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nuado sus estudios científicos i preparado diversos escritos sobre navegacion. Uno de ellos, publicado en Zaragoza el mismo año de 1634 con el título de Reparo i errores de la navegacion española, le ha granjeado la reputacion de marino ilustrado i entendido. "Basta la lectura de esta obra, dice un juez mui competente, don Martin Fernandez de Navarrete, para formar un concepto ventajoso de la sólida instruccion i juicioso discernimiento de su autor, aun en los primeros años de su carrera marítima. El año siguiente, Porter Casanate se hallaba en Nueva España, i allí solicitaba permiso del virrei, marques de Cadereita, para ir a hacer descubrimientos en la costa de California, mal esplorada hasta entónces, i espuesta, segun se creia, a que los estranjeros enemigos de España fuesen a fundar algun establecimiento. Autorizado en 25 de setiembre de 1636 para hacer este viaje, el empeñoso marino se disponia a ello, cuando ántes de dos meses recibió la órden de desistir de esta empresa. Creyó el virrei, dice una antigua relacion, que "con el descubrimiento que iba a hacer el suplicante se abriria puerta por donde los enemigos entrasen a infestar aquellos mares; i con esta atencion revocó la licencia dada, i le mandó suspendiese el viaje hasta saber la voluntad de S. M., informándole i remitiéndole todos los papeles. La política recelosa del rei de España i de sus representantes en América, como lo hemos observado en otras ocasiones, tendia a retardar los nuevos descubrimientos jeográficos, o a ocultarlos empeñosamente para que no aprovecharan a los estranjeros.

Este contratiempo no desalentó a Porter Casanate. Con el objeto de obtener el permiso del rei para llevar a cabo ese descubrimiento, se puso en viaje para España el año siguiente. El mar de las Antillas estaba entónces infestado por los corsarios holandeses que mandaba Cornelio Jolls, famoso capitan mas conocido con el sobrenombre de Pié de Palo que le daban los españoles. En el puerto de la Habana fué apresado por los holandeses el buque en que viajaba Porter Casanate, i éste mismo llevado prisionero a la isla de Curazao, donde se le retuvo algunos meses. Restituido a su libertad, i dejado en el puerto de Cartajena, pudo llegar a España en los galeones que conducian anualmente los tesoros de las Indias.

Mientras se tramitaba su solicitud en la corte, Porter Casanate sirvió como militar en el ejército de tierra, i como marino en la escuadra preparada contra la rebeldes de Cataluña, i en 1641 asistió a las cortes de Aragon. Pero autorizado en 1643 para hacer el viaje que proyectaba a California, i premiado ademas por sus servicios con el hábito de la órden de Santiago, regresó a la Nueva España, i con grande actividad

comenzó a hacer los aprestos para aquella empresa. Allí lo esperaban nuevas contrariedades. Habiendo construido dos embarcaciones en la costa de Cinaloa, fueron éstas incendiadas por enemigos encubiertos de sus proyectos, i se vió forzado a retardar su viaje hasta 1648. Su esploración, sin embargo, no fué de una grande importancia. Porter Casanate, despues de recorrer el golfo de California i de examinar sus costas tan prolijamente como le fué posible, volvió a Méjico bastante enfermo, pero convencido de que no existia en aquellos lugares el canal de comunicacion que se suponia entre los dos océanos, i por donde se creia que los enemigos de España podian penetrar en el mar del Sur. El conde de Alba de Liste, que entonces se recibia del mando del virreinato de la Nueva España, apreció debidamente el mérito i los servicios de Porter Casanate; i al trasladarse al Perú en 1654 con el cargo de virrei, lo trajo en su compañía, dispensándole su estimacion i su confianza (1).

Apénas llegados al Perú, se recibia en Lima la noticia del alzamien

(1) Los antecedentes biográficos del almirante Porter Casanate constan de numerosos documentos conservados en el archivo de Indias, i en especial de las representaciones en que pidiendo permiso para hacer el viaje a California, pasaba en revista sus anteriores servicios. Pero en Lima, en setiembre de 1655, estando resuelto su nombramiento de gobernador interino de Chile, hizo levantar en la secretaría del virreinato una prolija Relacion ajustada de servicios, que fué enviada a España sin duda para que en vista de ella se le diese la propiedad de ese destino. Hallé este documento en la Biblioteca Nacional de Madrid, en un volúmen de manuscritos marcado S. 53, i saqué la copia de donde he tomado el resúmen de noticias biográficas del testo, i que no he creido necesario ampliar con otros pormenores de ménos interes. Hai en ese mismo volúmen una carta estensa pero incompleta de Porter Casanate en que da cuenta de sus descubrimientos en California i un memorial dirijido al rei sobre la misma materia, que han sido publicados por Torres de Mendoza en las pájs. 5-29 del tomo IX de su Coleccion de documentos inéditos de Indias, Madrid, 1866. Por lo demas, la biografía de Porter Casanate con mas o ménos detalles, se halla en el tomo III, pájs. 239-243 de la Biblioteca nueva de los escritores arago neses que florecieron desde 1500, Pamplona, 1798—1602, por don Félix Latassa. Don Martin Fernandez de Navarrete ha dado tambien un epítome biográfico en su Biblioteca náutica española, tomo II, pájs. 604-609; i ha referido aunque sumariamente, la esploracion de Porter Casanate en California, en dos de sus obras, en la notable introduccion que puso a la Relacion del viaje de las goletas Sutil i Mejicana, Madrid, 1802, i en su Exámen histórico-crítico de los viajes i descubrimientos apócrifos, Madrid, 1848, pájs. 46 i 47, acompañando en el apéndice un importante documento. El mismo Navarrete ha hecho en su Historia de la náutica entre los españoles, Madrid, 1846, pájs. 299–307, el análisis del libro de Porter Casanate que hemos mencionado mas atras.

to jeneral de los indios de Chile, de la deposicion del gobernador Acuña, i del estado desastroso en que quedaba este pais. En las juntas de corporaciones que celebró con este motivo, el virrei acordó enviar a Chile un militar de resolucion i de esperiencia que viniera a encargarse del mando superior. Su eleccion, como ya contamos, recayó en el almirante Porter Casanate. En efecto, con fecha 30 de octubre de 1655 espidió en su favor el título de gobernador i capitan jeneral interino del reino de Chile, i dispuso la organizacion de un cuerpo de tropas para que viniera bajo sus órdenes, con un buen socorro de armas i de municiones (2).

2. Situacion del reino: campaña de los españoles al territorio enemigo, i despoblacion de la

2. Las circunstancias en que Porter Casanate se recibió del mando no podian ser mas difíciles. Toda la dilatada rejion que se estiende entre los rios Biobio i Maule, poblada hacia poco por los españoles, plaza de Boroa. i dividida en haciendas en que progresaba la agricultura i la ganadería, habia sido asolada por los indios. La ciudad de Chillan, así como todos los fuertes i establecimientos situados en la frontera norte del territorio araucano, habian sido destruidos, de tal manera que en aquella comarca solo Concepcion quedaba en pié. El levantamiento de los indíjenas, costaba a los españoles, aparte de la ruina de sus fortunas, la pérdida de cerca de trescientos hombres muertos por el enemigo, i de un número probablemente mayor de mujeres i de niños que jemian en un espantoso cautiverio. Los indios de esta rejion, libres de sus antiguos opresores, i sin tener quien los atacase, habian vuelto a su antigua vida, i amenazaban en sus correrías a los españoles del lado norte del Maule, ya que no les era posible presentar combate al ejército acantonado en Concepcion.

En la rejion austral se mantenian, ademas de las colonias establecidas en el archipiélago de Chiloé, la ciudad de Valdivia i la plaza fuerte de Boroa; pero allí tambien se habia estendido el alzamiento de los indios, i la guerra hacia considerables estragos. A principios de 1655, el correjidor de Chiloé don Cosme Cisternas, por encargo del gobernador Acuña, habia pasado al continente con ciento cincuenta españoles para operar contra los cuncos en combinacion con el ejército del maestre de campo don Juan de Salazar. Aunque batió a aquellos in

(2) El nombramiento de Porter Casanate ha sido publicado íntegro por don Miguel Luis Amunátegui, en el cap. I del tomo III de La Cuestion de límites. El virrei habia dispuesto que el nuevo gobernador trajese a Chile 400 hombres; pero, segun los Apuntes citados de Rojas i Fuentes, solo vinieron 376.

dios en varios encuentros, tuvo que volverse al archipiélago sin conseguir reunirse a las tropas partidas de Concepcion. En Chiloé mismo, los indios se mostraban inquietos e inclinados a tomar parte en la rebelion. El correjidor Cisternas, alarmado por los primeros denuncios que tuvo, i tal vez por sospechas infundadas, desplegó contra los indíjenas el mas desapiadado rigor. Apresó a muchos caciques, i en ese año i el siguiente aplicó la pena de muerte a mas de veinte de ellos.

Pero si con estas medidas, como creian los españoles, se habia atajado la rebelion de los indios de Chiloé, los de Valdivia i su comarca mantenian una guerra constante i obstinada. Los defensores de Valdivia, sin embargo, recibieron socorros de víveres por mar, rechazaron con ventaja los repetidos ataques del enemigo i aun consiguieron alejarlo de las inmediaciones de la ciudad. En Boroa, por el contrario, la plaza, situada en el interior del territorio, en lugares a donde era mui difícil hacer llegar auxilios, las hostilidades de los bárbaros dejaban muchas ménos esperanzas de salvacion. Despues que en febrero de 1655 habia salido de la plaza una parte de la guarnicion para espedicionar contra los cuncos, mandaba allí el capitan don Miguel de Aguiar, hombre de rara entereza que en aquella terrible crísis supo cumplir sus deberes militares mejor que el mayor número de los jefes que entonces tenian el mando de los fuertes. No tenia a sus órdenes mas que cien soldados escasos, pero resolvió defenderse con ellos a todo trance, convencido de que no habia capitulacion posible con los indios que atacaban la plaza. Comenzó por hacer salir a todos los indios comarcanos que le servian como auxiliares, no solo porque no le inspiraban confianza, sino para desembarazarse de bocas inútiles. Recojió cuidadosamente las municiones i los víveres para repartirlos por raciones proporcionadas a las necesidades. Reforzó cuanto pudo los bastiones i defensas de la plaza, reduciendo considerablemente su estension para su mas fácil defensa con la poca jente de que disponia, i cubrió con cueros los techos pajizos de sus galpones para ponerlos a cubierto de las flechas incendiarias de los indios. En la defensa desplegó Aguiar una enerjía incontrastable, resistiendo denodadamente con sus mosquetes i con dos pequeños cañones a los reiterados ataques del enemigo. Los padres jesuitas que se hallaban en la plaza, recurrieron a todos los arbitrios imajinables para alentar a los soldados, demostrándoles los prodijios i milagros que el cielo operaba cada dia para defenderlos i conservarlos. Por otra parte, los indios enemigos, aunque considerablemente numerosos, i aunque desplegaban grande ardor en esos ataques, no supieron aprovecharse de las ventajas de su situacion, ni

TOMO V

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por

poner un sitio en forma a la plaza para rendirla por estenuacion i hambre. Los defensores de Boroa consiguieron comunicarse con Valdivia, i recibir socorros de municiones. Algunos indios, incitados por la codicia, se acercaban a la plaza i vendian a los españoles ganados i víveres, sin los cuales habrian éstos sucumbido miserablemente despues de un sitio que se prolongó trece meses (3). De todos modos, aquella plaza necesitaba un socorro pronto i eficaz, sin el cual su guarnicion estaba irremisiblemente condenada a una muerte desas·

trosa.

Tal era la situacion militar del reino en los momentos en que Porter Casanate se recibia del mando. Queriendo utilizar los elementos militares de que podia disponer para dar principio a la pacificacion del pais, se propuso antes que todo dominar la comarca vecina a Concepcion para proveer de víveres a esta ciudad i para mantener espeditas sus comunicaciones con Santiago. Hizo ejecutar algunas salidas a los campos vecinos, i consiguió dispersar a los indios i apresar a los mas inquietos; pero con el propósito de consolidar estas ventajas, el mismo gobernador se puso en campaña con un cuerpo considerable de su ejército. En los campos de Conuco, a unas doce leguas al noreste de Concepcion, atacó el 20 de enero de 1656 a los escuadrones de indios que allí se habian reunido, i despues de una reñida pelea, los dispersó causándoles no pocas pérdidas. Para mantener sumisos a los pobladores de esos lugares, fundó allí un fuerte al cual dió el nombre de San Fabian, en honor del santo que la iglesia celebra ese dia, i al cual se atribuia la

(3) El sitio de la plaza de Bɔroa, sostenido desde febrero de 1655 hasta mayo del año siguiente, ha sido referido con mas amplios detalles por Córdoba de Figueroa en el cap. 21 del libro V de su Historia, i por Carvallo i Goyeneche en el cap. 32 del tomo II de su Descripcion histórica. Este último apoya su relacion en los manuscritos del padre Rosales que no han llegado hasta nosotros. Como el padre Rosales se hallaba entre los defensores de la plaza, su testimonio tiene una grande importancia. Fundándose en él, cuenta Carvallo los milagros que entonces se operaron, i refiere que faltando el plomo para la fabricacion de balas i el papel para hacer cartuchos, los jesuitas entregaron la plata labrada de su iglesia i los libros de su pequeña biblioteca, que sirvieron para esos objetos; pero agrega que mas tarde cobraron empeñosamente una i otra cosa al rei, i que obtuvieron por una real cédula que se les mandaran pagar seis mil pesos, hecho que tambien cuenta Córdoba de Figueroa en el lugar citado. El padre Miguel de Olivares que refiere el alzamiento de 1655 i los sucesos que se relacionan, fundándose en el testimonio de la carta anua del padre Juan de Albis, vice-provincial de la compañía, ha referido tambien el sitio de Boroa i sus milagros, en la Historia de los jesuitas, cap. II. § 1, pero con menos pormenores militares que los dos cronistas ántes citados.

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