Imágenes de páginas
PDF
EPUB

vecinos, comerciantes i jente plebeya, mas de 800 hombres de tomar armas, agregadas las compañías de a caballo de los pagos de Colina i Tango (5).

Era asimismo bastante densa la poblacion de los distritos de Rancagua, Colchagua i Maule. "Se hallaron en ellos en estado de tomar armas, entre vecinos i moradores, dice el documento que acabamos de citar, mas de 1,400 personas bien disciplinadas, que sirven de correr la costa i reconocer el mar para el reparo de los accidentes del enemigo pirata. Vivian estas jentes repartidas en los campos i en un estado jeneral de pobreza que no les habia permitido agruparse i construir casas en los sitios que el gobernador Marin de Poveda habia designado para ciudades (6). En condiciones análogas se hallaban los partidos de Quillota, la Ligua i Aconcagua, en los cuales, decia el gobernador, "tengo prevenidas i bien disciplinadas sus compañías para los accidentes que puedan ofrecer los movimientos de los piratas i enemigos de la real corona de V. M., hallándose entre moradores i vecinos de los dichos partidos mas de 400 personas de tomar armas." Valparaiso i sus contornos pudieron suministrar una compañía de 60 milicianos. En la rejion del norte, la poblacion era ménos numerosa, i, ademas, estaba mucho mas desparramada. La ciudad de la Serena, dice el documento citado, "tiene entre vecinos i moradores, agregada la jente del valle de Limarí i demas contornos, mas de 300 hombres de tomar armas. El Huasco i Copiapó son distritos en que reside poca jente española i algunos indios, sin mas poblacion que la de cuatro barracas de pescadores, i estan asimismo los que las habitan cercanos al mar." Las noticias que tenemos acerca de la poblacion de los distritos del sur, así como de Valdivia, son mas vagas e indeterminadas todavia, pero sabemos que allí era mas escasa que en la renjion central. Por lo que toca al archipiélago de Chiloé, el informe citado de 1702 dice que podia suministrar cerca de 900 milicianos entre españoles, mestizos e indios sometidos (7).

(5) Carta citada del gobernador Ibañez.

(6) Véase lo que acerca de la fundacion de estas poblaciones hemos dicho en el capítulo anterior, § 7. Esas cuatro poblaciones proyectadas por el gobernador Marin de Poveda, Rere, Itata, Talca i Chimbarongo, por las causas que hemos recordado mas atras, no estaban ni siquiera planteadas algunos años despues. Así, en el curioso informe de 1702 no se hallan mencionadas al hablar de los pueblos de Chile.

(7) Todos estos datos estan tomados de la carta citada del gobernador Ibañez, la cual, por estar escrita en el segundo año del siglo XVIII, se puede apreciar como base para conocer el estado de la poblacion de Chile al terminar el siglo anterior. Sin

Por diminuta que nos parezca la poblacion del reino de Chile al concluir el siglo XVII, no es posible dejar de reconocer un notable progreso cuando se recuerdan los humildes oríjenes de la colonia i los innumerables obstáculos que se habian opuesto a su desenvolvimiento. Ochenta mil habitantes fuertes i vigorosos por la raza a que pertenecian i por las condiciones climatolójicas del pais, suponian cierto centro de poder material e industrial nada despreciable en los nuevos establecimientos de las naciones europeas. Pero esa poblacion, esparcida en un territorio de medio millon de kilómetros cuadrados, sin tomar en cuenta las provincias situadas al oriente de la cordillera,

embargo, las cifras que da de los hombres que se hallaban en estado de llevar armas, son deficientes i mas o ménos indeterminadas. A ser mas completas i seguras, podrian tomarse como punto de partida para fijar con exactitud mui aproximativa la suma total de la poblacion. Bastaria, segun los cálculos mas sencillos de estadística, multiplicar por cinco la cifra conocida de los hombres en estado de usar las armas; pero, volvemos a repetirlo, los datos que tenemos son tan poco precisos que no bastan para alcanzar un resultado que pueda inspirarnos una gran confianza.

Un distinguido injeniero frances que estuvo en Chile en 1712 i 1713 i que nos ha dejado un libro de viajes justamente estimado, no pudo recojer datos precisos acerca de la poblacion, i se limita a consignar noticias sobre simples cálculos que se diferencian de los que contienen el informe citado del presidente Ibañez, i que elevan la poblacion a una cifra mayor. "Todo el pais, segun lo que he podido saber de buen oríjen, dice, no puede suministrar 20,000 blancos capaces de llevar armas, i Santiago en particular 2,000. El resto, compuesto solo de mestizo, mulatos e indios, puede ser tres veces mas grande, sin hablar de los indios amigos del otro lado del rio Biobio, que se hace subir a 15,000, i en cuya fidelidad no hai mucho que· contar. A. F. Frezier, Relation du voyage de la mer du Sud aux côtes du Chili et du Pérou, Paris, 1714, páj. 92. Estos cálculos, que, como decimos, no descansan sobre ningun dato serio, dan a Chile una poblacion indudablemente mayor que la que en realidad tenia.

El informe del fiscal Solórzano se refiere, como hemos dicho, a 1657, es decir, medio siglo atras; i aunque especifica muchas cifras, todo deja ver que ellas no tienen una precision absoluta. Sabemos que este informe da 4,986 habitantes al correjimiento de Santiago. "El de Maule, agrega, tiene 100 hombres i 80 mujeres; el de Colchagua 240 hombres i 350 mujeres; el de Melipilla 30 hombres i 60 mujeres; el de Quillota 220 hombres i 350 mujeres; el de Aconcagua 40 hombres i 100 mujeres; la ciudad de la Serena (provincia de Coquimbo) 300 hombres i 400 mujeres; de la otra banda de la cordillera, el correjimiento de Mendoza, San Juan i San Luis de Loyola, tienen 150 hombres i 330 mujeres. Estas notas estadísticas que solo se pue den tomar como aproximativas, fueron formadas dos años despues del terrible levantamiento de los indios en 1655, cuando toda la rejion del sur del Maule, con excepcion de la ciudad de Concepcion, habia quedado casi despoblada de españoles,

i cuando muchas de las personas que la habitaban ántes debian hallarse al norte de ese rio.

encontraba en esta misma circunstancia una causa de debilidad i de atraso. La dificultad casi invencible de reunirse en número regular en un punto dado i en un momento oportuno, hacia posibles i fáciles las agresiones de los corsarios i piratas i hasta las correrías de los indios, a pesar de los fuertes construidos en la frontera. La diseminacion de la poblacion era, ademas, un obstáculo poderoso al progreso de la produccion i de la industria i al desarrollo moral e intelectual (8). Por la razon contraria, esto es, por la mayor densidad de la poblacion, i sin tomar en cuenta los demas factores industriales de nuestra época, la mas despoblada de nuestras provincias actuales posee un poder militar i de produccion mayor que el que tenia todo el reino de Chile al terminar el siglo XVII. 2. Estado indus

trial: la agricultu

2. La industria, en efecto, llevaba una vida lán

guida, casi sin avanzar un solo paso de la rutina de

ra, la minería, el comercio, la in- los primeros tiempos. La agricultura, por la escasez dustria fabril. de brazos para cultivar las grandes estensiones de terreno que formaban las estancias, i mas que todo por la falta de mercados en que espender los frutos, se mantenia en un lastimoso estado de postracion, produciendo solo lo necesario para el consumo del pais i para la esportacion de vino, cueros, carne salada, sebo, jarcia i frutas secas que se sacaban para el Perú. La esportacion de sebo, de grasa, de cueros i de carne salada o charque, llegó a tomar grandes proporciones. A pesar del aumento natural de los ganados, se llegó a temer que no bastasen para el comercio de esos artículos que se hacia con el Perú. En la segunda mitad del siglo XVII, los esplotadores de este negocio comenzaron a introducir ganado de las provincias situadas al lado oriental de las cordilleras, utilizando para ello los boquetes del sur i los servicios de los indios. De esta manera, los ganados conservaron un precio sumamente bajo, hasta el punto de valer una vaca

(8) "La gran diseminacion de la poblacion, dice un distinguido publicista de nuestros dias, no es favorable ni a la produccion ni a los progresos intelectuales. Daňa a la produccion porque embaraza la division del trabajo i hace raras o impo sibles las empresas que tienen necesidad de un gran número de hombres. Se sabe que los paises mas poblados son los mas ricos. Por lo que toca al desarrollo de la intelijencia, el progreso de las ciencias está en razon de la multiplicidad de relacio nes que existen entre los espíritus. Cada intelijencia puede ser considerada como si suministrase un rayo intelectual a un foco que es tanto mas numeroso mientras mas numerosos son los rayos. De aquí resulta la superioridad de las ciudades sobre los campos. M. Block, Dictionnaire général de la politique, Paris, 1874, verb. Population.

solo un peso i medio. En cambio, los frutos de la agricultura, propiamente dicha, cuya produccion exijia una fuerza de trabajo i un interes que la hubiese estimulado, mantenian precios mucho mas altos i que no guardaban relacion alguna con el valor de los otros alimentos ni con el poder productor del pais. El precio corriente de una fanega de trigo en el penúltimo decenio del siglo XVII era de dos pesos i mas, si bien algunos especuladores sabian procurárselo hasta por medio peso con solo comprarlo en yerba, como se decia, esto es, pagándolo al productor dos o tres meses antes de la cosecha (9).

A pesar de que la vida normal de la colonia, la falta de libertad comercial que impedia las grandes especulaciones, tendia a mantener la uniformidad constante en el precio de los productos de la agricul tura, pasaron éstos por alternativas considerables que aumentaron o disminuyeron sus utilidades. Despues de la grande insurreccion de los indios en 1655, cuando éstos destruyeron las estancias del sur del rio Maule, dando muerte o haciendo huir a todos los españoles que habitaban esa rejion, los productos de la agricultura, particularmente el trigo i los ganados, alcanzaron un alto precio desconocido hasta entónces, i que se mantuvo por algunos años, reportando beneficios crecidos a las encomenderos de Santiago. Mas tarde, en 20 de octubre de 1687, ocurrió en el Perú un espantoso terremoto que arruinó la ciudad de Lima. Hízose sentir allí la falta de bastimentos, i fué necesario pedirlos a Chile. Aquel pais habia producido hasta entonces el trigo necesario para su consumo; pero siguiéronse a esa catástrofe algunos años en que las cosechas de este cereal fueron escasísimas, i en que se creyó que el terremoto habia esterilizado las tierras para su cultivo (1o). La esportacion de trigo tomó en Chile

(9) Véase la nota 27 del capítulo 50.

(10) Este hecho, esplicado aun en nuestros dias, segun puede verse en don Claudio Gay, Agricultura de Chile, tomo I, páj. 17, i tomo II, páj. 63, i en don Sebas tian Lorente, Historia del Perú, tomo IV, páj. 279, como consecuencia de haberse esterilizado los campos del Perú para el cultivo del trigo por una causa misteriosa creada por el terremoto de 1687, fué un fenómeno puramente accidental que duró algunos años, al cabo de los cuales se habia establecido la corriente del comercio de granos de Chile, haciendo en adelante una competencia ruinosa para los agricultores de aquel pais.

El estudio de ese fenómeno en las fuentes i documentos mas autorizados, basta para esplicarse su verdadera causa. El doctor don Hipólito Unánue en sus apre ciables Observaciones sobre el clima de Lima i sus influencias en los séres organizados, i en especial sobre el hombre, publicadas en Lima en 1806 i reimpresas en Madrid en 1814, habla de él en los términos que siguen: "El terremoto de 1687 hizo infe

un gran desarrollo; i como la produccion no correspondia con la demanda creada por estas nuevas necesidades, su precio se triplicó ántes de mucho (de dos a seis pesos). El proveedor del ejército don Francisco García Sobarzo no pudo cumplir sus compromisos de suministrar trigo por el precio estipulado; i obligado a ello por su contrato, segun disposicion del gobernador Marin de Poveda, provocó ante la

cundos nuestros campos para el trigo. Las cañas iban lozanas hasta aparecer la espiga, cuyos granos afectos del tizon se convertian en polvillo negro, i se perdian las cosechas. Veinte años despues empezaron los campos a recuperar su primera fecundidad; pero el golpe recibido por nuestra agricultura fué mortal. Ocurrióse en la escasez por trigos a Chile, i quedó establecido por nuestra Sicilia este reino a donde enviaron el pan nuestros mayores, i arruinada nuestra agricultura por falta de con. sumo en su mas precioso ramo, (pájs. 42 i 43 de la edicion de 1814). Puede verse igualmente Bravo de Laguna, Voto consultivo al conde de Superunda sobre el espendio e importacion del trigo en el Perú, Lima, 1755, páj. 308. Feijóo de Sosa en su Descripcion de la provincia de Trujillo, Madrid, 1763, dice que apénas se sintió en aquella rejion el ruido del terremoto de 1687, pero que sus maléficas influencias sobre la agricultura se estendieron hasta Paita, i que los campos que llegaban a dar hasta doscientas fanegas por una, quedaron tan estériles que no rendian ni aun la misma semilla que se sembraba. Estas i otras indicaciones análogas nos hacen creer què la pretendida esterilizacion de los campos del Perú despues de aquel terremoto, fué solo la aparicion del pequeño hongo conocido con el nombre de tizon o polvillo negro (el ustilago segetum o tilletia caries de los botánicos). Sus estragos, mui conocidos de nuestros agricultores, son los mismos que hallamos descritos como ocurridos en el Perú, si bien fué ésta una plaga jeneral i repentina, a ser cierto lo que se cuenta de ella, i que solo duró algunos años.

Pero aun esta misma circunstancia suscita muchas dudas. Los españoles, i mas aun los hispano-americanos del siglo XVII, eran pésimos observadores de los fenómenos de la naturaleza. Veian en todas partes prodijios maravillosos, i es posible que esta enfermedad de los cereales, esperimentada, quizá en menor escala ántes del terremoto de 1687, no hubiera sido notada sino cuando adquirió todo su desarrollo destructor, esplicándose una simple coincidencia como el resultado de aquella catástrofe. El doctor don Pedro de Peralta Barnuevo, que en su tiempo fué el hom. bre mas sabio del Perú, escribia un poema, Lima fundada, cuarenta años despues del terremoto, i comentando la estrofa 89 del canto VI, esplica la causa de la pérdida de las cosechas de la manera siguiente: "Abiertos los poros o conductos de la tierra al ímpetu del movimiento, debieron arrojar copioso número de exhalaciones, compuestas de las partículas nitrosas, sulfúreas i oleajinosas de que se forman los meteoros ígneos de truenos, rayos i otros fuegos celestes, las cuales vol. viendo a caer por infrijidacion del aire superior, cuajadas en malignas gotas, sirven de cáustico a las mieses. El mismo dector Peralta, en otra de sus obras, recuer da lleno de admiracion la abundancia de la produccion agrícola de Chile que en esos años surtió de trigo al Perú. Peralta, Historia vindicada de España, Lima, 1730, lib. I, cap. 11, col. 222. "¿No hemos visto en estos nuestros años, dice allí Peralta, la total infecundidad de los peruanos valles con tan activo fuego i teson

« AnteriorContinuar »