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pudor la que se ratificó á nombre del soberano el dia 24 de julio de este año por D". Domingo Monteverde, comandante general de las armas de España con D". Francisco

aumentando, el horrible peso de su despotismo ocasionaron sin efusion de sangre la ereccion de una Junta en 10 de agosto 1809, que luego se demitió, resignando el mando en las antiguas autoridades del presidente Ruiz de Castilla y Oidores, baxo la garantía solemne de una amnistia general. Con esto quando llegaron las tropas de Lima, enviadas por su virey Abascal, fueron como de hermanos recibidas con arcos triuufales, y lo mismo las que luego vinieron de Stá Fé comandadas por el Americano Dupré. Pero á unos 20 dias de la entrada de las tropas de Lima fueron presos sin motivo los 40 individuos de la Junta anterior, que eran de los principales de la ciudad, y se les formó una causa voluminosa. Esto, los sarcasmos de los europeos sobre que un zapatero de España tenia derecho de mandar á los americanos, y sobre todo los robos é insultos sin nùmero de las tropas de Lima compuestas de 200 soldados -y 300 mulatos, toda gente indisciplinada y verdaderosos facinerosos, (que su gefe Arredondo, joven recien ido de España y sin conocimiento del pays, ni podia ni sabia contener) exarcebaron de tal manera á aquel pueblo, que Ruiz de Castilla, viejo autómata movible solo por las sugestiones del fiscal Aréchaga, temiendo un alboroto dió la bárbara órden de asesinar en el caso á los susodichos presos del quartel. No lo huvo ciertamente, sino la desesperacion de quatro personas ordinarias, que exàltadas con la insolencia de las tropas, fueron al quartel el dia 2 de agosto 1810, se apoderaron de algnnas armas de la guardia, y mataron al oficial Garú que acaso vieron por allí. Su hijo cadete gritó entonces á las armas como que existia conmocion el pueblo, y sus conmilitares degollaron á los presos, que segun el parte que dió el oficial de la guardia Zelis dermian entónces ignorantes de todo; tiraron á metralla sobre el pueblo que habia concurrido al ruido del asesinato de la flor de sus vecinos; soltaron en la ciudad á los soldados como fieras, que la saquearon toda, mataron, estruparon

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Miranda, Generalisimo de Venezuela. Repetidamente se inculcó y ratificó: "Que se adoptaba el olvido general de lo ocurrido decretado por las Córtes: las personas y bienes que se hallan en el territorio no conquistado serán salyas y resguardadas: las referidas personas no serán presas ni juzgadas y menos confiscados sus bienes y se darán pasaportes para que salgan del dicho territorio á todas las personas de toda clase, estado, condicion que sean, que no quieran alli permanecer, dentro el termino de 3 meses, en los quales podrán disponer de sus bienes." Cumplióse religiosamente todo por parte de la República; pero apenas Monte

y llevaron al colmo todo genéro de desórdenes. El infeliz pueblo al fin se armó como pudo, daba como recibia la muerte, y no quiso deponer las armas hasta que las autoridades todas firmaron el decreto de amnistia y de la salida delas tropas de Lima, que poco despues se verificó.

En 1811 llegó de Comisario regio enviado por la Regencia D". Carlos Montufar hijo del Marques de Selva-alegre uno de los asesinados, y habiendo sido recibido en triunfo por sus paisanos, erigió la segunda Junta, siendo su presidente el mismo Ruiz de Castilla. Pero la regencia nombró á Molina, europeo que estaba en Lima, hombre tan hipócrita y cobarde, como perverso y sanguinario. Los de Quito prometieron recibirle si venia con el olivo de la paz; pero él llevaba la espada, pues al mismo tiempo envió á Guaranda, que es la raya, las tropas de Lima que permanecian en Guayaquil y las que alli levantó: asi comenzó la guerra.

Aquella Junta reconoció á las Córtes y estas á ella mandando à Molina cesar en las hostilidades; pero este las prosiguió diciendo, que la Real órden era nula por obrepcion y subrepcion. Si llega á entrar en Quito saciará su ferocidad para cubrir las deudas de que está lleno, y visto lo de Caracas, las Córtes aprobarán y premiarán su rebelde conducta, y sus atentados.

verde toma posesion de Caracas, que manda prender 3000 personas de toda edad y clase segun designa las víctimas la venganza de los Européos, y puebla con ellas despojadas de todo y aherrojadas los subterraneos húmedos é infectos de Puerto-Cabello y la Guayra, incluso el Generalisimo, que hizo la capitulacion: cinco padres de familia y el Dr. Mendez mueren por el rigor de las prisiones. El de las confiscaciones de los bienes á todo patriota desuela millares de familias, que andan huyendo por los montes, y 8 personages atados á la barra de una goleta son enviados á España como principales, asegurando Monteverde à las Cortes les seguirá Miranda, preso ya en una bóbeda en compañía de un mulato para ratificar la igualdad con estos establecida en su Constitucion. Desembarcados en Cadiz fueron conducidos á calabozos horribles de la carcel pública, y gracias á la energía del benemérito diputado de Cohahuila en el Congreso contra la mocion del diputado de Canarias, si no quedaron al arbitrio de la Regencia.*

* En el Español y principalmente en el Correo Brasiliense se encontrarán los Oficios pertenecientes á la capitulacion de Miranda con Monteverde, y la sublevacion de este contra su capitan general. Las atrocidades que ha hecho constan del Memorial, que los 8 que envió presos dirigieron á las Córtes desde la bahía de Cadiz en 19 de dice. asi todo es auténtico. Si yo me atuviera á informes extrajudiciales, diria que varios patriotas de los presos fueron asesinados de Caracas á la Guayra, otros en las calles de aquella por la noche, y que otros se han visto desaparecer de las cárceles. Que sacan á trabajar los prisioneros á las calles de la Guayra atado del brazo negro con blanco para insultarlos sobre su igualdad, refinamiento de barbarie que no se me hace nada extraño en européos: que los Anglo-americanos, que de órden generoso de su gobierno por la calamidad del terremoto de Caracas fueron á llevar víveres, y saciar la hambre de sus desgra

¿Y qué causa, se preguntará, tuvo Monteverde para faltar á la capitulacion, cuyo cumplimiento, se dixo en ella, se dexaba á su honor y hombría de bien? Todo lo que envió al

ciados habitantes, han sido insultados y maltratados como haciendo un comercio ilicito. En una palabra: que como todo el año han seguido los temblores en Caracas aunque esté ya en poder de los Españoles, que predicaban era castigo del cielo por su separacion, responden, que durarán los temblores hasta que ellos hayan acabado de matar á los patriotas.

á

Desgraciada provincia! ninguna era mas excusable, porque ninguna declaró el gobierno de España mas solemne é injustamente la guerra, ni hostigó mas con bloquéos. Ninguna ha sido mas provocada á la independencia por los Potencias extrangeras. En An Historical Survey of the Foreign Affairs of Great Britain, for the Years 1808, 1809, 1810, by Gould Francis Lechie, se lee entera, pag. 561, la proclama del General Picton, gobernor. de la Trinidad, en 1797 á los habitantes de Venezuela incluyendo una carta de oficio de 8 de abril del Ministro de negocios extrangeros Dundas-ofreciendoles todos los recursos y proteccion del rey de la Gran Bretaña para resistir á la autoridad opresiva de su gobierno y constituirse independientes sin ninguna pretension á soberanía de parte de S. M. En-South American Emancipation, Documents historical and explanatory, shewing the designs which have been in progress, and the exertions made by General Miranda.-By S. M. Antepara, London, 1810, pag. 25, se cita otra igual circular del Ministro Lord Merville; y que las mismas tropas, que venidos los diputados de Asturias fueron para España, estaban ya en el puerto Cork con el mismo Lord Wellington á su cabeza para ir á emancipar á Venezuela.

En la carta que traxeron á S. M. Británica los diputados de Caracas, su fecha 1o. de junio, 1810, le dice la Junta: que desde el primer momento que la irrupcion de las tropas francesas en España hicieron temer la incorporacion de los pueblos del nuevo hemis

Congreso se reduxo á una sumaria de oficio, en que deponen 4 testigos haber visto en Caracas algunas caras tristes, añadiendo el uno haber oido decir, que se habian visto juntas

terio baxo el yugo de la Francia, los representantes de S. M. en el Archipielago de las Antillas les hicieron á su Real nombre las mas generosas ofertas de contribuir con todos los medios posibles á substraherse del peligro &c.

Hasta aqui llegaba esta nota quando se mandó al impresor; pero su lentidud me ha dado tiempo para añadir, que habiendo la regencia resuelto enviar los 8 presos de Caracas (4 son europeos) á Ceuta, ellos recurrieron á las Córtes; y nombrada una comision de 3 Europeos y 2 Americanos, estos 2 dieron su voto á favor de su libertad por no resultar culpables como particulares en nada, y estar comprehendidos en la capitulacion. Toda la diputacion Amecriana sostuvo este dictamen con energía en tres dias de debates reñidisimos, en que asi de los diputados europeos como de las galerías recibieron todo género de insultos. Su voto es nulo por ser el de la minoridad, y los europeos el 10 de abril 1813 aprobaron e voto de Asnares, europeo de la comision, quien dictaminó: "que si alguna falta podia imputarse al general Monteverde era la de la indulgencia, debiendo haber pasado por las armas á los 8 que trató con suma benignidad: que ni á la dignidad española ni á la magestad de las Córtes (aunque trataron con el populacho de Cadiz amotinado para matar al diputado Valiente) está bien tratar de validar ò no la capitulacion de unos malévolos insurgentes: que qualquiera medida de indulgencia que se tomara, sería un nuevo impulso al espíritu de independencia que se halla en la masa de la sangre de América: así que debian los 8 ser confinados á Ceuta (ya lo fueron) hasta que el General Monteverde envie nuevo proceso que justifique el envío de estos 8; que en lo demas ha obrado bien, pues no le obligaba la Constitucion por no estar jurada en Caracas, aunque él la habia jurado, y hecho jurar á los demas pueblos con tal publicidad, que ella fue la principal causa que desarmó á los caraqueños.”

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