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PRIMERA PARTE

LOS ORİGENES

La Imprenta en Santiago

I

1780

1.-88/ (Letra inicial de adorno:) El Miniftro Protector del Real Colegio Ca-/rolino de efta Ciudad, Su-/plica à V. se sirva afistir / à la Miffa, y Funcion que se / celebra el Domingo 5 del/ corriente à las 9 de la ma-/ñana en la Capilla del mif-/mo Colegio: en accion de/gracias por el digno plausi- /ble Ascenso del Excmo. Sr. / Don Auguftin de Jauregui, /P. Gov. y Capitan Gene-/ral de efte Reyno, y Vice/ Patrono de dicho Real Co-/legio./ (Al pié): Sr. D.

Una cuartilla de papel doblada en dos. La parte impresa mide 65 milímetros de ancho. La tinta parece de añil.

Citado en mi Bibliotheca Americana, N.° 826. Obsequio que debí á la amabilidad del jefe del Archivo de Indias de Sevilla D. Carlos Jiménez Placer.

B. M.

¿A qué fecha debe referirse este impreso? De su texto consta que la función para la cual se invitaba tenía por objeto festejar «el digno plausible ascenso» del presidente del reino don Agustín de Jáuregui. Ahora bien: mientras este personaje desempeñó el cargo de gobernador recibió dos ascensos, el primero á teniente general, en Junio de 1779, y el segundo, que tuvo lugar en el año siguiente, al vireinato del Perú. Consta que luego de promovido á este alto cargo, el 19 de Junio de ese último año salió de Santiago para Valparaíso, donde se embarcó con dirección al Callao el 6 de Julio. Si de este ascenso se tratase, es evidente que la fiesta á que se invitaba habría debido tener lugar, á

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Del tenor de la invitación consta igualmente que la fiesta se celebró un domingo, 5 del mes, y consultando un almanaque cualquiera de aquella época, es fácil convencerse que en el mes de Junio de 1780 no hubo ningún domingo que cayese en día 5.

Es evidente, pues, que se trata en este caso del ascenso á teniente general, y si ya el raciocinio que dejamos expuesto no lo demonstrase, poseemos felizmente un documento que permite aseverar que la fiesta á que la esquela de que tratamos se refiere fué precisamente el domingo 5 de Marzo de 1780. De la misma fuente sabemos también quién fué el ministro protector del colegio, en cuya capilla iba á tener lugar la fiesta, y las curiosas circunstancias que precedieron à la celebración.

Conviene antes que sepamos, sin embargo,

que el 3 de Abril de 1778 se había inaugurado solemnemente en Santiago el Real Colegio Carolino de Patricios Nobles, y que en esa ocasión uno de los miembros de la Audiencia, fiscal del crimen y protector general de los indios, don Ambrosio Zerdán y Pontero pronunció un discurso que fué muy aplaudido y cuyo texto nos ha conservado la historia. Así vemos, pues, que un oidor había manifestado gran interés por aquel nuevo plantel de la educación pública en la capital; que el mismo presidente don Agustín de Jáuregui lo había inaugurado y que con motivo del ascenso que éste acababa de recibir era natural que allí se le festejase por el ministro protector, que formaba también parte de aquel alto tribunal de justicia. No todos sus miembros pensaron, sin embargo, de la misma manera.

Luego que llegó á Santiago la noticia del ascenso de Jáuregui, el Cabildo Secular convidó á las personas de mayor distinción de la ciudad para que asistiesen á una misa solemne qne debía oficiarse en la Catedral en obsequio de la feliz noticia que le había llegado al Presidente. Claro está que se invitó á la Audiencia, y esta vez, no sólo en cuerpo, sino también á á cada uno de sus ministros en particular.

Prefiero ceder la palabra á uno de ellos que nos referirá todas las incidencias que mediaron, no sólo en esa ocasión, sino igualmente en la fiesta que tuvo lugar en el Colegio Carolino, que es lo que más nos interesa en este caso. Dice, pues, el regente don Tomás Álvarez de Acevedo en carta que escribía el 10 de Marzo de 1780

al ministro don José de Gálvez:

«<Aunque generalmente he repugnado y resistido que asista el tribunal á funciones de convite que no son de tabla, cuya repugnancia me ha ocasionado algunos resentimientos, porque los ministros antiguos de esta Audiencia tenían entablado asistir sin reparo á algunas de estas concurrencias con capas, pero en forma de comunidad y ocupando en las iglesias los asientos, preeminencias y distinciones corresponpondientes al cuerpo, cuya práctica me parcció irregular y digna de reforma por muchos motivos; sin embargo, atendiendo á las particulares circunstancias de la festividad á que se dirigía el enunciado convite del Cabildo, así por ser en obsequio del Presidente, como por celebrarse en la Catedral pontificando el Reverendo Obispo y concurrir á ella todas las Comunidades de la ciudad, convine en que también asistiese la Audiencia, como de facto asistió el 25 de Febrero próximo, día feriado, y después al besamanos en que el Presidente recibió enhorabuena.

«Este ejemplar fué suficiente para que el fiscal don Lorenzo Blanco Cicerón dispusiese como protector del Colegio Carolino otra igual función en la capilla de dicho Colegio, contando con la asistencia de la Audiencia para parte de su lucimiento y solemnidad.

<< Instruído yo del proyecto, manifesté francamente no parecerme regular que un colegio de estudios celebrase con misas al Presidente, y que sería mucho más útil y adecuado á su instituto y profesión obsequiarle con un certamen escolástico en que los colegiales manifestasen su aplicación y adelantamiento en sus repetidas clases; y al mismo tiempo dije que la Audiencia no debía asistir á la fiesta proyectada, así por no concurrir en ella las particulares circunstancias de la celebrada el 25 de Febrero en la catedral con el mismo objeto, como porque habiendo yo resistido y repugnado por punto general toda asistencia de la Audiencia à funciones de convite, sería reparable que asistiese á ésta en la capilla de su colegio, y se abriría puerta para que repitiéndose, como era regular, tales celebridades en los conventos y parroquias, solicitasen todos la misma gracia, moviendo empeños para conseguirla y ocasionando con este motivo desazones y resentimientos de que se originan muchos inconvenientes, á más del principal que de tales concurrencias resulta á la autoridad y circunspección del tribunal y á la comodidad de sus ministros, que necesitan tener libres los días feriados para estudiar los puntos de derecho que concurren y expedir las comisiones y ocupaciones particulares de que están encargados.

«Noticioso el fiscal Cicerón de mi modo de pensar acerca de su premeditada función, y persuadido á que de efectuarla, según el plan que había formado, pendía el triunfo, aplauso y demás fines particulares á que aspiraba: convidó á su asistencia personalmente y por medio de esquelas, idénticas á la que acompaño, á todas las personas de distinción del pueblo, menos á mí; hizo llevar á la capilla del colegio las sillas y cogines de que usa la Audiencia en las fiestas de tabla, y consiguió efectivamente que sin consentimiento, ni aún noticia mía, asistiesen á dicha función todos los oidores, á excepción de don Luís de Santa Cruz, con capas, ocupando por su antigüedad dichas sillas y cogines colocados en el preeminente lugar que corresponde á la Audiencia, frente del Cabildo Secular, que también asistió en comunidad y recibiendo la paz y demás distinciones que en tales casos se hacen al tribunal, según costumbre, con lo que ha quedado dicho Cicerón muy ufano de haber rebajado y desairado la autoridad y facultades. de mi empleo; persuadiendo á todos que son ningunas, especialmente para con él y demás ministros, cuya persuasión ha esforzado con todo el orgullo y petulancia á que naturalmente propende su genio díscolo y turbulento, á efecto de suscitar quimeras y desazones entre los compañeros, mal hallado con la paz y tranquilidad que á esfuerzos de mi prudencia se pudo conseguir y entablar de un año á esta parte, habiéndome costado bastante trabajo cortar y apaçiguar las inquietudes y desavenencias que

ocasionó la irregular conducta de dicho Cicerón desde su ingreso al ministerio, como participé á Vuestra Excelencia en carta de 2 de Enero del año pasado de 1779, contestando al real orden que se me dirigió con fecha 26 de Junio antecedente, cuyo contenido manifiesta tener ya su Magestad y Vuestra Excelencia otros antecedentes y comprobantes de la inquietud é irregularidad con que se ha manejado este ministro desde su ingreso al ministerio.

«<Aunque el caso referido me ha causado bastante sentimiento, sentimiento y desazón, tanto por el desaire inferido á mi empleo, cuanto por la estrañeza y censura que ha ocasionado en el pueblo; sin embargo, considerando prudentemente que de solicitar alguna satisfacción en el asunto o el formal arreglo que conceptúo necesario en esta materia para lo sucesivo, podrían resultar mayores inconvenientes, atenta la complicidad que en la ocurrencia relacionada han tenido los oidores y la intimidad con que de algún tiempo á esta parte se ha unido el fiscal Cicerón con el Presidente, he resuelto desentenderme de todo y ponerlo en_noticia de su Magestad por mano de Vuestra Excelencia para que se digne determinar y advertir á todos lo que fuere de su real agrado para nuestro gobierno en los casos que ocurran de igual naturaleza: para cuyo efecto no puedo menos de poner en su real consideración, cumpliendo con las obligaciones que juzgo anexas al ministerio que ha fiado á mi cuidado, que en esta ciudad

se solicita y pretende más que en otras la asistencia de la Audiencia á funciones que no son de tabla, particularmente cuando concurre á ellas el Presidente, de que se origina mucha pérdida de tiempo, desazones y otros varios inconvenientes, condesciéndase ó nó á tales solicitudes, especialmente si los ministros en particular se creen árbitros para deliberar en la materia, sin noticia y aún contra la voluntad del Regente, quien en tal caso no puede arreglar este asunto como corresponde; y si lo intenta, es notado de ridículo porque repara en cosas que graduan mínimas y de poca importancia los que no calculan á fondo todas sus consecuencias y resultas. Por todo lo cual me parece será muy util y conveniente al real servicio que su Magestad expida la más estrecha orden para que ni la Audiencia, ni los ministros en forma de comunidad concurran con capas ó sin ellas á función alguna fuera de las de tabla, ni aún con el pretexto de acompañar al Presidente, quien asiste regularmente con el Cabildo Secular á todas las que le convidan; dejando al regulado arbitrio del Regente facultad para dispensar, y lo requiera por sus particulares y relevantes circunstancias, bajo las reglas y advertencias que parezca oportuno comunicarle para su gobierno en tales ocurrencias.»

Tal es, contada por uno de los contemporáneos, la historia de esta curiosa esquela, que hasta ahora es la primera pieza que conozco impresa en Santiago.

2.-Esquela de convite enviada por D. José Ignacio Gutiérrez á varias personas para que asistiesen al Colegio Carolino á ciertas conclusiones teológicas que debía defender.

No he visto esta esquela; pero acerca de ella y de digo en el número siguiente. las circunstancias en que se imprimió, léase lo que

3.-/Hesperiae / Monarchæ / Indiarumque Imperatori. / Publicæ Tranquilitatis Auctori./ Carolo, imquam nomine III./Scientiarun Mecœnati. / Hosce ribulos ex Fontibus Theologiæ de / promptos, Per Manus. / EXmi D. D. Augustini ā Jaure-/gui, Digniffimi Chilenfis Regni/ Supremi Ducis &c. &c. / V. D. O. C. Q./ D. Jofephus Ignacius Gutierrez, Regij/Collegij Carolini Alumnus. /ópem ferente/ D. Michaele Jofepho de Laftarria, ejufdem / Convictorij Magiftro.

4. Anteportada con un escudo de las armas del Presidente Jáuregui.-Port. y en el reverso la estrofa latina que damos en seguida.-Texto, 14 pp. s. f.Hoja final en blanco.-Al fin del texto: «Defenduntur mane in Sacello hujus Regii Colegii Carolini; potissima tamen vespere sustentatur in Regia Academia D. Philipi Die 9 Mensis Maij anni Domini 1780, a supra dicante». (El dia y el mes en letra manuscrita).

He aquí los versos latinos del reverso de la portada.

Felices urbes, felicia regna dicemus Præside, quæ pollent, sapientia et arte perito. Felix Hesperia et quæ tanto Principe digna. Sub Carolo vidit præsentia numina vatum Hispanas habitare domos et linquere Pindi Culmina quæ quondam citharæ pulsator Apollo; Coluit en verů typum, veramque regentis Formam: jam possunt iterum florescere Musæ Nostrum quæ semper laudent per sæcula Regem.

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