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los ni arbitrios para el desarrollo de sus facultades individuales, ni mas medio lejítimo de proporcionarse una posicion social lisonjera i provechosa, que el de la nobleza de sangre i los honores que dispensaba el trouo; el hombre colocado entre estos estremos, digo, ¿qué otra cosa podia hacer que adherirse de todo corazon i con todas las fuerzas de su espíritu a esta preocupacion que tan de veras halagaba su vanidad? La nobleza de sangre era, pues, el único recurso que le restaba para lograr en la sociedad un bienestar real i un porvenir halagüeño.

Es el corazon humano naturalmente ambicioso del respeto i de la adhesion de los hombres, porque ama decididamente la gloria o, lo que puede suplir por ella, la buena reputacion. La Providencia Suprema, siempre consecuente en sus creaciones, nos ha suministrado sabiamente, para satisfacer aquella lei de nuestro ser moral, infinitos medios, que podrian reducirse a una sola espresion:-la virtud i el talento, en toda la estension que puede darse a este lampo de la intelijencia divina con que se adorna el espíritu humano. Empero, las leyes i las preocupaciones quisieron sobreponerse a los dictados de la naturaleza: las virtudes, los talentos, las riquezas mismas no tenian valor alguno sin la nobleza de sangre, durante la época funesta de la colonia, en que lo llenaba todo un monarca, al cual debia sacrificarse toda superioridad natural, a cuya gloria debia referirse todo, i sin cuyo beneplácito no era dado al hombre aspirar a distincion alguna!

De esta manera la nobleza de sangre, que no arguye prenda personal ninguna i que no puede repre

sentar jamas el mérito, vino a ser el único término de todas las aspiraciones, con la singularidad de santificar todos los medios que podian ofrecerse para alcanzarlo. Los mestizos mismos, luego que por cualquier accidente se procuraban algun acomodo en la sociedad, o que por el trascurso de la jeneracion lograban echar un velo sobre su oríjen i podian igualarse en el color a los españoles, (1) eran los primeros en adherirse a aquella distincion i en adoptar la costumbre de odiar, despreciar i oprimir a los indíjenas i a los de su linaje. La nobleza de sangre era el supremo bien social: los colonos que la poseian i los que presumian poseeria, alegaban un título incontestable al aprecio o, por lo menos, al respeto de todos; porque la calidad de noble daba derechos, daba virtudes i traia consigo la facultad de hacer el mal sin responsabilidad i de entregarse a los vicios sin deshonra.

Al trazar la influencia social de esta preocupacion, no creo poder hacer una esposicion mas fiel que la que hacen don Jorje Juan i don Antonio de Ulloa, estudiando las costumbres americanas: a ella sujetaré mis conceptos, porque en todo es aplicable a nuestro pueblo i a los demas que sufrieron la dominacion española. Dicen aquellos respetables escritores (2) que la va

(1) “De una i otra casta (mestizos i mulatos) van saliendo con el discurso del tiempo, de tal suerte que llegan a convertirse en blancos totalmente, de modo que en la mezcla de españoles e indios, a la segunda jeneracion, ya no se distinguen de los españoles en el color, no obstante que hasta la cuarta no se llaman españoles." Noticias secretas, cap. VIII, part. 2. ~

(2) Noticias secretas, cap. VI, tom. II. Véase todo el capítulo.

nidad de los criollos i su presuncion en punto a calidad se encumbraban tanto que cavilaban contínuamente en la disposicion i órden de sus jenealojías, de modo que les parecia no tener nada que envidiar en nobleza i antigüedad a las primeras casas de España; i como estababan embelesados de continuo en este punto, hacian de él el asunto de la primera conversacion con los forasteros recien llegados; bien entendido que con pocas investigaciones se descubria que era rara la familia donde faltase la mezcla de sangre. Esta injustificable vanidad suscitaba mil quimeras ruidosas i no pocas veces era causa de crueles amarguras i aun de la deshonra i completa perdicion de una familia o de un hombre útil a la sociedad. Pero lo peor de los resultados es que apartaba a los criollos de todo trabajo i de ocuparse en el comercio, único ejercicio que habia en las Indias capaz de mantener los caudales sin descaecimiento, induciéndolos por supuesto a los vicios que son connaturales a una vida licenciosa i de inaccion. Los españoles que en calidad de tales poseian la mejor de todas las ejecutorias, esplotaban en su beneficio esta preocupacion, haciéndose rendir todo jénero de homenajes; pero como de este modo no quedaba satisfecha su codicia, no se desdeñaban de aplicarse al comercio i lograban a poca costa las ventajas que los americanos despreciaban por creerlas indignas del lustre de su sangre.

los

Los europeos que venian a la América eran por lo jeneral de un nacimiento bajo o de linajes poco conocidos, sin educacion ni otro mérito alguno que hiciera recomendables; pero los criollos no hacian distincion i los trataban a todos con igual amistad i

buena correspondencia: bastábale a un hombre ser español para tener títulos suficientes a cualquiera preeminencia, para que los colonos hiciesen de él la mayor estimacion i le trataran como a persona de gran lustre; llegando esto a tanto grado que aun las familias que mas nobles se creian, admitian en su trato íntimo a los españoles de mas baja condicion, dando muchas veces la misma consideracion a los sirvientes que a los amos.

Este inconsiderado proceder ocasionaba males de funesta trascendencia para las colonias americanas: el español que se veia tratado con tan alta distincion levantaba sus aspiraciones mas allá de los términos a que podia llegar por su estado, su educacion i sus prendas personales; su orgullo subia de punto i luego se convertia tambien en opresor: si profesaba algun arte mecánico, algun oficio útil, lo abandonaba al establecerse en América, i por esta causa la industria fabril no podia adquirir en nuestros pueblos mas perfeccion ni adelantamiento del que tuvieron en su tiempo primitivo. Los indios i mestizos eran empleados en ellas esclusivamente, porque por su degradacion estaban condenados a los trabajos violentos. (1)

(1) La esclusion de los indios, mestizos i castas de color de toda ocupacion algo decente, i el hallarse reducidos al solo ejercicio de oficios mecánicos, tiene otro oríjen que hace poco honor al sistema de gobierno practicado por los españoles en el Perú. La Audiencia de Lima publicó un bando en 17 de julio de 1708, mandando que ningun negro, zambo o mulato, ni indio neto pudiesen comerciar, traficar, tener tiendas, ni aun vender jéneros por las calles, “en atencion a que dicha jente tiene poca fé i llaneza en lo que venden i no ser decente que se ladéen con las que tienen este ejercicio, i que se ocupe cada cual de ellos en el ejercicio de oficios mecánicos, pues solamente son a propósito para estos ministerics. I si alguno se atre

No poco influia para esto la costumbre introducida desde el principio de la conquista de gozar fueros de nobleza todos los españoles que venian a establecerse en América, porque esta circunstancia no solo producia el efecto de colocarlos en la capacidad de aspirar a todas las dignidades, empleos i oficios lucrativos i honrosos, sino que tambien los hacia abandonar su vida laboriosa i olvidar las artes que en su patria habian profesado.

¡Ved aqui, señores, la causa que ha perpetuado hasta nosotros la costumbre inmoral i perniciosa de despreciar a todos los que se consagran a las labores de la industria! Jamas hubo mérito alguno para nuestros padres en las artes ni en el comercio, i si se prestó una débil atencion a la agricultura, fué porque en ella se encontraba con mas abundancia la riqueza de Chile: si los nobles i los ricos que pretendian serlo hubieran podido tener sus caudales en otros objetos, la industria agrícola habria quedado tambien relegada a los esclavos i a los mestizos! ¿Qué eran durante la colonia los artesanos, los agricultores, los comerciantes, los que profesaban un arte liberal i aun los profesores de ciencias i los preceptores de instruccion viese a contravenir esta órden, que sea preso i desterrado a Valdivia."-BARRY.

Copio esta nota, aunque contiene una disposicion de la Real Audiencia de Lima, porque de los datos que he recojido i de los estudios que he hecho sobre la materia, deduzco como corolario que tanto esta disposicion como las observaciones de los señores Jorje Juan i Antonio Ulloa, que he estractado casi testualmente, son del todo aplicables a nuestro pueblo, por cuanto influia en el ánimo de nuestros antepasados del mismo modo que en el de los demas colonos españoles la funesta preocupacion de la nobleza de sangre i el desprecio por todas las jentes de castas mestizas.

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