AL SEÑOR DON JOSÉ VICTORINO LASTARRIA. El discípulo, el amigo, el admirador de su lealtad política i de su amor a la democracia, le consagra estos estudios (análogos a los que él ha emprendido sobre nuestra historia contemporánea) i en los que, a través de apreciaciones diversas i opuestas muchas veces, parécenos haber llegado al único i santo fin que alienta nuestros mútuos propósitos: el odio a la tirania; ira jenerosa, empero, que no escluye, del ánimo templado en las severidades de la verdad, cierta involuntaria admiracion por los tiranos a quienes no mueve vil codicia de mando, sino un ciego desvarío de la conciencia o la fuerza indomable de la voluntad, i que hasta la postrera de sus horas han sabido ser grandes como hombres, inmaculados como patriotas i sublimes como mártires. Melon, febrero de 1863. B. VICUÑA MACKENNA. |