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esta tierra, y habian recibido el mensage y no cumplido lo que les mandaba, é lo que mas me pareció convenir en cumplimiento de los mandamientos de V. M. é satisfaccion de su real conciencia; y así los envié.

Luego hice recojer la comida que habia en la comarca é meterla en nuestro fuerte é comencé à correr la tierra, y á conquistarla, y tan buena maña me he dado con el ayuda de Dios y de Nuestra Señora, é del apóstol Santiago, que se han mostrado favorables, y á vista de los indios naturales en esta jornada, como se dijo adelante, que en cuatro meses traje de paz oda la tierra que ha de servir á la ciudad que aquí é poblado.

Certifico á V. M. que despues que las Indias se comenzaron á descubrir hasta hoy, no se ha descubierto tal tierra á V. M. ; es mas poblada que la Nueva España, muy vária, fertilísima y apacible; de muy lindo temple, riquísima de minas de oro, que en ninguna parte se ha dado cala que no se saque; abundante de gente y ganado, é mantenimientos; gran noticia muy cerca de cantidad de oro sobre la tierra; y en ella no hay otra falta sino es de españoles y caballos: es muy llana, y lo que no lo es, unas costezuelas apacibles de mucha madera y muy linda: está poblada, que no hay animalia salvage entre la gente de raposo, lobo y otras sabandijas desta calidad, y si las hay les conviene ser domésticas, porque no tienen donde criar sus hijos, sino es entre las casas de los indios y sus sementeras. Tengo esperanza en Nuestro Señor de dar en nombre de V. M. de comer en ella á mas conquistadores que se dió en Nueva España é Perú: digo que haré mas repartimientos que hay en ambas partes, é que cada uno tenga muy largo é conforme á sus servicios y calidad de persona; y parece nuestro Dios quererse servir de su perpetuacion, para que sea su culto divino en ella honrado, y salga el diablo de donde ha sido venerado tanto tiempo; pues segun dicen los indios naturales, que el dia que vinieron sobre este nuestro fuerte al tiempo que los de á caballo arremetieron con ellos, cayó en medio de sus escua

drones un hombre viejo en un caballo blanco, é les dijo: huid todos, que os matarán estos cristianos; y que fué tanto el espanto que cobraron, que dieron á huir. Dijeron mas ; que tres dias antes, pasando el rio Biubiu para venir sobre nosotros, cayó una cometa entre ellos un sábado á medio dia; y deste puerto donde estamos la vieron muchos cristianos ir para allá con muy mayor resplandor que otros cometas salen; é que caida salió della una señora muy hermosa, vestida tambien de blanco, y que les dijo: servid á los cristianos, y no vais contra ellos, porque son muy valientes y os matarian á todos é como se fué de entre ellos, vino el diablo su patron, y los acaudilló diciéndoles: que se juntasen muy gran multitud de gente, y que él venia con ellos, porque en viendo nosotros tantos juntos, nos caeriamos muertos de miedo; é así siguieron su jornada. Llámannos á nosotros Ingas, y á nuestros caballos Huegues-Ingas, que quiere decir ovejas de ingas.

Ocho dias despues que desvaratamos los indios en este fuerte, llegó el capitan y piloto Juan Bautista con el armada, con que nos regocijamos mucho, é los indios anduvieron quedos: luego la envié á Arauco á que cargase de maiz, y al capitan Gerónimo de Alderete con setenta de caballo por tierra á que le hiciese espaldas; fueron y trujeron buen recaudo, y cargaron en una isla diez leguas de aquí, y salieron de paz los de la isla, y vieron la cosa mas próspera que hay en Indias, y asientos milagrosos para fundar una ciudad mayor que Sevilla: trajéronme indios de Arauco, é dijeron que querian venir á servir.

Dende á cuatro meses torné á enviar al mesmo capitan y piloto con el armada, á que enviase mensageros á los indios, que tomasen la isla donde saltó la primera vez, que dejó de paz, é los caciques de la comarca en Tierra Firme donde saltase, y de las islas que topase, diciéndoles que viniesen de paz á donde yo estoy, y sino enviar á que los maten, é que trujesen mas comida, que toda era menester: pasó á otra isla que estaba veinte leguas adelante, donde cargó de comida; era grande y de poblacion :

ha un mes que volvió. Torné á enviar tercera vez el armada, diez dias ha, por mas comida é á que corran la tierra por aquella costa, porque vengan ó porque me envien à decir los indios que no quieren venir, para irnos allá.

Viendo yo como los caciques desta comarca han ya venido de paz, que sirven con sus indios, poblé en este asiento y fuerte una ciudad, y nombrela de la Concepcion del Nuevo Estremo : formé Cabildo, justicia é regimiento, y puse árbol de justicia á los 5 dias del mes de octubre de 550, y señalé vecinos, y reparti los caciques entre ellos, y asi viven contentos, bendito Dios.

Heme aventurado á gastar é adeudarme tan largo é agora comienzo de nuevo, porque tengo gran tierra de buena entre las manos, y tenga V. M. entendido que lo que fuese próspera la del Perú al principio á los descubridores y conquistadores della, ha sido y es trabajosa esta hasta agora é hasta tanto que se asiente, porque despues yo fiador, que sea á los de acá de harto mas descanso que lo dicho; é lo que principalmente yo deseo es poblar cosa tan buena, por el servicio que se hace á Dios en la conversion desta gente, y á V. M. en el acrecentamiento de su real corona, que este es el interés principal mio, y no en buscar agonizando por ello para comprar mayorazgos, porque deste metal con su ayuda, asentada y pacifica la tierra, habrá en abundancia, y todo lo demás que la endemasía fértil puede producir para el descanso del vivir.

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Yo certifico á V. M. que á no haber sucedido las cosas en el Perú, despues que Vaca de Castro vino á él de tan mala disistion, que segun la diligencia y maña que me he dado en hacer guerra á los indios, y enviar por socorros con el oro que he gastado, me persuado hubiera descubierto, conquistado é poblado hasta el estrecho de Magallanes y mar del norte, aunque las doscientas leguas ó poco mas es de tanta gente que hay mas que yerbas, y tuviera dos mil hombres mas en la tierra para lo poder haber efectuado, dejando los demás para la guarda

dellas: el fruto que de los trabajos que aquí significo que he pasado, servicios é gastos que he hecho, ha surtido; es la pacificacion é sosiego de las provincias del Perú, y el haber poblado en estas de la Nueva Estremadura las ciudades de Santiago, la Serena y esta de la Concepcion, y tener quinientos hombres en esta gobernacion para pasar con los trescientos, y con las yeguas y caballos mejores que hubiere, á poblar otra ciudad de aquí á cuatro meses, con el ayuda de nuestro Dios y en la ventura de V. M., treinta leguas de aquí en la grosedad de la tierra y asiento visto bueno de Arauco.

Prometo mi fé y palabra á V. M., que desde los 3 de diciembre del año de 547 que parti del puerto de Valparaiso, hasta que volví á él por el año de 549, que fueron diez y siete meses, gasté en oro é plata en servicio de V. M., 186,580 castellanos, sin pesadumbre ninguna, y gastara un millon dellos siendo menester para tal efecto, si los tuviera ó hallara prestados, y aun consentir echarme un hierro por la paga dellos, y esta manera de servir á V. M. me mostraron mis padres, y deprendi yo de los generales de V. M., á quien he seguido en la profesion que he hecho de la guerra.

Así mismo doy fé á V. M., que he gastado en beneficio desta tierra, despues que emprendi la jornada hasta el dia de hoy, por su sustentacion y perpetuacion, dejando fuera desto, como dejo, el gasto que se ha fecho con mi persona, casa é criados, 297,000 castellanos en caballos, é armas, y ropa y herrage, que he repartido á conquistadores para que se ayudasen á pasar la vida é servir, sin tener accion para demandar á ninguno un tan solo peso de oro, ni mas, ni escritura dello, que cuando me dén algun vado las ocupaciones tan grandes que al presente tengo por conquistar é poblar, que es de mas importancia, enviaré probanza por donde conste claramente ser verdad esto.

Sacra Magestad: en las provisiones que me dió, y merced que me hizo por virtud de su real poder, que para ello trajo el

DOCUM. I.

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licenciado de la Gasca, me señaló de limites de gobernacion hasta cuarenta é un grados de norte sur, costa adelante, y cien leguas de ancho de oeste este; y porque de allí al estrecho de Magallanes es la tierra que puede haber poblada poca, y la persona á quien se diese, antes estorbaria que serviria, é yo la voy toda poblando é repartiendo á los vasallos de V. M. y conquistadores della: muy humildemente suplico sea servido de mandarme confirmar lo dado, y de nuevo hacerme merced de me alargar los límites della, y que sean hasta el estrecho dicho la costa en la mano, y la tierra adentro hasta la mar del norte, y la razon porque la pido, es porque tenemos noticia que la costa del rio de la Plata desde cuarenta grados hasta la boca del estrecho es despoblada, y temo va ensangostando mucho la tierra; porque cuando envié al piloto Juan Bautista de Pastene, mi teniente general en la mar, al descubrimiento de la costa ácia el estrecho, rijiéndose por las cartas de marear que de España tenia imprimidas, hallándose en cuarenta é un grados estuvo á punto de perderse, por do se ve que las cartas que se hacen en España están erradas en cuanto al estrecho de Magallanes andando en su demanda en gran cantidad, y porque no se ha sabido la medida cierta no envio relacion dello hasta que la haga correr toda, porque se corrija en esto el error de las dichas cartas, para que los navíos que á estas partes vinieren enderezados, no vengan en peligro de perderse; y este error no consiste, como estoy informado, en los grados de norte sur, que es la demanda del dicho estrecho, sino del este y oeste; y no pido esta merced al fin que otras personas de abarcar mucha tierra; pues para la mia siete piés le bastan, é la que á mis sucesores hubiere de quedar, para que en ellos dure mi memoria, será la parte que V. M. se serviria de me hacer merced por mis pequeños servicios, que por pequeña que sea, la estimaré en lo que dar; que solo por el efecto que la pido, es para mas servir y trabajar; é como la vea o tenga cierta relacion, la enviaré particular, é darla he á V. M., para que

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