Imágenes de páginas
PDF
EPUB

tra causa i de los derechos sacratísimos de los pueblos! ¡Cuando mas interesante, que enterneciendo con la memoria de nuestras antiguas calamidades! Ah! entonces no serán estériles las lágrimas; su fruto será el ódio de la tiranía i la execracion de los tiranos.

(Del mismo.)

Jueves 17 de Setiembre.

LGUNOS creen que la gran causa americana no puede sostenerse en todas partes sin grandes riquezas. ¡Absurdo! el pabellon de la libertad se eleva sobre el patriotismo, i se sostiene por la resolucion heróica de los hombres entusiasmados, i por las virtudes fuertes i republicanas. Un pueblo a quien dió la naturaleza campos fecundos, será libre, si goza de una administracion prudente, vigorosa i amable, i de ciudadanos fieles, interesados en su defensa. Los gobiernos duran siglos bajo la influencia de la sabiduría i del amor a la patria. Los errores de la administracion, la corrupcion de las cortes i de todas las clases, precedieron siempre a la ruina de los estados. No se necesitaba de todo el talento de Polivio para haber anunciado la próxima disolucion i trastornos de la monarquía española, aunque poseía los tesoros del mundo. Las naciones ricas fueron presa de los pueblos pobres, que aunque no tenian oro, tenian hierro para vencerlas. Parece que la libertad, lo mismo que la moderacion i la justicia, huye de los pueblos opulentos: i si se desenvuelven los principios de una revolucion en estos domicilios del lujo, ¡ cuán violentas no son sus convulsiones, i cuan llenas de atrocidades i de incertidum

bre! No hai libertad sin virtudes; i estas son mui raras en medio de las riquezas, circuladas siempre de la extrema miseria, del lujo, del ocio, del robo, la usura i todos los crímenes. Es casi imposible hacer libres a unos hombres sepultados en el ócio, en los placeres, en la disipacion, i cuya fantasía viciada solo se ocupa en formarse necesidades quiméricas. Este jénero de revoluciones exije a las veces costosos sacrificios; pero estos son asombrosos donde hai zelo pátrio i amor público; i siempre suficientes bajo un gobierno bueno i económico. En jeneral, no tiene que temer a sus enemigos una nacion bien gobernada, cuyos campos se cultivan con esmero i en la que se aprecian i fomentan las ciencias, las artes, el amor de la patria, i la integridad. La verdadera riqueza de un estado, su verdadera fuerza consiste en la sabiduria de su constitucion, en la equidad i prudencia de su gobierno, i en el número, fidelidad i patriotismo de sus ciudadanos.

[blocks in formation]

L honor, o el deseo de la estimacion pública, el zelo por una reputacion ilustre, i una universal fáma, es mui digno de los grandes corazones, mui útil a los pueblos i al engrandecimiento de los estados. No todos los sistemas gubernativos son igualmente ventajo

sos a la produccion de este sentimiento noble. En las monarquías no puede unirse bien, ni subsistir la grandeza de alma con la degradacion que se ve en los palacios i con las humillaciones i bajezas a que es necesario sujetarse para hacer fortuna. Para envilecer a los hombres, decia Salustio, basta elevar i recompensar la bajeza. En un gobierno arbitrario ninguno incurre en la tentacion de adquirir mérito, ni talentos, porque saben que los empleos i distinciones se venden, se reservan para la intriga i aun se distribuyen por un capricho injusto. Una recompensa, arrebatada a un ciudadano que la merece, priva al estado no solo de sus servicios, sino de los servicios i talentos de todos aquellos que lo imitaran. No hai verdadera emulacion en un pais en que la cábala, el favor, la opulencia, destruyen los derechos del mérito i la virtud. En los estados corrompidos se asciende a la fortuna por medio de la infamia; i la mediocridad i aun la incapacidad se sostiene en ella por medio de bajezas, adulaciones, robos i otros delitos. Bajo la tiranía, decia un filósofo, un ministro o un hombre que ocupa la majistratura mas brillante, no es mas que un esclavo astuto que ha tenido habilidad para salir de la tropa de los oprimidos i pasar a la de los opresores. Un príncipe indolente i sin luces; un príncipe preparado para el trono por una educacion perversa, es un juez bien incompetente de los talentos i del mérito: i en una corte corrompida, siendo los ministros las mas veces malvados, no pueden protejer a las almas nobles, qué aman la verdad i detestan la adulacion, ni favorecer a los talentos que los eclipsarian. El honor acompaña al mérito: el mérito está unido a la grandeza de alma: i la grandeza de alma se respeta a si misma: es pues natural, que la virtud i los grandes

talentos, que rehusan con noble desden el abatirse, rara vez se vean elevados.

Los pueblos libres, a lo menos en su edad de virtud i prudencia, como todos los ciudadanos influyen en los negocios públicos, deben necesariamente proponerse por objeto en las elecciones la seguridad, la prosperidad i la gloria de la república, que forman ellos mismos; i por esta razon es raro que dejen en un olvido ignominioso a los talentos i virtudes. En ellos es donde de las profesiones mas humildes salen hombres admirables. En ellos es donde existe el honor i la emulacion de distinguirse por talentos i servicios útiles, porque no han de quedar en la oscuridad; porque han de ser premiados por el agradecimiento de sus compatriotas. Si la república es guerrera, si está amenazada de un gran peligro, brota héroes ansiosos de gloria. Asi en los tiempos florecientes de la república romana la esperanza de obtener estátuas, coronas de laurel i triunfos, comunicando a los ciudadanos una enerjía i un esfuerzo insuperable, hizo a Roma la señora del universo i le adquirió ese nombre colosal que no perecerá nunca.

Las palmas i laureles

De eterna gloria cubren a los dueños del mundo. (*) Muchos ciudadanos de los mas opulentos con la mira de lograr los sufrajios del pueblo hicieron gastos increibles en juegos, en fiestas, en teatros, en erogaciones públicas, en monumentos tal vez inútiles.

Aquel se halla dichoso si consigue
Espléndidos honores,

Que el inconstante pueblo distribuye. (')

(*) Horat.
(') El mismo.

Entre los pueblos libres de tiempos mas recientes ¡cuán→ tas obras públicas, cuántos establecimientos, cuántas instituciones, ya en favor de los necesitados, ya para el adelantamiento de las ciencias i las artes, deben su orijen a aquel noble principio! ¡Principio verdaderamente jeneroso, digno de una alma sensata! porque ¿en qué puede adquirirse mas consideracion que en promover la felicidad jeneral i en hacerse amar de sus conciudadanos? ¿Qué cosa puede haber en el mundo que derrame mas satisfaccion i consuelo en el corazon del hombre? Pero esta pasion sublime es siempre el fruto precioso de una sensibilidad sábiamente cultivada por la educacion i alentada i exaltada por un gobierno ilustrado i benéfico.

El destino provoca ya a los pueblos americanos a probar esta sensacion noble i deliciosa, hasta ahora casi desconocida de sus corazones. No puede prosperar la revolucion sino se exita en ellos una fermentacion de emulacion i de zelo por el bien jeneral. La causa es comun la seguridad i la dicha de todos está necesariamente unida con la seguridad i la dicha de cada uno i de sus descendientes. La ignominia de la patria habria de envolver a todos. Tiempo es ya de que el pecho i el espíritu americano se dilate i se engrandezca, dé accion a su sensibilidad i entre en el vasto campo que le abre la fortuna para un eterno renombre. ¡Cuantos elementos para formarse una perpétua fama! Colocar pueblos oscuros en la jerarquía de las potencias; darles reputacion i crédito; fijar su prosperidad sobre la base de su constitucion i sus leyes; dar nacimiento a las ciencias, a las letras, a las artes; elevarse sobre los indignos temores de tantos viles esclavos; sobre los ab

« AnteriorContinuar »