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derable en los progresos de la jeografía y en el conocimiento adquirido por los esploradores.

El jeógrafo español don Juan de la Cruz Cano y Olmedilla, preparó en 1769 una carta del estrecho de Magallanes y canales adyacentes para la traduccion castellana del viaje de Byron, que dista mucho de ser perfecta, y aun es mui inferior a las que sobre esos mismos canales se publicaban en esa época en Inglaterra. Mas tarde, en 1775, el mismo señor Cano y Olmedilla publicaba en Madrid una gran carta de la América, basada sobre un estudio estenso y prolijo de todos los materiales reunidos hasta entonces.

Don Cosme Bueno y don Antonio de Alcedo publicaron tambien estudios interesantes de la América que, aunque con muchos errores sobre los mares australes, fueron durante muchos años una fuente lo mas segura de datos sobre estas rejiones.

CAPÍTULO XII

Espediciones científicas españolas

El viaje de la fragata Santa Maria de la Cabeza.-Objeto de este viaje.— Los espedicionarios.-Derrotero de la espedicion.-Descubrimientos hechos. Levantamiento de planos.-Resultados del viaje.- Nueva espedicion de don Antonio de Córdoba.-Los paquebotes Santa Casilda y Santa Eulalia.-El viaje.-Estudios en el estrecho de Magallanes. -Levantamiento total del plano del estrecho.--Resultados de esta espedicion.---Resolucion del problema de poblar el estrecho.-Espedicion de Malaspina.- Viajes del frai José Garcia.-Mancilla y Ugarte.— Sotomayor y Machado.--Gonzalez y Domonte.--Otras espediciones secundarias.

Pero si los ingleses habian llevado al estrecho de Magallanes y mares australes espediciones científicas tan notables. para la época, los españoles no les fueron en zaga, pues, las que despacharon en esa direccion, realizaron los estudios y esploraciones mas completas que hasta a fines del siglo XVIII se hubieren hecho en el sur del continente. Es a estas espediciones a los que nos referiremos en el presente capítulo.

XLVIII Espedicion, de don Antonio de Córdoba
(1785-1786)

Deseoso el Rey de España de adelantar el reconocimiento del estrecho de Magallanes y levantar su plano, de modo que desaparecieran los mil errores que acerca de su derrotero existian y que constituian tan sério peligro para la navegacion, al mismo tiempo que de saber si era posible la poblacion de aquellas remotas tierras, comisionó al capitan de navío don Antonio de Córdoba para que realizase el viaje en la fragata Santa Maria de la Cabeza, de feliz recuerdo (1).

La oficialidad de esta fragata era de lo mas distinguido, elejida especialmente por su jefe. Se designó como segundo, al capitan de fragata don Fernando de Miera. Los tenientes de fragata,

(1) Vargas y Ponce. Relacion del último viaje al estrecho de Magallanes de la fragata de S. M. «Santa Maria de la Cabeza», en los años de 1785 y

D. Dionisio Alcalá Galiano y D. Alejandro Belmonte, que ya habian trabajado en el Atlas Hidrográfico de las costas de España, fueron encargados de las observaciones astronómicas, de las operaciones jeográficas y del cuidado o uso de los relojes e instrumentos. Por último, el piloto D. Joaquin Camacho, debia levantar los planos de los puertos, bahías y ensenadas. La tripulacion constaba de 277 plazas. Se embarcaron en la fragata los mejores instrumentos náuticos conocidos a la fecha, e hicieron sus oficiales una compilacion de cuantos viajes y relaciones a Magallanes y al Pacífico se habian publicado, debido principalmente al celo del capitan de fragata don Alejandro Malaspina.

Salió de Cádiz la Santa Maria de la Cabeza, el 9 de octubre de 1785; llegó a las Canarias; pasó por las costas del Brasil y fué prácticando diversos estudios a lo largo de la costas patagónica, hasta que el 19 de diciembre de aquel año dió fondo en el cabo de las Vírjenes. El viaje hasta este punto se habia hecho con toda felicidad en 79 dias. La tripulacion gozaba de mui buena salud y estaba deseosa de seguir adelante.

Desde ese dia se empezó el reconocimiento de la costa y el trato con los indios, deseosos los espedicionarios de comprobar las noticias de los viajeros anteriores. Uno de los indios hablaba un poco el español, nombraba al capitan Antonio Viedma, y dijo llamarse Francisco Javier. Llevaba un sable o machete que en su vaina tenia grabado este letrero: POR EL REI CARLOS III. El 22 de diciembre se embocó el estrecho y se dió fondo en la bahia Posesion, siguiendo el trato con los indios. El 27 se levantó gran marejada y fuerte viento, que tuvo en gran peligro a la fragata, obligándola, despues de una arriesgada maniobra, a salir a la mar y desembocar el estrecho. Por tres veces sucesivas hubieron de embocarle despues, pues los malos vientos obligaban a la fragata a retirarse de la costa. Al fin lograron embocarlo de nuevo y anclar en cabo Posesion el 3 de enero de 1786. La fragata pasó la primera angostura y el cabo San Gregorio, y se dirijió al canal formado por la isla de Santa Isabel y los islotes de Santa Magdalena y Santa Marta, «que es el pasaje mas crítico de todo el estrecho por las muchas restingas que salen de la isla y de los islotes». El 10 de enero fondearon en puerto del Hambre, en donde los espedicionarios repararon algunas averías y se pro

veyeron de agua, leña, pescado y algunos refrescos. Ahí reconocieron y examinaron los habitantes de esa parte del estrecho, se hicieron diversas observaciones y se levantó el plano del puerto. En seguida se envió el bote a continuar los reconocimientos, el que costeó hasta bahía francesa, levantó los planos intermedios, y atravesó hácia la costa de la Tierra del Fuego, en donde reconoció un escelente puerto y una bahía que los espedicionarios bautizaron con el nombre de San Antonio, el primero, y de Valdes, la segunda.

El 24 la fragata montó el cabo Froward y ancló en el puerto de Solano, haciendo reconocimientos de todos los puertos y bahías intermedias. El 29 llegaron los espedicionarios a la bahía del cabo Galan, «reconociendo cou placer y trabando conocimiento. con 63 indios que llegaron en siete canoas».

Siguieron al puerto de San José y bahía del cabo Galan, cuyo plano levantaron. Hasta el 12 de febrero, reconocieron la costa del continente para continuar las marcaciones que debian servir para formar la carta jeneral. En seguida esploraron la bahía Gaston y el puerto de San Miguel.

Siendo uno de los deseos mas persistentes de los navegantes de aquella época, el de encontrar algun canal que comunicara el estrecho con el mar del sur, para evitarse los peligros de la navegacion en la parte oeste de aquel paraje, se destinó al bote para hacer ese reconocimiento con instrucciones para llegar al puerto de la Candelaria o del Mártes, ya que no se queria esponer a la fragata. El bote esploró la bahía de San Simon, encontrándose despues en un archipiélago, que llamó de Córdoba, en honor del comandante de la fragata y pasó por un canal que no pareció ser el de Santa Bárbara de M. Marcant. Despues reconoció la boca interior del canal de Santa Bárbara y continuó otros reconocimientos mui prolijos del canal principal

y sus costas.

Todo el mes de febrero se mantuvo la fragata en el puerto de San José, practicando toda clase de estudios, y considerando su jefe que ya estaba en las proximidades del invierno y que se habia cumplido el objeto primario de la espedicion, resolvió volver a España. Así se hizo, en efecto, continuando y rectificando, al regreso, todos los trabajos hechos anteriormente. El 18 de marzo de 1786, desembocó el estrecho la fragata y despues de

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