¿No hubiera alguna espada aquí de cuantas Contra mí se arrancaron á porfía, Que usada á nuestras míseras gargantas Que aunque ensaye su fuerza en mí de tantas Esto dicho y alzando el pie derecho No el aguzado palo penetrante, En esto seis flecheros señalados Mas fortuna cruel, que ya tenía Y en breve, sin dejar parte vacía, Quedó abiertos los ojos, y de suerte Que por vivo llegaban á mirarle, Que la amarilla y afeada muerte No pudo aún puesto allí desfigurarle: Era el miedo en los bárbaros tan fuerte Que no osaban dejar de respetarle; Ni allí se vió en alguno tal denuedo Que puesto cerca dél no hubiese miedo. Paréceme que siento enternecido Al cual, señor, no estuve yo presente, FIN 7 Predicación religiosa.................... 8 El Obispo Villarroel.. 9 Los jesuítas......... Páginas 65 68 70 75 78 10 El Gobernador Ambrosio O'Higgins..... IV. -Revolución de 1810. 81 85 87 90 91 94 |