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plir como subalterno las órdenes del soberano. (1) Este Congreso, empero, ejercia su vasta autoridad a nombre del rei de España, i sus resoluciones aparecian firmadas no solo por su presidente, cuya eleccion se hacia todos los meses, sino tambien por todos sus miembros i secretarios.

La revolucion no podia marchar con esta organizacion tan heterojenea, que carecia de sistema i de unidad; de modo que los amigos de la independencia no podian hacer valer sus principios ni desarrollar sus miras sin disfraz. Un historiador ha dicho que en el Congreso habia individuos mui respetables por sus luces, por su ferviente patriotismo i por su enerjia para proponer medidas de suma importancia; pero que la mayoria era compuesta de hombres pacatos e ignorantes en la ciencia del gobierno i bastante débiles para constituirse en instrumentos de otros mas atrevidos i notoriamente afectos al réjimen colonial." (2) Por consiguiente, no es estraño que este órden fuese tan insubsistente i sobre todo tan débil como aparece en todas las vicisitudes i ocurrencias posteriores.

La primera modificacion practicada en la forma de

(1) Esta idea de la manera como quedó dividida la autoridad, fué tomada del Reglamento de la autoridad ejecutiva, que aprobó el Congreso en 8 de agosto de 1811, i que el señor Barros Arana supone olvidado por el autor del Bosquejo Histórico. Tal Reglamento no tuvo el carácter de una Constitucion política, ni determinó una organizacion propiamente dicha, que fuese practicada; i fué tan efímero, que el autor del Bosquejo creyó cumplir con su propósito, dando aquella noticia, sin estenderse a incertar en su obra tal Reglamento, como una institucion séria i de algun resultado, de aquellas que eran materia de su estudio constitucional.

(2) BENAVENTE. Memorias sobre las primeras campañas.

este gobierno fué obra de un movimiento militar ejecutado el 4 de setiembre por el jeneral don José Miguel Carrera, ofreciendo como causa principal el descontento que suscitaban las medidas que el Congreso acababa de tomar para dar a la Junta gubernativa que se habia formado en Concepcion mayores atribuciones que las que correspondian a la junta de Santiago. El jeneral, en los momentos mismos en que tomó la direccion de la fuerza armada, se presentó personalmente al Congreso pidiéndole que accediese a la voluntad del pueblo soberano contenida en una representacion, la cual constaba de trece peticiones. De éstas las mas notables i que hacen a nuestro proprósito eran la relativa a la forma del gobierno, que en adelante deberia componerse de cinco vocales i dos secretarios; (1) la terminacion de las funciones del congreso fijada para el dia en que cumpliese cuatro meses contados desde aquella fecha; la esclusion de siete diputados del Congreso por sospechosos, i la reduccion al número de seis de los doce que representaban por Santiago. El Congreso defirió a la voluntad que se le presentaba como popular, porque débil como era, no podia menos que respetar la fuerza militar de que disponia el representante del pueblo. El gobierno, nuevamente organizado, se estableció el 10 de setiembre, i comenzó sus funciones ejerciendo una autoridad tan vasta como la del Congreso. La

(1) Para estos cargos fueron propuestos al Congreso los señores don Juan Enrique Rosales, don Juan Martinez de Rosas, don Martin Encalada, don Juan Mackena i don Gaspar Marin, i para reemplazar al último si no aceptaba, don Joaquin Echeverria. Para secretarios don José Gregorio Argomedo i don Agustin Vial.

mayoria de este cuerpo habia sufrido un cambio saludable a la revolucion, por consecuencia del movimiento del 4 de setiembre, i marchaba en armonia con la Junta ejecutiva, promoviendo i discutiendo grandes reformas. Al mismo tiempo que la Junta proclamaba una amenaza contra los que no fueran decididos por la sagrada causa, prometiendo a los buenos ciudadanos que en adelante solo los juzgaria la lei que ellos dictaran i serian dueños de sí mismos i de sus propiedades, el Congreso aprobaḥa la lei de dotacion de párrocos, abatiendo los derechos parroquiales, se ocupaba en la instruccion pública, i entre otras reformas i medidas de reorganizacion i de defensa, aprobaba la declaracion de la libertad de los esclavos que en adelante nacieran, i modificaba la organizacion del poder judicial, estableciendo otro tribunal supremo de tres miembros para conocer de los recursos de injusticia notoria, segunda suplicacion i otros que podian interponerse de las sentencias de los demas tribunales.

Esta nueva forma del ejecutivo no fué de largà duracion. El 15 de noviembre hicieron los hermanos Carreras un movimiento militar contra la situacion, al cual se asociaron los amigos del antiguo réjimen, que lograron dominar al pueblo en los primeros momentos: mas de trescientas personas respetables del vecindario de Santiago sepresentaron pidiendo el restablecimiento de las autoridades coloniales, i en cabildo abierto organizaron la demanda de la disolucion de la Junta i del Congreso. Mas este no era el objeto del movimiento militar, i sus jefes i el Congreso reunieron al dia siguiente otro cabildo abierto, a fin

de que el pueblo representase lo conveniente. Esta medida de convocar al pueblo a cabildo abierto, a que se recurria durante el primer período de nuestra revolucion, cada vez que la complicacion de los negocios hacia necesaria alguna modificacion en el órden de cosas, se verificaba citando a todas las autoridades i empleados de nota, a los principales vecinos, al cabildo eclesiástico i a los provinciales de comunidades relijiosas. Pero esta vez la convocatoria se hizo por bando a todo el vecindario, i solamente se admitieron eu la reunion a los amigos de la revolucion.

Verificóse en efecto la junta popular i en ella tuvo lugar una nueva eleccion para miembros del ejecutivo, en la cual se varió la forma de esta autoridad, reduciendo a tres el número de sus vocales, en calidad de representantes de las tres provincias del reino, como se hallaban antes; (1) i el Congreso defirió a las peticiones que el cabildo abierto le hizo sobre varios negocios de la administracion i sobre varias promociones i ascensos que le fueron indicados.

Este órden de cosas permaneció solamente hasta el 2 de diciembre, dia en que ocupando la plaza de Santiago las tropas de la guarnicion, sus jefes presentaron al Congreso un escrito en que el pueblo decretaba la disolucion de este cuerpo soberano. Disolvióse en efecto el Congreso, bajo el imperio de la fuerza armada, protestando contra el ultraje; i habiéndose negado a continuar en el Directorio ejecutivo los se

(1) Fueron elejidos los señores don Juan Martinez de Rosas, por las provincias del Sud, don J. Miguel Carrera por las del centro, i don Gaspar Marin por las del Norte; i para suplir al primero, durante su ausencia, fué elejido don Bernardo O'Higgins.

ñores O'Higgins i Marin, el cabildo abierto, en union de los jefes militares, los reemplazó por otros, dejando a don José Miguel Carrera en la Junta; bajo este mismo imperio se elijió una Junta gubernativa compuesta de tres vocales, la cual siguió gobernando el Estado con autoridad esclusiva i absoluta. La Junta quedó compuesta de don José Miguel Carrera, don José Nicolas de la Cerda i don Juan José Aldunate, el cual no aceptó el cargo i fué sostituido el 12 de enero de 1812 por don Manuel Manso. Esta variacion dió el triunfo i el mando a don José Miguel Carrera, que habia verificado los dos últimos movimientos para despojar de la autoridad al partido de los que entonces se llamaban los exaltados, por contraposicion a los sarracenos o godos, que eran los partidarios del antiguo réjimen. Los exaltados no eran otros que los conservadores de mas tarde, cuya política revolucionaria estaba mui lejos de satisfacer las aspiraciones radicales de Carrera. Este pretendia formar un nuevo partido verdaderamente revolucionario, que hasta entónces no contaba mas afiliados que sus deudos i algunos camaradas entusiastas por su persona; i se veia precisado a rodearse en el poder de algunos hombres que por sus antecedentes personales eran respetables, pero que no comprendian las miras del

caudillo.

Ved ahí repetidas modificaciones de la administracion obradas en brevísimo tiempo, por asonadas i motines militares cuyo orijen i plan no necesitamos desentrañar mas a fondo.

Va a terminar, pues, el año once, primero de nuestra revolucion, sin que en su curso hayamos visto

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