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mismo año de 37, refiere al cap. 21, que hallándose en lo interior de esta última, llegaron de Cartago unas 200 ó 300 mulas en pelo conducidas por españoles, índios y negros de Comayagua y Guatemala, que caminaron á Panamá por tierra, pasando por las montañas de Veragua para ser vendidas; y este es, añade, el anual y único tráfico que Comayagua, Guatemala y Nicaragua tiene con Panamá por el angosto istmo que es muy peligroso por las rocas, montañas y barrancos, y especialmente por los índios no reducidos que dañan Ꭹ matan á los pasageros con mulas por su pais: por esto no seguí su ruta, y porque estando en Nicoya, supe que varios conductores de mulas españoles habian sido asesinados por ellos en el tránsito.

Poco despues, desembarcado en Panamá de tránsito para el reyno del Perú el virey Toledo marques de Mancera, en carta de 31 de agosto de 639, escribe al presidente Osorio: dícenme que aquellas provincias no frecuentan el comercio con la gobernacion de U. S. y yo, siendo tan amigos, si esto no lo volviésemos á lo que solia ser, yo no solo me prefiero á esto, sino á escribir a U. S. suplicándole me mande en todo lo que fuere de su servicio. En consecuencia, el presidente Osorio dictó auto en 17 de noviembre siguiente, por el cual mandaba y mando que de aquí adelante no se ponga en las licencias, que se dieren á los navíos y fragatas y otros buques á quien se da registro en los puertos de la mar del sur de estas provincias la prohibicion de ir á las provincias del Perú y sus puertos, y que sobre ello se libren los despachos necesarios, y se tome razon. He aquí una muestra de lo que podian, cuando querian los vireyes y presidentes. Alcedo, hablando del virey Toledo en el Perú, dice: hizo la numeracion general de índios del reyno, reformó las tasas de tributos, fortificó el puerto del Callao y lo guarneció como otras plazas de muy buena artillería, de que hizo allí una gran fundicion, estableció el arreglo y método de correos, con otras muchas disposiciones que por la utilidad perpetuaron la memoria de su gobierno. Su influencia, debe añadirse, llegó á Guatemala.

Al favor sin duda de esta amplitud que recibió el comercio, se habria facilitado entonces el de la tinta, del cual habla una junta de hacienda de 9 de febrero de 647, refiriendo que era conducida á Panamá en mulas con flete de 33 y 34 pesos. Igual amplitud recibió la navegacion. En junta de hacienda de 15 de mayo de 647.

avisa el presidente que ha recibido carta del virey de Nueva-España, en que le manifiesta que en este año no han llegado las naos de Filipinas, y le pide que de los navíos que estuvieren en estos puertos comprase por cuenta de S. M. dos de 300 toneladas arriba, que no bajasen de 250, á propósito para navegar á dichas islas: los cuales se remitan al puerto de Acapulco; y en caso de no haberlos, pasase el despacho que venia para el virey del Perú en su solicitud. Al punto se envió correo para que en Acajutla se embargase cualquier fragata que hubiese, y fuese al Realejo para requerir un navío que aderezaba para volver al Callao, y aviniéndose siguiese el camino hasta el propio puerto del Callao en demanda del otro navío con el virey. Con respecto al comercio por tierra, en proveimiento de maese de campo para la provincia de Nicaragua, hecho por la audiencia gobernadora á 3 de enero de 650 en el capitan Zeledon de Morales, se numera entre sus méritos, el que en un rio caudaloso, que está en el camino real por donde se traginan y llevan al puerto de la Caldera de la mar del sur, mercaderías, hizo una jamaca que sirve de puente; y que así mismo en el tránsito fundó el pueblo de San Diego de Acuña, con 180 índios de la parcialidad de Jorra, que sirviese á los pasageros, por ir todos los años por aquel camino muchas partidas de mulas al reyno de Tierra firme.

Ximenez lib. 5 cap. 10 refiere de una nao, llamada Victoria,. salida de Filipinas en 20 de mayo de 656 con otras dos, que á los tres meses se apartó de ellas tomando altura y trabajando con malos temporales, tuvo que derribar el árbol mayor: al paso se descubrieron dos islas grandes que no estaban en la carta, y llamaron de Guadalupe, evitando dar en sus peñas: despues de algunos trabajos y tiempo dilatado descubrieron tierra, y al tomar direccion para Acapulco, arrebatados de los vientos desanduvieron lo andado: al cabo dieron en Salagua, costa de Teguantepeque, donde soltaron el pliego del rey, y errando el rumbo en demanda de Acapulco pasaron á Guatemala, donde tocaron en la costa de Guazacapan y saltaron cuatro en tierra, á quienes no aguardaron, juzgándose cerca de Acapulco, hasta que el mucho tiempo les manifestó estaban perdidos, muriendo muchos de hambre: llegaron á la costa de Sacatecoluca: echaron como pudieron una lancha, y entendiendo los que fueron en ella donde estaban, escribieron al alcalde mayor de San Salvador, que les envió alguna agua y bastimentos. Los que

quedaron en la nao, buscando el puerto de Amapal, se perdieron de nuevo, y estaban para barar en tierra, cuando descubrieron una barca salida del propio Amapal con mas agua y bastimentos. El que la Hevaba, que era un negro llamado Manuel, entró en la nao y la gobernó, hasta ponerla legua y media del puerto: luego la metió por la boca y barra que lo forma, y diò fondo en él, despues de un año de navegacion dia 20 de mayo de 657, habiendo perecido ya 150 personas, entre ellas tres almirantes.

En junta de hacienda de 21 de abril de este año se hace relacion de cuatro hombres que entraron á nado en la barra de Nuestra Señora del Salto, costa de Guazacapan, y saltaron de la nao Victoria de Filipinas que vino derrotada, y era preciso socorrer. Sobre ello se enviaron órdenes á los alcaldes mayores de la costa, Sonsonate, San Salvador y villa de Realejo. En dicha junta los oficiales reales fueron de parecer que fuese socorrida la nao, mas no de hacienda real. La audiencia, que tenia entonces el gobierno, opuso, que la nao costaría á S. M. mas de cien mil pesos, y era forzoso socorrerla de sus cajas, y si no se daría ocasion para que los pasageros y marineros echasen mano de las mercaderías de China del cargamento, y se ocasionaría un contrabando dificil de extinguir: se dispuso pues así, y se publicaron bandos, prohibiendo la compra de dichos efectos. Ximenez añade, que el oidor Esquivel acudió al puerto, y la nao dilató un mes para repararse, y seguir su viage. En cédula de 21 de julio de 659 da el rey á la audiencia las gracias por ello.

CAPÍTULO 54.

Abolicion de la navegacion del sur.

En junta de 11 de diciembre de 660 se refiere que estando detenidos en México el gobernador, oidores y religiosos que van para Filipinas, y pidiendo el virey de Nueva-España un navío de 300 toneladas, que fuese á Acapulco y de allí á aquellas islas, se ofició sobre ello al gobernador de Nicaragua, y éste avisa que en el Realejo habia dos uno del capitan Antonio Rodriguez que se estaba acabando de fabricar tan apropósito para el viaje de Filipinas que

si se hiciera de intento no se consiguiera tan acomodado; pero que tenía carga prevenida para el Perú, y otro del maestro mayor Juan Granados, de igual tamaño y seguridad, á que faltaba mas para acabarse, pero que el dueño que era bastante inteligente, ofrecia concluir pronto de modo que estuviese á tiempo en Acapulco. Con→ siderado todo se determinó, que el gobernador de Nicaragua hiciese una junta de los maestros de profesion de carpintería y galafatería, y si á su juicio el bagel de Granados podia estar acabado en el tiempo ofrecido, lo aceptase. Aquí se ve que la comunicacion de España con Filipinas se hacia por México: lo que acumulaba alguna mas importancia á aquella capital, de que carecia la de Guatemala.

El gobernador de Nicaragua practicó las diligencias prevenidas, y otras que demandó la naturaleza del negocio, y en 27 de fe brero de 661 escribe al presidente, que habia preferido y embargado para enviar á Acapulco al viage de Filipinas el bagel de Rodriguez, impidiéndole la ida al Perú, y al efecto le habia remitido dos marineros el alcalde mayor de Acajutla; pero que los vecinos del Realejo y los interesados en la carga para el Perú le protestaban la pérdida del real haber y de la gente del bagel, por no haber piloto que le gobernase: que habia hecho junta de prácticos en la nave→ gacion de Filipinas, y fueron de parecer no podia hacerse el viage sin manifiesto riesgo, por no haber piloto ni prácticos en aquella navegacion; y remitia los recaudos de todo. Celebrada junta de hacienda en 9 de marzo siguiente, se resolvió remitir testimonio de todo al virey de Nueva-España, y ordenar al gobernador de Nicaragua continuase en la diligencia de haber á la mano algun piloto que llegase en alguna embarcacion del Perú, y de todos modos efectuase la remision del bagel á Acapulco. Se ve en esto el atraso que habia padecido la navegacion de Guatemala en el transcurso de un siglo, pues en el anterior habia gente de mar para emprender la carrera de Filipinas, y en el siguiente solo la habia para la del Perú y Nueva-España.

El comercio y navegacion para el Perú subsistian aun el año de 665; pues una junta de hacienda celebrada en el dia 17 de octubre, á efecto de arbitrar medios para la fortificacion del rio de San Juan, dispone se echen varios impuestos á los géneros y mercaderías que se registrasen en los puertos del Realejo, Sonsonate, Nicoya y la Caldera, y ademas de esto se cobrasen 50 pesos, de cada nao que

hiciese viaje á Tierra firme y á los puertos del reyno del Perú. Desde luego comenzaron á cobrarse y se pusieron en ejecucion dichos impuestos, y duraron algunos años; pues la audiencia en carta al rey de 10 de abril de 668, y el oidor Novoa en otra de igual mes de 669 los suponen vigentes, y lamentan los respetos, por qué no los pagaba el navío San Lorenzo de propiedad particular del pais, cuyo dueño recogia los frutos de su carga en el partido de NuevaSegovia, y comercia con el Perú.

Tomado conocimiento en el consejo así de este arbítrio como de otros que propuso la junta, se libró cédula en 29 de octubre de 671, que entre otras cosas dice. Uno de los medios que se propusieron en la junta de hacienda el año de 1665, fué que se echasen diferentes derechos á los géneros y mercaderías que llegasen registradas á los puertos del Realejo, Granada, Sonsonate, Nicoya y la Caldera que caen al mar del sur, y que se cobrasen cincuenta pesos de cada nao que hiciese viage á Tierra firme y á los puertos del reyno del Perú; y siendo así que está prohibido el trato y comercio por la mar del sur, respecto del perjuicio que causaria á los cargadores que llevan de España géneros y mercaderías en la flota de Tierra firme y tambien por los fraudes que se cometerian en los dichos puertos de la provincia de Nicaragua, ha parecido ordenaros y mandaros (como lo hago) que de ninguna manera permitais el comercio, mas que en aquella cantidad que está concedida por cédula de 28 de marzo del año pasado de 1620, la cual se confirmó y mandó guardar por otra de 12 de enero de 1667, en que se dá la forma en que los vireyes del Perú han de enviar los bageles de 200 toneladas á dichas provincias, y que solo lleven 200 mil ducados de permision, y no mas. En cédula de 4 de diciembre de 672 se encarga á la audiencia haga guardar las cédulas que prohiben el comercio del Perú con estas provincias; y en otra de 29 de enero de 673, que haga guardar las cédulas de prohibicion que estan despachadas, cerrando el comercio de este reyno por el mar del sur.

Aunque aquí aparece prohibida á Guatemala la navegacion á Nueva-España por la mar del sur, hay indicios de que se habia estimado permitida. Tal la supone el virey de México en su carta de 10 de noviembre de 660 en que pidió al presidente de este reyno el navío para Filipinas, esperando que algun dueño de él por propia conveniencia hiciese viage á Acapulco con mercaderías, y ofreciéndole todo buen pasage en la venta de ellas: lo que no ha

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