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nacido de una Virgen no se desdeñó de hacerse envolver en pobres pañales y reclinar en un

pesebre, como dice el Santo Evangelista.

CAPÍTULO DÉCIMO. Santos del obispado de Lérida.

No conocemos ningun Santo que despues de la reconquista naciese en este obispado ó viniese à él para poner fin á sus dias. Mas sin embargo, no que remos omitir las memorias que en él se conservan de algunos Santos que le honraron con su presencia en muy notables ocasiones. Estos son los siguientes:

SAN JUAN DE MATA.

Luego que el Papa Inocencio III aprobó la órden de la Santisima Trinidad, proveyó á su insigne fundador San Juan de Mata de cartas para todos los Príncipes Cristianos, recomendándoles la redencion de cautivos, objeto de su instituto. Debió entonces volver sus ojos el Santo Patriarca hacia la península Española, que todavia estaba gimiendo por levante y mediodia bajo el yugo Sarraceno. Acompañado pues de al

gunos discípulos entró en España por la parte de Roncesvalles el año 1200 ó tal vez el siguiente, y despues de haber conferenciado en Tudela de Ebro con el Rey de Navarra Don Sancho el Fuerte, y en Burgos con el de Castilla Don Alonso el Noble, se encaminó á Barcelona, donde á la sazon estaba el Rey de Aragon Don Pedro II. Todos los historiadores de la órden se detienen en referir las singulares muestras de proteccion que este Monarca dió á San Juan de Mata, el cual se trasladó á Lérida, haciéndola como el centro de sus escursiones, segun la espresion del padre Calvo (1). Dejamos para lugar mas oportuno tratar de la fundacion de los conventos de Avingaña y de Lérida, y remitimos a nuestros lectores

(1) Prerogativas del órden de la Santisima Trinidad, part. 2. §. 8.

al padre Vega (1) para excusarnos de referir las heróicas virtudes que desplegó el Santo en esta ciudad y su obispado, Y los admirables frutos que recogió con su incesante predicacion. Por febrero de 1202 salió de Lérida San Juan de Mata, y, dirigiéndose à Barcelona se embarcó para Francia; pero cuatro años despues regresó á España, y estuvo en Lérida segunda vez. No debió detenerse entonces mucho tiempo en esta ciudad, pues al instante se le vé en el Reino de Castilla, que parece ser el término de este viage. Y ya no sabemos si estuvo en nuestra ciudad nuevamente cuando volvió á Barcelona para embarcarse; pero lo hizo la tercera vez que vino á España, y estuvo tambien en Cataluña en 1212. Su florida edad de cincuenta años ó poco mas, unida á su ardiente caridad debian prometer que repetiria sus viages á nuestra peninsula para repetir tambien sus copiosas redenciones, objeto de sus anteriores venidas. Pero no quiso Dios dilatarle por mucho tiempo el premio de sus

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fatigas apostólicas, porque ha biendo regresado á Roma un año despues, le llamó para sí el dia 17 de diciembre.

SAN FRANCISCO DE ASIS.

Tambien estuvo en Lérida el fundador de la órden de Menores, San Francisco de Asis. Esta venida fue por los años 1211 y siguiente, segun prueba el padre Coll (1). Detuvose tres meses en la ciudad, Y le dió entonces hospedage en su convento San Juan de Mata, que á la sazon estaba en él. Del que empezó á levantar San Francisco se hablará en el lugar conveniente.

LOS SS. MRES. JUAN DE PERUSA Y PEDRO DE SAXOFERRATO.

Así que San Francisco de Asis regresó á Italia convocó á capitulo general en el convento de la Porciúncula, que se celebró en 1216. Nombró en él misioneros que predicasen las verdades del Evangelio en varias partes del orbe católico.

(1) Crónica seráfica de Cataluña, libro 1. cap. 1.

Envió á España ocho religiosos, poniendo á su cabeza á Fray Bernardo de Quintaval, que, repartiendo entre los demas las diversas provincias de nuestra peninsula, destinó para los Reinos de Aragon á los Santos Juan de Perusa y Pedro de Saxofer rato, que debian ser nacidos en Italia, y de los cuales el primero era sacerdote y el segundo lego. Llegaron á Lérida estos dos Santos, juntamente con los dos religiosos enviados á predicar en el Principado de Cataluña, y en esta ciudad concluyeron la fundacion de su convento, como diremos mas adelante. Cuatro años se detuvieron en Lérida los dos Santos, y desde allí pasaron á Aragon, donde derramaron la semilla de la divina palabra. Trasladándose despues para predicar el Evangelio al Reino de Va lencia, como habian suplicado les permitiese su superior, alcanzaron en esta ciudad la palma del martirio el dia 29 de agosto de 1230 ó del año siguiente.

SAN RAIMUNDO DE PEÑAFORT.

Dan por sentado conmuni

TOMO XLVII.

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mente los escritores que las Córtes de Lérida de 1214, donde se juró al Rey Don Jaime el Conquistador, á la sazon de siete años, siete años, señalaron por su Confesor y maestro á San Raimundo de Peñafort. Per Anton Beuter (1) añade que el tierno Monarca y su primo el Marqués de Proenza estuvieron juntos en Monzon dos años y medio, teniendo por maestro y padre de confesion á Fray Ramon de Penafort, varon de gran santidad y doctrina, del orden de los Predicadores. Mas el maestro Diago (2) desmiente esta noticia haciendo ver que el Santo estaba á la sazon leyendo cánones en Bolonia. Y si bien concede que las Córtes hiciesen el nombramiento, lo que pudo motivar no solo la licencia, sino la orden del Sumo Pontifice mandándole pasar a España, no admite que tuviese cumplimiento la determinacion del Reino. Por otra parte fija la venida del Santo en 1219, trayéndole en su compañía el Obispo de Barcelona Don Berenguer de

(1) Crónica gener. de Esp. part. 2. libr. 2. cap. 3.

(2) Hist. de la prov. de Arag. de la orden de Predicadores, lib. 2. cap. 9. 28

Palou, que desde luego le dió una canongía y una pabordia de su Iglesia; y como no halla memoria de que ejercitase el oficio de maestro del Rey, presume que por no venir tan presto y tener este necesidad de quien le instruyese, le pusieron otro por ventura.

Mas cierta es la asistencia del Santo á las Cortes de Monzon en 1236, cuando hacia ya catorce años que habia tomado el hábito de Santo Domingo. Zurita (1) le cuenta entre las personas muy notables que concurrieron á ellas, llamándole ademas varon muy famoso en religion y gran doctrina. En esto conviene tambien el maestro Diago; pero no sabemos de dónde tomó el padre Domenec la noticia de que queriendo el Infante Don Pedro hacer algunas cosas en perjuicio de la ciudad de Barcelona, con el favor de San Raimundo se puso silencio en ellas.

Por último, conviene no perder de vista la parte que el Santo tuvo en la eleccion del Obispo Don Fray Guillen de Barberá, religioso de su órden, á cu

(1) Lib. 3. cap. 26.

yo artículo remitimos á nues tros lectores.

SAN JUAN DE CETINA.

Este Santo, llamado Juan Lorente, nació en la villa de Cetina, distante cinco leguas de la antigua y famosa Bilbilis ó ilustre ciudad de Calatayud, en los confines de los Reinos de Aragon y Castilla. Muy pocos años contaba cuando saliendo de su patria, pasó al Reino de Murcia y se retiró al desierto de San Ginés de la Xara á dos leguas de Cartagena. Pero no mucho tiempo despues pidió el hábito de S. Francisco al provincial de los frailes claustrales, quien le dió los despachos necesarios para que le tomase en el convento de Monzon. Alli profesó y vivió algun tiem po, hasta que ordenado de sacerdote, fue enviado al cont vento de Barcelona para estu diar artes y teología. Destinado despues al convento de Valencia y al de San Francisco del Monte, pasó á predicar la fé á la ciudad de Granada, donde derramó por ella su sangre muriendo el dia 17 de mayo de 1597, juntamente con San Pedro de Dueñas. El Papa Clemente XII

aprobó el culto de estos Santos en 29 de agosto de 1731, y concedió su rezo á la provincia de Granada de la órden seráfica y á la ciudad de Cetina; y el padre Fray Salvador Lain y Rojas, Cronista de la misma provincia, escribió su Vida y la imprimió en Córdoba en 1803.

SAN VICENTE FERRER.

La brevedad tan necesaria en el capítulo presente nos dispensa de acercarnos á averiguar la época y el objeto de la primera visita que hizo á la ciudad de Lérida San Vicente Ferrer, sobre lo cual estan discordes los autores de su vida. Fray Pedro Ranzano, que la escribió en 1455, año de su canoniza-cion (1), dice que fue enviado por la órden á estudiar teolo-gía en aquella ilustre Universidad, donde recibió el grado de doctor cuando contaba veinte y ocho años: suceso que el continuador de Bolando fija en el de 1384. El maestro Diago, que compuso la Vida del Santo con presencia de papeles auténticos escondidos en varios archivos de

(1) Lib. 1. cap. 2.

la Corona de Aragon (1), escri be que fué designado en los capitulos de 1370 y siguiente para leer lógica en el convento de esta ciudad. No es posible conciliar á estos dos autores, pero tampoco es necesario para nuestro objeto, pues ambos convienen en él, á saber, la residencia de San Vicente Ferrer en Lérida no mucho tiempo despues de haber vestido el hábito religioso.

Ejerciendo ya mas adelante el ministerio de la predicacion, estuvo en Lérida otra vez á fines del año 1403 y principios del siguiente. Esta noticia no nos la da ningun escritor de su vida, pero es tanto mas curiosa cuanto que es inédita, pues está sacada del códice de Apuntamientos mss. de la ciudad, que dice así:

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