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con el exercicio de presentar: alegacion que se imprimió en Huesca un año despues.

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En el año 1708, ó tal vez à principios del siguiente, fue nombrado para la Silla de Avila por el Rey Don Felipe V, y el Marqués de Mejorada, su ministro, escribió al Cabildo de esta Santa Iglesia en 4 de febrero diciéndole que seria sumamente grato á S. M. el que diera sus poderes al Obispo Solis para gobernar esta diócesis, mediante á haber sido presentado para ella. El Cabildo condescendió, pues de treinta y seis individuos que le componian, todos á escepcion de once favorecieron con su voto al Obispo electo, y aun estos lo hicieron tambien, pero con la condicion de que aquello no fuese contrario á las leyes de la Iglesia. Entonces mandó S. M. al Obispo, residente todavia en Barbuñales, que pasase & tomar el gobierno de la mitra de Avila, como lo verificó llegando el 17 de abril. De aquí se sigue que el padre Harda se equivoca cuando asegura, , que no habia pasado allá, sino que se habia detenido en Madrid para atender á los negocios públicos, pues no hubo ninguno, ni aun militar ó civil, en que no se acudiese á la ma

durez y sabiduría de este varon eminente. En efecto, de este año mismo es el famoso Dictámen sobre los abusos de la Córte de Roma tocante a las regalias de S. M., que habia interrumpido con ella sus relaciones políticas. Este documento, breve á la verdad, pero al cual debe Solis una gran parte de su nombradía, se publico en el Semanario erudito de Valladares (1), y despues en la Coleccion diplomática de Llorente; pero se equivocaron ambos en dar á su autor el dictado de Obispo de Córdoba, pues no lo era á la sazon, ni lo fué hasta cinco años adelante. Noticioso el Papa Clemente XI de que el Obispo Solis regia la mitra de Avila, para que estaba tan solo electo, despachó en 24 de agosto una bula que empieza In supremo, y se halla en el Bulario romano, donde reprueba la conducta de cuantos intervinieron en este negocio, y en cuanto al Obispo le reconviene porque habia admitido el gobierno, antequam à vinculo quo tenetur Ecclesiæ Illerdensi cui præest, et à quo non nisi à nobis absolvi potest, realiter et cum eflectu absolvatur, ac ad præfatam Ecclesiam Abulen

(1) Tom. 9.

sem transferatur. No debió de haberse recibido ni publicado en España esta bula por la interrupcion de comunicaciones con Roma: y así es que el Obispo siguió gobernando la mitra de Avila, hasta que en 8 de diciembre avisó al Cabildo que diferentes ocurrencias le precisaban á pasar á Madrid con licencia del Rey, por cuya razon devolvia á aquel sus poderes para que administrase la diócesis.

Nos persuadimos que se conservó en Madrid todo el tiempo que medió hasta su traslacion á Córdoba, ya por lo que arriba apuntamos del padre Harda, y ya porque Bravo (á quien se ocultaron todos los sucesos del Obispo Solis en 1709) dice que en el año siguiente volvió á retirarse de su obispado por no caer en manos de sus enemigos, y que se detuvo en la Corte por órden del Rey en 1711. En ella estaba á fines de setiembre, en que ofició la segunda misa de pontifical en las exequias del Delfin, celebradas en el convento de la Encarnacion los dias 25 y 26, y lo mismo hizo en las que costeó el Ayuntamiento en los dias 27 y 28 en la Iglesia de Santo Domingo. Al mes siguiente fue presentado para la mitra

de Sigüenza, pero tardó mas de dos años en ser preconizado. Por eso en el dictámen eso en el dictámen que dió en 11 de julio de 1712, estando en Madrid, sobre las vacantes y espolios de los Obispos de Indias, se firma Obispo de Lérida: papel curioso y poco conocido, que no se imprimió hasta despues de muerto su autor.

En este año mismo, al entrar el primer dia de enero, habia muerto en Córdoba su Obispo Don Fray Juan de Bonilla y Vargas, para cuya Silla fue nombrado Solis poco antes de preconizársele en Roma para la de Sigüenza. El electo dió parte al Cabildo de su nombramiento en octubre de 1715; pero se ofrecieron en aquella Corte algunas dificultades, cuyo origen ignoramos, para su preconiza, cion. Solo sabemos que escri biendo al gobierno de S. M. C. en 6 de enero de 1714 Don José Molinés, Auditor de la Rota romana, decia como habia hecho ver que era «esta exclusion in»justa, y contra la fama de este »>Prelado, y contra el real deco>>ro y regalías de S. M.... y que >>el Obispo Solis no padecia de»>fecto alguno que le haga indig »no de la Iglesia de Córdoba, »segun lo dispuesto por los sa

>>grados cánones, lo que me >>constaba con toda evidencia, y >>que crecia mas la calumnia pre>>sente por haber sido aprobado »y preconizado para la Iglesia de >>>Sigüenza en el consistorio de >>27 de noviembre pasado, y que >>por consiguiente lo que ahora >>se oponia contra el Obispo So>>lis es por haber sus émulos re»novado la calumnia de ser buen »vasallo de S. M.. defendiendo » to que Dios le ha dado, y debe>>mos defender todos sus buenos »vasallos.» Allanadas pues las dificultades, y preconizado Solis para la Silla de Córdoba, tomó posesion en 27 de marzo siguiente; desde cuyo dia pertenece á esta Iglesia, donde murió en 15 de octubre de 1716, á los cincuenta y nueve años escasos de su edad, no menos conocido por su elocuencia y literatura que por sus empleos, como dijo la Gaceta de 20 de octubre en que se anunció su muerte.

Ademas de las obras de que se ha hecho mencion, escribió otras, réferidas por el padre Harda, de las cuales se imprimieron las que siguen: Suffragium theologicum pro licitu usu opinionis certo probabilis. Salmanticæ, 1697, y Apologia pro quodam Prædicatorum ordinis Magistro calumniis quo

rumdam impetito. Salmanticæ, 1701, fol. Ademas tradujo del francés al castellano las Memorias del Serenisimo Delfin de Francia, que dedicó al Sumo Pontifice, y se imprimieron en Madrid en 1712, 4.° Escribió tambien una obra De jure Judicis Monarchia Siculance, y otra titulada Factum et jus juxta bullam Clementis XI, quæ incipit Unigenitus, algunos tratados de teología escolástica, que se conservaban en Madrid en el archivo general de su órden. Ademas hay que añadir un Informe que imprimió sobre su jurisdiccion, de hecho y de derecho, en la capilla real de Córdoba, mencionado por Bravo, y muchos escritos doctísimos sobre diversos puntos, que pre-' parados ya para la prensa, perecieron en el saqueo de Lérida.

y

FRAY FRANCISCO DE OLASO HIPENZA.

Desde 1714 hasta 1735.

Calahorra, ciudad antigua

muy respetable, así en la historia civil como en la eclesiástica, fue la patria del Obispo Don Fray Francisco de Olaso, siendo sus padres José Olaso y Francisca Martinez Carrero. En el conven

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to de San Felipe el Real de Madrid tomo en 1670 el hábito agustiniano, y un año despues profesó en 11 de setiembre en manos del Subprior Fray Francisco Cortés. Siguió los estudios de filosofia y teología con lucimiento, como lo acreditó en todos sus actos literarios, y la órden le honró con las cargos mas honoríficos. Fue Rector del colegio de Alcalá, Prior de los conventos de Toledo y de Madrid, Definidor y Provincial de la de Castilla, y por último Asistente general en Roma. A su vuelta se le nombró Arzobispo de Santo Domingo, de cuyo nombramiento detuvieron la confirmacion las desavenencias con la Córte de Roma; y lo mismo sucedió con la Silla de Lérida, para la que fue presentado en noviembre de 1711. Tomó posesion en 4 de agosto de 1714, y entró á mediados de setiembre. Desde luego se le previno que no lenia en Lérida casa propia donde hospedarse, siéndole preciso vivir en Monzon, villa de la misma diócesis, pero distante de aquella ciudad una jornada. Allí residió de ordinario, pasando á Lérida solo en las indispensables ocasiones de hacer su entrada pública, celebrar sinodo Y olras

semejantes, lo cual dió motivo á quejas que, elevadas á conocimiento del Rey, obligaron al Obispo á sincerarse por medio de una representacion que hemos visto impresa. En ella hace ver que habiéndose hospedado á su llegada á esta ciudad en un cuarto bajo que bate el rio, con riesgo de su salud y con indecencia bastante, se alojaba despues en casa de un Canónigo, que era su Vicario general, donde ha estado semanas santas, muchas cuaresmas, y siempre que Ciudad y Cabildo consideraron útil su persona.

Corazon grande y espíritu apostólico se necesitaba ciertamente para encargarse del gobierno de una diócesis que desde el principio del siglo se hallaba en combustion con la desastrosa guerra que afligia á todo el Principado de Cataluña. Comenzó desde luego á buscar los medios de corregir la relajacion de las costumbres, y para esto dió principio por reformar al clero, para que su conducta ejemplar sirviese de pauta al pueblo. Formado pues su plan, parecióle indispensable la celebracion de un sinodo, donde se estableciese lo necesario al intento: y en efecto, en 18 de octubre del mismo año,

le convocó para la ciudad de Lérida, donde se celebró en 20 de noviembre, como se verá al tratar de este punto en el lugar correspondiente. Ademas de las Constituciones de este sínodo que publicó, imprimió tambien el Ritual, para que los Párrocos administrasen los sacramentos y emprendió la fundacion del seminario conciliar, de que tambien hablaremos en otra parte.

En los años 1717 y 1727 se celebraron en Tarragona dos concilios provinciales á que no asistió, sin duda por falta de salud. En el primero fue su procurador Don Francisco Camps, Arcediano de la Selva en la Santa Iglesia de Gerona, y en el segundo Don Francisco Peyri, Arcediano de Villaseca en dicha Iglesia Metropolitana. Por el Cabildo de Lérida asistió al primer concilio Don Josef Casanova, y al segundo Don Jaime Martí, Canónigos ambos de esta Iglesia. Hecho el Obispo modelo de todos con su ejemplar conducta, mereció que el Episcopologio le llame varon dotado de insigne piedad, óptimo curador de los pobres y celosísimo del decoro de su Catedral, aunque rara vez la visitó por tener su resi

TOMO XLVII.

dencia en Monzon. En esta villa falleció al cabo de una larga enfermedad el dia 6 de mayo de 1735, despues de un pontificado de veinte y un años y á los ochenta cumplidos de su edad. En la Iglesia Colegiata vimos su sepultura, sita en la nave de la epistola delante del altar colateral, que cubre una lápida con su estátua de relieve vestida de pontifical, y un epitafio tan modesto como fué el respetable Obispo á cuya memoria ha sido consagrado.

GREGORIO GALINDO.

Desde 1736 hasta 1756.

la

La Divina Providencia que se dignó prolongar la vida del Obispo Olaso para bien de su Iglesia, concedió á su sucesor un largo pontificado para que la edificase con su virtud y doctrinase con su buen ejemplo. No menos se necesitaba para curar las llagas, no cicatrizadas del todo, que habia causado en Lérida la devastadora guerra de sucesion.

Nació el Obispo Galindo en la villa de Josa, en Aragon, e! dia 20 de febrero de 1684 de

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