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Esos estudios, circunscritos a tan estrecho órden de conocimientos, i sobre todo a aquellos que tienen ménos aplicacion en la vida práctica, eran, ademas, por el carácter i el espíritu de la enseñanza, absolutamente inadecuados para procurar el desarrollo de la intelijencia i la cultura literaria i científica. Modelada sobre la que se daba en esa época en las universidades españolas, parecia concebida artificiosamente para impedir el despertar de la razon. Su primer objetivo era imponer i consolidar la veneracion a las dos majestades, como se decia entónces, esto es, el acatamiento a Dios, representado por el papa, por los obispos i por los eclesiásticos, i la sumision mas absoluta al rei i a sus delegados. La obediencia a esos dos poderes, segun el espíritu de aquella enseñanza, debia ser ciega i sin discusion, porque tanto a la autoridad eclesiástica como a la autoridad real, se les asignaba igualmente un orijen divino. Los estudiantes, al entrar en posesion de los grados universitarios, debian reconocer estos principios en un juramento solemne (6). Bajo su punto de vista científico, aquella enseñanza se contraia a las cuestiones mas frívolas i ociosas, a discusiones de palabras, i a hacer aprender axiomas mas o ménos vulgares cuando no faltos de sentido, i a deducir de ellos argumentos que no habrian podido resistir a las mas lijeras objeciones de una sana lójica (7). Los escritos

los jesuitas i los dominicanos pueden dar en virtud de un privilejio de los papas, porque en Santiago no hai universidad establecida; pero obtienen esos títulos a tan poca costa, que se encuentran entre los señores licenciados algunos que no saben casi nada de latin, que, por otra parte, ellos no creen necesario para las ciencias." Frezier, Relation, páj. 95.

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(6) "Los que reciban grados mayores (en las universidades de Indias) han de hacer la profesion de fe, i jurar obediencia al rei i a los virreyes i audiencias en su nombre, dice la lei 14, título 22, libro I de la Recopilacion de las leyes de Indias. Merecen recordarse como características del espíritu de aquellos estudios otras dos leyes del mismo título i libro que copiamos en seguida, abreviando un poco su testo. "Lei 15. A ninguna persona podrá conferirsele el grado de doctor, licenciado i maestro en cualquiera facultad, ni aun el de bachiller en teolojía sin que haga préviamente el juramento de que creerá i enseñará que la Vírjen Maria ha sida concebida sin mancha, cuyo juramento se insertará en el título"-"Lei 44. Los catedráticos de teolojía a quienes competa, han de esplicar la cuestion de la concepcion de la Vírjen Maria sin pecado orijinal, i resolverla afirmativamente, pena de perder la cátedra, i los estudiantes los cursos, si no denunciaren al catedrático que faltare a esta obligacion. Se recordará que esta cuestion estaba entónces sometida a estudio i que las opiniones de los teólogos estaban divididas.

(7) El padre benedictino frai Benito J. Feijoo, que por mas de un motivo merece el título de restaurador de los estudios en España, ha señalado mejor que otro ningun escritor que conozcamos el carácter i las tendencias de la enseñanza en ese pais

de esa época, reflejo fiel de aquella enseñanza, dejan ver la mas absoluta. vaciedad, cuando no un deplorable estravío mental en todo aquello que debia ser el fruto del criterio i del raciocinio. En cambio, al paso que se daban tan escasas proporciones a la enseñanza científica i literaria, las prácticas piadosas ocupaban una buena parte del tiempo de los estudiantes. "Atiéndase como a principal fin, decian los estatutos del convictorio, a enseñar a los colejiales la doctrina i costumbres cristianas, i dígaseles el ejercicio cotidiano al acostar. Tengan su leccion espiritual: por la mañana un rato de oracion en la capilla, su misa, exámen, letanía, i comulgarán cada ocho dias. Tendrán cada ocho dias. plática en la congregacion, i acostumbrarán a leer leccion espiritual en libros píos i devotos. Se les leerá leccion espiritual en el refectorio mientras comen." Estaban, ademas, obligados a asistir en cuerpo a numerosas fiestas de iglesia i a muchas de las procesiones i rogativas que casi una vez por semana recorrian las calles de la ciudad. "No solo en éstas se señalaban esos estudiantes, dice el cronista de la Compañía, sino tambien en ayunos i penitencias con mucho fervor. De suerte que cuando entran en relijion llevan mucho andado para acomodarse al recojimiento, aspereza i penitencia. Los que quedan seglares, guardan en gran parte lo que de mancebos, aprendiendo principalmente la frecuencia de sacramentos. En el capítulo anterior, así como en muchos otros pasajes de nuestra historia, hemos recordado

hasta mediados del siglo XVIII, demostrando con notable claridad i ordinariamente con una lójica irreprochable sus vicios i sus defectos. Algunos de los discursos de su Teatro crítico universal son a este respecto documentos del mas alto valor historico por las abundantes noticias que contienen. En uno de ellos que titula Sabiduría aparente, da la siguiente idea de la filosofía que se enseñaba en las escuelas de España, que era la misma que entonces se enseñaba en Chile: "El que estudió lójica i metafísica, con lo demas que debajo del nombre de filosofía se enseña en las escuelas, por bien que sepa todo, sabe mui poco mas que nada, pero suena mucho. Dícese que es un gran filósofo, i no es filósofo grande ni chico.... Todos (esos estudios) puestos en el alambique de la lójica no darán una gota del verdadero espíritu filosófico que esplique el mas vulgar fenómeno de todo el mundo sensible... El que por razones metafísicas i comunísimas (que era lo que se enseñaba) piensa llegar al verdadero conocimiento de la naturaleza, delira tanto como el que juzga ser dueño del mundo por tenerle en un mapa." Se ha dicho, por esto, que el que mejor estudiaba lo que entonces se enseñaba en las universidades españolas, era el que ménos sabia, o, mas propiamente, que aquellos estudios, llenando la cabeza de cuestiones de palabras i estraviando el criterio en vez de encaminarlo al descubrimiento de la verdad, inutilizaban al hombre para todo trabajo intelectual que exijiese un juicio independiente i libre de errores arraigados i de preocupaciones invencibles.

la importancia que los hombres de ese siglo daban a las manifestaciones esteriores del culto i el concepto que acerca de ellas se habian formado.

2. Proyecto de fun- 2. Pero, como ya dijimos, eran mui pocos los indar escuelas para indios: su objeto. dividuos que recibian esa limitada i estéril instruccion, i aun éstos eran casi en su totalidad algunos jóvenes que se dedicaban a la carrera del sacerdocio. La gran mayoría de los hombres de las clases acomodas no adquiria otros conocimientos que los mui rudimentarios que podian recibirse en el seno de las familias o en las pocas escuelas privadas de primeras letras que habian podido fundarse i sostenerse. La enseñanza de las mujeres era mas descuidada todavía. Muchas de ellas no recibian instruccion alguna, o solo aprendian a leer i rara vez a escribir, razon por qué es frecuente hallar en las antiguas escrituras sobre asuntos de intereses en que intervienen mujeres, la advertencia de que no firmaban porque no sabian hacerlo. Las hijas de las familias mas acaudaladas, que podian pagar su educacion, eran colocadas en los monasterios de monjas de vida contemplativa, donde, en vez de recibir alguna instruccion, se ejercitaban en las prácticas piadosas, porque, segun las ideas de la época, la posesion de algunos conocimientos era no solo inútil sino perjudicial a la mujer.

Las clases inferiores de la sociedad, tanto en las ciudades como en los campos, estaban condenadas a permanecer en la mas absoluta ignorancia. Para ellas no habia escuelas, ni medio alguno de adquirir la mas lijera tintura de instruccion. Por una lamentable i perniciosa preocupacion, que solo comenzó a desarraigarse en nuestro siglo, las clases trabajadoras debian poseer solo la práctica de los oficios manuales a que cada cual se dedicaba, porque se creia que los conocimientos de otro órden, aunque solo fueran la lectura i la escritura, servian para envanecerlas, para hacerles concebir aspiraciones insensatas a un puesto social superior al que les correspondia por su oríjen, i por inclinarlas a abandonar las ocupaciones a que estaban destinadas por su nacimiento. Estas preocupaciones eran comunes en España i en todas sus colonias; i por mucho tiempo fueron estériles los intelijentes esfuerzos de algunos ilustrados publicistas que se empeñaban en demostrar que la instruccion teórica no solo desarrollaba la intelijencia del hombre sino que era indispensable para el perfeccionamiento aun de las artes manuales mas sencillas (8).

(8) El célebre publicista español don Pedro Rodriguez Campomanes escribia en 1775 estas palabras: "La educacion técnica i moral suele ser defectuosa i descui

El rei, sin embargo, habia dispuesto por diversas cédulas que en todas las provincias de América se fundasen escuelas en los pueblos de indios (9); pero esa creacion no obedecia a un propósito literario, por decirlo así. Siglo i medio despues de consumada la conquista de estos paises, quedaban todavía en ellos numerosas agrupaciones de indíjenas que, aunque sometidas a la dominacion española, conservaban sus usos i costumbres, su lengua i sus antiguas prácticas supersticiosas, mostrando una resistencia invencible a aceptar el cristianismo. En todas partes, la accion de los misioneros habia sido mas o ménos ineficaz. No pudiendo esplicarse este hecho por sus causas naturales, esto es, por la absoluta imposibilidad de hacer cambiar las ideas i los hábitos de aquellas tribus atrayéndolas a una civilizacion para la cual no estaban preparadas, el rei i sus consejeros pensaron que el mal provenia de que los predicadores no conocian suficientemente el idioma de los indios para hacerse entender. El proyecto de crear esas escuelas respondia al deseo de subsanar esta dificultad. Establecidas en los pueblos de indios, i sostenidas con los tributos que estos mismos debian pagar, tenian por objeto el enseñarles la lengua castellana, "a fin, decia una de esas reales cédulas, que aprendan mas fácilmente en ella los misterios i rudimentos de nuestra santa fe." Segun este proyecto, la conversion de los indios exijia de éstos un trabajo prepa

dada entre nuestros artesanos, persuadiéndose no pocos de que un menestral no necesita educacion popular..." "No faltará, agrega en otra parte, quien crea inútil tarea en el artesano semejante instruccion de los primeros rudimentos; pues en pocas maniobras, segun los que opinen de este modo, necesitará valerse de los auxilios de la aritmética. Estas objeciones se toman del estado actual de abatimiento i rudeza que padecen los oficios en España. El intento de este discurso se encamina a sacarlos de su decadencia. Como este punto es mui esencial, i a muchos haran fuerza tales objeciones, es forzoso responder a ellas en beneficio de la instruccion de un tan gran número de pueblo. Al presente no merece, respecto a los artesanos, la enseñanza de primeras letras un gran concepto a las jentes mas despiertas de la nacion, persuadidas de la dificultad de mejorar su actual situacion." Discurso sobre la educacion popular de los artesanos i su fomento, Madrid, 1775, pájs. 148-149. Todo este importante volúmen i los cuatro que le sirven de apéndice, tienen por objeto dar a conocer el lastimoso estado industrial de España, estudiar sus causas i proponer los remedios, el primero de los cuales, segun Campomanes, es la difusion de los conocimientos útiles entre las clases trabajadoras. Este libro, justamente elojiado por el eminente historiador Robertson, es inspirado por un espíritu liberal i cultc que rompia abiertamente con las viejas preocupaciones económicas de la España.

(9) Lei 18, tít. 1, libro VI de la Recopilacion de las leyes de Indias, i reales cédulas de 7 de julio de 1685, de 8 de agosto de 1686 i de 30 de mayo de 1691.

ratorio tan largo como fatigoso, i que mui pocos habian de vencer. Así, pues, esas escuelas, que solo se fundaron en algunos lugares de América, dieron mui escaso resultado para la propagacion del cristianismo.

En Chile no se plantearon siquiera por entonces las denominadas escuelas de indios. La real audiencia, declarando irrealizable ese pensamiento, informaba al rei en los términos que siguen: "En este reino, a donde los pocos pueblos (de indios) que hubo, se han despoblado, así por las continuas pestes de que murieron los indios, como porque los encomenderos los han estraido de ellos, agregándolos a sus estancias para el beneficio de sus haciendas, como aparece del testimonio que se remite, no solo es imposible el practicarse dichas escuelas por no haber pueblos de indios, sino mui difícil el que sean doctrinados en nuestra santa fe, i que la reciban con el conocimiento necesario a su salvacion (10). Seis años mas tarde, el gobernador Marin de Poveda esplicaba al rei la inutilidad de las escuelas de esa clase que se fundaban entre los indios sometidos, i la imposibilidad de establecerlas entre los otros. Por lo que toca a estas provincias, decia Marin de Poveda, no he sabido qué obrar en ejecucion de esas reales cédulas, porque entre los indios encomendados en los términos de las ciudades i partidos de este reino, está la lengua castellana tan introducida en ellos que la hablan con tanta perfeccion como los propios españoles.. A esto conduce la asidua i continua comunicacion i trato que tienen con los mismos españoles; de que se sigue que para esplicarles los misterios de nuestra santa fe, i para sus confesiones necesitan poco los curas doctrineros de los pueblos, ciudades i partidos de aprovecharse del idioma de los indios. Donde se necesitaba es en las reducciones de la otra banda del Biobio nuevamente reducidos a la obediencia de V. M.; i respecto de sus parcialidades, no hai efecto de que se les puedan asignar salarios a los maestros porque ellos (los indios) no tienen bienes de comunidad, ni se pueden sujetar a las mitas ni otros trabajos personales que puedan fructificar para este efecto, porque todavía no tienen aquella economía i gobierno político que se requiere; i lentamente es menester que se vaya introduciendo entre ellos la reformacion de sus antiguas costumbres, porque viven esparcidos por familias i no reducidos a pueblos; i los misioneros que tratan de su enseñanza, para poderla hacer en algunos niños en quie

(10) Informe de la real audiencia, de 18 de setiembre de 1690.

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