Imágenes de páginas
PDF
EPUB

LA

INSTRUCCIÓN PÚBLICA

EN CHILE

DESDE SUS ORÍGENES HASTA LA FUNDACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE S. FELIPE

POR

JOSÉ TORIBIO MEDINA

1.

SANTIAGO DE CHILE
IMPRENTA ELZEVIRIANA

1905

[merged small][merged small][ocr errors][merged small][merged small]
[graphic][merged small][merged small]

Gonzalo de Segovia fué, probablemente, el primer maestro de escuela que hubo en Chile.-La ciudad de Santiago simple campamento militar.-Venida de las familias de los conquistadores.-Las primeras mujeres que pasaron á Chile (nota).-Población de Santiago en el siglo XVI y mediados del XVII.-Calamidades que asolaron el país.La instrucción de los conquistadores.-Comienzan á enviar sus hijos á estudiar á Lima. -Falta de elementos en materia de instrucción pública. Los días festivos en la colonia.

AY antecedentes para creer que casi en los albores de la existencia de Santiago vivió en ella un maestro de enseñar á leer. Llamábase Gonzalo de Segovia. Por haber seguido en el Perú las banderas de Gonzalo Pizarro, vencido éste, fue condenado en destierro perpetuo á Chile.

Como se sabe, Pedro de Valdivia obtuvo del presidente La Gasca, vencedor de Pizarro, á la vez que el título de gobernador, la facultad de reclutar soldados que le viniesen á ayudar en la conquista del país, con expresa autorización de

1. Memoria de las personas que habían sido condenadas por traido res en la rebelión de Gonzalo Pizarro, suscrita por Simón de Alzate: «En perdimiento de bienes y destierro perpetuo à Chile: ......Gonzalo de Segovia, natural de Segovia, maestro de mostrar á leer».

incorporar entre aquéllos los que habían sido sentenciados por los tribunales militares.

Estas dos circunstancias nos hacen sospechar con bastante fundamento que el maestro de escuela condenado á destierro hubo de veniren la hueste que Valdivia trajo en aquella ocasión y con la cual llegó á Santiago mediado el año de 1549.

Pero aunque nuestra suposición resultase exacta, la verdad del caso es que en aquel entonces Segovia no habría tenido niños á quien enseñar en Santiago, que por esos días no pasaba de ser un campamento militar.

Transcurrieron no menos de catorce años antes de que los conquistadores pudiesen pensar, una vez ya sojuzgados los indios de las regiones limítrofes á la capital, en enviar por sus mujeres á España, entre ellos el mismo Valdivia, que al efecto había recibido especial amonestación en la causa que hubo de seguirsele en el Perú, aprovechando al intento la ocasión de ir como delegado suyo ante la corte Jerónimo de Alderete, su amigo de confianza.

A ello, por otra parte, les obligaban las leyes dictadas al respecto por Carlos V-que tantas veces fueron después reiteradas por sus sucesores-que estatuían què á los casados en España las justicias debían remitirlos á hacer vida maridable con sus mujeres, «sin embargo que digan haber en-. viado, ó envíen por sus mujeres, ó que en caso que no las lleven dentro de algún término, cualquiera que sea, se vendrán á estos reinos»>,2

Puede, pues, de este modo asegurarse que sólo en los tiempos del gobierno de don García Hurtado de Mendoza vino á existir en Chile la vida de familia.3

2. Reales cédulas del Emperador y del Principe, Valladolid, 19 de Octubre de 1544, y de la Reina de Bohemia, 7 de Julio de 1550. Véanse las demás disposiciones dictadas al efecto en las anotaciones à la ley 1, título III, libro VII de la Recopilación de Indias.

3. Es bien sabido que en los tiempos de Valdivia había algunas mujeres españolas en Chile. Citaremos como las primeras á Inés Suárez y JuanaJiménez, ambas amigas intimas del conquistador, y que vivían ésta en Concepción y la otra en Santiago. De la nota de licencia para la

Los conquistadores hasta ese entonces tuvieron á su lado indias, de cuya unión nacieron los mestizos, quienes, según testimonio de un obispo de Santiago que tendremos ocasión de dar á conocer más adelante, resultaron de dotes más aventajadas que los criollos, ó sea de los hijos de españoles.

Suárez consta que pasó á Venezuela, donde sin duda la conoció Valdivia, con una sobrina: circunstancias ambas que nos inducen á sospechar que esa sobrina debió ser probablemente la Jiménez.

Ginebra de Cexas ó Seixas, natural de Canarias, mujer de Juan Bautista Pastene; su hermana Beatriz de Balcázar, que vino con su cuñado en 1544 y se casó con Alonso de Escobar; Inés de León y Carvajal, mujer de Diego Sánchez de Morales; Juana Copete de Sotomayor, que con su marido Vicencio de Monte vino cuando regresó Valdivia del Perú en 1549.

No recordamos en este momento el nombre de ninguna otra española en los primeros tiempos de la conquista.

Pero propiamente la venida de las familias de los conquistadores se inició á principios de 1554 y continuó durante el siguiente año, según consta de los Libros de Pasajeros que se conservan en el Archivo de Indias de Sevilla. Parecerá curioso conocer algunas de las licencias concedidas entonces para Chile.

En 19 de Enero de 1554 à Antonio de Vega, su mujer y dos mujeres para su servicio; á doña Constanza de Meneses, «hija del capitán Aguirre, para llevar consigo ȧ Juan Hidalgo, con su mujer y tres criados; Alonso de Mérida, su mujer é hijos.

En 9 de Abril del mismo año, á Cándida de Montesa, un hijo suyo, una criada, dos mujeres y dos mozos; Agustin de Cisneros, clérigo presbitero, con tres hermanas, tres mujeres, un mozo y un paje.

Ana Briceño, mujer del capitán Diego Jofré, en 19 de Diciembre (véase también la real cédula referente à ella que publicamos en la página 446 del tomo XIII de nuestra Colección de documentos inéditos). En la solicitud de licencia de Jofré se añade que pasaba à Chile con su mujer é hijos y la mujer (la citada Cándida de Montesa) y hermanas de Juan Jufré «que tienen allá sus maridos, juntamente con otras mujeres de deudos mios que allá están»; Pedro Fernández Paterna, vecino de Villarrica, con su mujer, una hija y un sobrino y tres cuñadas y un cuñado.

Omitimos los nombres de todos los que no trajeron familia, pero no debemos hacer otro tanto con las partidas de dos personajes destinados å tener gran celebridad en Chile, y uno de ellos en el mundo entero: la de don Francisco de Irarrázabal, que consiguió su licencia en 5 de Marzo de 1555, para él y cuatro criados; y en el mismo día, la de don Alonso de Ercilla y otros cuatro criados, que la obtuvo en Valladolid «en forma para el Perú y Chile. Idem para que dejen pasar al Perú ó Chile al dicho don Alonso de Ercilla, á Antonio de León, sus criados, persona, etc.»

Consta de los documentos que cuando Ercilla marchaba al patibulo por orden de don García, éste se hallaba mirando el desfile desde una

« AnteriorContinuar »