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del modo atroz i brutal que lo hacian los españoles del Perú. Con todo, sujetos los chilenos en jeneral a las mismas leyes i, cuando no a las mismas preocupaciones, al mismo odio i desprecio que en toda la estension de la América sufrian los indíjenas, fueron sucumbiendo ostensiblemente al peso de la desgracia que les causaba la pérdida de su independencia natural i la odiosa esclavitud a que vivian sometidos; i los que tuvieron la fortuna de sobrevivir, se incorporaron poco a poco en el pueblo criollo, hasta que se confundieron con él enteramente. A principios del presente siglo existian aun varias reducciones de chilenos naturales que, sin mezclarse con la poblacion española, mantenian como en depósito sagrado los recuerdos i parte de las costumbres de sus antecesores, pero la sociedad actual las ha absorbido o, por lo menos, las ha modificado sometiéndolas a su movimiento i arrastrándolas en su marcha. (1) Así han desaparecido para siempre las numerosas tribus que Almagro i Valdivia encontraron diseminadas en el vasto territorio de Chile, llevando una vida apacible, de costumbres sencillas e inocentes. (2) Trescientos años, que ha

(1) En carta del presidente de Chile al rei, datada en marzo de 1759, se dice que no pasaban de 22,000 los indios capaces de tomar armas. Haciendo un observador juicioso sus cálculos sobre este dato, espone que no pasaba en aquella época la poblacion de naturales de Chile de 125,000 almas. Véase en el Semanario erudito de Madrid, edicion de 1789, el informe dado a Fernando VI por don Joaquin de Villarreal sobre reducir a la obediencia a los indios chilenos.

(2) Aunque existen todavia en casi todas las provincias de la República centros de poblacion con los nombres de pueblos de indios, puede decirse con verdad que los aboríjenes han desaparecido completamente entre nosotros, al menos, como entidades sociales. Con

brian bastado para levantar a este pueblo de su iguorancia i darle en el rango del mundo el lugar a que tenia derecho de aspirar, hau bastado tambien para esterminarlo i no dejar siquiera vestijios de su existencia, despues de haberlo oprimido i vejado de una manera atroz. Mas no solo tenemos que lamentar ahora ese esterminio, sino tambien sus consecuencias sobre esa fraccion impertérrita de aquel pueblo, que conserva su independencia i su barbarie a despecho de los esfuerzos de tres jeneraciones, i que sin duda resistirá todavía el bautismo de la civilizacion, por un tiempo indefinido, porque aquel ejemplo ha refinado su suspicacia i aumentado su osadía. ¡Hé aquí en compendio los efectos de las leyes i de las ideas de los conquistadores sobre la raza de los infelices americanos!

De la mistion del pueblo orijinario con el criollo español resultó la numerosa raza secundaria llamada comunmente de mestizos, o sea de descendientes mistos de españoles e indíjenas americanos, la cual se habia multiplicado mucho hácia los treinta años (1570) despues del descubrimiento de Chile, época

tribuyó poderosamente a este resultado, que no vacilamos en calificar de benéfico, la visita que el capitan jeneral O'Higgins hizo al norte de la República a fines del siglo pasado, i cuyo resultado fué la abolicion completa de las encomiendas, o lo que es lo mismo, la libertad del trabajo.

Sin embargo, en el interior del valle del Huasco (Huasco Alto) existen algunas tribus aboríjenes, que conservan, segun se nos asegura, su carácter primitivo, sus costumbres i aun, lo que nos parece mas notable, su lengua propia.

Fuera de estas raras escepciones, la raza indíjena puede considerarse totalmente estinguida el dia de hoi entre el Salado i el Biobio. -V. M. (Nota de la 3 edicion.)

en que los araucanos, considerando a estos individuos como miembros de su gran familia, confirieron el empleo de Toqui, o jeneralísimo de sus ejércitos, al temerario i valiente mestizo Painenancu. (1) Esta raza, aumentada con las castas de mulatos i zambos, que han sido en Chile demasiado reducidas en su número, a causa de haberse contado siempre mui pocos negros entre nuestros habitantes, se multiplicó tan prodijiosamente, que a fines del siglo pasado formaba la mayoria de la poblacion criolla. Humboldt, distribuyendo por razas la poblacion de la América española, hace subir la de los mestizos en Chile i el Perú a doble número que el de la poblacion blanca; (2) i no solo es probable sino tambien positivo que en el dia pertenece la inmensa mayoria del pueblo chileno a las jeneraciones de aquella estirpe.

Las leyes i las preocupaciones españolas no echaron en olvido a estos descendientes del pueblo orijinario: descargaron al contrario torpemente sobre ellos todo su peso e influyeron de tal modo en sus destinos sociales, que no solamente formaron sus costumbres, sino que ademas los condenaron a la triste condicion que hoi en dia aflije a los cuatro quintos de nuestra nacion.

Desarrollar esta verdad en todas sus consecuencias, para conocer acertivamente el orijen, progreso i consistencia de las costumbres que perpetúan el miserable estado de esta gran parte de la poblacion chilena, es a mi juicio el objeto de mas importancia i el trabajo

(1) MOLINA, Historia de Chile, cap. III, lib. IV, tomo II. (2) Relacion Histórica, etc., tomo IX, páj. 162.

especulativo mas susceptible de aplicaciones prácticas para los chilenos; porque tengo la mas poderosa conviccion de que nada o mui poco valdrá en Chile el haber proclamado i sancionado las garantias individuales, ni el favorecer el desenvolvimiento de la industria i el cultivo de las ciencias, si de preferencia no se estudia la condicion de ese pueblo desgraciado i miserable, para reformarla i promover su mejora material i moral, haciéndolo partícipe de esas garantias i de los beneficios del movimiento industrial que principia a obrarse en nuestra sociedad. Su mejoramiento moral: hé aquí el punto que debe servir de meta a las aspiraciones del lejislador, del gobierno i de todo hombre que tenga la conciencia de serlo. Conozco que mis fuerzas no son bastantes para realizar un trabajo como el que acabo de indicar, i que, aun cuando tuviera la osadía de acometerlo, no seria por cierto este discurso el lugar mas a propósito. Por esto me contento con señalar ese campo vírjen a las investigaciones de nuestros hombres de jenio i conocimientos. Permítaseme con todo avanzar algunas ideas.

Los descubrimientos hechos en Africa i América durante los siglos xv i xvi por los portugueses i españoles, dando lugar a que se cruzaran las razas conquistadoras con las conquistadas, multiplicaron tambien las jeneraciones de sangre mezclada, las cuales fueron a su vez víctimas de las preocupaciones que pesaban sobre los pueblos orijinarios de aquellos continentes. Los españoles no pudieron menos de ser consecuentes a su ignorancia i barbarie, respecto de os descendientes mistos de los americanos: el odio i

desprecio que por éstos abrigaba su corazon, i la costumbre, consagrada por la opinion de aquella época, de considerar a los indios i negros como razas degradadas, que dejeneraban de la humana, destinadas al patrimonio de los europeos, porque eran infieles i bárbaros, influyeron sin disputa en la manera de considerar a los mestizos. Aunque la sangre española corriera por sus venas, esa sangre estaba mezclada con otra impura, que hacia a los frutos del amor o sensualidad de los conquistadores, si no en todo semejantes al indíjena degradado i despreciable, a lo menos dignos como éste de la esclavitud i de la miseria. Así el mas puro afecto del corazon, el amor paternal, se ahogaba a impulsos de esta preocupacion monstruosa, contraria al interes de la humanidad, al e-píritu del evanjelio i a la naturaleza misma. ¡Cuántas lágrimas i amarguras, cuántos desastres cuesta ese error funesto, de que apenas ahora principia a avergonzarse el mundo, a los habitantes de las colonias. europeas en América! ¡Qué baldon mayor podia manchar al hombre de entónces, qué crímen podia infamarle mas atrozmente que la mezcla de sangre! El mestizo (1) llevaba en su frente la marca de la degradacion i de la infamia, su nacimiento le condenaba a la desgracia de ser el paria de la sociedad. Su condicion era mil veces peor que la del indíjena: (2) a éste

(1) He tomado i tomaré esta palabra en su sentido jenérico.

(2) No estamos de acuerdo con esta opinion. La posicion del criollo (que comprende no solo al descendiente de europeos nacido en América, sino en un sentido mas lato a la entidad mista del aboríjene i del europeo) no fué nunca peor que la del indíjena. Este era simplemente cosa. Era un esclavo como el negro, i aun este último

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