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CAPÍTULO XXI

GOBIERNO DE DON JOSÉ DE GARRO (1682-1692): SEGUNDA CAMPAÑA DE LOS FILIBUSTEROS EN LAS COSTAS DE CHILE.

I Toma el gobierno de Chile el maestre de campo don José de Garro.- -2 Juicio de residencia de don Juan Henriquez.-3 Ratificacion de la paz con los araucanos.--4 Plan de Garro para reducir a los indios: es desaprobado por el rei.— 5 Nueva campaña de los filibusteros en el Pacífico bajo el mando de Eduardo Davis.-6 Medidas tomadas por el gobernador de Chile para privarlos de recursos: despoblacion de la isla de la Mocha.-7 Los filibusteros en las costas de Chile: son rechazados en la Serena.-8 El capitan Davis se retira del Pacífico.-9 Espedicion del capitan Juan Strong a los mares de Chile: resolucion del rei de España sobre el arribo de naves estranjeras a las costas de sus colonias.

1. Toma el gobierno de Chile el maestre de campo don José de Garro.

1. La aparicion de los piratas ingleses en las costas de Chile i el incendio i saqueo de la Serena, sembraron, como debe suponerse, una gran perturbacion comercial i administrativa en todo el reino. El gobernador don Juan Henriquez se preparaba ese verano a visitar de nuevo la frontera araucana para atender las necesidades militares. Obligado por aquellos sucesos, desistió de su viaje i contrajo todo su empeño a equipar las tres naves que a mediados de enero de 1681 despachó contra los filibusteros. Esas naves volvieron un mes mas tarde, i su jefe don Antonio de Córdoba, sobrino del gobernador, referia que a pesar de haber avistado al enemigo en las islas de Juan Fernandez, no le habia sido posible darle alcance, esplicacion que el

público recibió con desconfianza atribuyendo a impericia i a cobardía de ese jefe el malogro de la espedicion. El gobernador se propuso entónces fortificar la ciudad de la Serena para ponerla a cubierto de un nuevo ataque de los piratas; pero los pocos recursos que pudo reunir, insuficientes para una obra de esa naturaleza, sirvieron solo para socorrer a los vecinos de esa ciudad a quienes el saqueo i el incendio de sus casas i de sus iglesias, habia dejado sumidos en la miseria i en la desolacion.

Cuando estaba empeñado en estos trabajos, recibió el gobernador Henriquez, el 21 de abril, cartas de Buenos Aires en que se le avisaba que no tardaria en llegar a Chile un militar de alta graduacion a quien el rei habia confiado el gobierno de este pais. La administracion de Henriquez, como dijimos en otra parte, se habia prolongado mucho mas tiempo del que los reyes de España acostumbraban dejarla encomendada a un mismo individuo; pero esta prolongacion no habia sido el efecto de propósito determinado de la corte, sino de circunstancias accidentales e imprevistas. En diciembre de 1677, Cárlos II habia nombrado gobernador de Chile a don Antonio de Isasi, caballero de la órden de Santiago i militar de cierta nombradía; pero habiendo fallecido éste sin entrar en posesion de su destino, fué necesario designar otro gobernador. Por cédula espedida en setiembre de 1679, el rei confió este cargo al comisario jeneral dan Márcos García Rabanal, caballero igualmente de la órden de Santiago, pero cuya salud quebrantada hacia temer que no alcanzaría a llegar a Chile. La junta de guerra del consejo de Indias lo representó así al soberano manifestándole la conveniencia de designar una persona que reemplazase a aquél en el caso mui probable de muerte. Sus previsiones resultaron fundadas. García Rabanal salió de España en agosto de 1680 esperando llegar a Chile por la vía de Buenos Aires, pero falleció durante la navegacion.

El rei habia previsto este caso. Conforme a lo pedido por la junta de guerra, habia resuelto con fecha 27 de julio de 1680 que "en la continjencia de que el nombrado no llegue a parte tan remota," tomase el gobierno de Chile el maestre de campo don José de Garro, gobernador entonces de la provincia de Buenos Aires. Era éste un militar español orijinario de la provincia de Guipúzcoa, que en su juventud habia peleado con lucimiento en las campañas de Cataluña i de Portugal hasta obtener el cargo de maestre de campo de uno de los tercios del ejército. A consecuencia de un violento altercado con cierto jeneral que tenia el rango de grande de España, Garro se vió espuesto

a las venganzas de un enemigo poderoso. Prefiriendo por esto mismo vivir lejos de la corte, solicitó un destino en las Indias i obtuvo el de gobernador de la provincia de Tucuman (1). Despues de desempeñar este cargo durante cuatro años (de 1674 a 1678), don José de Garro fué promovido al gobierno de Buenos Aires donde se abria para él un vasto campo de accion en que prestar a la corona servicios mas señalados.

El gobierno de Portugal, conociendo el abatimiento a que por esos años habia llegado el poder español, pretendia estender sus dominios en América invocando en su apoyo la línea cosmográfica que segun el antiguo tratado de Tordesillas (1494), debia deslindar las posesiones de las dos coronas (2). El gobernador de Rio de Janeiro jeneral Manuel Lobo, preparó una escuadrillla de siete naves, embarcó en ellas un cuerpo de tropas, i a fines de 1679 se presentó en el rio de la Plata. Desembarcando en la banda oriental de ese rio, estableció en nombre del Portugal la colonia del Sacramento, casi en frente de Buenos Aires, en territorio hasta entónces despoblado, pero que siempre se habia creido propiedad de la España. Una agresion tan inesperada produjo la alarma entre las autoridades de la provincia. El gobernador Garro, sin fuerzas para defender aquellos territorios, pidió instrucciones i socorros al virrei del Perú, i obtuvo, junto con algunas armas enviadas de Potosí, la órden espresa de arrojar a los portugueses del establecimiento que acababan de fundar. Al efecto, reunió las pocas tropas que podian suministrar aquellas provincias i unos tres mil indios enviados de las misiones jesuíticas del Paraguai, i presentándose de improviso delante de la nueva colonia, la tomó por asalto en la madrugada del 7 de agosto de 1680, haciendo prisionera a toda su guarnicion. El jeneral Lobo i otro de los jefes portugueses fueron remitidos a Chile en calidad de prisioneros de guerra (3).

Esta felicísima campaña estuvo a punto de costar mui caro al mismo jefe que habia obtenido la victoria. La corte de España que en medio de la humillante postracion en que habia caido la monarquía, acababa de celebrar una paz bochornosa con la Francia, i que mostraba en las

(1) Garro reemplazó en el gobierno de Tucuman a don Anjel de Peredo, que habia sido en años atras presidente interino de Chile, i de él recibió las primeras noticias que tuvo acerca de este pais.

(2) Véase el § 2 del capítulo 1, parte II de esta historia.

(3) Relacion citada del virrei arzobispo Liñan, páj. 351.-Vizconde de Porto Seguro, Historia geral do Brazil, tomo II, páj. 769.

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relaciones internacionales una debilidad que formaba contraste con su antigua arrogancia, se apresuró a dar al Portugal las mas reverentes satisfacciones, i sin duda habria separado a Garro del gobierno de Buenos Aires, si no lo hubiese promovido al mando del reino de Chile por un nombramiento hecho casi en los mismos dias en que ese jefe arrojaba a los portugueses de la banda oriental del rio de la Plata.

El nombramiento de Garro llegó a Buenos Aires en los primeros dias de 1681, junto con la noticia de haber fallecido durante el viaje García Rabanal que, como dijimos, venia designado en primer término. Don José de Garro se apresuró a comunicarlo a Chile, pero no pudo ponerse en camino hasta principios del año siguiente. En efecto, el 25 de marzo de 1682 se recibia en las funciones de su cargo en la ciudad de San Luis, la mas oriental de toda su gobernacion (4); un mes mas tarde, el 24 de abril, llegaba a Santiago, i, prévio el juramento i demas solemnidades acostumbradas en tales casos, asumió el mando superior de la colonia (5). El prestijio militar que habia ganado en su reciente campaña contra los portugueses, i las noticias favorables que se tenian de la seriedad i de la elevacion de su carácter, fueron causa de que se le recibiese con jeneral contento.

2. Juicio de residencia de don

2. El primer cuidado del nuevo gobernador fué Juan Henriquez, entender en la residencia de su predecesor que se mostraba empeñado en volver luego a España. Don Juan Henriquez, por la actividad que desplegó en el gobierno, por las obras públicas que llevó a cabo en Santiago i en las otras ciudades sin imponer nuevas contribuciones, por la moderacion i la prudencia con que supo ganarse todas las voluntades i premiar a los buenos servidores, habia sido un mandatario modelo; pero su conducta administrativa se pres

(4) Acuerdo del cabildo de Santiago, de 6 de abril de 1682, a fojas 149 del libro 26.

(5) El acta del recibimiento de don José de Garro, así como su título de gobernador, han sido publicados por don Miguel Luis Amunátegui, en La Cuestion de límites, tomo III, pájs. 376–81. Garro se recibió dos dias despues, el 26 de abril, en el cargo de presidente de la real audiencia, segun aparece en la foja 74 del libro que para ésto llevaba ese tribunal.

El recibimiento de Garro ofrece una particularidad que merece recordarse. Al establecer el rei el derecho de media annata, de que hemos hablado mas atras, habia eximido de él a los militares que pasaban a servir en guerra viva o efectiva, i por cédula de 8 de febrero de 1676, espedida con acuerdo del consejo de Indias, habia declarado en este número la que se sostenia en Chile. Garro no fué, pues, obligado al pago de esa pesada contribucion.

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