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creto para un golpe de mano, que habria dado, si la noble inclinacion de este oficial hubiese sido capaz de prestarse a tal iniquidad i no la hubiese prevenido. En esta angustia se oyó la voz de que el dia 13 en la noche se daba el golpe fatal. Todos por propio movimiento procuraban su conservacion armándose ijuntándose al rededor de los Alcaldes. Los que estaban montados les acompañan hasta el amanecer, otros guardan el parque, i todos, todos maldicen al autor de tanta zozobra. Esta se mitigó hasta la noche del 45, en que se anunció la venida de jente armada, i nuevas disposi→ ciones para una ejecucion. Se repiten las mismas precauciones, i crece el descontento. Estendidos hasta mu→ chas leguas del contorno venian ya miles de hombres a la defensa de una poblacion que veian angustiada, i habrian precisado a una resolucion escandalosa sin la que acordó la Audiencia.

Esta pasó a casa del presidente i realizó lo mismo que repetidas veces habia pedido al rei. Hizo ver a aquel la imperiosa necesidad en que lo habia puesto su conducta, de hacer dimision del mando. Pretextos frívolos, i la resolucion de morir matando eran las razones en que se sostenia, hasta que propuso, que se oyesen los oficiales del ejército i milicias. Vinieron al instante, i sin discrepancia convinieron en la precision de renunciar. Voto conforme al que pocos momentos ántes le habia dado un relijioso respetable a quien habia encargado que indagase la voluntad pública. Cedió al fin..... ¿Creerá la posteridad cual fué la última peticion que hizo en medio de tal bochorno? Fué solo que se le conservase el sueldo, i que se protejiese a Damian. Este razgo solo basta para caracterizarlo.

Sucedióle, segun lo prevenido en la misma real órden que le colocó en la presidencia, el Brigadier Conde de la Conquista. Jamas un específico fué mas propio i oportuno. La salida repentina del sol no habria disipado las tinieblas con mas prontitud. Todos se miraban como acabados de salvar de un naufrajio, i considerando desde entonces seguras sus vidas i fortunas, se congratulaban a porfia; sobre todo, los que con la posible serenidad contemplaban que entre los riezgos que habia corrido este honrado pueblo, no era el menor verse espuesto a perder la reputacion adquirida en tres siglos. Supo conciliar la dignidad del hombre con el respeto a las leyes. Apartó el riezgo inminente sin dejarse llevar de las pasiones; mostró que era incapaz de aquella indolente estupidez, con que los esclavos ven i aun se complacen de la opresion de sus semejantes; pero depuso el enojo, cuando vió remediada la violencia i prestó toda la consideracion que habia desmerecido el imperfectísimo simulacro de su soberano, i tanto, que ha preferido esta atencion a los medios de justificarse que le habria sin duda proporcionado la indignacion de sus papeles reservados. Con todo, tiene sobrados documentos incontrastables para hacer patente, que acaba de obrar el mas importante servicio, pidiendo justicia para sus conciudadanos, i defendiéndose de la tirania.

Esta es la verdad que se hará palpable mui luego, i mientras tanto debe prometerse que los demas pueblos suspendan a lo ménos su concepto para que la lijereza en juzgar no fije una idea falsa.

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DISPUESTO PARA LA INSTRUCCION DE LA JUVENTUD DE LOS PUEBLOS LIBRES DE LA AMERICA MERIDIONAL: SU AUTOR

D. Jose' Amor de la Patria. (*)

Multitudo autem Sapientium sanitas est orbis terrarum. Sapientiæ 6. v. 26.

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A instruccion de la juventud es una de las bases mas esenciales de la sociedad humana; sin ella los pueblos son bárbaros i esclavos, i cargan eternamente el duro yugo de la servidumbre i de las preocupaciones; pero a medida que los hombres se esclarecen, conocen sus derechos i los del órden social, detestan la esclavitud, la tiranía i el despotismo; aspiran a la noble libertad e independencia, i al fin lo consiguen con medidas sábias i prudentes que hacen ilusorios los esfuerzos i las amenazas del interes i del egoismo de los usurpadores de la primitiva i divina autoridad de los pueblos: he aquí, lector benévolo, el objeto de este pequeño catecismo que reduciré

(*) El Sr. D. Juan Martinez de Rosas, uno de los fundadores de la independencia.

Sin embargo de habernos propuesto no insertar en esta Coleccion sino aquello que pertenece exclusivamente al dominio de la prensa, hemos creido que el Catecismo manuscrito del Sr. Rosas seria bien acojido por el público en consideracion no solo a su especial mérito, atendidas las circunstancias en que lo escribió, sino tambien a que esta pieza vió la luz pública i se leyó en nuestra sociedad al principio de la revolucion con mejor éxito quiza que las demas producciones que le siguieron con el establecimiento de la imprenta nacional. Sentimos altamente no haber podido encontrar, apesar de nuestros esfuerzos, el Despertador Americano, otro manuscrito del mismo autor, que circuló en Chile en los primeros dias de la revolucion, i fué publicado por la prensa de la Nueva Granada el año de 1811, mereciendo el aplauso jeneral de todas las secciones americanas.

El Catecismo, que insertamos, no tiene fecha alguna, pero de su contexto inferimos que debe haberse publicado en 1810, i pocos dias despues de la instalacion de la primera Junta Gubernativa.-El Editor.

a preguntas, i respuestas, claras, sencillas, precisas i de fácil intelijencia para los niños de todas edades i condiciones. Si la juventud se instruye en principios evidentes por si mismos, que tanto interesan a su felicidad presente i a la de toda su posteridad, esta será la gloriosa recompensa que yo exija de este pequeño trabajo. Vale. -Pregunta. Cuántas especies hai de gobiernos, cuáles son estos, i en que consisten?

-Respuesta. El primero i principal de todos es el que tiene el supremo autor de la naturaleza sobre esta gran máquina del universo que ha salido de su mano omnipotente él la dirije i la mantiene en este concierto admirable que espanta al filósofo : él cuida de los negocios humanos: él forma, eleva, abate, o destruye los grandes imperios con solo un acto de su voluntad soberana, concurriendo a todo esto como causa primera i universal, i dejando obrar a las causas segundas que son las inmediatas de todos los sucesos humanos.

Entre los miserables mortales hai tres especies de gobiernos principales, a los cuales se pueden reducir todos los demas. El Monárquico, que es el gobierno de un solo hombre de la misma extraccion i orijen que los demas, de la misma forma, esencia i substancia, sujeto a las mismas miserias i debilidades, el cual se llama Rei, Emperador o Cesar: este gobierno se llama moderado, i el que lo obtiene debe proceder i obrar con arreglo a las leyes ia la constitucion del estado; pero no siempre es este el caso.

El despótico, que es el oprobio i la vergüenza de la humanidad, es el gobierno de un solo hombre que manda sin otra regla que su voluntad i capricho, i que no tiene freno que lo contenga en sus exesos i estravios,

El Republicano, que es el gobierno de un cuerpo, colejio, senado o congreso, cuyos individuos sirven a cierto tiempo, elejidos por los pueblos. El gobierno republicano es de dos maneras: o aristocrático, en que solo mandan los nobles y optimatos, o democrático, en que manda todo el pueblo por sí, por medio de sus representantes o diputados, como es preciso que suceda en los grandes estados.

Hai otros gobiernos que se llaman mixtos, i son los que participan de la monarquía, aristocracia o democracia, cual es el de la Inglaterra, i han sido muchos.

--P. Cuál de estos gobiernos es el mejor para que los hombres sean libres i felices?

--R. El despótico es mil veces peor que la peste misma, es la ignominia, es la afrenta de los hombres esclavos i envilecidos que lo sufren i permiten.

El gobierno monárquico o de un rei que obedece a la lei i a la constitucion es un yugo ménos pesado; pero que pesa demasiado sobre los miserables mortales. El sábio autor de la naturaleza, el Dios Omnipotente, padre compasivo de todos los hombres, lo reprobó como perjudicial i ruinoso a la humanidad en el cap. 8 del lib. 1.o de los Reyes, por las fundadas i sólidas razones que allí espuso su infinita sabiduria, cuya verdad nos ha hecho conocer la esperiencia de todos los siglos mui apesar nuestro, i de todos los mortales.

El gobierno republicano, el democrático en que manda el pueblo por medio de sus representantes o diputados que elije, es el único que conserva la dignidad i majestad del pueblo es el que mas acerca, i el que menos, aparta a los hombres de la primitiva igualdad en que los ha creado el Dios Omnipotente; es el ménos espuesto a los

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