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Sebastian Alvarez, que don Pedro de Miranda Santillan, que à la sazon era fiscal de aquella audiencia, y ya es oidor de ella, me daba cuenta de sus procedimientos, por tomarle los pliegos que entonces remitia, le había hecho causa y imbiádole al castillo de San Phelippe de el Golfo, que dista ochenta leguas de esa ciudad de Goathemala, privándole del comercio humano, cuando le prendió, para que nadie le hablase ni socorriese, de que se imbió testimonio al consejo....

Y habiéndose visto en el de las Indias, con lo que pidió el fiscal, y consultadoseme, teniendo consideracion á... que no fué menor ef exceso que ejecutó en la prision del fiscal imbiándole á un castillo tan remoto, con las circunstancias referidas, pues aunque sus procedimientos mereciesen castigo, no le era permitido al presidente hacer tan viclenta demostracion, ni tuvo authoridad para ejecutarla en un ministro togado nombrado por mí, y parte de su misma audiencia, pues es cierto que si procediera con alguna justificacion y no apasionadamente, se contentára con hacer la averiguacion y dar cuenta al consejo... Por tanto, he resuelto.

Hablando de la pieza del edificio, que no debia ser inferior, Juan Pérez de Prado, mercader yente y viniente, en declaracion dada en México á 2 de marzo de 671 ante el señor Montemayor, oidor comisionado, dice: que habiendo desembarcado en el Golfo el s de setiembre de 69, trayendo cartas de recomendacion para el señor don Pedro de Miranda Santillan, fiscal de la real audiencia de Guatemala, hallándole en el castillo de aquel puerto, le fué á ver luego, y le dió las cartas que traya, y le estuvo asistiendo y acompañando, comiendo á su mesa, y viviendo en un bajareque de cañas, donde estaba el dicho señor fiscal hasta que murió. Su fallecimiento fué á 9 de octubre, segun carta del padre Manuel Lobo de la Compañia del dia 31 al señor Garate, entónces oidor de México.

A su turno no tardó en ser atacado el castillo de San Felipe. En cabildo de 1o de agosto de 684 sus individuos reciben noticia de hallarse invadido el puerto del Golfo-dulce, y demolido el castillo de San Phelipe. Juarros tr. 4 cap. 8 dice, que tuvo muy poca duracion, porque estando cubierto de palma ó macanac, le dieron fuego los corsarios Yanques y Cocoten.

El ayuntamiento en el propio dia acordó representarlo á S. M. manifestando ser el puerto principal de esta provincia para el comercio con la casa de contratacion de Sevilla, y pidiendo se sirva

dar las órdenes necesarias. En consecuencia, el presidente celebró una junta, á que concurrieron diputados de la ciudad y vecinos, en que se trató de solicitar medios para la fortificacion del puerto, y se pasó consulta al propio cabildo suplicante.

Este, en acuerdo de 6 de febrero de 685, resolvió se hiciese una memoria de los vecinos republicanos y comerciantes que pudiesen concurrir al cabildo siguiente, y fuesen requeridos. Se celebró el dia 9, compuesto de dos alcaldes, seis regidores, el procurador síndico, quince vecinos comerciantes, y el abogado asesor del cabildo. Leida la consulta, y comprendida su relacion, se extrañó mucho que los diputados de la ciudad, y republicanos que se hallaron en la junta hubiesen ofrecido hacer cada uno lo que cupiese en las fuerzas de su caudal, y el primero que manifestó su sentir, fué el capitan don José de Aguilar Revolledo, reclamando no se consintiese nuevo impuesto alguno sobre la tinta, único fruto que sostenia el pequeño comercio que habia, y se perpetuaría como se perpetuó la duplicacion de alcabala, y oy lo está percibiendo su magestad, y proponiendo se aplicase á este fin, y se aplicasen así mismo mas de siete mil pesos de comiso de vinos del Perú, lo caido del situado del castillo que pasa de diez mil pesos, y siquiera por una vez ambos almojarifazgos: sobre lo cual ayudarían las porciones vo→ luntarias que ofreciese cada individuo, en que él sería el primero; y habiéndose conferido este parecer, todos le siguieron. Dada cuenta, desde luego se aprobó esto último, y se libró despacho al mismo cabildo para la contribucion de los vecinos republicanos y comerciantes; y en 13 de febrero, entre 31 individuos, dando el que mas 500 pesos, y el que ménos diez, se recogieron 4.021 pesos.

Mas adelante, segun narracion de Ximenez cap. 49, habiendo llegado con mal tiempo á puerto de Caballos tres urcas de registro de Juan Tomas Miluti, andando el año de 88, con 30 religiosos domínicos, 4 oidores y el presidente Barrios Leal de pasageros, este último, luego que se acabaron dos barcas, quiso tomar una para pasar al Golfo, y escusándoselo el capitan hasta ir con los navíos, tuvo que ceder, poniéndole 25 hombres con armas para su resguardo, conduciéndola un práctico, que entrando al rio del Golfo, advirtió luego rastro de cosarios, y lo avisó al presidente, quien le respondió: que habia militado en Flandes, y estaba acostumbrado á los peligros; pero no á cautelas de piratas, le replicó el piloto, el cual á pesar de ellas defirió á la arrogancia del presidente, por no ser (14)

Tom. 2.

de ménos.

Así sucedió lo que este escritor sigue refiriendo: saltó en tierra, dice, y dejando los barcos cargados con toda su hacienda que era mucha y la de otros, se dieron á fiestas en los ranchos. El enemigo estaba con una fragata y piraguas adelante escondido, pero en vela á ver si podia lograr el tiro. Ofrecióle la ocasion el descuido del presidente y de todos los demas, que no habian puesto siquiera una centinela en los barcos, que estaban amarrados á la lengua del agua. A la noche se fué viniendo el enemigo en sus piraguas á la sordina, y llegando cerca, y hallando los barcos solos, y la gente en los ranchos muy divertida con música y bailes, disparó una carga cerrada de mosquetería á los ranchos, enderezando la puntería adonde via la luz, que quiso Dios estaba en lugar eminente, y se fué toda la carga por alto.

Viéndose asaltados de improviso, y que todas las armas estaban en los barcos, y que ya se habian apoderado de ellos, no tuvieron mas que hacer, y echaron á huir por aquellas montañas adentro, con que quedó el enemigo dueño de todo, y el presidente y los demas sin mas que lo que tenian encima. Perdió el presidente segun aseguraron los que lo sabian 200 mil pesos en plata, oro y alhajas de mucho valor, é importó toda la presa mas de 300 mil pesos. Juarros, hablando del castillo de este puerto, añade, que habia quedado desmantelado, hasta que el presidente don Jacinto de Barrios Leal lo mandó reedificar en forma regular, cubierto de teja,

CAPÍTULO 59.

Castillo de San Carlos.

Tomada la isla de Jamaica por los ingleses el año de 655, creció la facilidad de los corsarios de esta nacion para correr las costas de las provincias de Guatemala; y si hasta entonces en la de Nicaragua solo habian acechado, y tomaban las embarcaciones en la desembocadura del rio de la laguna de Granada, mas adelante emprendieron algo mas. En junta de hacienda de 10 de julio de 665, avisa el presidente Mencos que á los 29 de junio anterior entró el enemigo ingles de parte de la noche á las dos de la mañana con 140

hombres en la ciudad de Granada de la provincia de Nicaragua, y robó y saqueó los templos y casas de los vecinos, y se retiró á una isla que está en la laguna inmediata á la ciudad, llevándose consigo algunos particulares prisioneros, pidiendo bastimentos y amenazando quemar los templos y casas de la ciudad, como parece por carta escrita por don Diego Ruiz de Ocaña vecino de Granada al gobernador de aquella provincia, quien quedaba tomando algunas disposiciones para la resistencia del enemigo. Alcedo, aunque no concuerda en la época de esta invasion, la atribuye al pirata Eduardo David. Ximenez, lib. 5 cap. 21, dice: aqueste año por el mes de junio entró el enemigo en la ciudad de Granada y la saqueó: entró por el rio de San Juan á la laguna: pues por aquella parte que podian temer algun daño, vivian descuidados, que ni una vigía tenian: por lo que fué procesado el gobernador, segun acuerdos de 9 de octubre de 666.

El gobernador de la provincia, en informe que hace al gobierno general en 13 de setiembre, entre otras cosas escribe: desde el año de 40 han sido infinitas las fragatas y caudales cuantiosos que el enemigo ha llevado y robado: luego, con respecto al caso presente, dice: les ha llevado sus caudales, ropa y plata acuñada, bagillas y todas embarcaciones; y mas adelante: he averiguado por pesquisa particular, que el pirata David, que robó esta ciudad, dijo, que estimaba en lo que vale una botija de vino el thesoro que llevaba, en comparacion de háber reconocido esta plaza, la laguna y sus isletas, y la isla de Ometepet, y que habia de hacer todo esfuerzo, para fomentar con Jamaica ó Portugal le diesen gente para ocupar estos puertos, donde se prometia con mucha facilidad ocupar la mar de el sur, afirmando no habia mas que tres leguas, habiendo hecho dicho pirata grandes agasajos y galanterías con los índios á quienes comunicaron que fueron muchos, ofreciéndoles no tendrían justicias que les apremiasen á el trabajo, ni pagarían tributo, y tendrían libertad de conciencia. Y al capitan Francisco de Mena, dijo David pirata, que se habia de ver mui presto en la plaza de el Realejo; y otros dijeron, que habian de tocar las campanas de Leon y Realejo, como tocaron las de esta ciudad.

Los vecinos de Granada habian ocurrido al gobierno general representando, que quedaron aterrorados y destruidos de la borrasca pasada, que de no ponerlos en defensa y fortificar el rio, desampararán esta ciudad, y se irán á poblar á donde tengan seguras

sus mugeres y hijos y hacienda. En consecuencia, el señor Meneos, que era el presidente gobernador y capitan general, pidió informe al gobernador de la provincia, para que le dijese qué fortificacion podia hacerse, en qué lugar del rio, el costo que pudiera tener, el número de gente que pudiese custodiarlo, y con qué medios podría contarse para ello.

El gobernador de Nicaragua, que lo era el maestre de campo don Juan de Salinas y Cerda, caballero de la órden de Calatrava, y adelantado de la provincia de Costa-Rica, para evacuarlo, hizo junta de pilotos y prácticos, y expone: que no puede hacerse fortificacion de fundamento en el raudal de Santa Cruz por el puesto frontero, que daría ventaja al enemigo: que la boca del brazuelo que está al nordeste, era el lugar mas apropósito, para levantar una torre, y en la boca de Taure, que está al este, debia hacerse una atalaya grande, que sirva de vigía; y dicha torre y atalaya se podrán avisar con humos que harán de dia, y hachones en la noche: que una y otra pueden guarnecerse con 50 hombres, inclusa plana mayor: en la torre se pondrán cuatro piezas de las que hay aquí, y 2 en la atalaya, y se meterán algunos mosquetes, pinzotes y esmeriles, y á dichas torres se subirá por escala de cuerda. Segun lo que he podido alcanzar con los vaqueanos, albañiles y demas oficiales, dicen serán necesarios para fábrica de una y otra pieza 12 mil pesos.

Agrega, estaba informado, que en la sorpresa que el enemigo hizo en Campeche, se valió el gobierno de México, á pedimento del fiscal Esquivel, de las encomiendas de aquella provincia por tres años para la asistencia de presidios y fortificaciones, que se hicieron, y lo mismo podia hacerse en estas provincias y las otras del reino: pues de hacer pié aquí el enemigo se sigue la inseguridad del Callao, Balles y Panamá y demas puertos de esta costa. Añade, que se ofrecia á ir en persona á dirigir los trabajos, y con la gente pedida estar á su resguardo. Acompaña por último un mapa del rio y la laguna con la costa del norte de Punta-Gorda à Suerre, y costa del sur hasta el Realejo; y asímismo una planta de las fortificaciones, que se han de hacer en el rio en las bocas del Brazuelo y de Taure.

La ciudad de Granada, que á pesar de sus quebrantos mantenia comercio por el norte y por el sur, en cabildo de 15 de setiembre, propone que para la fábrica de dichas fortificaciones se

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