 22 y 29 de marzo de 708 se manda hacer averiguacion de él en la de Honduras, y por omision en su celo es suspenso el teniente de Yoro. El rey, en cédula de 15 de marzo de 710 intima esta vigilancia á la audiencia; y en acuerdo de 1o de junio de 711 se hace mencion de autos de pesquizas hechas sobre averiguar los comercios, tratos y contratos que ha habido de años á esa part econ extrangeros enemigos de la corona de la misma provincia. En 19 de diciembre de 712, se defiere al señor Perez Carpintero, obispo de aquella diócesi, seguir averiguacion contra dos curas, uno de ellos de la ciudad de San Pedro, por el comercio y trato, que con ingleses se percibe han tenido. En los acuerdos de 26 de noviembre de 714 hasta 24 de setiembre de 716, ocur

ren denuncias contra los vecinos y naturales de la provincia de Comayagua en general, y contra particulares sobre comercio con extrangeros enemigos de la corona: el gobernador dá cuenta de la aprehension de unas cartas, en número de cinco, escriptas por el cabo de una embarcacion de ingleses, á tiempo que es acusado de público comercio con ellos: renuncia el puesto; pero sin entender en la renuncia, se manda hacer averiguacion, cometida al oidor Rodezno, que se constituye en la capital de la provincia, y toma el gobierno: el gobernador se viene á Guatemala, es preso en esta ciudad en las casas de cabildo, y fuga de ellas, sin saberse mas.

En Costa-Rica, segun acuerdo de 10 de noviembre de 718, el gobernador forma proceso á su antecesor por trato y contrato con enemigos, que continúa su sucesor. En sentencia de vista de 7 de julio de 722 resultan ya 21 cuadernos, y en ella absueltos dos vecinos de Cartago acusados de trato y comercio por Matina con zambos, mosquitos, y enemigos de la corona. Mas adelante aparecen ya factores ingleses, que no son muy desechados: porque apelando de un comiso declarado por el superior gobierno á la audiencia, en ella se deniega lugar al recurso en 2 de setiembre de 733, confirmando lo hecho, dice el acuerdo, en todo lo que no se comprendiese en comercio, y pueda entenderse contenido en la capitulacion de su asiento.

Echevers, en su ensayo mercantil publicado en esta ciudad el año de 741 al n. 49, hablando de la provincia de Honduras, lamenta el comercio ilícito que hacen los ingleses, sin que los pobres habitadores lo puedan impedir, porque se les entran, dice, hasta sus casas á sacar los frutos: deplora igualmente el extravío de las platas, que se hacen de los minerales, por la comodidad de la cercanía, y estar de continuo los ingleses protejiendo á los zambos de el mosquito; y así mismo en el establecimiento que tienen hecho en el rio de Balis, despues que fueron expelidos de la laguna de Términos, el comercio grande que tienen de palo de tinte, que llaman de campeche. Alcedo, tratando esta materia, escribe. La estraccion de palo de campeche que hacen los ingleses, se reputa en veinte mil toneladas al año, y el producto de lo que los holandeses sacan de los géneros que llevan, en mas de 300 mil pesos.

El propio Echevers, en el ensayo publicado el año de 742, al n. 51, dice. La pimienta de Chiapa tiene en el Perú gran consumo, y por la experiencia que tienen de ser saludable la prefieren á la

de la India oriental: cójese con grande abundancia en toda la costa del norte de este reyno, de donde la sacan en crecida cantidad los ingleses y la llaman pimienta de Jamayca, los holandeses amomi; y solo los españoles, criandose en sus dominios, no la usan ni la conocen, tanto que don Gerónimo Uztariz en el libro que escribió de comercio, dá una escasa y limitada noticia.

Volviendo ahora á Comayagua, en acuerdo de 8 de noviembre de 1745, resulta otro gobernador de la provincia refugiado en sagrado, y se trata de exterminar el comercio ilícico con enemigos de la corona.

En lo que va referido desde luego es de notar que no aparecen incursas en contrabando las provincias de Nicaragua y Guatemala, lo cual puede dimanar de las distintas circunstancias de cada una de ellas: porque Guatemala, mal ó bien, era abastecida de los navíos de registro que venian de España; pues aunque venian á Honduras, su carga en el todo ó la mayor parte era de vecinos de Guatemala, y cuando no fuese, segun el establecimiento de la aduana y superintendencia de ella, de que se habla en cédula de 13 de marzo de 690, toda la de bodegas era dirigida con guias á esta ciudad, y de ésta con las mismas distribuida á las provincias: lo propio debe decirse del retorno de viage de la Veracruz por disposiciones anteriores concernientes á evitar el contrabando de la ropa de China, de que se ha hecho mérito: con que la capital de esta provincia, que lo era del reyno, venia á ser el centro del comercio, y el almacen de las mercaderías de Europa y la China, de que se habian de surtir las demas provincias.

San Salvador llamaba á su seno las mercaderías de Guatemala en sus férias de tinta, bálsamo y bainillas, así llamadas clásicamente en acuerdo de 31 de diciembre de 1742, y participaba del surtimiento de Sonsonate, donde habia caja y oficiales reales. Nicaragua, despues que Granada cesó de ser una plaza de comercio mediado el siglo anterior, era surtida por el Realejo de los mismos navíos del Perú, y sus tintas entraban en la féria de San Miguel. A Comayagua en este tiempo solo quedaba el cambio de sus reses, que traía á las cercanías de Guatemala. El comercio que CostaRica hacia entonces con Panamá por la Caldera no merecia el nombre. Nicoya, lo mismo que los olanchanos, traía sus ganados á la féria de la Lagunilla. ¿Qué mucho es, pues, que aquellas dos provincias, provocadas por la costa del norte, y puestas en tales cir

« AnteriorContinuar »