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moral. Sus entendimientos son cortísimos, y á mas de esto entorpecidos con los vicios, de donde resulta una total inclinacion para practicar lo que se les aconseja. Perciben las cosas de Dios con tanta confusion que pasan en su creencia por sola la palabra del misionero, por lo que es necesaria grande vigilancia para mantenerlos en aquella fé, á que por otra parte no tienen repugnancia positiva. Este es un punto del cual se puede tener conocimiento solamente con la práctica, pues à un mismo tiempo se reconoce en ellos una suma docilidad para abrazar lo que se les intima y una total frialdad é indiferencia para practicarlo; lo cual es tanta que aun en el mayor peligro no nacerá de ellos el pedir confesion; pero si el misionero dice á alguno que se confiese, lo hace sin la menor repugnancia, quedando contentísimo de haberse confesado. Por esta causa se tiene con ellos gran cuidado de llamarlos para que vengan á misa todos los dias festivos, y despues de ella se les reza, exhorta y esplica la doctrina cristiana en su propio idioma, siendo todo esto necesario para que conserven la noticia correspondiente de los sagrados misterios y demás obligaciones propias de su profesion.

Igualmente se les llama para que vengan á confesarse, lo cual se hace tambien en su propio idioma, y á causa de su rudeza se hace forzoso de haber de mantenerlos en la casa misional algunos dias para instruirlos y disponerlos á que se confiesen bien y que reciban con las debidas disposiciones la sagrada comunion, la cual se administra á los que se juzgan capaces de ella, que son al presente hasta ochenta y seis personas de ambos sexos, aunque los de confesion asciendan á ciento diez y seis personas. Lo mismo se practica tambien con los adultos que vienen de nuevo á la fé y con los que pretenden tomar estado de matrimonio, manteniéndolos en casa todo el tiempo necesario para su enseñanza; pension que suele durar la mayor parte del año, por lo que ocasiona á los pobres religiosos los crecidos gastos, las ocupaciones impropias de su

estado y las necesidades personales que quedan ya espresadas en otras misiones. Desde que se dió principio al establecimiento de esta hasta el presente se han hecho ciento setenta y un bautismos solemnes, habiéndose administrado este santo sacramento á grande número de adultos; se han celebrado treinta y cinco casamientos segun el rito de nuestra santa madre Iglesia, y á veinte y uno se ha dado eclesiástica sepultura.

Cuando entraron en ella nuestros misioneros era su estado el de una gentilidad obcecada y poseida de infinitas abusiones y de crasísimos errores, sin que hubiese una sola persona que manifestase sentimientos de cristiandad. Es cierto que de los libros en que los jesuitas apuntaban los bautismos y casamientos hechos en sus correrías, los cuales se conservan en la mision de Valdivia, consta que desde el año de 1742 en que hicieron la primera espedicion, hasta el de 67 en que hicieron la última por las parcialidades que componen esta reduccion, habian bautizado en ellas doscientos setenta y ocho párvulos; pero habiéndose criado estos sin la menor instruccion en la fé y abandonados' en medio de la gentilidad, vivian igualmente que los gentiles, envueltos en unos mismos errores y admapús, sin conocimiento aun de la existencia de Dios, con cuya asistencia se ha conseguido que algunos de estos se instruyesen en los dogmas de la religion y máximas de la moral cristiana correspondientes á su estado y condicion, que se casen por la Iglesia y cumplan con todos los deberes de hijos verdaderos de tal madre. Hase conseguido así mismo que cincuenta gentiles adultos abrazasen seriamente la fé de Jesucristo, y que todos los cristianos que han llegado á edad competente estén suficientemente instruidos en las obligaciones de su santa profesion, pudiendo esperarse que mediante la misericordia de Dios y la dedicacion de nuestros misioneros abrazarán la religion católica todos los restantes, agregándose al místico rebaño de la Iglesia.

MISION DE SAN PABLO APÓSTOL DE RIOBUENO.

Para facilitar la espedicion que meditaba hacer el gobernador de Valdivia D. Joaquin Espinosa y Dávalos, dirijida al descubrimiento de los pretendidos españoles llamados Césares, se solicitó la amistad de los caciques é indios de Riobueno, como precisa para franquear el paso al paraje donde se decia tenian su residencia. Logróse tan á satisfaccion el armisticio, que ellos mismos se ofrecieron á auxiliarla con algunas partidas de gente, cediendo al mismo tiempo á su propia voluntad á favor de la corona porcion considerable de tierras, y hallanándose que por parte de ella se construyese un fuerte que en caso necesario pudiese cubrir la retirada de la tropa y servir para el acopio y resguardo de víveres y municiones, con todo lo demás que se necesitase para la espresada espedicion. Con este salvo conducto se puso mano á la empresa, y en el mes de setiembre del año de 77 salió de Valdivia la tropa destinada á ella, á la cual de órden del mismo gobierno acompañó en calidad de capellan el P. Fr. Benito Delgado, predicador apostólico y conversor en la mision de Arique. Frustróse el fin principalmente intentado en dicha espedicion por no haberse podido lograr vencer la distancia y la oposicion, no tanto de los naturales cuanto de la misma naturaleza, que les hizo frente con una multitud de montañas, de pántanos, de rios, de lagunas y de otros mil embarazos que no pudieron superar del todo por acercarse el invierno. Pero se consiguió la internacion, posesion y respeto de nuestras armas, dejando establecido en el centro un fuerte que sirviese de defensa á la plaza de Valdivia y á los indios que viven bajo la real proteccion, de freno á los alzados ó naciones enemigas de los españoles y de los naturales sus aliados, de centinela para observar cualquiera movimiento de la tierra, y de una escala para repetir la pasada espedicion con menos

dificultad ó emprender de nuevo otras que se juzgasen convenientes; sobre todo se consiguió plantar el baluarte de la religion en el centro de un pais el mas infiel, donde jamás se habia oido resonar el clarin del Evangelio.

Reconociendo el sobredicho misionero las grandes ventajas que ofrecia aquella situacion, no solo para plantar la fé del Crucificado en Riobueno, mas tambien para que se dilatase por muchas y muy estendidas provincias que corren ácia el sur, animado del zelo de la mayor gloria de Dios y de la salvacion de las almas, persuadió á aquellos indios que pidieren al gobierno tuviese á bien facilitarles la dotacion de una mision de religiosos del colegio de Chillan. Habiéndolo ejecutado así, y pareciéndole á aquel gobernador que seria conveniente al servicio de ambas Majestades aprovechar una ocasion tan oportuna y tan favorable á los progresos de la religion cristiana, que con tan vivas ansias desean nuestros católicos Monarcas, condescendió á la solicitud de aquellos indios, recibiéndolos bajo el real amparo y proteccion en 43 de mayo de 1778, dispuso que pasando uno de nuestros misioneros al espresado fuerte se encargase de la conversion de aquellos naturales, entre tanto que dada parte á la Capitanía general se decretase el establecimiento formal de la mision. Hizo en fin presente la solicitud de los indios y las conveniencias que ofrecia á la religion y al estado, ante el M. I. Sr. capitan general D. Agustin de Jáureguy, y en vista de su informe, con acuerdo de la Junta de real Hacienda, por auto de 27 de octubre de 1778 mandó S. S. que se procediese inmediatamente á la fundacion y establecimiento de esta mision, dotándola con 660 ps de limosna anual, sobre el ramo de vacantes menores de los obispados de Santiago de Chile y Concepcion; y en su cumplimiento se destinó un religioso que en compañía del que residia allí de antemano, por disposicion provisional del gobernador de Valdivia, se encargase de su establecimiento y direccion.

Diéronle asiento á poco mas de dos cuadras del fuerte, y casi

otras tantas del rio por la banda del sur, el cual, segun las observaciones de los modernos, demora en su desembocadura al mar á los 40 gs y 29 ms de latitud austral. Dista de la plaza de Valdivia, que está al norueste, cerca de treinta leguas, las mas de ellas de montañas asperísimas, y como de diez á doce leguas del asiento de la antigua ciudad de Osorno, que demora al sudoeste, y poco mas de la laguna de Ranco, madre de este rio, la cual está al pié de la cordillera par la parte de levante de esta mision. Por el norte y norueste confina con las misiones de Daghllipulli y Cudico, á distancia de tres leguas y media de la primera y de cinco á seis de la segunda. Corre su distrito entre el Riobueno, que la espaldea por el norte, y el de Pilmaiquen, que la divide por el sur de los alzados que ocupan el territorio de Osorno. Su estension es de tres leguas y media por el sudoeste, de cinco por el sur y de cuatro por el este, en cuyo terreno se hallan esparcidas catorce parcialidades, cada cual con su respectiva cabeza; y hechas las diligencias y averiguaciones que permite el estado de esta mision y su distancia de la plaza de Valdivia, se hace juicio prudente de que todas ellas ascenderán á cerca de seiscientas almas de todas edades y de uno y otro sexo.

A escepcion de algunos indios que habiéndose criado en las casas de los españoles de Valdivia habian sido bautizados en aquella mision, cuya ignorancia en los rudimentos de la fé y reglas de la moral, y cuya conducta gentilica los constituia en la clase de bárbaros bautizados, todos los demás eran gentiles, animados de las mismas inclinaciones, poseidos de los mismos errores y abusiones, y criados con los mismos admapús que los demás naturales del reino, con sola la diferencia de ser estos los que por nímia ociosidad y desídia lo pasan con mayor miseria y escasez, sin embargo de ser sus tierras muchas y de las mas fértiles que se encuentran desde Biobio hasta lo último descubierto ácia la parte del sur, y de estar mas poseidos de la barbárie de la gentilidad, por no haber tenido hasta ahora rozo

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